¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Entradas etiquetadas como ‘rajoy’

Un puente festivo, buena ocasión para dimitir

Esta tarde se abre un largo puente festivo, un buen calendario para cortar cabezas o presentar dimisiones por el caso Correa sin desencadenar mucho ruido en los medios de comunicación. Sobre todo en la Comunidad Valenciana, donde hoy viernes también es fiesta y la población ya se ha ido a la playa o al campo. Máxime cuando hay que responder cuanto antes al movimiento de ayer de Esperanza Aguirre en su estrategia para disputarle la silla a Mariano Rajoy.

Don Vito, Don Mariano, Doña Esperanza

El levantamiento, ayer, de un tercio del sumario que se instruye en el TSJ de Madrid sobre el caso Gürtel o Correa ha sacudido los cimientos del PP. Como se sospechaba por los intentos desesperados de las últimas semanas de la dirección del partido por desacreditar a jueces, fiscales y policías, no eran casos aislados de corrupción de algunos dirigentes lo que había detrás de la trama de Correa y el Bigotes: era, o es, una corrupción generalizada, amplísima, de la que se nutrían no sólo garajes, armarios y cuentas corrientes de bastantes altos cargos populares sino también las arcas del propio partido. Por si hubiera alguna duda sobre a qué se dedicaba la red de corruptores y corrompidos, el máximo dirigente, Francisco Correa, había dado instrucciones a sus ayudantes para que le llamaran Don Vito, el nombre del capo del libro y la película El Padrino.

Otro don, don Mariano Rajoy, pidió ayer en público «indiferencia» y «olvido» sobre estos asuntos, sin nombrarlos. No creo que le vayan a hacer mucho caso ni los jueces ni los fiscales ni la Policía ni la prensa ni la opinión pública… ni una parte de su propio partido. Porque una doña, atención, doña Esperanza Aguirre, lamentaba también ayer que se haya levantado sólo una parte del secreto del sumario, luego ha pedido lo contrario que su jefe político, ha pedido más atención y más luz y más taquígrafos, y ninguna indiferencia y ningún olvido.

¿Por qué? ¿Qué hay en la parte aún secreta del sumario? ¿Algún «lío morrocotudo» de Don Vito que perjudica mucho a don Mariano, rival de doña Esperanza en la lucha por el poder en el PP que se libra desde hace año y medio? Aguirre está salpicada (muchísimo: un ex consejero suyo y varios diputados autonómicos suyos y varios ex alcaldes suyos están ya imputados y bajo fianza), y Aznar y Fraga y Cascos y Camps… ¿Quiere Aguirre que el propio Rajoy resulte cuanto antes salpicado más directamente aún que lo que ya le salpicó el tesorero, Bárcenas?

Los partidarios de Aguirre en la lucha del poder en el PP, y sus medios de comunicación afines, andan estos días recordando una y otra vez que doña Esperanza tomó medidas, cortó cabezas, destituyó de inmediato a aquellos de los suyos que habían hecho negocios con Don Vito, que ella había afrontado sus responsabilidades, en suma, mientras que otros (léase Camps, léase Rajoy) no lo habían hecho. Consideran estos tratadistas que aquellas decisiones de Aguirre la dejaron limpia, y que la inacción de Rajoy y lo que esconde aún el sumario lo manchan y lo debilitan, lo convierten en una pieza que aún se puede abatir.

En una película basada en prácticas de la mafia, la trama seguiría quizás así: en dos telediarios, algún detalle nuevo del sumario abofetearía directamente a Don Mariano. En tres telediarios, algún dirigente de segundo nivel y no significado en el pulso marianistas-aguirristas visitaría al líder y le diría con voz ronca: «No es nada personal, amigo. Traigo un recado de los chicos… Creen que es mejor que lo dejes». Y en cuatro telediarios se convocaría un congreso extraordinario del PP al que llegaría como caballo blanco, como gran tabla de salvación del partido, Doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma.

Pero eso pasaría en el cine, y esto es la vida real.

¿Qué pasaría si hubiera ahora elecciones?

¿Qué pasaría si, como pretende el PP, Zapatero convocara ahora elecciones anticipadas? El último Barómetro del CIS, de julio, y algunas encuestas privadas recientes daban ventaja al PP y a Rajoy sobre el PSOE y Zapatero. ¿Se confirmaría esa ventaja si realmente los ciudadanos fueran llamados a las urnas?

Se lo he preguntado a algunos expertos. Y uno de ellos me hace esta interesante reflexión: «En el imaginario de la mayoría de los españoles, la solidaridad se atribuye a la izquierda y la eficacia a la derecha. Si ahora, en plena crisis económica, hubiera que votar, en muchos de los electores entrarían en pugna esos dos valores. El PP ganaría si el votante valorara más la eficacia que la solidaridad, si los parados confiaran más en que Rajoy les va a dar un empleo dentro de un año que en que Zapatero les va a dar los 420 euros al mes si se quedan sin cobertura de desempleo».

¿Quizás se deba a esto el discurso reciente y machacón de ZP de que en la crisis va a tomar medidas pensando, sobre todo, en los más desfavorecidos?

Rita Barberá era el plan B del caso Camps

En el PP están muy disgustados con la aparición de Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, como presunta receptora de regalos de la trama corrupta de Correa y El Bigotes. Barberá era clave en el plan B del caso Camps. El plan A, en el que está ahora Mariano Rajoy, es resistir sin entregar la cabeza del presidente de la Generalitat Valenciana, confiando en que finalmente los jueces archiven el caso y exculpen a Camps.

El plan B es el que se activaría si Camps tiene que dimitir, y consistía en llevar a Rita Barberá a la presidencia de la Generalitat. Lo tenían fácil: además de alcaldesa de Valencia, ella es diputada autonómica, miembro de las Corts Valencianes. Y es otra cosa muy importante: en el dividido PP valenciano, Barberá probablemente sea la única dirigente a la que apoyarían las dos facciones internas, los zaplanistas y los campsistas. La posibilidad de que ella fuera la sucesora de Camps se la escuché a dirigentes del PP hace ya tres meses, pero los bolsos de Louis Vuitton parece que van a obligar a Rajoy y a su cúpula directiva a pensar en un nuevo Plan B. No te quitas un presidente autonómico salpicado por corrupción para ponerte otro que también esté bajo sospecha.

Remolón Rajoy

El agua de Gürtel/Correa le llega ya al cuello, con el tesorero Luis Bárcenas investigado por el Tribunal Supremo y el barón regional Francisco Camps y otros altos dirigentes valencianos a dos escalonets del banquillo, pero Mariano Rajoy sigue impasible el ademán, quien aguanta vence, sostenella y no enmendalla, aquí no dimite nadie, aquí no discrepa nadie, prietas las filas…

En su larga trayectoria política, Rajoy siempre ha seguido una táctica que resumía muy bien Queta Claver en una revista musical, hace medio siglo: «Salomón / decía con tesón: / Las cosas se arreglan solas; / es cuestión / de hacerse el remolón, / y no sufrir sin ton ni son». Lo hizo en vísperas del congreso del partido el año pasado, cuando Esperanza Aguirre y otros díscolos le movían la silla, y lo hace ahora.

Pero en la dirección del PP, algunos están esta vez muy preocupados. Cuando saltó el caso, Camps les dijo que él se había pagado sus trajes, y ahora hay demasiados indicios de que no fue así. Les aseguró hace meses que el TSJ de la Comunitat Valenciana no admitiria el caso, y lo admitió. Luego les garantizó que él no sería imputado, y lo fue. Más tarde les juró y perjuró que no habría juicio oral, y lo va a haber. Ahora les promete que la sala, con tres magistrados conservadores, será el escalón donde tropiece la causa, donde acabe descarrilada y archivada. Ya no saben si creerlo, si confiar en que realmente será así, y se preguntan si el remolón Rajoy no debiera ahorrarle al partido la incertidumbre y el sobresalto suspendiendo de inmediato de militancia a los implicados y exigiéndoles la dimisión.

Rajoy hace balance y estrategia

Rajoy reúne hoy y mañana en Segovia a su Alto Estado Mayor (Dolores de Cospedal, Ana Mato, Esteban González Pons, Javier Arenas, Soraya Sáenz de Santamaría, Pío García-Escudero, Jaime Mayor Oreja y Alberto Ruiz-Gallardón) para hacer balance del curso que acaba y preparar el próximo.

En la mirada hacia atrás, Rajoy lleva luces y sombras.

Las luces:

-su afianzamiento como líder del partido.

-los buenos resultados electorales en Galicia y la vuelta al poder en la Xunta.

-el papel relevante del PP en el cambio de poder en el País Vasco, con la salida de los nacionalistas y la entrada de los socialistas.

-la victoria en las elecciones europeas.

-el debilitamiento del PSOE, del Gobierno y del propio Zapatero.

Las sombras:

-los escándalos de corrupción, especialmente el caso Correa y todas sus ramificaciones: Camps, Bárcenas, Comunidad de Madrid…

-el caso del espionaje interno entre dirigentes del PP en la Comunidad de Madrid, cerrado en falso.

-los últimos focos de resistencia a su liderazgo, especialmente desde el entorno de Esperanza Aguirre, que aún no se resigna a que Rajoy sea el candidato en las elecciones generales previstas para 2012.

-la resistencia del Gobierno y de Zapatero al desgaste de la crisis, una resistencia superior a la que esperaban en el PP hace unos meses.

En la estrategia para el curso que viene, los dirigentes del PP parece que van a hablar mucho sobre cómo seguir desgastando al Ejecutivo, ante la opinión pública y en el Parlamento, con el trámite de los Presupuestos, y sobre cómo lograr un adelanto electoral. Tienen la convicción de que sus posibilidades electorales son mayores cuanto antes se vaya a las urnas. Algunos de los dirigentes creen, incluso, que, si Zapatero logra agotar la legislatura y no hay elecciones hasta marzo de 2012, la crisis económica puede haberse aliviado tanto que las posibilidades de victoria de Rajoy sean mínimas.

«Soy Bárcenas, soy Rajoy»

Juanjo Millás imagina hoy en su artículo de El País que es Luis Bárcenas…

«…pesan sobre mí gravísimas sospechas que los medios de comunicación airean sin pausa. Media España piensa que soy un chorizo. Me ven por la tele y dicen ahí va un mangante, un sinvergüenza que se sirve de la política para robar….»

y luego imagina que no es Bárcenas, que es Rajoy…

«… tras dar un quinto sorbo a mi gin-tonic, voy y lo ceso y le exijo que entregue el acta de senador. Pero mientras me llega el segundo gin-tonic imagino que el tesorero de las narices conoce secretos inconfesables sobre mí».

El artículo completo, aquí.

¿Aún confía Rajoy en el tesorero?

Sorprende mucho la resistencia de Mariano Rajoy a entregar la cabeza de Luis Bárcenas, el tesorero del PP, al que el Supremo va a investigar por cohecho y delito fiscal. Los pasos de la investigación judicial y policial han ido revelando en los últimos meses tantos indicios delictivos que cuesta entender que el líder del PP aún no le haya obligado, a estas alturas, a presentar la dimisión como tesorero y como senador. ¿Aún confía el líder del PP en su tesorero? ¿Qué teme Rajoy? ¿Quizás que hable Bárcenas si se ve desprotegido?

La semana pasada, cuando aún el Supremo no se había pronunciado, Rajoy pidió a «los militantes del PP» que confiaran en «la dirección del partido». ¿Rajoy y sus directivos saben algo sobre este asunto que no saben ni los militantes ni el resto de los ciudadanos?

Ayer, uno de los cuatro sms que el PP soltó a la prensa tras la decisión del Supremo decía: «Al no aceptar la competencia sobre la totalidad del caso Gürtel, el Supremo descarta la tesis de Garzón y de la Policía Judicial de que existía una trama de financiación ilegal del PP». Excusatio non petita ¿accusatio manifesta? ¿Son asuntos sobre la financiación del partido los que conocen Rajoy y sus directivos, incluido Bárcenas, y los que le llevan al líder del PP a pedir confianza a sus militantes y a mantener al tesorero en su puesto?

Tres cercos para Esperanza Aguirre

Hace aproximadamente un año, Esperanza Aguirre llegó a su momento culmen de lideresa: gobernaba la Comunidad de Madrid sin que la oposición le hiciera ni una leve sombra, dirigía el PP de la región sin contestación interna y con Gallardón sometido, arrasaba en popularidad personal en la calle, había logrado montarse una gran red de apoyos mediáticos… y pensó que había llegado el momento de intentar el asalto al sillón de Mariano Rajoy, al liderazgo absoluto del PP.

Hoy Aguirre se encuentra en una situación bien distinta. El viejo escándalo de los espías tiene brotes verdes en los juzgados, el caso Correa se cobra casi todas sus víctimas políticas entre los aguirristas y amenaza con llegarle a la presidenta madrileña al antedespacho… y acaba de estallar el caso Fundescam, que enlaza con el caso Correa y apunta directamente a que la lideresa financió irregular o ilegalmente sus campañas electorales de 2003, las del año del tamayazo.

En ninguno de los tres casos, en ninguno de los tres cercos a Aguirre -espías, Correa y Fundescam-, se ve al PSOE moviendo los hilos (por más que ahora los socialistas quieran sacarles partido), sino más bien a facciones internas del PP ajustándose cuentas. ¿Qué cuentas? La principal, la cuenta que la propia Aguirre dejó sin saldar con Rajoy cuando hace un año intentó disputarle la presidencia del PP.

Semana decisiva para Camps y Rajoy

Esta semana es decisiva para Francisco Camps, el presidente valenciano, y de alguna manera también para Mariano Rajoy, líder del PP. Mañana martes comparecen como imputados en el caso Correa, ante el Tribunal Superior valenciano, tanto Camps como su segundo en el PP de la Comunidad Valenciana, Ricardo Costa. El miércoles comparece Álvaro Pérez, el Bigotes, uno de los jefes de la trama de corrupción. El jueves, José Tomás, el sastre o empleado de las tiendas donde se le hacían los trajes a Camps.

Hay dirigentes del PP que creen (o al menos eso dicen en público y en privado) que de toda esa batería de declaraciones judiciales saldrá el archivo de la causa de los trajes y la exculpación absoluta de Camps, que quedaría resplandeciente como político honesto. Pero hay otros dirigentes que dicen, en privado, lo contrario: que Camps quedará aún más tocado, más manchado, y que a Rajoy y al PP no les quedará más remedio, al final de la semana, que suspenderlo de militancia y, quizás, sugerirle que dimita. «¿De inmediato?», pregunto. «Cuanto antes, antes de que entremos del todo en la campaña electoral de las europeas. No podemos arriesgarnos a que las tres semanas que faltan para el 7-J, el caso Gürtel se convierta en manos de los socialistas en el caso Camps, en el caso PP. Ni arriesgarnos a que cada mañana abramos los periódicos con sobresalto por si alguien ha seguido filtrando el sumario».

Las elecciones europeas, que hace un mes se afrontaban desde el PP como un paseo militar, con la expectativa de derrotar ampliamente al PSOE, se ven ahora con más inquietud. El último Barómetro del CIS, el debate sobre el estado de la nación y el caso Correa hacen temer a algunos en el PP que esa victoria electoral no sea tan clara, y que el 8 de junio se vuelva a hablar internamente en el partido sobre si Rajoy es o no es el líder que necesitan para las siguientes elecciones generales.

P.D. La comparecencia de Camps ante el juez se retrasa al miércoles.