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Las 101 venganzas de un divorciado

BecConsejo: «Propón a tus jefes mirar cómo trabajan los demás durante tu jornada laboral. Si llamas ‘becario’ a la persona que miras, a veces aceptan»

Antes de empezar quiero que en vuestra cabeza retumbe una frase mientras leéis el texto. «Cómo están las cabezas…». ¿Ya? Pues adelante.

«Lo peor del amor cuando termina son las habitaciones ventiladas», diría Sabina. Ahora, si tiene valor, que vaya Sabina a explicarle a Kevin Cotter, poéticamente, que lo «atroz» es «cuando, al punto final de los finales, no le siguen dos puntos suspensivos». Lo digo porque no sé si el señor Cotter lo va a entender, y menos después de haber roto con su novia de toda la vida tras 12 años de matrimonio (estas cosas pasan).

Vivían juntos con sus dos hijos en Tucson (Arizona) hasta que un día ella dijo que se iba. Y se fue (estas cosas pasan). Se fue llevándoselo todo… bueno, casi todo, porque dejó en el lar familiar una caja con el vestido de boda y le dijo a Kevin una frase que quien ha tenido novia, madre, hermana o amiga, sabe el peligro que entraña… «haz con esto lo que quieras».

A Kevin, roto por el dolor, se le abrió una lucecita de esperanza. «Haz con esto lo que quieras», se repetiría probablemente, recordando cómo intentó doblar un papel por la mitad ocho veces, cómo intentó besarse el codo, cómo no paró hasta que destrozó en mil piezas el diskette, cómo acabó envuelto como una momia tras hacer pedazos la cinta de música que había dejado de oírse. «Haz con esto lo que quieras», volvería a decir mientras se sonreía.

Como ya habían roto no merecía la pena hacer la típica pregunta de «¿seguro que no lo vas a usar para nada?» antes de desmenuzar un teléfono móvil. Conclusión, y no me enrollo más… a Kevin se le ocurrió que con eso le daba permiso para descubrir 101 nuevos usos para el vestido de novia (eso sí, de innovación nada… ya existía una versión similar en No te rías que es peor y no se limitaba a los vestidos de novia).

De momento lleva 25, aunque para cuando leáis esto puede que ya haya puesto en práctica más. Se lo toma muy en serio, tanto él como sus lectores (le dan ideas como… detener el vertido de crudo del Golfo de México con él), y para que la gente tenga constancia de los usos que le ha dado, no duda en grabarse en vídeo o en hacer fotos mientras innova, para después subirlo a su web, como bien señaló el Telegraph.

No sirvió de nada que la mujer se arrepintiera y le pidiera que lo guardara para su hija (también se arrepiente Guti y Mourinho no cuenta con él), no sirvió de nada que para la salud mental de sus hijos (tienen dos y la custodia es compartida) este proyecto no sea especialmente beneficioso. Kevin se ampara en que ella le dio permiso para hacer lo que quisiera con el vestido… y eso está haciendo.

Entre otras cosas ya ha sido disfraz, hilo dental, pancarta, mantel… y lo que le queda.

PD: Dice que no lo hace como venganza, sino como terapia, o algo así. Habrá que creérselo.

PD2: Cómo olerá el vestido… :S

PD3: El blog, sin @tinoserrano, no sería nada. Una vez más, este post nace gracias a él (y van unos pocos).

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