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Un «Lopetegui» en la teletienda americana

El desmayo de Cassie Slane.

Es posible que algunos de vosotros no sepáis lo que es «hacer un Lopetegui» en la televisión. Igual es un concepto que ni siquiera existe y que me estoy inventando en este mismo momento para explicar la noticia más destacada que ha producido la siempre interesante teletienda en las últimas fechas. Así soy yo, un inventor de aforismos.

El término nace del repentino desmayo que sufrió el exfutbolista y hoy seleccionador de la sub21 española Julen Lopetegui en un programa en directo de La Sexta. Fue una de las imágenes televisivas del año 2006 en España y el incidente fue motivo de múltiples comentarios en Twitter durante días (aprovecho para colar mi cuña: ¡seguidme en @elbecario, pliiiis!).

Pues algo muy parecido, aunque menos espectacular, le ha ocurrido a Cassie Slane, una de las caras más reconocibles de la teletienda estadounidense. Cassie, presentadora del canal QVC, estaba contando las bondades de una tablet para los niños, «porque tiene unas aplicaciones que… ¡ahhh! ¡Ups!». Y ¡plof! La presentadora sufrió una hipoglucemia y se desmayó ante los ojos de los trasnochadores que se entretienen con estas chorradas cosas.

Del desmayo sólo pudimos ver la primera parte, el cómo se gestó, ya que el realizador estuvo francamente rápido y sustituyó la imagen en vivo por un plano con la ficha de la tableta que estaban televendiendo. Igual de presto que el realizador anduvo también el copresentador, Dan Hughes, que tras preguntar a su compañera si se encontraba bien (¡era obvio que no, Dan!) y mientras la sujetaba, seguía el guión en el telepronter. ¡Ah, las cosas del directo, ese que siempre nos dicen cuando alguien mete la pata en la tele!

PS. Os dejo el vídeo del incidente, del que Cassie Slane está felizmente recuperada, según información de su cadena.

Parece imposible cantar peor que ella

Ya hacía un tiempo que no os traía nada de programas de talento estilo Operación Triunfo o Factor X, pero os aseguro que lo de hoy merece la pena. Sacad todo el alcohol que tengáis a mano, vaciad todos los ibuprofenos de casa encima de la mesa y preparaos para disfrutar del minuto y pico más loco de toda vuestra vida (si tenéis lo que hay que tener para terminar de ver el vídeo).

La concursante que vais a ver en vuestras pantallas se llama Jayanthy Murugesu y participa en el X Factor de Australia. Bueno, participa igual es mucho decir… mejor puntualizamos que acude a las pruebas previas para participar en el concurso, esas que, como en España, alternan a gente con talento y a «frikis raros de los que reírse para amenizar la espera» hasta que empiece de verdad.

Pues bueno, resulta que Jayanthy Murugesu (un nombre sencillo de recordar) llegó embargada por la emoción porque iba a conocer a Ronan Keating, el que fuera miembro de Boyzone (aunque muchos de vosotros ni recordaréis ese grupo). Ronan forma parte del jurado del concurso, en el que antes estaba Natalie Imbruglia, y Jayanthy se confesó una fan acérrima. Vamos, lo que en el lenguaje de José Luis López Vázquez se conoce como «un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo».

Una vez cumplido el sueño de conocer a Ronan, tocaba el turno de cantar. Después de declarar que una de sus influencias musicales es Justin Bieber, decide lanzarse a la piscina con un tema de los de letra difícil: Baby, del propio Bieber (recordad que el estribillo reza algo así como «And I was like / Baby, baby, baby ooh / Like  / Baby, baby, baby noo  /Like / Baby, baby, baby ohh») y entonces… entonces pasó lo que vais a ver a continuación.

Reconozco que a mí se me hizo difícil escucharlo entero la primera vez porque, además, no estaba prevenido de lo que iba a ver y el estruendo desafinado me pilló completamente por sorpresa. Aún así, hay más de 120.000 valientes que, como yo, se han quedado con los ojos puestos en la pantalla viendo a la muchacha berrear mientras Ronan, que se siente halagado, bailotea como si lo que sonara fuese música celestial.

¿Y qué pasó? El vídeo se corta antes del veredicto, pero yo he visto la versión extendida (con la que no os martirizaré) y os puedo confirmar que Ronan dijo «sí» y los otros tres, con mucha educación, le pidieron que se volviera para casa. Al final la chica se fue tan pichi, habiendo cumplido un par de sueños: conocer al bueno de Ronan Keating y hacer el ridículo delante de miles de personas. Vale, lo segundo quizás no era su sueño, pero coincidiréis conmigo en que lo ha cumplido con creces.

PD: Me recuerda al viral que protagonizó el malo de Phineas&Ferb.

La presentadora se desmayó en directo

Os lo dije allá por el año 2009 (¿tanto ha pasado ya?), desmayarse en directo empieza a ser casi una costumbre. Os contaba también que estas cosas antes no pasaban y creo tener la razón: ahora vivimos con más estrés, forzamos más la situación, tal y como está el mercado de trabajo no queremos perder ni un día… y a veces el cuerpo dice basta.

La protagonista de hoy es Seda Selek, una periodista del Kanal 24 turco, que charlaba con el también periodista Mustafa Karaalioglu cuando de repente empezó a sentirse incómoda. Como yo ya sabía lo que pasaba al final, me fui fijando en los detalles y vi cómo empezaba a mirar a cámara, a tocarse la nariz… lo típico que haces cuando algo no va bien pero quieres disimular. Hasta que al final…

Probablemente, la pobre Seda llevaba un rato sin atender a lo que decía Mustafa. Simplemente asentía con la cabeza mientras pensaba eso de «a ver cómo hago que se me pase…». El problema es que no se le pasó, y terminó cayendo al suelo asustando a todos los presentes.

En cualquier caso, tranquilos, muchachos. Seda está perfectamente. Ella misma fue la encargada de comunicar, a través de su cuenta de Twitter, que los médicos le habían dicho que se encontraba bien y que todo el problema es que se había cuidado poco los días anteriores y le bajó la presión arterial.

Al final, lo único que le pasa es que siente vergüenza después de que medio mundo la viera caer al suelo en directo, pero poco más. Es el problema de trabajar en la televisión de cara al público: no tienes dónde esconderte.

A veces valoramos infravaloramos a los presentadores, pero que sepáis que hay que tener valor para salir todos los días ahí pase lo que pase en tu cuerpo o en tu vida.

PD: #freeCastromil, porque si empezamos a detener a los que informan… mal vamos.

Celebra la victoria antes de tiempo y acaba decimocuarto

Puede que algunos de vosotros no paréis de leer eso de #EpicFail y os preguntéis qué significa exactamente. También puede que no, pero vamos a trabajar con la primera premisa, porque de lo contrario este post carecería de sentido y me habría metido en un problema.

La lección práctica de qué significa ese #EpicFail nos la dio hace unos días el italiano Riccardo Russo, un piloto de motociclismo que iba a ganar la carrera del CIV (el Campeonato Italiano de Velocidad) con cierta holgura cuando, a falta de una vuelta, pasó lo que vais a ver a continuación:

Sí, amigos, nuestro amigo Riccardo se vino arriba y a falta de una vuelta creyó que la carrera había acabado. Se puso a celebrar y a celebrar mientras veía cómo una cantidad obscena de pilotos le adelantaban hasta quedar 14º.

El pobre Riccardo veía que los rivales seguían acelerando y tumbando las motos en las curvas pero el pobre no sospechaba nada. Supongo que se sintió como aquel tío del chiste, que conducía en dirección contraria por la autopista y cuando escuchó por la radio que había un «loco conduciendo en dirección contraria por la autopista» dijo: «¿Uno? ¡pero si van todos así!».

La verdad es que a lo largo de los años he visto muchos casos similares, pero nunca tan exagerados como el de este piloto italiano. Recuerdo, por ejemplo, que a Julián Simón le pasó algo similar en una carrera que ganó Iannone, pero el piloto español quedó sexto, ¡no decimocuarto! Algo parecido le pasó también a un patinador colombiano, que por venirse arriba antes de tiempo terminó segundo.

Aunque ahora mismo la mayoría de vosotros tiene en la cabeza «el penalti más tonto del mundo», que se lanzó en la Copa de Marruecos de 2010. El jugador tira desde los 11 metros y el portero, Khalid Aski, lo para… bueno, eso cree él, que empieza a festejar con la grada cuando de repente… OH, WAIT!

PD: La carrera que perdió Russo la ganó Alessandro Nocco, aunque no sé si eso a vosotros os interesa mucho.

Lío en el ‘Tú sí que vales’ de Tailandia por la pintora nudista

Empieza a ser costumbre que cada semana se deje caer por aquí un concursante de alguna edición extranjera de Tú sí que vales. Supongo que, si José Luis Moreno está avispado, terminará reuniéndolos a todos y llevándoselos de gira por ahí, en lo que sería los Globetrotters del Tienes talento mundial. El equipo lo encabezaría Andrew de Leon, el chico de la voz inesperada, que iría escoltado por Alexander Shtifanov y por nuestra protagonista de hoy, Duangjai Jansauoni, una tailandesa de 23 años que tiene una forma muy particular de pintar que no han sabido entender en su país.

Nuestra amiga Duangjai salió al escenario del Tú sí que vales tailandés descalza, con una camisa y unos vaqueros. Entonces se puso de frente a un lienzo (de espaldas al público y el jurado) y pintó una silueta. Después comenzó a contonearse al tiempo en el que se quitaba la camisa y el sujetador, dejando a todo el mundo flipando: ¿una stripper en el programa?

Mientras la gente intentaba averiguar lo que pasaba, Duangjai cogió unos botes de pintura y se los tiró por encima. Se nota que entre el público no había abuelas, porque de lo contrario alguna se habría levantado y le habría dado una voz: «¡Hija, mira cómo te has puesto! ¡Que la pintura se borra muy mal! Ay, ay, ay… cuando te vea tu madre te va a tener que meter en un barreño de lejía con un estropajo». Una vez terminó de refregarse la pintura, se refregó ella contra el lienzo haciendo como que pintaba.

No había abuelas pero está el ministerio de Cultura, que ha cargado duramente contra la artista (bueno… artistita, porque lo que ella hace difícil, lo que se dice difícil, no parece), ya que entiende que el top less no es apropiado para la televisión. Lo mismo que piensa, como habréis visto en el vídeo, la miembro del jurado, la actriz Pornchita Na Songkhla, que también criticó a Duangjai: «No digo que no sea bueno, digo que no es apropiado». Todo ello, después de un paripé un poco prescindible: se puso de espaldas a la concursante en plan «Del barco de Chanquete no nos moverán».

Las cosas como son, todo es un poco ridículo. Es raro que consideren que la concursante esté a la altura del resto de artistas, porque lo que hace lo puede hacer cualquiera. Es extraño que la que critica a la muchacha sea Pornchita, quien hace un par de años posó desnuda cubierta de chocolate para una revista. Y más rocambolesco aún es que los miembros varones del jurado la pasaran de ronda alegando que en cualquier país europeo estaría bien porque es una forma de arte.

Conclusión, que se ha armado una buena zapatiesta, porque el programa ha tenido que disculparse, asegurar que no sabían que iba a quitarse la parte de arriba de la ropa (no sé cómo lo haría en los ensayos entonces) y prometiendo por Snoopy que no lo hicieron para disparar los índices de audiencia, según recoge la prensa británica.

PD: Y ahora voy yo… y me lo creo.

Nunca encontrarás un barman más habilidoso que éste

En España hay muchos bares, pero tras la barra no suele haber genios de los malabares. Quizás porque no hizo falta, quizás porque el tipo de clientela ibérica es distinta, el barman typical spanish suele ser calvo y con bigote, y está especializado en tirar cañas y poner tapas. Si tiene que ponerte un cóctel te lo pone, ahora bien, con la velocidad del empleado de un resort en Cuba y el gracejo de un trabajador de una multinacional de cafés.

Por eso a nuestros programas de televisión rara vez va un barman. Aquí podemos optar al Guinness de poner cervezas, al de escupir el hueso de aceituna lo más lejos posible, al de esconder la botella de ron si viene la Policía y nos pilla haciendo botellón, pero… ¿un barman? Aquí no triunfa esa gente. Estoy convencido de que los semáforos están llenos de malabaristas que en su momento quisieron ganarse la vida como barman… y no pudo ser.

Afortunadamente eso no es así en todos lados y el ucraniano Alexander Shtifanov es prueba de ello. Alexander acudió a la versión de Tú sí que vales de su país (Ucrania, no confundir con Rusia, también conocido como «¿qué sabes de mi país, Rusia?«) para demostrar sus dotes poniendo combinados (mezclados, no agitados). El vídeo en cuestión dura tres minutos, pero te deja boquiabierto de principio a fin, especialmente cuando lo ponen a cámara lenta.

Para comprender las habilidades de Alexander hay que tener en cuenta varias cosas que no quisiera que pasaran desapercibidas.

  1. En Ucrania hace frío y por eso la gente sale menos a la calle.
  2. En Ucrania hace frío y por eso la gente bebe más.
  3. En Ucrania la gente sale menos a la calle y por eso bebe más.
  4. En Ucrania la gente bebe más, por eso hace frío.

Esto ha facilitado que Alex se especialice en este ámbito de la hostelería, suponemos que gracias a horas de entrenamiento en los mejores locales de copas ucranianos, aquellos en los que lo mismo no te sirven el primer cacharro si no vas medio borracho.

Llegado este punto me veo en la obligación de hacer un inciso, antes de cerrar, para hablar de los miembros del jurado ucraniano que, en comparación con los del jurado español son una mezcla un poco rara. Bueno, tampoco rara del todo, el único que chirría es el tipo que parece Josema Yuste disfrazado de John Lennon. Ojo, que igual el tipo es una estrella en Ucrania y yo estoy demostrando (una vez más) mi ignorancia al ignorar su identidad, pero qué queréis que os diga… al lado de los dos tipos modernos me recuerda a la etapa de José Luis Moreno en la versión española del programa, cuando a todos los que eliminaba los fichaba para un espectáculo que iba a recorrer toda España.

En fin, que después de todo esto solo me queda preguntaros… ¿qué le habría dicho Risto a nuestro amigo el barman? Bueno, yo tengo dos teorías, la del Risto bonachón y la del Risto normal:

  • Risto normal: Supongo que te creerás muy original… pues que sepas que puedes cambiar las botellas por unos bolos y ponerte a pedir euritos en la calle.
  • Risto bonachón: Está muy bien esto que haces. Ya solo te falta encontrarle una utilidad práctica porque chico… ¿tú crees que alguien pagaría por verte hacer esto?

Efectivamente, no hay una gran diferencia entre uno y otro, jeje.

PD: Alexander lleva haciendo esto bastante tiempo (basta con hacer una búsqueda en YouTube para descubrirlo) pero yo no había oído hablar de él hasta ahora.

La genialidad de Will Smith nos vuelve a sorprender en ‘El Hormiguero’

Tenía muchas ganas de ver la nueva visita de Will Smith a El Hormiguero para presentar Men In Black 3. Primero porque empieza a ser un clásico: cada vez que viene a presentar algo a España se deja caer por el programa de Pablo Motos. Segundo porque es imposible no partirse de risa con este actor. Y tercero porque estaba convencido de que iba a demostrar que si le tratas bien, obtienes réditos… algo que deberían enseñarle al ¿periodista? maleducado que intentó besarle en la boca el otro día.

Evidentemente, la visita no fue tan genial como la primera vez, eso es imposible. Aquella vez nos sorprendió a todos cantando Torito Bravo. Tampoco fue tan espectacular como su segunda aparición, cuando nos hizo llorar de risa y levantó la entrevista a su hijo y a Jackie Chan. Aún así fue divertido, porque con este hombre parece imposible imaginar un escenario aburrido.

«Necesito practicar más, pero quiero hablar solo en español«, decía al principio del programa. Lógicamente no lo consiguió, pero el simple hecho de esforzarse para que le entiendan sin necesidad de traductor ya tiene mérito. Aunque claro, a mí me tiene ganado desde hace años y no soy el tipo más objetivo para juzgarlo.

Es un tipo especial, Will Smith. Cuanto más lo ves, más te das cuenta. Le preguntan que qué hizo los últimos cuatro años, en los que no rodó nada, y responde «estuve siendo padre y marido». Le preguntan que qué cambiaría de su pasado y dice que estar ahí sentado, en ese momento, es el mejor momento de su vida. Le piden que se pelee con una pelota de goma y lo hace, poniendo (además) caras divertidas. Parece un tipo muy honesto y tiene un sentido del espectáculo envidiable.

Por eso, porque es consciente de que vive de su imagen, no pierde la sonrisa en un solo momento. Sugiere que Pablo Motos sea un alien en Men In Black 4, se enfrenta al presentador en un rap en directo (pídele a Shakira que te cante algo sin que lo haya preparado, verás qué sorpresa te llevas) y si tiene que levitar con El hombre de negro, levita, siempre y cuando Pablo Motos lo haya hecho antes, claro. «El que inventa experimenta», que dirían en el cole.

El Hormiguero al que acude Will Smith suele ser divertido porque el programa lo es de por sí, pero además lo montan todo a lo grande. Son conscientes de que es el día estrella y cuanto más espectacular sea, mejor. Así se entiende que «Will Smith» y «Pablo Motos» llegaran a ser Trending Topic en Twitter, teniendo enganchados a un montón de fieles, entre los que hay también muchas caras conocidas.

Ah, por cierto… si pensáis que Will Smith no es así de genial en todas las entrevistas es porque no habéis visto su intervención en la BBC, donde rapea la canción de El príncipe de Bel-Air y cuenta cómo la elección del nombre para su personaje en la serie (Will Smith), fue acertada porque todo el mundo le terminó llamando así (y a Alfonso Ribeiro le llaman Carlton, claro).

PD: No solo me cae bien Will Smith, sino que además le tengo un gran cariño a todo el equipo que hace El Hormiguero. Sí, sé que se nota… ¿pero para qué me voy a esconder?

Una de las entrevistas más divertidas que verás nunca

Hay muchas formas de hacer humor, ya lo sabéis. Podemos hacer humor como los guiñoles franceses (de mal gusto), humor como el de Padre de familia (absurdo), humor como el mío (sin gracia), humor que a veces te tienes que guardar (negro) y otro que suele estar reservado para cuando cumples los 65 (verde). Pues bien, la entrevista que os traigo hoy es una mezcla de todo, y no me voy a enrollar con la introducción porque quiero que la veáis y la disfrutéis tanto como yo la disfruto.

Jimmy Kimmel es el presentador de un late night estadounidense que lleva su nombre y el otro día invitó a Will Ferrell, un actor de películas como Embrujada y Melinda y Melinda, para hablar de su nueva película, Casa de mi padre, en la que también actúan Diego Luna y Gael García Bernal.

La cinta tiene una particularidad y es que está grabada enteramente en español, de modo que decidieron hacer una entrevista diferente: de principio a fin en nuestra lengua materna (con subtítulos en inglés, eso sí). Para que os hagáis una idea antes de ver los vídeos: es como si Buenafuente invita a Santiago Segura a su programa y no dicen ni una palabra en español.

Lo que en cualquier programa se habría transformado en un insulto fácil hacia lo latino, en éste no. En el fondo se ríen de todo: de ellos mismos, de cómo hablan español… y eso que el presentador empieza anunciando que van a «confundir, decepcionar y, posiblemente, ofender a la mayoría de nuestro público latino». El vídeo está en tres partes, así que yo os voy poniendo cada trocito y entre vídeo y vídeo os lo comento. Empezamos con los primeros cinco minutos de la entrevista, que concluyen con un momento mítico en el que Will confiesa cómo aprendió a hablar español. No os lo perdáis, de verdad.

Algunos amigos míos me suelen decir que tenemos que aprender todavía muchas cosas de la forma de hacer televisión que tienen los estadounidenses. No les falta razón. Además de la parafernalia debéis saber que los vídeos son del canal del propio programa, que los sube a YouTube y te da la opción de incrustarlos, lejos de lo que hacen la mayoría de cadenas españolas. Pero bueno, no me lío: ¿qué os ha parecido este trozo? ¿No es espectacular la entrada, en un caballo falso arrastrado por dos cowboys en calzoncillos? Bueno, si no os gusta esa parte siempre podéis disfrutar con sus aspiraciones para ganar un Oscar: «Si una película muda puede ganar, ¿por qué no una en español?». Entre eso y el particular español que utilizan… no puedo parar de reír.

En fin, aquí va la segunda parte. Ahora toca reírse un poco de Casa de mi padre y de la trayectoria de Will Ferrell, a propósito de sus recurrentes desnudos en las películas en las que interviene. Son algo más de dos minutos y medio, probablemente los menos graciosos de toda la entrevista, he de confesar.

«El calor estaba muy máximo» creo que es la frase que puede resumir a la perfección este trocito. Y que conste que no me río de cómo hablan español, ¿eh? Primero porque seguro que son capaces de hacerlo mejor, con otro vocabulario (pero no quieren), y segundo porque tendríais que verme a mí hablar inglés. Lo mío con el inglés sí es la lengua del amor, que diría el bueno de Will… pero porque serías capaz de besarme con tal de no oírme perpetrar un atentado así contra la lengua de Séxspir (os dije que no se me daba muy bien el idioma).

Y ahora la tercera parte, donde entra en escena el bueno de Diego Luna. Lo encontramos sentado en el público y es el único que habla en inglés durante la entrevista (además del guardia de Salt Lake City del primer vídeo, claro). Su discurso anglosajón no está subtitulado, pero viene a hacer un pequeño ataque a EE UU, una defensa a ultranza de México (dice que los mexicanos son gente guapa y que él y Gael son un ejemplo de ello) y ataca al pobre Will, pidiéndole que se dé cuenta de una vez de que no es mexicano, que se lo quite de la cabeza. No os digo más, aquí van los últimos cuatro minutos y medio de entrevista. Deliciosos.

«¿Cómo te va mi muy muy bueno amigo viejo de muchas semanas?», dice Ferrell. En serio, es volver a ver los vídeos y volver a partirme de risa. Será que tengo un humor tonto, o la risa fácil… o las dos cosas. Es espectacular la rajada (de broma) que pega Diego Luna y más genial aún cómo la subtitulan («I’m fine», que viene a ser «estoy bien»).

Y para cerrar, dos apuntes. Primero, comparto con el pobre Diego que es difícil aguantar a alguien que ve 400 horas de Dora la exploradora «y una mochila que habla». Segundo; después de todo eso, Will tiene el valor de decirle que su dominio del español «está mejorando». En serio, me quedo sin palabras.

PD: La película se estrena este viernes en Estados Unidos, pero yo ya estoy deseando que llegue a España y leer lo que le parece a mi compañera @sinefectos.

Un telepredicador de 4 años es un ídolo de masas gracias a YouTube

BecConsejo: «Orienta, pero no dirijas»

¿Recordáis a Nazaret Castillo Rey, alias Castirey? Sorprendió a propios y extraños (mira que me gusta esta expresión) cuando con solo once años se convirtió en un ídolo de masas gracias a sus vídeos en YouTube, en los que este joven telepredicador daba consejos a los seguidores de la Iglesia Evangélica.

Pues bien, Nazaret, que empezó a predicar a los tres años, queda a la altura del betún al lado de Kanon Tipton, un estadounidense de cuatro años que cogió el micrófono de su iglesia por primera vez con solo 21 meses.

El pequeño y rubio Kanon pone la palabra y YouTube hace el resto. Miles y miles de visitas han convertido a este niño (que ya está marcado de por vida) en un ídolo de masas, en un genio en lo suyo, en un conmovedor orador que ha protagonizado minutos de televisión en varias cadenas estadounidenses e incluso en National Geographic.

[El vídeo está en inglés, pero lo importante es cómo dice las cosas]

Las cosas como son… yo creo que él no tiene mucha idea de lo que está diciendo, pero con cuatro frases hechas y un par de gestos (que si me seco el sudor con un pañuelo que es más grande que yo, que si pego un puñetazo en el libro…) conquista los corazones de las juventudes que acuden a verle actuar.

El pequeñajo es ya la tercera generación de predicadores en la familia y sigue los pasos de su padre y de su abuelo. El padre de la criatura, el pastor Damon Tipton, admitió en el The Today Show de la NBC que lo de Kanon es una mezcla entre vocación y mimetismo.

Damon Tipton (no tiene nada que ver con London, de Zack y Cody, todos a bordo) asegura que siente la intervención de la mano de Dios en la vida de su hijo. Queda claro que lo del niño es una llamada divina y no una serie de acontecimientos convenientemente enlazados.

PD: A mí me parece que la gente se ríe, pero no se convence. No deja de ser un niño de cuatro años haciendo cosas impropias para su edad (como Tiffany, la niña de Men In Black).

Dwight Howard la lía en ‘El Hormiguero’

BecConsejo: «Mejor la sencillez»

Admito que mi visión de El Hormiguero ha cambiado desde que les visité. Antes me gustaba, pero desde que tuve la ocasión de charlar con el equipo humano que hace el programa, no solo me gusta: les admiro. Desde Pablo Motos al último becario. Trabajan mucho y siempre intentan que el invitado se sienta cómodo. ¡Si me hicieron sentirme de la familia, cómo no lo van a hacer con los invitados!

Pues bien, después de ver el programa de este lunes, me ha surgido una duda. Hasta el momento siempre tuve claro que los mejores hasta el momento habían sido los de Will Smith. Ahora ya no estoy tan seguro.

Por si no lo visteis, visitó el plató de la calle Alcalá el genial Dwight Howard, Superman para los amigos, pívot (y de los buenos) de los Orlando Magic, allá en la lejana NBA. El tío tiene fama de cachondo, pero yo no sabía hasta qué punto. No lo sabía hasta que le vi aparecer con una peluca roja…

Sabéis que alguna vez me lo he planteado, que quizás los famosos son majetes cuando salen al extranjero. Empiezo a tener dudas… igual solo pasa con nuestros famosos. Lo digo porque Dwight tiene pinta de showman, desde las cosas que cuenta («en la cama los pies me cuelgan y salen por la puerta», «antes de los partidos me siento en el váter 25 minutos leyendo y cantando»), hasta las cosas que hace (ahora canta, ahora hace un mate, ahora un chiste…) pasando por las caras que pone.

Pìenso en que nuestros famosos majetes (Iker Casillas, Pau Gasol, etc.) nunca llegarían a esos límites. De nuestros famosos bordes (Bardem y compañía) me guardo la opinión, que estamos en ambiente festivo.

El tipo transmite alegría y es solidario. Además, es un verdadero crack en lo suyo, el baloncesto. ¿Qué más se le puede pedir?

Pues podéis pedir lo que queráis, que tito Dwight os lo dará. ¿Queréis caras graciosas? Pues caras graciosas:

¿Que haga un mate? ¿Que cante? ¿Que participe en un truco de magia? ¿Que baile? Dicho y hecho:

Dice que le gusta hacer reír a la gente porque él ha tenido suerte y su vida es maravillosa. Evidentemente, no creo que todo el mundo, sea o no famoso, se vea obligado a ser gracioso, tanto como si se hubiera tragado un payaso, pero de lo que no me cabe duda es de que este tipo, este tal Dwight Howard (es de 1985, como yo… sigh) es un ejemplo a seguir. Con jugones como éste es imposible no acordarse del genial Andrés Montes. Cuánta razón llevaba

PD: Por cierto, que a veces tenemos dudas. Este hombre no vendía película, ni disco, ni nada. Estrenaba zapatillas, pero digo yo que eso no le obliga a ser tan amable.

PD2: Que le pongan a Jesse Eisenberg el vídeo, por favor. Igual así espabila.

PD3: Me pide Trolly que os informe de que ya tiene Facebook.