¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

La gestora del PSOE ha de ser neutral y parecerlo

Censo fiable de afiliados con derecho a voto, financiación de las candidaturas, voto presencial o también telemático, mínimos y máximos de avales, reglamento general de las primarias… No le faltan tareas cruciales a la gestora del PSOE, que mañana se reúne con representantes de los tres precandidatos: Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz.

El órgano director interino del PSOE no llega a la cita ni a las semanas clave con los mejores antecedentes. Su gestión durante estos largos meses (estirados más allá de todo lo razonable; y atribuyéndose funciones que no le correspondían, puesto que la gestora es un órgano alegal que no figura en los Estatutos del PSOE) ha sido cuestionada tanto por las élites del partido que fueron víctimas del golpe de mano del 1 de octubre pasado como por gran parte de las bases.

No, al partido definitivo -las primarias y el congreso- no llega el árbitro impoluto, impecable, libre de toda sospecha.

Haría bien en tomarse ahora la delicada tarea del arbitraje como una oportunidad de redención, de lavar las manchas del reciente pasado, y no de echarse otras nuevas en el expediente. La gestora del PSOE ha de ser neutral y parecerlo. Tras el bochornoso espectáculo del otoño pasado, lo peor que le podría pasar ahora al Partido Socialista es que sus primarias olieran a juego sucio o a componenda por parte de alguno de los jugadores o por parte del árbitro.

La socialdemocracia, una especie en riesgo de extinción

Además del frenazo a medias al partido xenófobo de extrema derecha que lídera Geert Wilders (y digo a medias porque no ha ganado, pero ha seguido subiendo en votos –del 10,1% al 13,1%– y en escaños –de 15 a 20–, las elecciones holandesas han arrojado otra noticia que trasciende el ámbito nacional neerlandés y que supone un nuevo aviso a navegantes en otros países europeos: el hundimiento estrepitoso del partido socialdemócrata tradicional, que allí se llama Partij van de Arbeid, Partido del Trabajo (PvdA), que ha sido durante décadas el hegemónico en la izquierda y que ha gobernado en diversos periodos.

Ayer se derrumbó. Queda séptimo en la tabla. ¡Séptimo! Pasa del 24,8% de los votos al 5,7%. Cae de 38 a solo 9 escaños. Nueve, no es una errata.

¿Qué le ha hecho a su electorado la socialdemocracia holandesa para que le pase esa enorme factura? Entre otras cosas, entrar estos años atrás en el Gobierno liberal de derechas de Mark Rutte, el primer ministro saliente y probablemente entrante, y llevar en él nada menos que el Ministerio de Finanzas, el que ha aplicado duras medidas de austeridad genuinamente liberales, nada socialdemócratas.

Un hundimiento similar le pasó en Grecia al Pasok que pactó con la derecha y un fenómeno parecido, pero con muchos menos daños electorales, por ahora, le empezó a pasar al PSOE desde que Zapatero tomó en mayo de 2010 medidas nada socialdemócratas y le puede pasar mucho más en breve si su nuevo líder o lideresa no corrige el rumbo que le dio la gestora cuando propició con su abstención el nuevo mandato de Rajoy. Una reciente encuesta, el domingo pasado de Metroscopia para El País, colocaba al PSOE tercero en voto estimado y cuarto en voto directo, lejísimos del PP y claramente por debajo de los dos partidos nue-vos: Podemos y Ciudadanos.

El hundimiento del PvdA en Holanda demuestra, una vez más, que la socialdemocracia clásica europea sigue desnortada y sin hallar su nuevo camino. La gran corriente política que durante largas décadas le ha dado a los países europeos algunos de sus mejores atributos no encuentra propuestas convincentes para la nueva sociedad que surge de la globalización, de la revolución tecnológica, de la gran crisis económica y de la indignación. Si no se da prisa en hallarlas, la socialdemocracia será en breve una especie en riesgo de extinción en algunos hábitats.

Un PSOE casi en estado de coma

Además del dato general de estimación de voto que le adjudica al PSOE, que es paupérrimo -tercero, con solo el 19%, a la misma distancia de Podemos que ventaja sobre Ciudadanos, dos puntos y medio en ambos casos-, la encuesta de Metroscopia que publica El País tiene algunos otros datos muy preocupantes para el PSOE.

Uno de ellos es la intención directa de voto. El PSOE solo es cuarto, con el 12,7%, casi duplicado por el PP (20,2%), muy descolgado respecto a Podemos (17,9%) y ampliamente superado por Ciudadanos (14%).

El otro dato muy inquietante tanto para los barones del golpe de mano de octubre pasado contra Pedro Sánchez como para la gestora que ha decidido eternizarse en unas funciones que tendría que haberse autolimitado -en el calendario y en las atribuciones- es el de la satisfación de los votantes de cada uno de los cuatro grandes partidos con la labor parlamentaria que está realizando cada una de las formaciones. Todos tienen bastante contenta a su parroquia -al PP lo aprueba el 80% de sus votante y lo desaprueba el 18%; a Podemos, 71% a 26%; a Ciudadanos, 83% a 14%- salvo el PSOE, que pierde entre sus partidarios: el 46% de sus votantes lo aprueba frente al 51% que lo desaprueba. Los datos, tan contundentes, desmienten la teoría del PSOE oficial de que con su gestión de «oposición responsable» -apoyar al Gobierno en algunos temas y votar en contra en otros- recuperarían el favor de su electorado.

Hay otro epígrafe de la encuesta que, por desgracia, esta vacío para el PSOE. Es el de la valoración de líderes políticos. Se ofrecen resultados sobre Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera, y no los hay sobre ningún dirigente del PSOE. Ni el presidente de la gestora, Javier Fernández, ni los candidatos a las primarias ya anunciados Pedro Sánchez y Patxi López ni la probable candidata Susana Díaz han sido sometidos al escrutinio de los entrevistados por Metroscopia (y si lo han sido, no se han publicado los resultados). Una pena, porque quizás investigando sobre los diferentes proyectos de liderazgos que ahora tiene el PSOE se podría realizar un mejor diagnóstico de qué le pasa al partido socialista, a qué le atribuyen sus votantes y el público en general su estado casi de coma y si se atisba alguien en el horizonte capaz de sacarle de ese agujero.

Sobre el 11-M y sobre periodismo, dos lecturas para este fin de semana

Dos lecturas para este fin de semana. Ambas de mirarnos un poco el ombligo, es verdad, pero dejadme que me tome esta licencia porque creo que vienen ambas a cuento de algunos debates que se están desarrollando estos días entre los periodistas y en la sociedad en general.

Una lectura, sobre la cobertura en 20minutos de los atentados del 11-M, ahora que se cumplen 13 años de los atentados. Si te apetece, lee estas cuatro entradas de mi blog en el orden que te propongo:

Cuatro portadas de ’20 minutos’ tras el 11-M / 1

Cuatro portadas de ’20 minutos’ tras el 11-M / 2

Cuatro portadas de ’20 minutos’ tras el 11-M / 3

Cuatro portadas de ’20 minutos’ tras el 11-M / y 4

Y la segunda lectura, con mi intervención hace ahora dos años en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca, por la que recibí críticas y felicitaciones de muchos colegas -más de lo segundo, gracias-:

Metiendo el dedo en el ojo al periodismo

Viene a cuento porque ayer se clausuró el Congreso de Periodismo Digital de Huesca de este año y, sobre todo, porque ésta ha sido una semana muy agitada en nuestra profesión periodística, esta vez por las presiones.

Llámame caradura y sigue dándome pan

El mismo día en que el juez Eloy Velasco, que instruye el caso Púnica, interroga al que fue consejero de Transportes de Esperanza Aguirre y acelera su investigación porque ha encontrado nuevos y graves indicios de financiación ilegal del PP de Madrid…

y solo un día después en que uno de los tesoreros históricos del partido, Naseiro -sospechoso en su día de corrupción-, deje en evidencia de corrupción a otro de los tesoreros recientes, Bárcenas…

y solo dos días después de que el presidente de Murcia (PP) haya tenido que comparecer ante un juez imputado en cuatro graves delitos de corrupción y siga sin dimitir…

y solo tres días de, y cuatro días de, y cinco días de…

… Mariano Rajoy amenaza en el Congreso de los Diputados con meter en vía muerta la comisión parlamentaria de investigación sobre «la presunta financiación ilegal del PP» que acordó con Albert Rivera en el pacto que le permitió al líder del Partido Popular seguir de presidente del Gobierno.

Rivera y su partido, Ciudadanos, tuvieron un cierto éxito electoral tanto en las elecciones municipales y autonómicas de 2015 como en las generales de 2015 y de 2016 gracias, entre otras razones, a que enarbolaron la bandera de la regeneración, de limpiar a fondo la corrupción galopante que asolaba a los viejos partidos y de recuperar el prestigio de la política, de no hacer trampas, de cumplir la palabra dada…

Si Rivera no reacciona ahora de modo contundente a los desplantes que a diario le hace Rajoy -e incluso al modo en que alardean algunos en el PP de su incumplimiento del pacto-, el partido naranja y su líder se ponen en grave riesgo de perder gran parte de su caudal político y de reputación. Está bien decirle por gestos en el Congreso a Rajoy que es un caradura, pero Rivera ha de ir más allá, incluso más allá de impulsar con PSOE y Podemos la comisión de investigación que intenta bloquear el PP. Ha de acabar Rivera con el ‘llámame caradura, pero sigue dándome tus votos cuando los necesite’ a que le tiene sometido Rajoy.

El ninguneo a Ciudadanos y el desprecio a lo firmado -a la palabra dada y firmada- a que está llegando el PP ya no debería contestarlo el partido de Rivera solo con gestos y con algunas acciones puntuales. Si el socio PP sigue así, Rivera ha de cuestionarse el pacto en su conjunto.

Ciudadanos y Podemos, ante el espejo de la melancolía

Decía anoche en Salvados (La Sexta) el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que apoyaría ahora -con algunas condiciones previas, lógicamente- una moción de censura con el PSOE para sacar a Mariano Rajoy del Gobierno.

Lleva varios días el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, amagando en público con romper su pacto en Murcia con el PP (que ya lo ha roto e incumplido, véase el segundo folio de este documento) e insinuando algunos de su entorno en privado que se podría incluso poner en cuestión el pacto de investidura de Rajoy, también por incumplimiento del PP nacional.

Los dos partidos hace apenas tres años emergentes tenían muy claro entonces, cuando emergían, que para cambiar realmente la vida pública y la política en España, y regenerarlas con garantías de que la corrupción se arrancara de raíz, era condición imprescindible sacar a Rajoy y al PP de Rajoy del mayor número de instituciones posible. Tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015, y aliándose con el PSOE, tanto Ciudadanos como Podemos sacaron al PP de Rajoy de algunos gobiernos regionales y grandes ayuntamientos. Pero tras las elecciones generales, especialmente tras las del 20 de diciembre de 2015, ambos partidos -y ambos líderes- tuvieron en su mano lograr el objetivo principal, el de sacar a Rajoy de la Moncloa, que era parte nuclear de su fundación, de su emergencia y de su éxito electoral, y no lo hicieron.

En amplísimas capas de sus respectivos votantes, de los de Ciudadanos y de los de Podemos, aquel esfuerzo que resultó inútil ha generado una enorme melancolía. Quizás ahora Rivera e Iglesias, mirándose en el espejo retrovisor, también la sientan y por eso dicen lo que dicen. No debieran ni engañarse ni engañar a sus electorados: el objetivo ahora es remoto o directamente imposible.

¿Habrá pacto entre Pedro Sánchez y Patxi López?

Mas de 2.000 personas en Dos Hermanas (Sevilla) el pasado 28 de enero; unas 900 en Castellón el 1 de febrero; unas 1.000 en Zaragoza el 4 de febrero; unas 500 en Calasparra (Murcia) el 7 de febrero, unas 1.700 en Valladolid el pasado sábado, 18 de febrero, y unos 500 asistentes ayer abarrotando el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, más otros 700 que se quedaron fuera porque no cabían. El éxito de asistencia a los actos de Pedro Sánchez, en su precampaña para las primarias del PSOE, ha sorprendido no sólo en la gestora del PSOE -el mando que pese a ser interino va a acabar dirigiendo el partido durante 9 meses- y en el entorno de Susana Díaz -aún no declarada candidata-, sino también en el del otro precandidato proclamado, Patxi López.

López, que fue el primero que anunció que se presentaría a las primarias socialistas, está también de precampaña, pero con una asistencia a sus actos mucho menos numerosa. En el primero, en Fuenlabrada el pasado 27 de enero, unos 150 asistentes. En los últimos, el pasado viernes 17, en Granada, un centenar de asistentes; y el sábado 18, en Almería, medio centenar.

Es cierto que la asistencia a los mítines no es un indicador exacto de las fuerzas de cada cual, pero ya algunos de los dirigentes socialistas territoriales que fueron de Sánchez y se pasaron hace un mes a Patxi López empiezan a hablar en privado de la necesidad de un pacto entre ambos que impida «dividir el voto de izquierdas de los militantes» y entregarle la victoria a Susana Díaz. ¿Lo habrá? Tiempo para pensárselo y para negociarlo van a tener mucho los entornos de uno y de otro, pues las primarias no serán convocadas oficialmente hasta finales de marzo o primeros de abril.

Donald Trump, una trama digna de John Le Carré

Ciberespionaje y campañas denigratorias a su rival Hillary Clinton antes de las elecciones. Hoteles de lujo en Moscú, las prostitutas según Putin mejores del mundo, agentes dobles, dosieres falsos y ciertos. Ayer, el general Flynn que tiene que dimitir como consejero de seguridad nacional del presidente al saberse que despachaba indebidamente con un diplomático ruso. Hoy, que diferentes asesores del candidato mantuvieron durante la campaña electoral contactos habituales con espías del Kremlin… La victoria electoral y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca empieza a parecerse mucho a la trama de una novela de John le Carré.

Leí hace muy poco Volar en círculos, el reciente libro casi autobiográfico de Le Carré. Cuenta, entre otras cosas, cómo documenta sus tramas antes de ponerse a escribir, de qué personas reales salen en parte algunos sus personajes -también Smiley, o el Leamas de El espía que surgió del frío, que he releído hace nada, tras un viaje a Berlin-, algunos detalles de su pasado remoto como espía del MI6 destinado en Austria que acabaron en su obra…

La realidad emergente de Trump, de su círculo de familiares y asesores y de su otro círculo de agentes rusos imita y supera de largo al arte de Le Carré. No sé si con Trump estamos ante una compleja y exitosa operación de los servicios de inteligencia de Vladimir Putin (ex jefe máximo de los espías de su país, no se olvide), la más ambiciosa que emprendió nunca un servicio secreto, pero se le empieza a parecer, y mucho.

Cuando Rajoy despierta, el dinosaurio de la corrupción sigue ahí

Estaban a punto la pasada semana Rajoy y Cospedal de abrir el Congreso del PP… y se desayunaban con que nueve empresarios confesaban a la Fiscalía que habían financiado ilegalmente al partido y por otro lado con que el TSJ valenciano dictaba las primeras condenas -entre ellas a algún ex alto cargo del PP- de una de las ramas valencianas del caso Gürtel.

Se daba golpes de pecho el viernes pasado Cospedal en el Congreso del PP sobre lo lentos que estuvieron en atajar la corrupción dentro del partido. Hablaba en pasado, como si ahora el problema no existiera.

Estaban hoy de gira de televisiones Rajoy y Cospedal, presumiendo de su congreso de la unidad y la unanimidad, y se han desayunado con las imágenes de Ana Mato -exvicesecretaria general del PP, exministra, ex directora de las campañas electorales de Rajoy…- y de un representante legal del propio PP, citados ambos como partícipes a título lucrativo en uno de los juicios de la Gürtel, aquella trama que, según el hoy presidente del Gobierno, no era una trama del Partido Popular sino una trama contra el Partido Popular. Y se han desayunado también con que el juez del caso Púnica atribuye a Pedro Antonio Sánchez, presidente de la Región de Murcia, y a la exalcaldesa de Cartagena y ahora senadora Pilar Barreiro, ambos del PP, graves delitos de corrupción.

Cuando Rajoy despierta de sus mejores sueños -la explosión interna del PSOE, la nueva investidura, el congreso de la aclamación…-, el dinosaurio de la corrupción sigue ahí. Y así seguirá siendo mucho tiempo, según parece.

 

Unidad e integración, las claves ahora en Podemos

Tanto en el número de afines que coloca en la dirección del partido como en las propuestas de estrategia política, Pablo Iglesias se impone finalmente a Íñigo Errejón con mucha más amplitud de la esperada, incluso por ellos dos. Lo de diciembre, cuando en la votación por el modelo de Vistalegre 2 el de Errejón se acercó a menos de tres puntos porcentuales del de Iglesias, fue un espejismo: los votantes quizás no, o quizás no tanto, pero las bases de Podemos quieren claramente el liderazgo, la organización interna y la estrategia política que representa Iglesias.

¿Y la unidad interna y la integración, que ayer pedían los asistentes a Vistalegre? Esas serán ahora las claves. ¿Serán capaces unos y otros de conseguirlo? Si no lo hacen, pondrán en riesgo el proyecto político más novedoso, innovador y esperanzador para una parte relevante de la población que ha surgido en España en nuestra historia reciente.

El resultado de Vistalegre 2, el Podemos de Iglesias, le deja al PSOE un mayor espacio para recomponerse, gane quien gane entre los socialistas la pugna interna, y le da una cierta tranquilidad al PP y al Gobierno, que prefieren tener en el extremo contrario al suyo del arco ideológico a una formación con más vocación de radicalidad y oposición que de trasversalidad y alternativa.