¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Más barato, pero pocos compran

Vayámonos a hace un año. La inflación estaba altísima (al 5,3%) y el bolsillo de la inmensa mayoría de las familias muy ajustado: el euríbor de junio de 2008 estaba en el 5,361%.

Un año después, los precios no sólo no crecen sino que bajan (la tasa interanual se ha puesto en junio de 2009 en el -1%) y el bolsillo de un enorme número de familias (todas las que no tienen alguien en el paro; y recordad que según los datos de junio de los servicios públicos de empleo y de la Seguridad Social, en España hay 3,56 millones de personas en desempleo y 18,09 millones con empleo) está bastante mejor. ¿Por qué? Porque el principal gasto mensual que tienen millones de familias, el pago de la hipoteca, se les ha reducido mucho al desplomarse el euríbor, que en junio de 2009 ha cerrado al 1,610%, casi cuatro puntos menos que hace un año. Dicho de otro modo: muchos de los productos y servicios son hoy más baratos que hace un año y la gran mayoría de los españoles tienen hoy más dinero disponible para consumir que hace un año.

¿Lo consumen, lo gastan? En absoluto: lo ahorran, lo guardan. El consumo sigue plano. Por miedo, sin duda, por falta de confianza. Muchos de esos 18 millones de españoles que tienen empleo han decidido gastar poco, por si acaso pierden en el futuro su puesto de trabajo y tienen que lamentar haberse metido en gastos que no eran imprescindibles. Éste es ahora el principal problema de la economía española en su conjunto; que la sociedad del consumo se ha parado.

Tras el IPC al 1,5%, ¿le debes dinero a tu empresa?

Creo que ni el Gobierno se esperaba una caída del IPC tan brusca como la que hoy hemos sabido: ha cerrado el año 2008 en el 1,5%, una tasa interanual insólita en España (parece japonesa), y mucho más cuando hace menos de medio año, en julio, la teníamos en el 5,3%.

A finales de octubre, hace por lo tanto poco más de dos meses, David Vegara, secretario de Estado de Economía y estrella ascendente en la política económica socialista, se atrevió a decir que en el primer semestre de 2009 la inflación estaría por debajo del 3%, y algunos, yo entre ellos, dijimos que pecaba de optimista. Pues no, se quedó muy corto. Hace poco más de 20 días, el 11 de diciembre, oí a Zapatero decir en la Asamblea General de la CEOE que el IPC acabaría el año en torno al 2%. También se quedó corto el presidente.

El 1,5% final de los precios en 2008 es una buena y una mala noticia. Buena porque hace nuestra economía más competitiva, porque indica que muchos productos y servicios les son ahora más baratos a los ciudadanos, porque empujará nuevas bajadas de los tipos de interés del Banco Central Europeo y del euríbor que marca nuestras hipotecas y porque todo ello es una esperanza de repunte del consumo, que es la madre del cordero de la crisis económica (si no hay consumo, las empresas venden menos, producen menos y… emplean menos; y, al haber menos empleo y más paro, hay menos consumo… y vuelta a empezar el círculo vicioso).

Y es mala la noticia del 1,5% de IPC porque una inflación tan baja, tan infrecuente, se debe, además de a un recorte brutal del precio del petróleo (de 147 dólares el barril en julio a unos 40 ahora), a una caída de la actividad económica igual de brutal. Nuestra sociedad del consumo se ha parado, y probablemente veremos cuando se conozca el PIB del cuarto trimestre de 2008 que nuestra entrada en recesión ha sido sideral, muy por encima de las dos décimas que cayó en el tercer trimestre.

Hay otra consecuencia del IPC conocido hoy a la que habrá que estar muy atentos. Los convenios de muchísimas empresas españolas incluyen una cláusula por la que durante el año se anticipa a los empleados parte del incremento del IPC previsto por el Gobierno. El IPC oficialmente previsto para 2008 era del 2,5%, y muchas empresas anticiparon a sus trabajadores, mes a mes, el 2%. Ahora, cuando el año ha cerrado con un IPC del 1,5%, es decir, por debajo del anticipo, millones de trabajadores se pueden encontrar con que le deben dinero a su empresa.