No me voy a poner en plan científico, ni lo pretendo, para eso están los profesionales. Simplemente me he quedado impresionado (no es creáis, es muy fácil sorprenderme) con el poder de la naturaleza, aunque en este caso sea a escala diminuta.
Alex Rivest, un científico del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets), viajó a Hawai para mostrar los efectos, la densidad y las consecuencias de ‘jugar’ con la lava. La aparente superficie tranquila de roca incandescente sobre la que posó su pie se transformó, en unas décimas de segundo, en una ‘pequeña explosión’. Cualquier parecido con las ascuas de una hoguera de San Juan es mera coincidencia.