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Se gana la vida haciendo cola

¿Quién no ha esparado alguna vez una larga cola? ¿Quién no se ha impacientado tras horas y horas de pie en una fila interminable? Seguro que en muchos de esos momentos has pensado que podrías haber estado haciendo algo mejor (por ejemplo: estar tirado tranquilamente en el sofá de casa o practicando deporte en el parque). Pues no desesperes porque ha llegado la solución: se llama Robert Samuel y está dispuesto a ocupar tu puesto en cualquier cola siempre que pagues en efectivo. El único inconveniente es que sólo trabaja en Nueva York. ¡Mecachis! No iba a ser todo tan idílico.

Robert Samuel. (Foto: SOLD Inc / Twitter)

Robert Samuel. (Foto: SOLD Inc / Twitter)

Mr. Samuel, tras perder su empleo en una empresa de telefonía, tuvo la brillante idea de ganar algo de dinerillo aguantando pacientemente las colas que se producen a las puertas de muchas tiendas neoyorquinas cada vez que se lanza un nuevo ‘juguetito tecnológico’ o el último modelo de zapatillas de una rutilante estrella de la NBA. Y parece que el negocio no le va mal ya que saca lo suficiente para pagar el alquiler de su casa y para darse algún capricho.

De momento tiene tres clientes fijos, a los que parece no importarles mucho el dinero. Uno de ellos ha llegado a pagar más de 300 dólares (unos 200 euros) para que Robert estuviera estratégicamente colocado en la fila que se formó para adquirir los primeros iPhone 5 que salieron al mercado. La fiebre consumista nunca dejará de sorprenderme.

Tal es su afán por dar a conocer su negocio, que incluso tiene folletos publicitarios con las tarifas, tarjetas de visita que promocionan su actividad y una perfil en la red social Twitter. El señor Samuel cobra 25 dólares (17 euros) la primera hora, y cada franja de 30 minutos siguientes: 10 dólares (7 euros). Vamos, si este hombre pilla la hilera que se forma cada primer viernes de mes ante la basílica del Cristo de Medinaceli, se le ponen los ojos como al Tío Gilito.

PD. Cuando la necesidad aprieta, el ingenio aparece sin invitación.

Cosas que no sabías que se pueden comprar

Intentamos ahorrar todo lo posible para satisfacer nuestras necesidades, las reales y las inventadas. Nunca terminamos de estar contentos, porque siempre nos falta ese no sé qué-qué sé yo último modelo, que mejora ligeramente lo que tenemos y, aunque podríamos vivir sin él, preferimos no hacerlo. Ahora bien, si lo tuyo es el consumo por el consumo, desmárcate de toda esa gente con ordenadores, libros y televisores: compra aquello que los demás no pueden… porque no saben que se puede comprar, como por ejemplo:

5. Un lugar en la cola

Quien más, quien menos, se ha hartado alguna vez de estar en una cola. Una cola para comprar entradas, para entrar a un concierto, para ver cómo presentan a Kaká con el Real Madrid… todos nos cansamos. Por eso inventaron LineStanding, un servicio para comprar un lugar en la cola, solo disponible en Washington… de momento. ¿Para qué esperar durante horas si otro puede hacerlo por ti a cambio de un módico precio?

4. Aire fresco (o sucio) en latas

El multimillonario chino Chen Guangbiao se ha dado cuenta de que vivimos en ambientes muy contaminados (eso sin ver la boina que cubre Madrid) y por ello ha decidido poner a la venta aire fresco en latas, procedente de regiones chinas con poca contaminación (el aire, se entiende, las latas no sé de dónde serán). No me queda muy claro cuánto tiempo aguanta el aire una vez abierta la lata, ni tampoco si debe conservarse en un lugar fresco y seco alejado de la luz solar. Si no te convence la idea, puedes hacerte también con una lata de aire de grandes ciudades, pero no te puedo asegurar que sea muy sano.

3. Búnkers de la II Guerra Mundial

Si eres un friki de la II Guerra Mundial o te da miedo el apocalipsis y tienes pereza de hacerte tu propio búnker, deberías saber que en Berlín los están vendiendo. Muchos de ellos son hoy en día museos, pero hay otros que están en desuso y, dado que hay unos 1.200 en la ciudad alemana, los ingresos que producen son muy inferiores a sus gastos. El problema aquí tal vez sea el precio, porque para comprar uno te tienes que gastar un mínimo de 5.000 euros.

FOTO: WIKIPEDIA

2. Una patada en los testículos

No sé si recordáis este producto. Lo pusieron a la venta en eBay en 2009 y la puja empezaba en 500 euros. Aquella tuvo un ganador, pero no me cabe duda de que si rebuscamos en Internet encontraremos ofertas parecidas. Seguro que hay gente dispuesta a ganar unos cuantos euros con la frustración de otras personas, igual que los hay dispuestos a pagar por una patada y no por un masaje o un spa, ¡con lo que relajan los masajes!

1. Una vida entera

Es posible que te la hayas jugado y te haya salido mal, que creas que no hay alternativa y que el dinero no da la felicidad. Bueno… ¿qué tal si compramos un sueño americano? El estadounidense Shane Butcher decidió que se había hartado de todo y puso a la venta por eBay casi todo lo que tenía (sus coches, sus viviendas, sus pertenencias, sus tres tiendas de videojuegos…) salvo a su perro, su hija y su mujer, por algo menos de tres millones de euros. Lástima que en España no podamos aspirar a comprar un sueño americano… ¡con lo que nos cuesta hablar el inglés!

PD: Yo me he comprado una hucha y ya estoy ahorrando para todo esto.