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Una española perdida en… Brasilia

Bueno, aprovechemos que hemos cruzado el charco para seguir haciendo las Américas.

¿Todo bien por Cuba? Espero que sí. Hoy no me enrollo mucho, simplemente os anuncio que veremos Aladdín mientras volamos a… ¡¡¡BRASILIA!!! Allí nos espera Elena… y con ella os dejo:

1) Nombre

Elena.

2) Edad

29 años.

3) En España vivía…

En Alcobendas (Madrid).

4) Ahora vivo…

En Brasilia – DF (Brasil).

5) Me mudé…

En octubre de 2009.

6) ¿Por qué me fui?

Entré en el Programa de Becas de Internacionalización del ICEX. Siempre me ha gustado viajar y vivir en el extranjero, conocer otras culturas, estudiar idiomas, etc. Además, la oportunidad que ofrecía el ICEX me parecía muy interesante. Así que me decidí a probar suerte y mi destino fue la desconocida capital de Brasil (mucha gente aún piensa que es Río de Janeiro o, incluso, Sao Paulo, que no ha sido nunca capital del país).

7) La mejor comida de Brasilia es…

¡¡CHURRASCO!! Comer carne asada (picanha) con arroz, vinagreta y un buen feijoao (judías pintas cocidas con salsa). También me gustan los salgadinhos y los pasteis (hojaldres tipo empanadillas con relleno de pollo / queso / picanha /…). El queijo coelho y las calabresas o, linguiças en general, también están muy buenos, ¡por no hablar de los dulces! Por otra parte, no hay que dejar de tomar una buena caipirinha o una caipiroska de morango (es mi favorita). Vamos, que para hacer dieta lo tenéis un poco difícil aquí 🙂

1) De España añoro…

¡El jamón! Jaja, mi madre me va a matar 🙂 No, la verdad es que echo de menos bastantes cosas: la comida, la música, la gente, mi familia y amigos, o cosas tan comunes como comer con ellos o salir de fiesta. Ah, a veces también echo de menos el invierno -aunque no os lo creáis-.

2) En España no tenía y ahora sí…

27ºC permanentes 🙂 Vivo en un pisazo con 2 españoles -un chico de San Sebastián y una chica de Murcia- y una francesa. De hecho, yo tengo una suite, es decir, tengo baño en mi propia habitación… Qué lujerío! 🙂 Salgo de fiesta a locales donde tocan samba en vivo, mientras me bebo una caipirinha recién hecha. Todo es muy relajado.

3) De Brasilia no me gusta…

Que necesitas un coche para ir a cualquier sitio. Acostumbrada al peazo metro que tenemos en Madrid… Aquí el transporte público es prácticamente inexistente. Tanto el metro como el autobús solo pasan por las avenidas principales, así que o andas hasta llegar a ellas o tienes que coger un taxi. Hay locales de fiesta que están a las afueras de la ciudad, así que ahí es aún más complicado.

4) Recomiendo que visitéis…

Te diría que la Catedral, Itamaraty, Don Bosco,… Pero la verdad es que lo que más me gusta son las Piscinas de Agua Mineral, donde te bañas en un agua cristalina mientras los monos bajan a registrarte el bolso (jaja) o el Lago Paranoá. Lo mejor es sentarte en el muelle del Lago o en una de las terracitas y ver el atardecer. Para eso recomiendo el Pontao.

Bienvenidos a Brasilia. Os doy unas claves que me ha dado Elena y os dejo rápidamente con ella:

Un billete sencillo de metro / bus cuesta 2 reales (el tipo de cambio está ahora a 1€ = 2,5 reales aprox).

Un café vale depende de dónde te lo tomes y del tipo de café que pidas. Aquí es muy común el expresso que es el más barato. El capuccino es de lo más caro. Están entre los R$1 y R$3.

Los alquileres son ¡Muy caros! Están entre los R$700 y R$1200 por habitación. Si te alquilas un minipiso para ti solo, pagas entre R$1000 y R$1500 -dependiendo de la zona, claro-.

Los sueldos: Brasilia es un oasis dentro de lo que es Brasil. Al ser la capital, aquí viven principalmente funcionarios y diplomáticos. Los funcionarios de cargos medio/altos, en contra de lo que se pueda pensar, ganan mucho más que los funcionarios en España. Un sueldo puede rondar fácilmente los R$ 10.000 ó R$ 15.000 mensuales. El DF es el Estado con mayor renta per cápita de Brasil.

El paro: Brasilia tiene 2,5 millones de habitantes y el paro del Estado del DF es, actualmente, el más bajo de los últimos 14 años: un 14,5% de la población económicamente activa. Aunque Brasil registró en 2009 una tasa del 6,8% hay que aclarar que esta tasa se calcula tomando, únicamente, los datos de los 6 estados más avanzados del país.

La geografía

Cuando me asignaron el destino, Brasilia, no sabía muy bien a qué atenerme. Comencé a buscar información en Internet, fotos, etc. Hice una fiesta de despedida y mis tíos se presentaron con pósters y guías de la ciudad que habían conseguido en la Oficina de Turismo de Brasil, en Madrid. Tuve la sensación, por las imágenes, de que era una ciudad muy tranquila, pero poco más.

La verdad es que es difícil hacerse una idea de lo que es Brasilia hasta que no lo ve uno con sus propios ojos. Fue una ciudad, construida de la nada. En la historia de Brasil siempre se habló de trasladar la capital hacia el interior, principalmente, por seguridad. Siempre habían sido ciudades costeras, como Salvador (en el Estado de Bahía) y Río de Janeiro. El sueño de Juscelino Kubitschek, presidente de Brasil en los años 50, era llevar a cabo ese traslado. Para ello encomendó la tarea al urbanista Lucio Costa y al arquitecto Oscar Niemeyer que, en pocos años, ya tenían construidos los cimientos del famoso «plano piloto» en medio de una planicie junto al Estado de Goiás, a unos 1.000 kilómetros de Río de Janeiro.

Brasilia tiene forma de avión (plano piloto). Del eje vertical hacia la izquierda, es decir, el ala izquierda del avión, es el Asa Sur, y el otro ala es conocido como Asa Norte. El eje vertical se llama Eje Monumental porque es donde están todos los organismos oficiales: Ministerios, Banco Central, agencias estatales, y en la punta del avión, cerca del Lago, está el Palacio de la Alvorada, que es donde reside el Presidente de la República -actualmente, Luiz Inácio Lula da Silva («Lula»)-. Casi en la cola del avión está la zona de quichenetes, que son minipisos, y que se llama Sector Sudoeste. Un poco más alejado se encuentra el Sector Militar (dicen que porque, como Niemeyer era comunista, los quería situar lo más lejos posible) y el Parque de Aguas Minerales. Brasilia, además, está rodeada de ciudades con una renta inferior. Algunas de ellas son realmente peligrosas y no conviene adentrarse. Se podría decir que son un poco como las favelas peligrosas de Río -hay que matizar que algunas favelas de Río ya no son peligrosas-.

Así, Brasilia es un oasis casi en mitad de Brasil. La capital se encuentra dentro del Estado del Distrito Federal (DF) que es muy pequeño y que se encuentra, a su vez, rodeado por el Estado de Goiás.

Curiosidades

Llegué a Brasilia en octubre de 2009. Por aquel entonces comenzaba a llegar el frío a Madrid, pero en Brasilia -que es de clima tropical- era el comienzo del verano. Realmente, la diferencia entre verano e invierno no es otra que «estación lluviosa» (verano) y «estación seca» (invierno), porque la temperatura no varía excesivamente -entre los 20ºC y 27ºC todo el año-. Ahora bien, no habrás visto llover tanto en tu vida. Resultaba increíble como, a las 16 horas, como si se tratase de un reloj, comenzaba a llover a diario. Hacía un sol estival, pero veías una nube negra que se iba aproximando a toda velocidad y, en cuestión es minutos, comenzaba a llover como si hubiesen abierto el grifo a máxima presión.

Cuando llueve así no te da tiempo a resguardarte en ningún lugar, y el hecho de llevar paraguas no sirve de nada. Más de una vez me ha sorprendido la lluvia y he llegado a casa como si me hubiera caído en una piscina 🙂

Otra curiosidad es que ves perfectamente dónde empieza y acaba una nube -por decirlo de algún modo-. Es como en los dibujos animados. Vas caminando por la calle y distingues perfectamente dónde comienza la tormenta, como una cortina de agua perfectamente delimitada -a un lado hay lluvia y al otro no-.

También me llamó la atención el ruido que hacen las cigarras por la noche. Parecen alarmas de coche. Claro, que hay que ver el tamaño que tienen. Aquí los insectos sufren de gigantismo 🙂 El ruido es aún mayor cuando va a llover.

Vivir en Brasilia es vivir en medio de la jungla (o casi). Los monos saltan de un chalet a otro (en el Lago Sur), y en el Asa Sur te despiertas con el canto de los periquitos. La verdad es que da gusto vivir en la naturaleza y con esta tranquilidad. A esto hay que sumarle que Brasilia no tiene casi criminalidad o, al menos, no la que pueda haber en ciudades como Río de Janeiro o Sao Paulo. Puedes pasear tranquilamente con un bolso, una cámara de fotos, etc., aunque conviene mantener ciertas medidas de seguridad, por precaución.

Otra cosa buena es que no hay el tráfico que hay en Sao Paulo -tráfico aún peor cuando llueve, cuando la capital paulistana se colapsa-.

Lo malo

Lo malo de Brasilia es que no tiene la oferta que tienen Río de Janeiro o Sao Paulo. Aquí también tenemos conciertos, pero no todos los que van a Sao Paulo, por ejemplo. Además, tenemos centros comerciales (shoppings), pero aún no se pueden comparar a los que tienen estas grandes ciudades. En cuanto a fiesta, tenemos bastantes pubs, discotecas, locales de samba en vivo, etc. pero lo mismo, la oferta no se puede comparar. Hay que decir, como mera comparación, que Brasilia tiene 2,5 millones de habitantes y Sao Paulo tiene 12 millones.

Además, el transporte público es casi inexistente y tienes que llamar a un taxi o ir de «carona» (vamos, que te lleve alguien). En Río y Sao Paulo tienen un metro mucho más grande que el nuestro aquí.

Vivir en Brasilia

Me levanto por la mañana, sobre las 7 horas, y me voy a trabajar a la Embajada. Trabajo en la Embajada de España, concretamente, en la Oficina Económica y Comercial. Vamos «de carona» (que ya deberías saber qué es, jeje) con una compañera brasileña, y en cuestión de 5 minutos estamos en la oficina. Trabajo en Macroeconomía y, principalmente, haciendo informes para el Ministerio de Economía en España, aunque también resuelvo consultas de empresas, escribo noticias en la web y realizo informes para otros organismos.

Estoy en la oficina hasta las 16 horas -los días que salgo a mi hora 🙂 y después, o doy clases de portugués, o me voy a casa. Me cambio de ropa y me voy al gimnasio. Lo de hablar con la familia por el Skype hay que planificarlo porque la diferencia horaria va entre las 3 a las 5 horas -dependiendo de los cambios horarios-. Algunas noches nos vamos a cenar por ahí o de juerga. Somos un grupo de unos 10 españoles, a los que hay que sumar franceses (mi compañera de piso es francesa y también trabaja en su Embajada) y brasileños.

Los fines de semana siempre hacemos algo: o es el cumpleaños de alguien, o hacemos un viajecito, o hay algo en Brasilia. Vino la Orquesta Sinfónica de Viena y tocó en una calle… Sí, en la calle… O los martes vamos a un local de samba que se llama Calaf, y un día apareció el Ministro de Deportes y se puso a cantar 🙂

Amor

Encontrar el amor en Brasil es muy fácil (o muy difícil). Se nota que la gente es de sangre caliente… ¿será el clima? 🙂 Cuando estás en algún local siempre se te acerca alguno (o algunos) y te suelta el «Você é linda, você é maravilhosa». Ahí ya depende de ti si le sigues el rollo o no. Es fácil conseguir algo para esa noche, y posiblemente las siguientes, pero no estoy tan convencida de que sea así para algo más serio.

Por otra parte, hay mucha gente que se casa joven y que tiene, incluso, hijos. Hay bastantes hombres para los que esto no es un impedimento, e intentan conseguir algo aunque su mujer les esté esperando en casa… En fin… Un poco el rollo telenovela que tanto gusta aquí.

El estereotipo brasileño

Ni todo es fútbol, ni samba, ni Carnaval, ni mujeres (u hombres) increíbles. ¡Señores, el mito ha caído! Chicos, a ver, que las brasileñas parecen muy cariñosas en general, atentas con sus parejas, etc. Quizás las españolas somos más ariscas, independientes o es que nos tenéis un poco hartas, que también puede ser, ¡jaja! Pero en cuanto a belleza, es como en todas partes, las hay guapas y feas, como en España también.

Aquí hay samba, sí, pero también hay maracatú, forró, frebo, axé, etc. En fin, que puedes aprender a bailar muchos estilos diferentes que, como en España, varían según la región del país, aunque la samba sea un poco como el flamenco.

El fútbol aquí es una locura. Cada vez que hay un buen partido se junta la gente en los bares, hasta rebosar, y se oyen gritos… Pero como en España también. Vamos a ver ahora con el Mundial cómo hacemos para ponernos la camiseta roja entre tanto amarillo 🙂

Y el Carnaval… No es que sea todo -o uno de los 4 estereotipos de Brasil-, pero es muy importante. Durante una semana, en todas las TVs, puedes ver el Carnaval de Salvador, Recife, Río de Janeiro, Sao Paulo,… Es muy curioso porque cada uno es diferente, pero yo me sigo quedando con mi Río de Janeiro y mi Sambódromo… Qué subidón desfilar allí! Tenéis que hacerlo, al menos, una vez en la vida.

Brasil tiene muchíiiiiiiiisimo que ofrecer. Venid a descubrirlo! 🙂

Bueno, dejamos a Elena y nos vamos con la música a otra parte.

Las fotos del post son propiedad de Elena, que amablemente me las cedió para que las usara.

Ya sabéis que si vosotros también sois españoles expatriados podéis escribirme a elblogdelbecario@gmail.com y os cuento cómo funciona esta sección, aunque tampoco tiene mucho misterio, jeje.

PD: Como supondréis, las primeras fotos son de Brasilia y el resto de otros lugares de Brasil, todas hechas por Elena.

Hoy hace un año…

¿En qué estaba pensando el cámara?

Una estrella Disney en la sección de contactos

¡Qué buena está la zapatilla!

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