Censo fiable de afiliados con derecho a voto, financiación de las candidaturas, voto presencial o también telemático, mínimos y máximos de avales, reglamento general de las primarias… No le faltan tareas cruciales a la gestora del PSOE, que mañana se reúne con representantes de los tres precandidatos: Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz.
El órgano director interino del PSOE no llega a la cita ni a las semanas clave con los mejores antecedentes. Su gestión durante estos largos meses (estirados más allá de todo lo razonable; y atribuyéndose funciones que no le correspondían, puesto que la gestora es un órgano alegal que no figura en los Estatutos del PSOE) ha sido cuestionada tanto por las élites del partido que fueron víctimas del golpe de mano del 1 de octubre pasado como por gran parte de las bases.
No, al partido definitivo -las primarias y el congreso- no llega el árbitro impoluto, impecable, libre de toda sospecha.
Haría bien en tomarse ahora la delicada tarea del arbitraje como una oportunidad de redención, de lavar las manchas del reciente pasado, y no de echarse otras nuevas en el expediente. La gestora del PSOE ha de ser neutral y parecerlo. Tras el bochornoso espectáculo del otoño pasado, lo peor que le podría pasar ahora al Partido Socialista es que sus primarias olieran a juego sucio o a componenda por parte de alguno de los jugadores o por parte del árbitro.