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Monta un negocio y se está haciendo rico… ¡con 8 años!

No sé si os pasa a vosotros, pero yo me empecé a sentir mayor cuando vi que los futbolistas (y deportistas en general) que estaban triunfando a nivel internacional eran más jóvenes que yo. Por eso desde que descubrí a Harli Jordean no sé dónde meterme, porque una cosa es convertirte en un joven emprendedor y otra montar un negocio que funciona con solo ocho años. Quizás conozcáis su historia, porque fue publicada hace unos días en la prensa británica, pero como sé que muchos de vosotros no habéis oído hablar aún de El rey de las canicas, yo hago las presentaciones: Harli, la comunidad becaria; la comunidad becaria, Harli.

Ahí le tenéis, más feliz que una perdiz con sus canicas. Pues un respeto a este muchacho, que además de llevar camisa, sombrero y una corbatilla de dibujos, es un pequeño genio.

Resulta que Harli es un apasionado de las canicas de toda la vida (tiene ocho años, eso no tiene gran mérito) y vio en este juguete un buen negocio del que sacar un dinerillo extra para pagarse los caprichos.

Este joven empresario londinense descubrió su afición por este juego a los seis años y dos años después comprobó que eran una oportunidad de negocio. Perdió sus canicas en el colegio y pidió a su madre que le comprara a través de Internet unas nuevas. Después de buscar y buscar comprobaron que había pocas webs en las que comprar canicas, de modo que Harli decidió rellenar ese hueco con su Marbleking (el rey de las canicas… el sobrenombre se lo puso él mismo).

Según recogen varias webs británicas, nuestro rey de las canicas gana miles de libras y realiza envíos a numerosas partes del mundo. El producto más caro de su tienda cuesta unos 700 euros, pero también se pueden adquirir pequeñas cantidades de las clásicas canicas de colores.

Ahora bien, entre nosotros, seguramente le habrá echado un cable su madre (Tina, de 51 años, que dice que solo le ayuda a cuadrar cuentas), aunque la prensa internacional prefiere contar que el negocio ha crecido tanto que el pequeño se ha visto obligado a contratar a su madre y a sus dos hermanos mayores.

Supongo que para este tipo de cosas se nace, es cuestión de ver una oportunidad de negocio. Harli se levanta y se acuesta hablando de canicas, sueña con montar una tienda gigante donde vender este producto con sucursales por todo el mundo. Es más, está empeñado en crear su propia marca de canicas, llamada Marble King.

Yo con su edad me levantaba y me acostaba hablando de fútbol y llenaba carpetas con recortes de periódicos sobre el Real Madrid y el Barça. Ahí le tenéis a él, con su propio negocio haciéndose rico; aquí me tenéis a mí, escribiendo sesudos análisis en el blog del becario, haciendo honor a mi seudónimo.

PD: Y lo bien que le viene a la familia el «éxito de un niño de ocho años», ¿verdad?