No se ha recuperado aún muy bien el Gobierno del desgaste que le produjo el secuestro del ‘Alakrana’ y ya se ha visto metido en otro charco peligroso: el secuestro de tres cooperantesespañoles en Mauritania. El lío es gordo, y más si se confirma que los secuestradores son islamistas de la órbita de Al Qaeda, como ha aventurado el propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Apenas han pasado 24 horas y ya hay críticas al Gobierno.
Y Haidar, la activista saharaui, sigue con su huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote y acusa al Ejecutivo español de chantaje.
A Gobierno flaco, todo son pulgas.