¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de la categoría ‘monarquía’

El rey ha entendido el mensaje

Desde su entorno, al rey le han sugerido la abdicación varias veces en los últimos años. Cuando el accidente de caza en Bostuana, cuando su quebrantada salud le hacía volver cada poco al hospital, cuando se recrudecía judicialmente el caso Urdangarin, cuando el juez citaba a declarar a la infanta Cristina…

El rey se resistía, no quería dejar el trono como un perdedor, en su peor momento de popularidad y también en el momento más duro de la sociedad española en décadas, por la crisis económica y la crisis sistémica, que han provocado una fisura enorme entre las elites y los ciudadanos.

Pero, aunque con cierto retraso, el rey sí ha entendido el mensaje. Toca irse. Ha decidido que pesa más el interés general y la pervivencia de la Corona que el suyo propio. Felipe VI tendrá ahora la oportunidad -y el riesgo- de recuperar la reputación y la credibilidad de la institución.

La abdicación pilla de nuevo a la clase política a contrapié y sin los deberes hechos. Sin esa ley orgánica para regular la abdicación que, desde hace 36 años, promete la Constitución (artículo 57. 5. «Las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica»), sin arreglar tampoco en la Constitución la discriminación de las mujeres en los derechos sucesorios (artículo 57.1 «La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos»), sin Estatuto del Príncipe, que regule sus funciones…

Todo ello le añade al procedimiento que se echa hoy a andar muchas incertidumbres. ¿Qué es el rey desde hoy hasta que tome posesión Felipe VI? ¿Un rey interino, un rey dimisionario? ¿Y el Príncipe? ¿La protección constitucional la tiene uno, otro, o los dos? ¿Cuánto va a durar el paréntesis entre un reinado y otro?

Piénselo otra vez, Majestad

Su anuncio de que no abdica -perifrástico, pero contundente: “mi determinación de continuar estimulando la convivencia cívica, en el desempeño fiel del mandato y las competencias que me atribuye el orden constitucional”, dijo- fue uno de los principales mensajes de la alocución navideña del rey, hace sólo dos semanas. Han bastado la vacilante intervención del monarca en el acto de la Pascua Militar, ayer, y la imputación hoy de su hija la infanta Cristina por blanqueo de capitales y delito fiscal, para quitarle fuerza a aquel anuncio.
Sea por razones de salud o por razones de reputación y credibilidad, la figura del rey sigue debilitándose. Pareció que se recuperaba tras la frase de abril de 2012, después del enorme error de la cacería en Botsuana -“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”-, pero fue sólo un paréntesis. Y los sobresaltos que ahora se lleva la Casa Real quizás ya no salpiquen solo al rey. Probablemente lo hagan a la Corona en su conjunto y a la Monarquía como forma de Estado.
Quizá el rey debiera echarle otra pensada a su “determinación” de seguir, y hacerlo a la luz de este otro entrecomillado de su discurso de Nochebuena: “Asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad”.

El rey, la Casa del Rey y el derecho a la intimidad

Una juez ha ordenado a diferentes medios de comunicación que no publiquen algunos de los correos que figuran en el sumario del caso Noos porque pueden vulnerar la intimidad personal de Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, séptima en la línea de sucesión de la Corona española.
Hace unos días, también se invocó el derecho a la intimidad, en aquel caso de Letizia, princesa de Asturias, quizás vulnerado en un libro escrito por su primo David Rocasolano.
Hace ahora un año, entonces desde algunos ámbitos políticos y otros de la Casa del Rey, se invocó el derecho a la intimidad del rey Juan Carlos cuando, a raíz de un accidente en Bostuana mientras cazaba elefantes, supimos que al monarca le acompañaba una mujer, Corinna, a la que de modo eufemístico se le calificó como «amiga entrañable».
El derecho a la intimidad es un derecho fundamental, cierto, lo tienen todas los personas, pero tengo muchas dudas de cómo se aplica ese derecho a miembros de la Casa del Rey y que están en la línea de sucesión de la Corona. Para las Coronas, para las Monarquías, la intimidad, sobre todo la intimidad sexual y genética, es uno de sus pilares fundamentales, quizás el más importante de todos. Se accede al trono por derecho de sangre. Se llega a la Jefatura del Estado por algo que ocurrió en una intimidad sexual de un Jefe del Estado anterior. Y dado que algunas de esas intimidades tienen o pueden tener consecuencias públicas y colectivas, en ocasiones muy graves -en nuestra larga historia, algunos conflictos dinásticos nos han causado guerras civiles-, ¿dónde están los límites de la libertad de expresión y del interés general, por un lado, y del derecho a la intimidad personal, por otro? ¿Es una intromisión ilegítima informar sobre esta intimidad del rey o de algunas de las personas que están en la línea de sucesión?

El rey está hoy más desnudo

Hoy hace un año, el rey se quedó desnudo. Se rompió la cadera en un viaje privado en Bostuana, hubo que repatriarlo de urgencia, y se supo qué hacía allí: en uno de los peores momentos de la crisis económica, con España a punto de irse por el desagüe, nuestro jefe del Estado mataba elefantes a tiros, en compañía de una mujer que no era la reina e invitado no nos aclararon por quién ni en concepto de qué.
Juan Carlos medio salió del escándalo con un golpe de ingenio marquetiniano que se atribuyeron distintos padres («Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir»), pero en el año transcurrido desde entonces otros escándalos lo han dejado aún más desnudo. Hemos sabido detalles si cabe más obscenos que los anteriores sobre las actividades de su yerno, Urdangarin, en sus fundaciones sinónimo de lucro. Hemos conocido que algunas de estas actividades quizás se remataron en el Palacio de la Zarzuela. El juez ha imputado a la infanta Cristina. Hemos sabido que la compañera de cacería del rey, Corinna, le acompañaba en ocasiones también en viajes oficiales, intervenía y se llevaba comisiones parece que en su nombre y en el de España en negociaciones de contratos internacionales multimillonarios, residía en un edificio oficial cerca de Zarzuela, contaba con escolta pagada por nosotros… Hemos visto de modo claro y meridiano, en fin, que Sofía era nuestra reina de derecho, pero que quizás tenemos otra, Corinna, que ejercería de reina de hecho y, además, de alta relaciones públicas y/o exclusivista comercial internacional del rey y/o de España.
Por si todo fuera poco, recientemente hemos sabido que el rey y sus hermanas heredaron de su padre una fortuna en Suiza, y transcurridas varias semanas ignoramos -porque la Casa del Rey no se ha dignado sacarnos de nuestra ignorancia- si han tributado uno y otras por ello, si el dinero sigue allí o si ha sido traído a España y si pagan impuestos sus propietarios, y a qué tipo impositivo.
En el cuento del rey desnudo, toda la corte alababa el maravilloso traje que el monarca no llevaba puesto, y solo un niño de corta edad gritó: «¡El rey está desnudo!». Aquí la corte calla y disimula sobre la desnudez del rey, pensando que quien aguanta siempre gana. Y el presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy, habla rimbombante sobre «la pujanza de nuestra Monarquía». Y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se declara republicano de convicción, pero dice que ahora no toca, que no debemos los ciudadanos decidir sobre asunto tan sensible como la forma de Estado…
Nos tratan como a niños, creen que podrán convencernos de que sufrimos todos un espejismo colectivo, de que el rey no está desnudo… Al tiempo, andan haciéndole un nuevo traje, vía la Ley de Transparencia, pero sospecho que también es de tejido invisible, como el que lleva ahora, y seguiremos viéndole las desnudeces. Al rey, y la institución en su conjunto.
Así están las cosas hoy, Día de la República. Y mañana, que no lo es, seguirán estando así.

La Casa Real, ¿Casa Irreal y Prescindible?

Una semana después de que El Mundo revelara que el rey y sus hermanas heredaron de su padre una fortuna en una cuenta en Suiza, Zarzuela sigue callada, sin dar una sola explicación. «Hay dos hipótesis -me comenta un exministro-. Primera: el dinero sigue allí, sin tributar, sin pagar impuestos. Segunda: el dinero se ha regularizado y traído a España con la amnistía fiscal. No sé cuál de las dos hipótesis es peor, más escandalosa».
Silencio en lo de Corinna hace unas semanas, silencio ahora en lo de las cuentas en Suiza y casi silencio tras la imputación de la infanta Cristina. Todo lo que sabemos oficialmente es que la Casa Real le ha causado «sorpresa» la decisión del juez y que le han puesto a la infanta un abogado, Miguel Roca, que es uno de los padres de la Constitución. ¿Para sugerirle al juez que se está metiendo indebidamente en un jardín secreto, para que entre en razón con la razón de Estado?
Silencio y no moverse. Si haces como si un problema no existe, a lo mejor desaparece solo, deben de estar diciéndose en Zarzuela. Y también: si les funciona a Rajoy y al PP, que tienen que pasar cada poco por las urnas, ¿por qué no a nosotros, que no tenemos exámenes oficiales, ni siquiera ya los oficiosos del CIS?
Casa Ciega ante las andanzas de Urdangarin, Casa Sorda ante la opinión de los ciudadanos, Casa Muda ahora cuando algunos cadáveres salen con estrépito del armario, la Casa Real lleva camino de convertirse en una Casa Irreal, Virtual, Diferida, Simulada… ¿No ven que así acabará siendo también Casa Prescindible?

El sistema, en riesgo de voladura

La alarma crece. No son enredos. Son bombas, y muy gordas, y con la mecha ya encendida y quemándose a buena velocidad.
Tenemos al jefe del Estado y al presidente del Gobierno sometidos a la incertidumbre de que aparezcan más indicios y más sólidos que los enmierden por completo en sendos escándalos de corrupción. Y tenemos a dos personas pertrechadas de información sensible que van administrando por dosis; y a un juzgado, en Palma, y una Fiscalía y un juzgado en Madrid investigando esos escándalos, y a toda (o casi toda) la prensa tirando de los hilos, cumpliendo con su papel en una sociedad democrática y de libertades.
La situación es más delicada cada día, no es de las de ‘esperar y ver’. Las posibilidades de descarrilar esos procedimientos judiciales con el argumento de la razón de Estado son ínfimas, y hacerlo -además- sería inaceptable para los ciudadanos, para la opinión pública, cada vez más indignada por lo que está conociendo y por cómo se está saldando la crisis económica. Si no se puede ni se debe meter marcha atrás, la opción que le queda al poder es tomar la iniciativa y acelerar, acelerar todo lo que se pueda y propiciar las investigaciones judiciales y que, de una vez por todas y cuanto antes, se esclarezca la verdad, caiga quien caiga. Hay riesgo de que todo acabe en una voladura del sistema, es cierto, pero al menos sería una voladura previsible, controlada, con capacidad de gestionar y matizar algunos de sus detalles.
Mucho peor sería que los detonadores de la voladura los sigan teniendo Diego Torres y Luis Bárcenas y los activen cuando quieran, cuando les convenga a sus intereses personales.

Beatriz y Juan Carlos, abdicaciones no paralelas

El anuncio de la reina Beatriz de Holanda de que en abril próximo abdicará en su hijo Guillermo ha sido leído entre nosotros en clave española. Beatriz y Juan Carlos nacieron en el mismo mes, enero, del mismo año, 1938: aquella el día 31, este el 5. El príncipe Guillermo tiene 45 años, y el príncipe Felipe los cumple mañana. Pero es altamente improbable que en la Corona española haya una abdicación inminente.
En abril pasado, el rey Juan Carlos protagonizó un escándalo sonoro. En plena crisis económica, en uno de los momentos más delicados de la economía y la política españolas, se fue a cazar elefantes a África acompañado de una amiga, se rompió la cadera y hubo de ser repatriado a España con urgencia. La reina, que estaba en Grecia, demoró probablemente adrede su regreso y su visita al enfermo. Del mal paso, el rey salió con una frase mil veces televisada -«Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir»-, pero el incidente mermó aun más su prestigio, su reputación y su credibilidad, muy minados desde meses atrás por los latrocinios de su yerno Iñaki Urdangarin.
En esos días de abril de 2012, algunos notables del entorno del monarca barajaron sugerirle que abdicara, pero la idea se abandonó pronto. El rey no estaba por la labor. Ni lo está ahora. «Estoy en forma y con ilusión de seguir», decía hace apenas cuatro semanas en una conversación en TVE con el periodista Jesús Hermida. No quiere dejar el cargo en el peor momento de popularidad de sus ya 37 años de reinado y con la situación más complicada de España de todo el periodo. Para él sería como salir por la puerta de atrás. Teme además que un anuncio de abdicación pueda provocar un debate en la sociedad española sobre la forma de Estado, sobre Monarquía o República. Cree que hay que aguantar, esperar a que pase la crisis económica, a que el caso Urdangarin se sustancie en los tribunales y se olvide, a que los elefantes sean un recuerdo remoto, a que las tímidas medidas de transparencia tomadas en la Casa Real puedan ampliarse…
La abdicación a corto y hasta medio plazo es improbable, salvo si hay por medio un nuevo percance de salud.

El rey no remonta

Dudo mucho que la entrevista de anoche ayude al rey a recuperar su credibilidad y la confianza de los ciudadanos en su persona y en la Coronoa, confianza muy deteriorada en los dos últimos años. La gente ya no está para palabras altisonantes, autocomplacientes o hueras, apenas cree en lo que le oye a un político -y el rey es nuestro político por antonomasia-, y mucho menos cuando este no habla de lo que debiera hablar. Y anoche no se habló de Urdangarin, ni del elefante, ni del patrimonio del rey, ni de su relación con la reina, ni de la impopularidad creciente de la institución monárquica, ni de la catastrófica situación en que se encuentran España y muchos de sus ciudadanos…
La gravedad de la crisis económica, que está empujando hacia la pobreza a masas ingentes de la población, y la insensibilidad, la falta de tino y los errores de los dirigentes a la hora de combatirla están provocando una crisis sistémica de las instituciones. También de la Corona. Si ahora se preguntara a los ciudadanos en referéndum qué forma de Estado eligen, es seguro que la Monarquía no lograría un triunfo sobrado. Es posible incluso que perdiera la votación.
En política nada es irreversible, todo es mudable. Torres muy altas se han derrumbado, excelentes cadáveres han revivido. Pero no creo que la confortable conversación de anoche del rey suponga un punto de inflexión en su caída de credibilidad, popularidad y apoyos. Lo de «Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir» de abril tras el escándalo del elefante y la cadera sí frenó un poco la caída en desgracia. Lo de anoche incluso puede tener el efecto contrario de acelerarla, por hueco, vacío y decepcionante.

P.D. Ese «Me encuentro en buena forma, con energía y, sobre todo, con ilusión para seguir adelante», en la primera respuesta del rey, me sonó a aviso a los que en su entorno le aconsejan que baraje abdicar.

El PSOE, ante la tentación republicana

Una tentación sacude estos días al PSOE, cuando tiene abierta en carne viva su crisis interna de mensaje y de liderazgo y ve cómo le abandonan en masa en las urnas muchos ciudadanos a los que el partido ha ido abandonando desde mayo en 2010.

La tentación es, en el caldo de debate público desatado en las últimas semanas por la deriva secesionista en Cataluña, abrir un melón más: el de la forma política del Estado, e izar la bandera de la República. Lo has leído bien: declararse el PSOE republicano, darle las gracias a Don Juan Carlos por el papel desempeñado en la transición –sin afearle en público los últimos escándalos, de Urdangarín al elefante, pero aprovechando el deterioro de reputación que le han causado a la Corona- y proponer que en esa reforma de la Constitución a la que parecemos abocados a medio plazo por la ruptura del tabú territorial se discuta también sobre este otro tabú.

No sé cuánto hay de reflexión sensata, cuánto de oportunismo político y cuánto de emulación de la estrategia que ha seguido CiU, parece que con éxito: para que no se hable del fracaso de gestión del Govern de Artur Mas, lancemos el señuelo de la independencia. Pero me consta que la idea bulle en la cabeza de algunos altos dirigentes socialistas. Probablemente aflore en breve, antes de la conferencia política que los socialistas tienen previsto celebrar en la próxima primavera.

18 tuits sobre el rey

La cacería del rey en Bostbuana y la polémica sobre su actuación y su continuidad, e incluso sobre la Monarquía, han sido, con los nuevos recortes de Rajoy y la expropiación de YPF a Repsol, los grandes asuntos informativos de la semana.

Os resumo aquí lo que he dicho en Twitter sobre el rey.

Sábado 14

«El rey se rompe la cadera cazando en Bostuana. Froilán se rompe un pie a tiros cazando en Soria. Qué manía la Familia Real con autocazarse!»

«Los viajes del rey fuera de España deberían hacerse públicos con antelación, incluso cuando sea un viaje privado. Qué opinas tú?»

«¿Quién invitó al rey a la cacería? ¿Estancia y viajes, todo pagado? ¿O sale del presupuesto de la Casa del Rey, de los contribuyentes?»

«El príncipe, quizás el más sensato de toda la familia, estará hoy tan preocupado por lo de la caza como lo estuvo por lo de Urdangarin»

Domingo 15

«El tiro q se ha dado a sí mismo el rey afecta a órganos vitales para un jefe de estado. Una posible receta: abdicación»

«30 horas después de saberse lo del rey, PP y PSOE, Rajoy y Rubalcaba siguen mudos. Ninguna valoración politica?»

«Los políticos cierran filas si les pides algún detalle de viaje de caza del rey. Uno me habla de «lealtad institucional» para no contarme»

«El polémico viaje de caza del rey va a provocar el final definitivo de Tabú I, del que escribí hace más de seis años»

Lunes 16

«El rey está casi desnudo y algo desacreditado. Y ahora quién se lo dice y qué se hace?»

«La Corona se basa en sangre, herencia, dinastía, familia… Si los medios hablamos de la relación JC-S, es intromisión en su vida privada?»

«Discrepancias sobre cuánto tiempo ha pasado hoy la reina con el rey. ¿15 minutos, 22 minutos, 24 minutos?»

Martes 17

«Artículo 57.5 de la Constitución. «Las abdicaciones y renuncias (…) se resolverán por una ley orgánica»»

«¿En qué han estado nuestros políticos, que en 34 años no han tenido tiempo para hacer la ley orgánica sobre abdicación o renuncia del rey?»

Miércoles 18

«Tres buenos pasos del rey, pero aún está por ver si son suficientes»

Jueves 19

«El rey no renunciará a la amistad d Corina dice @mabelgalaz en el 5 párrafo Y Mábel siempre tiene buena informacióin»

«1 Eso del rey d «estoy deseando volver a trabajar» era recado a los que sugerían abdicación. Los hay y muy cercanos aunque se niegue ahora»

«2 Dije en blog domingo sobre posible abdicación: «en unos meses y disfrazada de problemas de salud». No era solo análisis, tb información»

«Cuando despierte de la Pesadilla Cacería, descubrirá que el Dinosaurio Urdangarin sigue ahí»

¿Quieres seguirme en Twitter?