Christina Beaumont, una australiana de 52 años, no va a olvidar fácilmente la mañana del 25 de noviembre de 2014 cuando el césped de su jardín desapareció bajo sus pies y fue literalmente engullida por un agujero de tres metros de profundidad.
La mujer estaba tendiendo la ropa en la parte trasera de su casa, en Greater Dandenong (Australia), cuando de repente la tierra cedió (la poza tenía más de 60 cm. de diámetro), y como en un viaje sin retorno, se encontró sumergida en un montón de lodo que le cubría por encima de la cintura. Seguro que ni en la peor de sus pesadillas soñó una situación parecida.