Me dijo hace unos días un lector: “Me parece a mí que el periódico es más femenino que masculino y eso es un error, porque debe ser masculino y femenino por igual”. Estoy de acuerdo en lo segundo, no en lo primero. Ni somos ni pretentemos ser un diario más femenino que masculino. Hace muchos años, en 1967, ya nació uno en Barcelona enfocado sólo para mujeres y que se llamaba precisamente Diario Femenino. Creo que era un buen periódico, un oasis en la aburrida y sesgada prensa del franquismo. Pero tuvo corta vida, cerró en pocos años.

Confiamos en otras fórmulas, pretendemos hacer un diario que interese tanto a las mujeres (que son el 51% de nuestros 2,4 millones de lectores, según el EGM) como a los hombres. Pero contrariamente a lo que decía aquel lector, creo que estamos aún muy lejos del equilibrio. Somos aún demasiado masculino: en los temas informativos que primamos, en la forma de enfocarlos, en el lenguaje, en la selección de fotos (“demasiada tía buena y pocos tíos atractivos”, decís incluso algunos, con razón)… Quizás no somos tan masculinos como la vieja prensa de pago, que sólo logra de media un 38% de lectoras, pero aún nos queda mucho por recorrer para conseguir un diario tan femenino como masculino.

Para conseguirlo, probablemente una de las primeras medidas fuera incorporar más mujeres a responsabilidades de mando en el diario. Por convicción, no porque lo recomiende el Gobierno con sus leyes o la corrección política. Acabo de hacer un repaso rápido a la nómina editorial de las 14 redacciones de 20 minutos. En total, tenemos un número ligeramente superior de mujeres. Pero en puestos directivos somos apabullante mayoría los varones… Tengo cinco directores adjuntos (todos hombres), tres subdirectores (dos hombres y una mujer), once redactores jefes (siete hombres y cuatro mujeres)… ¡Demasiados hombres y demasiadas pocas mujeres tomando las decisiones!