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Perdió su trabajo por ir a la televisión

BecConsejo: «Establece prioridades»

¿Hasta dónde llegarías para alcanzar tu sueño? Yo os cuento el caso de Devyn Rush y vosotros me decís qué habríais hecho, cuáles son vuestros sueños, si creéis que el Madrid va a remontar o, si venís rezagados, me decís qué os parece lo de Bisbal y las pirámides. Sabéis que aquí podemos hablar de (casi) todo.

Devyn Rush quería ser cantante. Bueno, quería ser o es, porque uno nunca sabe muy bien qué decir en estos casos. Ella canta, pero no es famosa. ¿Es cantante? En fin, divagaciones a un lado, el caso es que Devyn dejó su trabajo para hacer la prueba de American Idol, algo así como el Operación Triunfo estadounidense pero con audiencia.

Pasó algo parecido en un Fama (la edición no os la sé decir): un muchacho dejó dos trabajos para ir a dos pruebas. Entró a la academia y se fue a la semana. Un éxito, vamos. Pero no nos desviemos del tema de Devyn. Nuestra pizpireta protagonista fue a hacer las américas (o algo así, porque ella ya vivía en América, claro) y cantó, impresionó al jurado, pero al final se quedó fuera del elenco final de participantes.

Entonces Devyn, camarera de ocupación, volvió y le dijo a sus jefes que quería recuperar el empleo. Sus superiores, comprensivos como Gargamel con los pitufos, le dijeron que se buscara otra cosa, porque estaba despedida.

La excusa, o justificación, según TMZ, fue que si dejaba el restaurante en temporada alta no podía esperar volver y tener su empleo como si no hubiera pasado nada, porque alguien tenía que cubrirla (no en el sentido bíblico de la palabra) en su ausencia, cosa normal, por otra parte.

¿Os parece justo o desproporcionado? ¿Seríais capaces de dejar vuestro trabajo (con la que está cayendo) para ir a hacer una prueba de algo que realmente os guste? ¿Dependería del trabajo? ¿No os importa en absoluto? ¿Hace rato que no estáis leyendo el post porque os aburría y ahora estáis viendo Los Simpsons? Vosotros decís.

PD: Gracias a @tinoserrano, porque además de todas las ideas de los fines de semana, me nutre de contenidos también de lunes a viernes.

Porque un hombre tiene derecho a cantar en biquini en un casting

Se llama Ty Hemmerling y es un valiente. Probablemente no lo conocéis, porque aquí el formato no ha terminado de triunfar, pero en Estados Unidos lo de American Idol sigue siendo una sensación, casi tanto como lo era aquí Operación Triunfo.

Pues bien, nuestro amigo Ty tuvo el valor de presentarse al casting en biquini. Podríamos decir que el muchacho hizo el ridículo, pero parece que le dio igual. «No controles», que diría Vicky Larraz (gracias, Ana). Os dejo las imágenes (está a partir del 1:01).

Si habéis visto el vídeo desde el principio, probablemente ya habréis descubierto el motivo de su disfraz. Por si hicisteis lo que yo os recomendé (pasarlo directamente al 1:01), os cuento…

Resulta que el año pasado hubo una chica, Katrina Darrell, que tuvo esa extraña ocurrencia. Se ve que pensó que sería una buena idea distraer al jurado por si acaso no lo hacía del todo bien y se presentó en biquini.

Ni que decir tiene que dio el cante, en todos los sentidos, tanto que la conocen (y ella misma se autodenomina) como la «bikini girl» (no es preciso traducir, ¿verdad?).

No cabe duda de que Katrina tiene su público y encasillada o no (el «no» lo he puesto por poner, porque vamos, está encasilladísima para el resto de su vida), se ha hecho con un hueco en el panorama mundial que no habría conseguido de otra forma (no juzguemos qué tipo de hueco, por favor). ¿Estaríamos hablando hoy de ella aquí de no haberlo hecho? Probablemente no.

Pues bien, Ty ahora es conocido como «bikini boy» y quién sabe… a lo mejor se conocen y lo que empezó siendo una burla podría terminar como una bonita historia de amor. Cosas más raras se han visto… ¿o no recordáis la relación de Pedro Ruiz e Inma del Moral?

PD: Dicho todo esto, lo de ir vestido con un biquini a un casting en el que tienes que cantar me parece una soberana estupidez idea estupenda.

Hoy hace un año…

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