¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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No habrá ciberdebate Rubalcaba – Rajoy

Ya es definitivo: no habrá ciberdebate entre Rubalcaba y Rajoy. Lo propusimos desde 20minutos.es hace un mes: un cara a cara en Internet entre los dos candidatos en las elecciones del 20-N que pueden ser presidente del Gobierno; un encuentro abierto a todos los medios on line que se sumaran a la iniciativa y basado en las preguntas de los usuarios de esos medios. Hemos recibido muchos apoyos, hemos hecho muchas gestiones, he hablado personalmente con los dos candidatos y con diferentes responsables de sus equipos electorales… pero no hemos logrado convencerlos de que aceptaran. Es una pena, creo que se equivocan.
“Los nuevos medios de comunicación on line –les dije a ambas jefas de campaña, Elena Valenciano, del PSOE, y Ana Mato, del PP, en la carta donde les comunicaba la propuesta-
fomentan la interactividad con los lectores y hacen posible que la participación de los ciudadanos en el debate público sea muy superior a la que se produce en los medios tradicionales. Son, por tanto, mucho más democráticos. Para muchas personas, son ya el principal medio, por lo que creemos que ha llegado el momento en que los dos grandes partidos políticos hagáis un gran gesto al conjunto de este sector de la comunicación atendiendo iniciativas como ésta”.
Las primera reacciones internas en los partidos parecían favorables. Cuatro días después de que hiciéramos pública la propuesta, Rubalcaba escribía en Twitter: «Me ha parecido muy bien la idea del #ciberdebate20N de @20M. Le he dicho a @elenavalenciano que lo incluya en negociaciones con PP». Pero, por lo que sé por distintas fuentes, en esas negociaciones, que acabaron ayer, se ha hablado mucho del debate en televisión, el que celebrarán Rajoy y Rubalcaba el próximo lunes, y poco del debate en Internet.
Los dos partidos han puesto cuidado en no rechazar frontalmente el ciberdebate. Han preferido otras fórmulas. Un dirigente del PP me sugirió que propusiéramos otro no con Rajoy y Rubalcaba simno con un candidato del PP y otro del PSOE de segundo nivel, pero no nos dio ninguna garantía de que así aceptarían la propuesta y nos pareció que se desvirtuaba mucho nuestra iniciativa si la reformulábamos de ese modo.
Tras tantas idas y venidas, tantas vueltas y revueltas, he sacado tres conclusiones principales:
1. Los dos grandes partidos tienen miedo al formato que les hemos propuesto, por novedoso (y también por poco internautas sus líderes máximos y sus cúpulas directivas).
2. En el PP, que va muy delante en las encuestas, no había muchas ganas de facilitar los debates directos entre Rajoy y Rubalcaba, en ningún soporte, por el temor de que algún error de su candidato les hiciera caer en sus perspectivas de voto o despertara el voto de sus rivales.
3. En el PSOE, que sabían esa resistencia del PP a debatir, se han centrado en conseguir el debate de televisión y se han conformado con ello cuando lo han logrado.
Y una cosa más: mi agradecimiento personal y el de todo 20minutos.es y 20 minutos a los numerosos medios y asociaciones de periodistas que han apoyado la propuesta, a tantos blogueros que se han sumado a ella y a los muchísimos ciudadanos que han enviado mensajes a los partidos para que aceptaran el ciberdebate. Con vuestra ayuda, seguiremos intentándolo. Como sabéis, ya en 2008 propusimos un ciberdebate, entonces entre Zapatero y Rajoy. Esta es, por tanto, la segunda vez que lo planteamos… y que no nos hacen caso. Estoy seguro de que habrá una tercera y espero que esa sea la buena, la del éxito. Esperemos que los siguiente candidatos a presidente del Gobierno se muestren más abiertos a debatir y a responder a los ciudadanos y sean más conscientes de la importancia de Internet y de los medios on line en nuestra sociedad.

Los programas electorales, entre la literatura de ficción y el engaño

Desde que nació 20 minutos, en febrero de 2000, hay un clásico en nuestras páginas: en vísperas electorales –sean las elecciones generales, autonómicas o municipales-, repasamos lo que prometieron los partidos y dirigentes políticos antes de llegar al poder y comprobamos lo que realmente han hecho gobernando. El resultado es descorazonador, sea cual sea la formación política o el dirigente que hiciera las promesas: el grado de cumplimiento es bajo o muy bajo.
Los programas electorales de las partidos, y aún más las promesas hechas en el ardor de los mítines, se han convertido en una modalidad de la literatura de ficción, o de la humorística. Los políticos saben que sale gratis prometer y no cumplir, y se permiten todo tipo de licencias. ¡Mariano Rajoy, que hoy presenta un programa lleno de promesas probablemente incumplibles y de silencios sobre dónde va a recortar, nos prometió el sábado pasado incluso «devolvernos la felicidad»!
No corren ningún riesgo nuestros políticos, no pasa nada. Ya os conté aquí, en la campaña de las autonómicas y muncipales de mayo pasado, que el Código de Conducta Publicitaria de Autocontrol, la asociación creada por anunciantes, agencias y medios de comunicación para velar por una publicidad “veraz, legal, honesta y leal”, lleva en su artículo 1 una excepción: las normas “no serán de aplicación a la publicidad política”. ¿Por qué no ha de ser veraz, legal, honesta y leal la publicidad política? ¿Hemos de seguir los ciudadanos inermes ante el incumplimiento de contrato o incluso el engaño y hasta el fraude que suponen las sistemáticas tomaduras de pelo de los políticos?
Los medios de comunicación tenemos también nuestra parte de culpa en este asunto. A menudo les hacemos de voceros a los partidos sin ninguna reserva, y titulamos «Zapatero subirá el salario mínimo a 800 euros» (promesa que hizo ZP en 2008, y el salario mínimo real es de 641 euros; luego la ha incumplido) o «Rubalcaba quitará beneficios fiscales a las grandes empresas» o «Rajoy bajará los impuestos», cuando en puridad tendríamos que decir “Zapatero asegura que subirá el salario mínimo a 800 euros” o «Rubalcaba dice que quitará beneficios fiscales a las grandes empresas» o “Rajoy promete que bajará los impuestos”. Y a menudo, demasiado a menudo, los medios sólo estamos vigilantes y denunciamos los incumplimientos de aquellos políticos que nos son menos afines, o que son menos afines a nuestros lectores, y hacemos la vista gorda con los ideológicamente más cercanos.
El sábado pasado, el líder de IU, Cayo Lara, pidió la creación de “una especie de Corte Ética” para que los que incumplan los programas electorales «se tengan que sentar en un banquillo». Es una propuesta valiente, pero me temo que irrealizable. En 1986, gobernando el PSOE de Felipe González, el cantante Lluis Llach los demandó por “incumplimiento de contrato”, por no haber satisfecho los socialistas y su líder la oferta electoral de que España saldría de la OTAN. El juez desestimó la demanda, considerando que no existía legislación aplicable al caso. Sigue sin haberla, y es improbable que la vaya a haber ¿Alguien ve a los políticos legislando contra sí mismos?

Utilitaristas, ideológicos y pendulares decidirán el 20-N

El PSOE, que en las elecciones generales de 2008 logró 11,3 millones de votos, tiene ahora a tres de cada seis de aquellos votantes decididos a volver a hacerlo, fieles a sus colores, y a los otros tres indecisos, pero con tres distintas actitudes: uno es utilitarista, otro es ideológico y el otro es pendular. «A ratos piensan que se abstendrán, en otros momentos creen que darán su papeleta a otro partido, e incluso hay instantes en los que se les pasa por la cabeza volver a votar a los socialistas», escribe la politóloga Belén Barreiro, presidenta del CIS hasta hace un año y ahora directora del Laboratorio de la Fundación Alternativas, en un original análisis hoy en Público.
A tres semanas de las elecciones, los socialistas parten de un suelo mínimo, según Barreiro, de alrededor de 6 millones de votos. «La capacidad de crecimiento del PSOE dependerá de cómo se resuelvan los dilemas de los utilitaristas, los ideológicos y los pendulares. Todos ellos afrontan una disyuntiva similar.
Por un lado, son ciudadanos que sienten el impulso de cambiar al partido en el gobierno, ya sea porque perciben escasa competencia, como los utilitaristas; por su giro político, como los ideológicos; o porque simplemente toca cambio, como los pendulares.
Por otro lado, son personas que sitúan al Partido Popular en posiciones lejanas a las suyas. Entre los ideológicos, la derecha provoca auténtico rechazo. Pero incluso los utilitaristas y los pendulares sienten que el PP es un partido que no tiene mucho que ver con ellos, ni con lo que son ni con lo que piensan. Por ello, porque lo perciben como un partido distante, su posible victoria les provoca fuertes tensiones internas. Más aún si es por mayoría absoluta y en unas condiciones de concentración de poder autonómico y municipal sin precedentes».
Y la conclusión, según Barreiro: «Utilitaristas, ideológicos y pendulares contribuirán decisivamente al desenlace final» del 20-N.

Muchos ministrables de Rajoy, ninguno de Rubalcaba

A medida que salen más y más encuestas que dan por hecho que el PP ganará por goleada las elecciones del 20 de noviembre, proliferan los nombres de ministrables del PP. Habré oído en las últimas semanas unos cuarenta, no exagero. Algunos dirigentes se citan a sí mismos como ministros con una seguridad yo diría que temeraria. Si el Gobierno Rajoy va a tener finalmente 10 carteras, unas cuantas decenas de ilustres del PP van a tener una cena de Navidad un poco amarga.
En las quinielas para Economía hay hiperoverbooking: que si Jaime Caruana, que si Luis de Guindos, que si Cristóbal Montoro, que si Álvaro Nadal, que si Francisco Gonzalez, que si Pablo Isla, que si Salvador Alemany, que si José María Castellano, que si Josep Piqué, que si José Manuel González Páramo… Se ha mencionado incluso a Rodrigo Rato. Yo se lo pregunté a él hace unos días en un corrillo en un acto público y me dijo que se sentía muy halagado pero que no pensaba volver a la política. Quizás porque está inmerso en otros proyectos muy relevantes de la banca.
En el entorno de Rajoy hay tantos posibles ministros de Economía que circula un chiste en Génova, en la sede central del partido: para no defraudar a nadie, Rajoy debería nombrar un ministro cada mes, y decírselo a cada uno nada más tomar posesión como presidente: a ti te tocará febrero, a ti mayo, a ti septiembre a la vuelta de vacaciones…
Mientras tanto, en el entorno de Rubalcaba no se atisba ningún nombre. El jueves pasado, en una conferencia que daba Felipe González, presentado por Rubalcaba, en el Foro Europa de Madrid, el ex presidente dijo que estaba a disposición del candidato para lo que este determinara el día 21 de noviembre. Le preguntaron a Felipe si se veía como ministro de Economía, y dijo que no, que para eso era mejor Carlos Solchaga, que estaba entre el público, enfrente del conferenciante. Rubalcaba ni pestañeó, no se pronunció.
Entrevistado ayer en Los desayunos de TVE, Rubalcaba no quiso contestar cuando Ana Pastor le preguntó quién sería su ministro de Economía si ganaba las elecciones: “Ya lo diré”, cortó el asunto, tajante.
Rajoy, la abundancia de ministrables; Rubalcaba, la absoluta escasez. Probablemente sea mayor error de estrategia el de los socialistas que el del PP, porque los votantes pueden interpretar tanto silencio de dos maneras. Uno: Rubalcaba no tiene un equipo detrás, y por eso está haciendo toda la campaña él solo. Dos: Rubalcaba da por perdidas las elecciones y no pierde el tiempo en montar un Gobierno en la sombra porque sabe que no tendrá la oportunidad de nombrarlo.

Lo de ETA no cuenta el 20-N… o sí

¿Tendrá o no tendrá impacto electoral el final de ETA? ¿Quién se beneficiará el 20 de noviembre (20/11/2011) del comunicado de ETA del 20 de octubre (20/10/2011)? Desde que, el jueves pasado, la banda terrorista asumió públicamente que ha llegado a su final, se insiste mucho ante la opinión pública, desde distintos medios y desde diferentes ámbitos políticos, para que la respuesta sea no, y no, y no. Tanto y tanto se insiste, que cabe la sospecha de si estamos ante informaciones veraces y análisis honestos o ante instrucciones conminatorias que se les está dando al ciudadano: ¡ni se te ocurra votar pensando en retribuir a quien ha solucionado ese problema!
Hablo con altos dirigentes del PSOE poco cercanos a Rubalcaba (por no decir enfrentados) y me dicen que nada de nada, que «lo de ETA no le va a dar ni un voto más a Alfredo», por mucho que haya sido el ministro del Interior que mayores éxitos haya logrado contra ETA. Hablo con dirigentes del PP, y me dicen lo mismo: el comunicado le dará muchos votos a Bildu, algunos a los socialistas de Patxi López en el País Vasco y algunos a Rosa Díez en los caladeros de la derecha, especialmente en Madrid, y ninguno, pero ninguno, ninguno, a Rubalcaba, o a los socialistas en general.
Y hablo con gente cercana a Rubalcaba y dice que por qué no, que algunos ciudadanos recuperan la fe en la política cuando se logran frutos como el fin de ETA, que no debieran ser tan modestos ni Rubalcaba ni Zapatero a la hora de ponerse la medalla, que algunos votantes pensarán ahora que los socialistas no son tan inútiles como los pinta la derecha, y que si han solucionado lo del terrorismo quizás sean capaces de solucionar lo de la crisis económica…
Hay encuestas ya sobre el asunto, pero es curioso: no publican datos claros de voto directo y voto estimado, de valoración de Rubalcaba antes y después del anuncio… ¿Por qué será? ¿No lo han preguntado? ¿Se intenta convertir el «no» en una profecía autocumplida?

Nuevo Gobierno, quizás el día de la lotería

Según cálculos que manejan en el Palacio de la Moncloa, el nuevo presidente del Gobierno tras las elecciones del 20 de noviembre, sea Mariano Rajoy o -muy improbable- Alfredo Perez Rubalcaba, logrará la investidura en el Congreso de los Diputados el martes 20 o el miércoles 21 de diciembre. El nuevo Gobierno se podría conocer, por tanto, el jueves 22, pero quizás el nuevo presidente no les haga a sus ministros tal faena: el 22 es el sorteo de la Lotería de Navidad, y el nombramiento ese día se prestaría a chistes fáciles sobre si les ha tocado a algunos el Gordo o la pedrea.
(Hace 33 años, en 1978, la Constitución Española fue aprobada por el Congreso y el Senado el 31 de octubre, ratificada en referéndum el 6 de diciembre, sancionada por el rey el 27 de diciembre… y publicada en el BOE con retraso consciente el 29, día que entró en vigor. Se evitó hacerlo el 28, día de los Inocentes, para que no hiciéramos chistes ni nos la tomáramos a broma).

A Gallardón, donde no pueda gastar

El alborozo en el PP por la confirmación oficial de que Alberto Ruiz-Gallardón salta a la política nacional no es unánime. Por lo que dicen en público otros líderes del partido y en sus portadas la prensa más cercana al alcalde de Madrid, que es numerosa, parecería que Rajoy acaba de fichar al Messi de la política, al Campeón de Campeones, al Rey de Reyes. Pero en privado algunos piensan que el perfil del alcalde -gastador, endeudador recalcitrante de las administraciones que ha gobernado, subidor de impuestos…- no es el más ejemplar ni adecuado para los tiempos económicos que corren, y que de eso ya se han dado cuenta los ciudadanos: en las elecciones autonómicas y municipales de mayo pasado, en plena marea de votos del PP, la estrella de Gallardón dio serias muestras de que palidecía ante los ciudadanos. El alcalde de Madrid revalidó en las urnas su mayoría absoluta, pero tuvo 6 puntos menos en porcentaje de votos que en las municipales de 2007. Nadie de los grande barones o líderes territoriales de su partido bajó tanto. Ni siquiera Francisco Camps, que retrocedió 3,6 puntos en la Comunidad Valenciana. Pocos días antes, en la encuesta preelectoral del CIS, Gallardón y Camps eran los dos únicos barones territoriales del PP a los que los ciudadanos suspendían.
Esta mañana, en Los Desayunos de TVE, especulábamos María Esperanza Sánchez, Victoria Prego, Ana Pastor y yo sobre el ministerio que, si gobierna, le encomendará Mariano Rajoy a Gallardón. Esperemos, por el bien de las arcas públicas y la lucha contra el déficit, que no sea alguno con posibilidades de gastar indebidamente.

ZP, aliviado; Rajoy, huidizo

La recepción esta mañana en el Palacio Real ha sido más modesta y con menos chismes políticos que otros años. En una sala lateral del Palacio, con muchos menos invitados, menos protocolo y, por la salud del rey, sin su tradicional saludo a todos los invitados, uno a uno.
A Zapatero -y a su mujer, Sonsoles- se lo veía aliviado, hablando de Bruselas y la banca europea en los corros, y no del PSOE o del 20N, y con cara de estar deseando que acabe ya esta fase de su vida. A Carmen Chacón, muy cómoda rodeada de militares y parece que pesimista sobre el 20N y expectante sobre el 21N en su partido. A Miguel Sebastián, mucho más delgado -12 kilos- y pensando ya en volver a su plaza en la universidad.
A Mariano Rajoy, huidizo. Se colocó en un rincón del salón, escoltado por su mujer, Elvira, y por la exministra Ana Pastor, y apenas se movió de allí, quizás para que no pasaran periodistas y peticionarios diversos con sus cosas. Allí fue a saludarlo Rodrigo Rato, que había ocupado largo tiempo el centro de la sala, «halagado» -lo dijo él mismo- por estar en las quinielas de ministrables o vicepresidenciables de Rajoy, pero totalmente decidido -también lo dijo él mismo- a no volver a la política. Le esperan mayores emociones y quizás mayores destinos en la banca.

Menos diputados sí, pero…

Rajoy el viernes y Rubalcaba ayer sábado han hablado de reducir el numero de concejales, parlamentarios autonómicos y diputados nacionales por ahorrar. Bien está. Pero habrá que estar atentos a cómo lo hacen (si lo hacen). Cada vez que los dos grandes partidos se ponen de acuerdo en algo, salen perdiendo los pequeños.
En las anteriores elecciones generales, las de 2008, hubo cierta polémica cuando se comprobó que la proporcionalidad entre votos y escaños se había deteriorado mucho. A Izquierda Unida, cada escaño le salió por casi medio millón de votos. A UPyD, por más de 300.000. A PSOE y PP, por unos 66.000. Al PNV, por 50.000. Se habló de reformar las normas electorales para buscar una mayor proporcionalidad. Se barajó ampliar de los 350 actuales a 400 el número de escaños del Congreso, y que las 50 actas de diputados nuevas se repartieran en una circunscripción nacional, no provincial… Pero la reforma que se ha hecho ha ido en otra dirección: ahora los partidos nuevos, como Equo o el Foro que promueve Cascos, necesitan un número de firmas para poder presentarse. Nuevo palo a las minorías.
¿Podremos confiar en que, si en la próxima legislatura los dos grandes partidos deciden que baje a 300 el número de escaños del Congreso (la Constitución lo permite, como subir a 400), lo harán renunciando a algunas de las ventajas en el rendimiento que ellos les dan los votos? ¿Seguro?

Por un ciberdebate Rubalcaba – Rajoy

Después de mucha discusión interna en nuestra redacción, hemos decidido proponer a PSOE y PP un ciberdebate entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy impulsado por 20minutos.es, pero abierto a todos los medios que quieran sumarse a la iniciativa. Los candidatos contestarían por Internet a las preguntas que les hicieran los usuarios de los diferentes medios que se adhieran a la propuesta. Lo acabamos de anunciar en nuestra edición on line.

Ya lo intentamos en 2008, entre Zapatero y Rajoy, y estuvimos cerca de conseguirlo. Esperamos que aquel precedente nos sirva ahora de palanca para lograrlo.

He mandado sendas cartas a la directora de campaña electoral del PSOE, Elena Valenciano, y a la directora de campaña electoral del PP, Ana Mato. «Los nuevos medios de comunicación on line -les digo en la carta- fomentan la interactividad con los lectores y hacen posible que la participación de los ciudadanos en el debate público sea muy superior a la que se produce en los medios tradicionales. Son, por tanto, mucho más democráticos. Para muchas personas, son ya el principal medio, por lo que creemos que ha llegado el momento en que los dos grandes partidos políticos hagáis un gran gesto al conjunto de este sector de la comunicación atendiendo iniciativas como ésta».

La discusión interna en nuestra redacción sobre proponer o no el ciberdebate se ha debido a nuestras dudas sobre si, proponiendo un debate a dos, no estábamos fomentando indebidamente el bipartidismo y ocultando en cierto modo la opinión y las propuestas de los cabezas de lista de los líderes de formaciones políticas hoy minoritarias pero que crecen con fuerza en la sociedad española. Finalmente, hemos optado por proponérselo solo, por ser más factible conseguirlo, a los dos líderes con opciones reales de ser el próximo presidente del Gobierno. Al mismo tiempo, hemos decidido que en 20minutos.es y en las ediciones impresas de 20 minutos prestaremos un plus de atención a esas otras fuerzas políticas hoy minoritarias.

Si quieres apoyar el debate, divúlgalo en tu círculo de amigos, muévelo en las redes sociales, envía correos a los partidos -a las direcciones infopsoe@psoe.es y ofiprensa@psoe.es por el PSOE, y atencion@pp.es y prensa@pp.es por el PP, con copia a ciberdebate20N@20minutos.es para que podamos hacer recuentos de los apoyos-. Pedimos, así mismo, a nuestros lectores que muevan la iniciativa en las redes sociales, y que, en Twitter, usen el hashtag #ciberdebate20N. Si somos muchos pidiéndolo, aceptarán que se haga.