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Séptimo día: sobrevolando Islandia, glaciares, volcanes y lagos hasta Reikiavik

… el miércoles sobrevolamos Islandia pasando por el glaciar más grande de Europa, pretendíamos acercarnos al volcán que estuvo activo en 2010 en la zona sur de la Isla, pero el pronóstico del tiempo falló y cuando llegamos a esa zona nos encontramos con nubes de desarrollo, que nos produjeron algo de hielo, y no pudimos verlo.

No obstante, disfrutamos de zonas de buena visibilidad que nos dejaron admirar la fuerza de estos duros paisajes volcánicos de mágica policromía en los que el agua del deshielo del glaciar juega en innumerables cascadas, lagos, riachuelos y arroyos.

Esperamos estar en Reykjavik hasta el sábado para realizar las primeras entrevistas sobre el cambio climático.

Más sobre el sexto día: necesaria recuperación después de la gran travesía

La travesía del lunes 25 fue de algo más de 6 horas, pero se inició a las 6 de la tarde después de pasar el día en el aeropuerto escocés de Wick pendientes de la meteorología.

Localizamos a dos pilotos norteamericanos que acababan de llegar de Keflavik y nos dieron todo tipo de detalles sobre el cruce que realizaron, con la tremenda salvedad de que ellos llevaban un motor de 6 cilindros, y cilindros de los gordos, y turbo alimentados, lo que les permitió volar por encima de las nubes, y nosotros no .

Todo esto para decir que al levantarnos el martes para ir al aeropuerto de Egilsstadir, los tres (nosotros y Harro) acusamos claros signos de cansancio. Habíamos dormido bien, pero eso de que no se haga de noche parece que nos acortó las horas de dormir. Dejamos el motelito este de Heidi (totalmente en campo verde) y nos fuimos al aeropuerto en busca de una buena meteorologia que nos permitiese ir a Reikiavik.

La meteo de la isla suele establecerse de forma alternativa, cuando el oeste está bien, el este está mal y viceversa, así que hay que buscar el momento de transición para poder operar en ambos lados.

En Reikiavik, y a través del Consulado de España, (contactos de Pablo cuando vino hace unas semanas a dar su concierto de piano), nos facilitarán la visita a un magnifico centro de investigación sobre las consecuencias del cambio climatico y sus orígenes. Así que es una cita que esperamos poderla realizar con la máxima extensión que nos permitan.

Pasamos el día en el aeropuerto, retoqueteando nuestro maletero y el montón y pico de bolsas, etiquetadas según su uso, empaquetando el equipo de emergencia que usamos para el cruce y pequeñas reparaciones en el avión, terminando con la recarga de aceite y unos 200 litros de combustible, que fue lo que gastamos en el cruce, algo más de 30 litros a la hora.

La gente en este ambiente es sumamente amable y dispuesta a ayudar en todo,  sonríen con facilidad aunque no sepan decir una palabra en ningun idioma extranjero.

Ya muy avanzada la tarde, Benini, el dueño del motelito, que es controlador de la torre del aeropuerto, nos vino a recoger para que nos retirásemos y comprásemos algo para cenar frente a nuestros aposentos en el campo.

Hoy miércoles, más descansados, haremos un nuevo intento de salida.