Empeñada en convertirse en la verdadera líder de la oposición a Zapatero (y de paso dejar en evidencia a Rajoy), Esperanza Aguirre decidió en mayo pasado que la Comunidad de Madrid no se sumaría al plan del Ministerio de Industria y del Gobierno central de incentivar la venta de coches mediante ayudas públicas. El plan consistía en que, a cada comprador de un coche de hasta 30.000 euros de precio que entregara otro vehículo de más de 10 años de antigüedad, el Gobierno central le daría 500 euros; los fabricantes, 1.000 euros; y las comunidades autónomas, otros 500.
Aguirre anunció que su Gobierno no ponía sus 500 euros y se inventó otro incentivo, otro plan: una reducción del 20% en el impuesto de matriculación de cualquier vehículo, sin límite de precio. Es decir, mucho dinero a los ricos que compren coches caros, y muy poco a los asalariados que compren coches baratos. Veámoslo con dos ejemplos.
Desde enero de 2008, el impuesto de matriculación tienen cuatro tramos diferentes, en función de las emisiones de dióxido de carbono de los automóviles. Pongamos que el impuesto medio es del 7% sobre el precio de un vehículo. Si en Madrid te compras un coche pequeño, de 12.000 euros, el impuesto de matriculación sería de 840 euros, luego con la reducción del 20% del impuesto el Gobierno Aguirre te descuenta 168 euros. Si te compras un coche de 80.000 euros, como el de Ricardo Costa, el impuesto será de 5.600 euros y la reducción del 20% que te hará Aguirre será de 1.120 euros. (En realidad, la diferencia es mucho mayor, porque el impuesto real de los coches pequeños poco contaminantes es muy reducido, y el de los coches grandes más contaminantes es muy superior al 7%)
A algunos ricos madrileños les habrá ido bien el plan de Aguirre, pero como revitalizador de las ventas de coches parece claro que no funciona. En septiembre, las ventas de coches subieron en el conjunto de España un 18% respecto a septiembre de 2008, y en la comunidad de Madrid cayeron un 7,9%. En octubre, las ventas han subido un 26,4% en el conjunto de España, y han caído un 1,82% en Madrid.
Vistos los datos, quizás Aguirre deba rectificar, como ha hecho con el asunto Cajamadrid. No será menos lideresa si saca la pata.