Compra 1.000 ejemplares de un diario local para intentar ocultar su arresto

El propietario de un periódico del estado de Nueva York indicó en una entrevista que un hombre compró cientos de copias de la publicación, en un loco esfuerzo para evitar que sus vecinos y conocidos leyeran la noticia de su detención por conducir borracho. Se ve que el caballero no usaba mucho las redes sociales ni consultaba los diarios online.

La policía estatal detuvo a Joseph Talbot (el comprador compulsivo de ejemplares), de 43 años, en el condado de Wayne, acusado de conducir en estado de embriaguez. Los agentes también le imputaron un delito de resistencia a la autoridad por negarse a tomar las huellas digitales.

Mr. Buyer, en la ficha policial.

Ron Holdraker, editor y dueño del diario Times of Wayne County, indicó que se hizo con su ficha policial en la cárcel del condado, y la imprimieron para ilustrar la noticia del arresto. La imagen también fue publicada en la página web, el principio del fin para Talbot.

Aunque parece que le importó muy poco porque Mr. Buyer adquirió cerca de 1.000 copias (alrededor de 1.100 euros gastados en papel impreso, a razón de 1.25 dólares el ejemplar), según relató Holdraker. Recorrió medio condado buscando quioscos que vendieran el fatídico número.

Todo el dispositivo ‘antipublicitario’ fue en vano, ya que sus familiares tuvieron la noticia a su alcance en la pantalla de sus teléfonos móviles, lo que aparentemente no calculó Talbot, anclado en la época de Ciudadano Kane.

(Fotos: PIXABAY / New York State Police)

2 comentarios

  1. Dice ser Toribio

    Pobre hombre. Os habéis cebao con el. Ni que fuera el general Yague (el carnicero de Badajoz),quien organizó su propia corrida matando a cientos de hombres en la plaza de toros.

    12 enero 2017 | 16:58

  2. Dice ser Esteban Jiménez Otero

    ¡VAYA HISTORIA!
    .
    …Parece increíble, amigo Becario, que un tipo con apellido de coche y cara de haber perdido el bisoñé en una ventolera, haya comprado 1.000 periódicos para no ser descubierto. Poca vergüenza. Ya me imagino el diálogo:

    TALBOT: Deme el ‘’Wayne County’’, por favor.

    EL QUIOSQUERO: Aquí tiene –se lo da–. 1’25 dólares.

    TALBOT: ¿Cómo? Ah, sí. 1’25 dólares –dice sopesando el ejemplar–. ¿No tiene más?

    EL QUIOSQUERO: Claro que sí. Tome otro.

    TALBOT: Sigue siendo poca cosa. ¿Cuántos ejemplares tiene del ‘’Wayne County’’?

    EL QUIOSQUERO: Muchos…

    TALBOT: Ea, pues démelos todos. Pa qué vamos a regatear. (EL QUIOSQUERO se los da.) Usted se preguntará, claro, pa qué tanto periódico. Yo se lo digo. Resulta que hoy tengo pensado pintar en casa y necesito mucho papel para no manchar el suelo. Además tenía pensado descongelar el frigo y hacer una mudanza. Ya sabe, para envolver el cristal…
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    …Y así en todos los kioscos del Condado de Wayne. Luego echaría la doble llave de su casa y encendería la chimenea, que estaría una semana ardiendo como el fuego eterno de Darvaza.
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    …Aquí en España se han dado situaciones parecidas, aunque no tan extremas. Por ejemplo, se sabe del individuo aquel, que iba por ahí diciendo que había ganado un ‘’¡premio nacional, un premio nacional!’’. Sí, claro, un premio nacional. Pero sin acabar nunca de decir el nombre completo: ‘’Premio nacional Garnacha’’, que es un premio que se da en La Rioja (‘’Garnacha’’ es una uva de vino tinto muy plantada en el mundo entero) y que tiene escasa repercusión. Es como si usted gana un certamen de chotis y luego dice que es ganador nacional de chotis. Lógicamente es usted ganador y nacional (porque lo ha ganado en España) y de chotis. Pero, en fin, eso es querer engañar con las palabras.
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    …También ese mismo individuo ha publicado un libro en luhu editorial, que no tiene ningún mérito. Porque uno puede poner todas las cosas que se le pasan por la cabeza en un papel y luego pagar para que se las impriman. Y ahora ese individuo se hace fotografiar en Instagram firmando ejemplares de sus fotocopias. ¡Ay, amigo mío, esos ejemplares los compras tú. Tú mismo compras tus propios libros para fardar luego en las redes sociales.
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    …Joseph Talbot (que en realidad tiene cara de llamarse Pepe y de vivir en San Blas –Madrid–) sólo temía a los vecinos de su barrio. Gente mayor, algunos ancianos, y todos más dañinos que un dolor de tripas. De ahí que comprara los periódicos del vecindario. Luego resultó que fue la familia quien lo delató. Tenía que haber empezado por ahí, robándole a los suyos el móvil. Qué iluso.

    12 enero 2017 | 23:04

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