Como cada mañana, una anciana china de 85 años se dirigió al cuarto de baño de su casa para acicalarse. Pero el pasado miércoles no iba a ser como los demás días, una fatal coincidencia iba a dejar atrapada a la pobre mujer en el servicio durante cuatro largas horas.
La jubilada tuvo un despiste y su dentadura postiza se cayó en el interior del inodoro. ¡Qué mala suerte! Seguro que si lo intenta cien veces no le sale. El caso es que a la jubilada se le ocurrió introducir su brazo en el retrete para intentar recuperar su preciada posesión. Una maniobra un poquito asquerosa, pero necesaria para rescatar sus dientes.