¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Dejen al rey por ahora en su prudencia

Ni hace dos semanas en el mensaje de Nochebuena ni hoy en el de la Pascua militar ha querido Felipe VI significarse sobre el panorama político que ha arrojado el 20-D. Ya se está ganando el apodo de Rey Prudente, el que tuvo su en parte homónimo Felipe II, que era Austria, no Borbón.

Hace bien Felipe VI. Los tiempos están tan convulsos, y el debate tan a la vez larvado y enconado, que el rey no puede correr riesgos propios ni de la Corona con alguna frase inoportuna que pueda ser interpretada a favor y/o en contra por tirios y/o troyanos. Harto convulsas tenemos otras instituciones del Estado como para tensar también esta, que aún está saliendo de uno de sus periodos más delicados.

La Constitución vigente le otorga al rey un papel muy concreto en la vida pública. Dice el artículo 56:

«El Rey (…) arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones…»

Y el 62:

«Corresponde al Rey:
a) Sancionar y promulgar las leyes.
b) Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución.
c) Convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución.
d) Proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución.
e) Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente.
f) Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
g) Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno.
h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.
i) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales.
j) El Alto Patronazgo de las Reales Academias.

Nada dice la Carta Magna de que tenga que instar a la negociación y mucho menos al acuerdo a los grupos parlamentarios surgidos de unas elecciones, o buscarlo o propiciarlo o impulsarlo.

No enreden los poderes oscuros ni ningún otro. Dejen al rey por ahora en su papel de árbitro y moderador. Cuando empiece realmente el partido, tiempo tendrá Felipe VI de arbitrar y moderar si le corresponde. Mientras tanto, prudencia y ni barajar.

Pedro Sánchez, ¿víctima de un accidente o de una estrategia?

Con la proverbial oportunidad que le caracteriza, el PSOE se ha metido estos delicados días postelectorales en una lucha interna cainita que probablemente tendrá atónitos a muchos de sus votantes y de los ciudadanos en general. «El espectáculo que estamos dando es lamentable», ha dicho Patxi López, el secretario de Acción Política del PSOE. ¡Y tanto! Tan espectáculo lamentable, que está convirtiendo al PSOE ante la opinión pública en el principal perdedor de las elecciones recientes, no siéndolo.

El 20 de diciembre pasado, hubo dos grandes perdedores: PP y PSOE. Pero una comparativa de los fríos datos indica que el principal perdedor fue el partido de Mariano Rajoy, no el de Pedro Sánchez. Respecto a las anteriores elecciones generales, las de 2011, el PP perdió 3.650.814 votos (pasó de 10.866.566 a 7.215.752), 15,91 puntos porcentuales (del 44,63 hace cuatro años al 28,72% ahora) y 63 escaños (de 186 a 123), aproximadamente uno de cada tres que tenía. El PSOE, por su parte, perdió 1.472.732 votos (pasó de 7.003.511 a 5.530.779), 6,75 puntos porcentuales (del 28,76% hace cuatro años al 22,01% ahora) y 20 escaños (de 110 a 90), aproximadamente uno de cada cinco que tenía. Comparadas todas las magnitudes, es evidente que el que más ha caído ha sido el PP, que además puede haber perdido lo fundamental que se juegan los partidos políticos en unas elecciones: el poder, como bien se vio en las autonómicas y municipales de mayo pasado. Las posibilidades de Rajoy de ser investido de nuevo presidente se limitan a convencer al PSOE de que al menos se abstenga en la votación, cosa que tanto Sánchez como el Comité Federal socialista ya han descartado.

Por contra, y aún habiendo sufrido una fuerte caída de votos y de escaños, Pedro Sánchez ganó el pasado 20 de diciembre la baza -remota, eso sí- de intentar una investidura como presidente si logra acuerdos con varios formaciones… baza que algunos de sus propios correligionarios han convertido estos días con sus agitaciones en remotísima. ¿Ha sido un accidente o una estrategia? ¿Un espectáculo improvisado o guionizado desde hace semanas? ¿Casualidad o causalidad? ¿No sería precisamente esto lo que pretendían los rivales internos del todavía líder socialista: matarlo políticamente y enterrarlo cuanto antes para que no intentara ‘ganar’ el 20-D con una investidura como presidente del Gobierno?

La ley electoral pide más que nunca una reforma

El final del bipartidismo, en las elecciones del pasado 20 de diciembre, apenas ha corregido uno de los efectos perversos de nuestro sistema electoral: la baja proporcionalidad que existe entre votos y escaños, por nuestros sistema de muchas circunscripciones muy desiguales en población, y las pequeñas muy bonificadas en escaños.

Hace cuatro años, en las elecciones generales de noviembre de 2011, tanto PP como PSOE resultaron sobreprimados en el reparto de escaños. El PP, con el 44,62% de los votos, se llevó el 53,1% de los asientos del Congreso: 8,5 puntos porcentuales más. El PSOE, con el 28,7% de los votos, se hizo con el 31,4% de los escaños: casi 3 puntos porcentuales más. Al mismo tiempo, a IU y a UPyD les pasó lo contrario. IU, con el 6,92% de los votos, sólo logró el 3,14% de los escaños. UPyD, con el 4,69% de los votos, sólo tuvo el 1,4%.

Ahora, en las elecciones de diciembre de 2015, las cosas han cambiado poco. El PP, con el 28,7% de los votos, ha logrado 123 escaños, que es el 35,1% del total de escaños del Congreso: 6,4 puntos porcentuales más. El PSOE, con el 22% de los votos, ha logrado el 25,7% de los escaños: 3,7 puntos porcentuales más. Los emergentes se han visto penalizados. Podemos y sus socios, ligeramente: con el 20,66% de los votos ha conseguido el 19,7% de los escaños. Ciudadanos, aún peor: con el 13,93% de los votos, ha logrado el 11,4% de los escaños: 2,5 puntos porcentuales menos. Y para IU, la mayor desproporción: con el 3,67% de los votos sólo ha alcanzado el 0,57% de los escaños.

Hay otra manera de medir la desproporción entre votos y escaños: las papeletas que le cuesta un escaño a cada formación. Al PP, cada escaño le ha salido ahora a 58.664 votos. Al PSOE, a 61.453. A Podemos y sus marcas asociadas, a 75.210. A Ciudadanos, a 87.514. Y a IU, nada menos que a 486.470 votos.

La ley electoral pide más que nunca una reforma. Ya no vale la excusa de que el actual sistema potencia la gobernabilidad de la institución para la que se celebran las elecciones, al primar a las listas más votadas y facilitar la obtención de mayorías, aunque sea a costa de la proporcionalidad entre los votos de los ciudadanos y los escaños a que dan derecho. Ahora, con la fragmentación del voto, no hemos ganado en proporcionalidad ni hemos conservado la gobernabilidad. Si hemos entrado en un periodo de más diálogo, más negociación y más pactos, mejor que sea entre formaciones que realmente tengan una fuerza similar en votos populares y en escaños, mejor que todos los votos valgan igual, mejor que ningún votante -elija lo que elija- se sienta discriminado.

PP y sobre todo PSOE, en un laberinto

La salida al laberinto formado el 20-D va a tener un alto coste en los dos partidos tradicionales: PP y PSOE. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se juegan buena parte de su futuro político en las próximas semanas. Si ni uno ni otro logran la investidura como presidente de Gobierno y vamos en breve a unas nuevas elecciones, les costará a ambos convencer a sus respectivas organizaciones de que han de encabezar las listas. Sobre todo, a Sánchez, al que Susana Díaz y otros rivales internos le han desatado ya las hostilidades.

Días difíciles en el PSOE, y de incertidumbres para Sánchez. Si este insiste en que no va a propiciar ni con su abstención la investidura de Rajoy o de otro nombre del PP, se le acusará desde la derecha y los poderes fácticos de haber perdido el sentido de Estado. Si cede, Podemos le pegará un enorme mordisco por la izquierda en las siguientes urnas. Si logra un Gobierno de izquierdas, serán legión dentro y fuera quienes lo sometan a estrecha vigilancia y reproche, y corre serio riesgo de quemarse con tan complicado compañero de viaje. Si no lo logra, los poderosos rivales internos lo acusarán de blando y de inhábil y lo cuestionarán como líder.

Ni con el PP ni sin el PP, ni con Podemos ni sin Podemos, parece que tengan remedio los males de Sánchez y del PSOE. Pero hay que reconocerle y agradecerle al líder socialista que haya decidido no hacer el dontancredo y jugar sus bazas mientras pueda. Audaces fortuna iuvat… a veces.

Tras el 20-D, ahora qué en un vídeo de seis preguntas

Tras los resultados de las elecciones de ayer, ¿ahora qué? Seis cuestiones:

-¿Cómo se logra una investidura en el Congreso?
-¿Tiene posibilidades Mariano Rajoy de conseguirla?
-¿Tendría más posibilidades otro candidato del PP?
-¿Y Pedro Sánchez, el líder del PSOE?
-¿Podría llegarse a una gran coalición entre PP y PSOE?
-¿Existe la posibilidad de que haya unas nuevas elecciones en pocos meses?
Mis respuestas, en este vídeo:

Nuevo mapa y nueva etapa política

Aguantan PP y PSOE algo mejor de lo que les auguraban algunas de las encuestas, sobre todo al segundo, pero el mapa político español ha sufrido una convulsión. La España política de hoy se parece poco a la de la anterior legislatura. Se abre una nueva etapa, llena de retos y de oportunidades. Estas son algunas de las principales claves de lo que ayer pasó en las urnas

1. El PP sufre una enorme sangría de votos y de escaños. Ha perdido 3,6 millones de votos respecto a 2011, pues pasa de 10,86 millones hace cuatro años a 7,2 millones ahora. En escaños, pierde 1 de cada 3, al pasar de 186 a 123. La fragmentación del voto en el resto del arco parlamentario le dan a su líder, Mariano Rajoy, posibilidades de seguir gobernando, pero lo haría en una posición débil, sin garantías de estabilidad.

2. El PSOE también retrocede bastante, pues pasa de 7 millones de votos en 2011 a 5,5 ahora y cae del 28,76% al 22,0% en votos y de 110 a 90 en escaños. Es el peor resultado de los socialistas desde la Transición democrática, pero no tan malo como el que le auguraban la mayoría de las encuestas. Los socialistas quedan claramente por encima de Podemos en votos y sobre todo en escaños, lo que probablemente le baste a Pedro Sánchez para seguir al frente del partido y evitar el ajuste de cuentas interno que algunos barones territoriales le preparaban.

3. Podemos, uno de los grandes triunfadores. Fundado hace menos de dos años, ha logrado cosechar -con sus aliados en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia- más de 5,2 millones de votos, el 20,6% de los emitidos, y 69 diputados. Su cabeza de lista, Pablo Iglesias, y sus aliadas Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Mónica Oltra, vicepresidenta valenciana, muy activas en la campaña, refuerzan sus posiciones de liderazgo en la izquierda y de impulso a unas nuevas políticas sociales y territoriales.

4. Ciudadanos, otro emergente emergido. Apenas un año después de saltar desde Cataluña al conjunto de España, la formación reformista liderada por Albert Rivera suma 3,5 millones de votos, casi el 14%, y logra 40 escaños, una cosecha muy valiosa en un sistema electoral que penaliza a los medianos y pequeños. Por su posición central en la escala ideológica, con capacidad de pactar hacia izquierda y hacia derecha, previsiblemente jugará un papel determinante en los pactos de la legislatura.

5. En Cataluña, mucho cambio. Aunque son elecciones muy diferentes, los resultados de ayer se parecen poco a los de las autonómicas de septiembre. En Comú Podem -el gran dominador- multiplica por 2,5 los votos que tuvo entonces, ERC supera a DiL (antes Convergencia) y cosechan por separado casi medio millón de votos menos que juntos en Junts pel Sí en septiembre, Ciudadanos pincha en casa (unos 735.000 votos entonces, 490.000 ahora)… Ese nuevo mapa, con ERC por encima de la vieja Convergencia, debilita aún más a Artur Mas y probablemente determine en breve algún cambio en el proceso secesionista.

6. Sorpresas en País Vasco y Navarra. Podemos gana en votos en la primera, aunque logra un escaño menos que el PNV, y se acerca mucho al ganador en la segunda, UPN-PP. Uno de los perdedores es Bildu, que es solo cuarto en el País Vasco -con dos escaños, como el PP- y no logra representación en Navarra. En esta última tampoco logra escaño Geroa Bai.

7. Andalucía, granero socialista, pero menos. Le aporta al PSOE uno de cada 4 diputados, deja muy atrás en la región a Podemos (a unos 650.000 votos menos), pero ha visto cómo se le acerca mucho el PP, que consigue 21 diputados por 22 los socialistas.

Y 8. El sistema electoral sigue provocando distorsiones. Al PP, cada escaño le cuesta de media unos 58.500 votos. Al PSOE, unos 61.300. A Podemos, unos 75.000. A Ciudadanos, unos 90.000. Y a la Izquierda Unida de Alberto Garzón, ¡unos 460.000!

El PP gana con 27,38% y 124 diputados, según una porra de políticos y periodistas

Esta mañana, he enviado a políticos del primer nivel, de todos los partidos, y de periodistas que siguen la política desde una docena de medios diferentes este whatsapp:

Participa en mi WhatsAppPorra 20D. Muestra, unos 80 políticos y periodistas muy variados. Publicaré rtdo gral cierre urnas. No revelaré participantes salvo ganadores porra con su permiso. PORRA 1 % votos y escaños partido a partido. 2 Líder con más posibilidades de investidura. Gracias! Arsenio Escolar

Me han contestado durante la mañana más periodistas que políticos. ¿Por miedo de estos últimos a equivocarse mucho? ¿Por prudencia? A medio día, he animado la participación y les he mandado a todos los que no habían contestado un recordatorio. Este:

Venga, no te cortes! Participa. Cierro esta urna a las 19h. Y absoluto secreto de tu porra. Arsenio

Son las 20 horas y, calculadora en mano, este es el resultado de la porra: El PP habría ganado las elecciones, con un porcentaje medio de votos del 27,38% y 124 diputados, seguido del PSOE (21,2%, 86 diputados), Podemos (20,7%, 67 diputados) y Ciudadanos (15,4%, 45 diputados). Izquierda Unida, según los que han participado en esta porra, habría logrado 2/3 diputados.

¿Y quién tiene más posibilidades de ser investido presidente? Muchos de mis panelistas no contestan. Entre los que lo hacen, el 72% asegura que Mariano Rajoy y 18% apuesta por Pedro Sánchez. Y algunos mencionan a Soraya Sáenz de Santamaría…

PD. Tómatelo todo como lo que es: una aproximación no científica al resultado real.

El 20-D, en 7 cuestiones clave y un vídeo

1. Indecisos. Tenemos más indecisos que nunca en nuestra historial electoral, lo que quiere decir que probablemente el resultado de las elecciones se va a determinar el mismo domingo 20 de diciembre, con los cientos de miles o incluso millones de votos que se van a decidir a pie de urna, un minuto antes de meter la papeleta.

2. Cuatro partidos con muchas posibilidades. Nunca habíamos llegado al final de una campaña con el voto tan fragmentado y tantos partidos jugando la final. ¡Cuatro! Cuatro formaciones -PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos- con posibilidades reales de gobernar o por lo menos de decidir quién gobierna.

3. El voto femenino. Tres de los cuatro grandes partidos -PP, Podemos y Ciudadanos- tienen más apoyos entre hombres que entre mujeres, y uno -PSOE- logra más apoyos entre mujeres. ¿Ventaja o desventaja?

4. Los debates. ¿Han influido mucho o poco? Los ganadores o perdedores, ¿ganan solo reputación y tono muscular o también ganan votos? ¿Y los perdedores?

5. El sistema electoral y la ley D’Hondt. Las reglas son las mismas en las 52 circunscripciones, pero ya no transforman los votos en escaños de la misma manera en que lo hacían con el bipartidismo, donde PP y PSOE se llevaban todo en muchas de ellas. Ahora va ser diferente.

6. Las encuestas. ¿Acertarán? Probablemente sí, en líneas generales, en las grandes tendencias. Pero, con tanto indeciso y tanto voto de última hora, no descartéis que haya algunas sorpresas al final del recuento.

7. Los pactos. El domingo por la noche, salvo gran sorpresa, se abre un puzzle de difícil encaje. Hay muchas variables de combinaciones posibles. Gobierno de 1 débil, de 2, de 2 + 1, de 3…

En este vídeo, te doy más detalles de los siete puntos.

Rajoy no da entrevista a ’20minutos’

Nada más volver de verano, comenzamos en 20minutos a preparar la cobertura de la campaña electoral. Programamos reportajes, informes, cobertura diaria, comparativas, vídeos, el especial web, la encuesta después… Creamos un formato especial: desayunos informativos en la redacción. El 15 de octubre estuvo aquí Pablo Iglesias. El 3 de noviembre, Albert Rivera. El 19 de noviembre, Pedro Sánchez. Del PP, el 22 de septiembre Pablo Casado… pero no conseguimos ni a Rajoy ni a Soraya Sáenz de Santamaría. ¡Y mira que insistimos!

Debate interno sobre las entrevistas. ¿A todos los cabezas de listas de partidos estatales, aunque las encuestas les den mal, como a IU y a UPyD? Sí. ¿Y a los de las dos fuerzas emergentes, Ciudadanos y Podemos? También. Anteayer, miércoles publicamos en ediciones impresas y en web la de Alberto Garzón (IU) y la Andrés Herzog (UPyD). Ayer, jueves, la de Pablo Iglesias (Podemos) y la de Albert Rivera (Ciudadanos). Hoy viernes, la de Pedro Sánchez (PSOE)… pero no, no tenemos la de Mariano Rajoy (PP). No nos la ha dado. «Te va a hacer un doñana», me auguraron hace unos días, «como al Debate a 4».

¡Y mira que hemos insistido! Llamadas, rellamadas, correos, whatsapps, sms (y no es señalar). Se lo dije al propio Rajoy el 21 de octubre en un acto en el que coincidimos. «En 2008 nos diste entrevista. En 2011 no. Ahora toca sí». No me dijo que no, pero ha sido que no. Un doñana.

Usted no es decente, señor Rajoy, y otros tuits que resumen el debate