¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

El fenómeno Piketty, en español en otoño

Economistas, políticos, sociólogos, expertos en comunicación. En charlas directas, en artículos de prensa o académicos, en las redes sociales. Todos hablan en las últimas semanas del economista Thomas Piketty y de su Capital in the Twenty-First Century, un libro tan vendido en todo el mundo que se ha convertido en inencontrable. Tan inencontrable, que el comunicólogo Luis Arroyo publicaba ayer una Guía para que parezca que has leído el libro del que todo el mundo habla.
Francés, aún joven (cumple 43 la próxima semana), director de estudios de la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS), cercano a los socialistas (fue asesor de Ségolène Royal en las presidenciales de 2007), Piketty ha recopilado datos sobre generación de riqueza y su distribución en 20 países desde finales del siglo XIX, ha desentrañado con ellos los mecanismos que fomentan la desigualdad, sostiene que «el capitalismo genera automáticamente desigualdades arbitrarias e insostenibles que dañan radicalmente los valores meritocráticos sobre los que se asientan las sociedades democráticas», pone a los ricos en el centro del debate y propone unas muy novedosas medidas fiscales globales para evitar el capitalismo tenebroso que se nos viene encima.
Indagé hace unos días sobre la edición española, y me dicen que los derechos, que son de la francesa Seuil, los ha comprado Fondo de Cultura Económica, y que previsiblemente sale en otoño.

10 comentarios

  1. Me encanta lo que haces, bravo! Bueno, gracias por compartir con nosotros este artículo.

    02 mayo 2014 | 12:58

  2. Dice ser Warp

    “El capitalismo genera automáticamente desigualdades arbitrarias e insostenibles que dañan radicalmente los valores meritocráticos sobre los que se asientan las sociedades democráticas”.

    ¿Tiene que venir un fenómeno editorial para saber eso? ¿Para qué os sirve la carrera de periodismo? Hasta mi retatarabuela lo sabía sin que viniera ningún iluminado a decírselo…

    Así nos va.

    02 mayo 2014 | 14:28

  3. Dice ser Jas

    “el capitalismo genera automáticamente desigualdades arbitrarias e insostenibles que dañan radicalmente los valores meritocráticos sobre los que se asientan las sociedades democráticas”.

    Dicho así, parecería que hay una confrontación capitalismo-democracia pero ¿Alguien me puede decir un ejemplo de democracia donde no rija la economía capitalista? Efectivamente, la condición necesaria, pero no suficiente, para tener una democracia es la existencia del capitalismo. Todos estros iluminados que atacan el capitalismo, lo que hacen es atacar el pilar central sobre el que se asienta la democracia.

    02 mayo 2014 | 17:30

  4. Dice ser Carlos

    Me ha gustado mucho tu artículo. Voy a seguirte más a partir de hoy. Saludos

    03 mayo 2014 | 10:45

  5. Dice ser Juan y mas

    Capitalismo. Una palabra que pesa más de de lo que vale. Es verdad que quien tiene ganado el dinero con tanto trabajo y ahorrado. Perder le gusta menos. Pero no puede ser que la crisis sea solo para el pobre. El capitalismo busca en la hucha de la clase baja. Para no perder nunca lo ahorrado, cuando debería ser igual para todos. Tampoco está bien que se gaste por gastar por que hay. Esta es la desigualdad que puede acabar con este capitalismo de estado y de gente de poder. Como la vida y la muerte, se deben ganar y también perder no se puede vivir en eterno.

    03 mayo 2014 | 16:38

  6. Dice ser Luis G Novoa

    Creo que Piketti acierta en algunos pronósticos y modos que se van a dar en la economía en el futuro,pero también creo que más que establecer nuevos gravámenes a los ricos ,manteniendo gran parte de la estructura capitalista hay que fragmentar(establecer distintas formas y tipos de propiedad) y limitar en el tiempo el concepto de propiedad y de herencia.
    Creo asimismo que la ecología y la ciencia deberían tener un proyecto y un gobierno mundial unificado.

    Luis/ Buenos Aires

    04 mayo 2014 | 00:11

  7. «Cautivo y desarmado el más inocente recuerdo del estado social, la crisis ha terminado. Este podría ser el parte final de esta última fase de unas hostilidades iniciadas oficialmente en septiembre de 2008, tras la voladura de ese “Maine” simbólico que fue la quiebra de Lehman Brothers. Hoy todos se llenan la boca con la consolidada recuperación de la economía, con los buenos resultados de los índices bursátiles y las previsiones macroeconómicas para 2014, aunque todos admitan también que el crecimiento será insuficiente para generar empleo, que la desigualdad y la pobreza son ya el nuevo fantasma que recorre Europa y que la reactivación es tan tímida que amenaza con agotarse al menor catarro de los Brics, o ante la más ligera recaída reumática de Alemania o Francia. Puede que por ello, previsor como pocos, Mariano Rajoy haya optado por cerrar 2013 con la adquisición de camiones con cañones de agua, no vaya a ser que las endebles perspectivas de optimismo obliguen a aplacar imprevistos focos de resistencia.

    En cualquier caso, lo que esta superación de la crisis, legitimada por los editoriales del grupo Prisa, pone definitivamente de manifiesto es la superación de las teorías leninistas que consideraban el imperialismo como la fase superior del capitalismo. Hoy sabemos que el contradictorio desarrollo de las relaciones de producción y las fuerzas productivas que diría la vieja terminología marxista hoy en recuperación, no ha concluido en el modelo monopolístico teorizado por el dirigente bolchevique en plena Gran Guerra cuyo centenario se conmemora precisamente este año. Por el contrario, el sistema económico ha demostrado su disposición a adentrarse con paso firme por los senderos de aquella barbarie anunciada por Rosa Luxemburgo.

    Por lo pronto, el casino financiero internacional, en cuya ruleta se dirime desde hace años la deriva de la economía mundial, ya no confía en el vigor de las antiguas potencias occidentales e incluso recela de las fuerzas reales de esos países emergentes tan alabados hasta hace bien poco. Ahora la bolita que gira en su azaroso discurrir entre el rojo y el negro, centra todo el interés de las apuestas en lo que, según la terminología acuñada por el economista Farida Khambata, se ha venido en llamar “mercados fronteras”, integrados por territorios tan heterogéneos como Kenia, Argentina, Pakistán, los Emiratos Árabes o Vietnam. Países en vías de emerger a un incógnito desarrollo, que en conjunto representan demográficamente un apetecible mercado, acumulan buena parte de las reservas energéticas, cobijan una mano de obra en proceso de saldo y, lo que es más importante para los cálculos de riesgo, presentan unos índices de crecimiento bursátil sin competencia posible en otras latitudes.

    Es así como el capitalismo está logrando invertir su viejo ideario de progreso, manteniendo intacta la misma canción. Si las esperanzas económicas pasaron primero del agotado centro a la segunda esfera en la periferia, hoy se centran en ese horizonte más lejano de los países frontera, en un dantesco peregrinar que conduce inevitablemente al círculo último en los abismos. Por ello no resulta sorprendente la decisión de la multinacional sueca H&M de trasladar su producción a Etiopía, donde los 45 euros al mes que allí cobra un trabajador les permiten márgenes de beneficio mucho más atractivos que los 300 euros que hoy tienen que pagar a sus abusivos empleados chinos.

    Y en medio de este panorama, la troika, con la aquiescencia del gobierno, insiste en que España debe profundizar su reforma laboral. Para echarse a temblar… O al monte».

    por José Manuel Rambla | Periodista
    nuevatribuna.es | 09 Enero 2014

    04 mayo 2014 | 12:47

  8. Dice ser Sara

    ¿Como es que este blog ya no tiene tantos comentarios como en los tiempos de D: Antonio Larrosa?

    04 mayo 2014 | 15:38

  9. Dice ser Trigolimpio

    OTRO LUNES AL SOL EN ANDALUCÍA
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    …Mañana, 5 de mayo, más de millón y medio de andaluces volverán a echarse a la calle en busca de un trabajo digno. Será de nuevo la desesperación de quienes llevan ya más de un año sin encontrar empleo y, según dicen las encuestas, cada vez tienen más cuesta arriba el encontrarlo. Y lo peor: 7 de cada 10 de esos parados votaron en las últimas elecciones autonómicas a Javier Arenas (PP), quien, pese a ganar los comicios, no accedió a la Junta de Andalucía debido a la unión bastarda del hoy bipartido PSOE-IU, que tanto daño sigue haciendo a la comunidad andaluza.
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    …La consecuencia de ese rancaneo político es clara. Los andaluces creen cada vez menos en las instituciones y en quienes las dirigen. No se sienten representados por los políticos. Y mucho menos por aquellos partidos a los que ni tan siquiera votaron hace un par de años. Primero fue la unión artificial PSOE-IU, con Griñán puesto a dedo por el señor Chaves. Después, la trianera Susana Díaz. Más de lo mismo. Sepan ustedes que con los 18.000 millones de euros que la Junta recibió procedentes de las transferencias, la señora Díaz apenas ha desarrollado políticas activas de empleo. Tampoco ha hecho mucho con el dinero procedente de las subvenciones europeas. Por eso, Andalucía sigue siendo actualmente la comunidad con mayor tasa de desempleo de España (34,94%).
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    …A este drama, que tiene 1.462.500 nombres y apellidos, se suma ahora el de la corrupción de los tristemente conocidos ya como Cursos de Formación para parados. Se trata de una nueva trama dolosa y vergonzante donde academias, sindicatos, pequeños empresarios e intermediarios se llevaban crudo el dinero destinado a la formación de los desempleados. El sistema venía a ser similar al de los ERE fraudulentos. Se creaban academias fantasma para cobrar la subvención y después desaparecían sin impartir los cursos. Por supuesto, la Junta de Andalucía concedía ese dinero a ciegas sin exigir a cambio auditorías o la actuación inmediata de la Cámara de Cuentas.
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    … Hoy en día, nadie sabe a dónde ha ido a parar todo ese dinero, que se cifra en centenares de millones de euros. Un nuevo escándalo desarrollado en tiempos de Chaves y Griñán y que actualmente trata de ocultar como puede la señora Susana Díaz y su segundo de a bordo, el señor Mario Jiménez, que, para más inri, se defiende ahora tratando de implicar en la trama andaluza nada más y nada menos que al ministerio del Interior. Bochornoso, señor Jiménez.
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    …Y mientras tanto, los andaluces sin trabajo, casi 5.000 profesores interinos en paro, 800 monitores en la calle, Canal Sur endeudada, la Sanidad colapsada y los funcionarios andaluces –los únicos de España- todavía con los sueldos congelados y las pagas secuestradas por la señora Díaz. Vaya gracia. O desgracia.
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    …Por cierto, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía sólo tiene convocados para este año 70 cursos de formación para parados en toda la comunidad. ¿Es así como Susana Díaz pretende acabar con el paro de los andaluces? ¿Para eso se coaligó con los comunistas? ¿Y por qué los sindicatos no le montan ahora manifestaciones y huelgas al PSOE? Repito, una vergüenza.

    05 mayo 2014 | 01:01

  10. «Imaginen a un cirujano al que se le mueren una y otra vez los pacientes en la mesa de operaciones; un ingeniero al que se le caen los puentes; un maquinista que descarrila trenes con frecuencia. Al margen de las consecuencias penales de cada caso, lo cierto es que no se les permitiría volver a entrar en un quirófano, proyectar una obra más, ni acercarse a una estación.

    ¿Por qué con los economistas es diferente? ¿Por qué siguen en sus puestos los autores intelectuales de esto que llaman crisis? Y no solo en sus puestos: influyendo más que nunca sobre la política de países y organizaciones.

    Hubo un momento, allá por 2008-2009, en que parecía que la ortodoxia económica neoliberal se vería obligada a pedir perdón y reconsiderar sus posiciones. Sus principales representantes se mostraban prudentes, salían del escenario, eran señalados como responsables por documentales y reportajes que además destapaban su lucrativa intimidad con el poder financiero. Mientras los dirigentes mundiales hablaban de “refundar el capitalismo”, los teóricos del libre mercado y la desregulación adoptaban un perfil discreto, lo que permitía oír otras voces, de economistas heterodoxos y críticos.

    ¿Qué pasó después? ¿Cómo es posible que no solo conserven sus puestos y su influencia, sino que además estén reconquistando el poco terreno cedido, expulsando a las voces críticas y recuperando la hegemonía ideológica?

    Volvamos la vista atrás, porque se nos olvida de dónde venimos. Parte de su victoria consiste precisamente en eso: han conseguido que el origen financiero de la crisis se difumine, que quitemos el foco del sector bancario, las burbujas hipotecarias y la alquimia bursátil, para colocarlo sobre los Estados. Ya no hablamos de banqueros, brokers, agencias de calificación y productos tóxicos, sino que hoy toda la atención está sobre los Estados, el gasto público, la deuda, la austeridad, los recortes, las privatizaciones, el fin del Estado del Bienestar. Una jugada maestra, diabólica. Unos genios.

    Pero si volvemos la vista atrás y somos capaces de mirar por encima de la telaraña tejida, descubrimos que estaban allí. Ellos. Los mismos que hoy siguen aquí, y dan lecciones y marcan el paso. Estaban allí. Eran quienes daban cobertura académica a la desregulación financiera que quitó los frenos a la locomotora. Eran quienes teorizaban sobre modelos que nunca se cumplían. Eran ellos, los mismos que pronosticaban futuros maravillosos que han resultado este presente miserable. Y además lo hacían disfrazando de ciencia lo que siempre fue ideología.

    Desde sus cátedras, sus centros de estudios, sus tribunas, sus organismos internacionales, sus comités de expertos, su asesoramiento a gobiernos, sus puestos en órganos supervisores, sus conferencias, sus reuniones internacionales, sus libros y sus medios afines, pusieron letra a la música que tocaba la orquesta financiera, los gobiernos tarareaban y los ciudadanos bailábamos porque era la única que sonaba, machacona, pegadiza.

    Estaban aquí también, entre nosotros, teorizando sobre el modelo productivo, la burbuja que no era tal, los precios que nunca caerían, la necesidad de más desregulación, menos impuestos y menos derechos sociales, los beneficios de la gestión privada de lo público y de la privatización de todo lo privatizable.

    Ya sabemos lo que pasó después, aunque ahora parece que se nos olvida: el sistema financiero hizo crac, nuestra burbuja hizo boom, la economía hizo puf, el euro hizo ay, y todo se vino abajo. Hubo que tapar agujeros abisales con billones salidos de nuestros bolsillos, y aquí estamos hoy, con mucho del destrozo privado transferido, socializado y convertido en destrozo público.

    No es que hayan vuelto. Es que nunca se fueron. Los mismos economistas neoliberales que nos hicieron descarrilar, han sido quienes diagnosticaban la crisis y recetaban las políticas para superarla, y quienes hoy marcan el camino de la supuesta recuperación y diseñan el futuro.

    Y lo hacen sin ceder uno solo de los espacios que dominaban, incluso añadiendo otros nuevos. Los mismos expertos fallidos de ayer son quienes hoy forman los comités de expertos que proponen reformas a los gobiernos. Las mismas agencias de calificación que supimos tramposas, hoy siguen poniendo nota a países y empresas. Los mismos que no vieron el peligro en la ruleta rusa financiera, son quienes hoy hacen pruebas de riesgo a la banca.

    Por no hablar de dos espacios principales de producción ideológica: la universidad y los medios de comunicación. En cuanto a la primera, es escandaloso cómo la formación de nuevos economistas y la investigación siguen en buena parte en manos de los mismos neoliberales. Y si hablamos de medios, después de esos primeros momentos en que las voces críticas recibieron más atención, hoy vuelve el discurso único, con economistas ortodoxos y fieramente neoliberales copando tertulias televisivas de gran audiencia (donde les ponen pizarra para que nos den lecciones), páginas de opinión, minutos informativos cada vez que se requiere la opinión de un “experto”.

    Volviendo al primer párrafo, ¿hasta cuándo vamos a seguir dejando que nos operen, cruzando sus puentes y subiendo a sus trenes? ¿Cuántas veces más tenemos que sufrir sus “accidentes”?».

    por Isaac Rosa
    21/04/2014

    06 mayo 2014 | 20:06

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