¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

VG, una máquina de buen periodismo

VG, el periódico que ha sufrido el impacto del atentado de Oslo, pertenece al grupo Schibsted, propietario también de 20 minutos y 20minutos.es. Conozco bien a sus periodistas y a sus directivos. En los últimos 10 años, he compartido con ellos experiencias, reuniones, emociones, copas, comidas y cenas, éxitos y fracasos.
Hace apenas mes y medio, cinco periodistas de 20 minutos -Raquel Pérez Ejerique, Virginia Pérez, Ana Bedia, Amaya Larrañeta y yo- estuvimos en Oslo con colegas de todo el grupo en la entrega de los Premios Schibsted de Periodismo, unos galardones anuales entre todos los medios del grupo: noruegos, suecos, estonios, rusos, franceses, españoles, etc. Por primera vez en la historia de los premios, 20 minutos fue finalista en una de las categorías. Ganamos a una candidatura de VG, lo que era un mérito extraordinario, porque VG es un gran periódico, muy apreciado por la sociedad noruega (fue fundado al acabar la Segunda Guerra Mundial por miembros de la resistencia antinazi), y es también una portentosa máquina de hacer buen periodismo: en papel y en web, innovador, arriesgado, atento a la revolución tecnológica y a los cambios sociales, popular pero de calidad, para el gran público pero muy exigente consigo mismo, escuchando siempre a sus lectores y usuarios. Muchas de las cosas nuevas del mundo de la comunicación y del periodismo surgidas en los últimos años yo las oí mencionar por primera vez a colegas de VG o de otro medios escandinavos de nuestro grupo.
Noruega era hasta hace unas décadas paupérrimo -pesca, madera y patatas, en un clima durísimo-, el país más pobre de Europa. Una gran parte de su población emigró a EE UU en las primeras décadas del siglo XX. Pero encontró petróleo y gas en abundancia en su Mar del Norte y se ha convertido en uno de los más ricos del mundo. El éxito, por fortuna, no se les ha subido a la cabeza, y los noruegos siguen siendo gente amable, razonable, dialogante. Gracias a su extraordinario desarrollo económico, Noruega nos lleva varios años de ventaja en la revolución tecnológica, en la penetración de Internet y en innovaciones del mundo de la comunicación.
Hasta hace pocos meses, VG era el diario impreso con más tirada y más audiencia de Noruega, y también el diario on line más seguido. Ahora, entre los impresos, le ha pasado en tirada Aftenposten, otro periódico de nuestro grupo, un diario de élites que se ha hecho mundialmente famoso porque fue el primero que obtuvo los cables de Wikileaks sin acuerdo previo con Julian Assange sino consiguiendo el material por sus propios medios de investigación. A los periodistas de Aftenposten también los conocemos bien los de 20 minutos, también compartimos experiencias y proyectos con ellos. Su director hasta hace muy poco, Hans Erik Matre (Juan Enrique para los amigos españoles, como él nos pide en un castellano más que correcto), fue consejero de 20 minutos España durante muchos años.
En agosto de 2001, cuando José Antonio Martínez Soler y yo le vendimos al Grupo Schibsted nuestros Madrid y m@s y Barcelona y m@s (con esos nombres fundamos este diario en 2000), los noruegos nos invitaron a un largo viaje a Oslo para enseñarnos a ambos y a Luis Oñate, nuestro director financiero, las cosas de las que más orgullosos estaban: el Museo Munch, el Palacio Real, el Parque Vigeland, el puerto… y los edificios en el centro mismo de la ciudad, en la calle Apotekergata, donde estaban el cuartel general del grupo y la sede de dos de sus principales diarios: Aftensposten y VG.
Aunque pertenecían al mismo grupo editor, había una rivalidad profesional intensísima entre las dos redacciones, competían duramente por las mejores historias y exclusivas. Los edificios estaban fronteros, uno a cada lado de la calle, de apenas unos 10 metros de ancha. Un pasadizo de cristal comunicaba ambos edificios, pero la leyenda dice que la puerta del pasadizo estaba bloqueada, que nunca nadie de VG pasaba por allí a Aftenposten ni de este a aquel. Los colegas y rivales solo se trataban en un amplio bar que hay en los bajos del edificio de VG, trasegando cervezas y aquavit. Allí vi yo con ellos en 2008 la final de la Champions entre el Manchester y el Chelsea.
En los tiempos de mi primera visita, VG era uno de los diarios del mundo con mayor penetración en su mercado. Vendía en torno a 400.000 ejemplares al día, en un país que apenas contaba con 4,5 millones de habitantes. «Uno de cada 10 noruegos mayores de edad lo compra y uno de cada tres lo lee», me contaba el entonces director del diario, Bernt Olufsen, que hoy es consejero de 20 minutos España. Luego ha ido cayendo, como casi toda la prensa de pago en el mundo occidental, pero la empresa tuvo la habilidad de apostar por web muy temprano, y de convertir a vg.no en un éxito parecido al de la versión impresa. Uno de sus artífices ha sido Espen Egil Hansen, que durante varios años también ha estado en el consejo de 20 minutos España.
Aftenposten dejó hace unos años su vieja sede enfrente de la de su rival y hermano, y se mudó detrás de la Estación Central de Oslo, pero VG ha seguido en Apotekergata, como también la sede central de Schibsted, y allí ha sido donde se ha producido el atentado, a escasa distancia del pasadizo acristalado. Hace poco, Torry Pedersen, director de VG papel y web (tenían separadas las redacciones, y ahora las han integrado), señalaba desde la ventana de su despacho un edificio vecino, al otro lado de la plaza, y nos comentaba, a Eduardo Díez-Hochleitner -CEO de nuestra empresa- y a mí: «Es la oficina del primer ministro». Ese parece que era el objetivo del atentado de Oslo de hoy.
Oslo es una ciudad pequeña, tranquila, nunca he observado especiales medidas de seguridad, ni en el aeropuerto, ni el Parlamento, ni en el Palacio Real, ni en el Museo Munch, donde en 2004 unos cacos robaron El grito casi sin despeinarse. Es una ciudad no de conflictos sino de diálogos. Allí se entrega todos los años el Premio Nobel de la Paz. Allí se firmó el histórico acuerdo entre israelíes y palestinos de 1993, entre Isaac Rabin y Yasser Arafat. Allí ha habido también discretos contactos entre el Gobierno español y ETA.
Los amigos y colegas noruegos con los que he hablado esta tarde no entienden cómo se han convertido en objetivo de atentados tan terribles como los de hoy de Oslo y de la isla de Utoya. El presidente de 20 minutos España, Sverre Munck, que tiene su despacho en Apotekergata, me acaba de contar que entre las víctimas mortales o los heridos parece que no hay nadie de VG ni de Schibsted, pero está conmocionado, como toda la sociedad noruega. Como lo estamos también todos nosotros aquí, pese a la distancia y pese a la mucha experiencia que por desgracia tenemos en atentados terroristas.

14 comentarios

  1. Dice ser Eduardo Díez-Hochleitner

    ¡Mil gracias, Arsenio, por este sentido, emocionado y emocionante homenaje a la tierra de nuestro accionista Schibsted y de todos nuestros amigos noruegos, a quienes nos sentimos hoy especialmente unidos en la conmoción!

    22 julio 2011 | 22:00

  2. Dice ser Kike

    Un abrazo solidario a los amigos de Noruega y a los colegas de Shibsted que hice allí.

    22 julio 2011 | 22:31

  3. Dice ser JAMS

    Te felicito, querido Arsenio, por tu sentida crónica con tantos buenos recuerdos compartidos con nuestros amigos noruegos hoy tan de luto como nosotros.
    Un abrazo
    Jose

    22 julio 2011 | 22:49

  4. Dice ser Toño

    Por más que me lo propongo, por más indignado que esté, cada día más, sigo sin comprender el terrorismo. Un abrazo, Arsenio y otro para los colegas de Noruega.

    22 julio 2011 | 22:51

  5. Dice ser Porlajeta güeb

    El terrorismo no tiene ningún razocinio, no podemos buscarle una razón coerente en los tiempos que vivimos. Se que la gente que lo produce son descerebrados y en gran medida incultos mandados por otros.

    Mucho ánimo a los Noruegos en general

    23 julio 2011 | 07:35

  6. Dice ser Joan

    Enhorabuena, Arsenio por este emocionado recuerdo de esos días en Oslo, que en algunos momentos compartimos, y de la estrecha relación con los colegas noruegos, de quienes tanto aprendimos. Espero que les traslades a Sverre y a toda su gente un fuerte abrazo en estos trágicos momentos… porque desde ayer todos somos un poco más noruegos. Y otro abrazo para ti, Eduardo y toda la familia de 20 minutos.

    23 julio 2011 | 09:12

  7. Dice ser Schnell Abnehmen

    Sin duda el retrato de una sociedad moderna y avanzada. Por eso sorprende tanto un evento de estas características, que parece reservado a países que todavía no han alcanzado la paz social. Quizás este punto merece una reflexión profunda.

    23 julio 2011 | 11:59

  8. Dice ser Munch

    Yo creo que si hay una sociedad avanzada, cordial pacífica y espejo donde cualquier otra debe mirarse, esa es la noruega.
    País rico donde los impuestos son bestialmente más altos que en el resto, pero que goza de un nivel de vida que sus habitantes lo reflejan en su forma de ser, agradables simpáticos y abiertos.
    Duele por la cercanía de sus gentes.

    23 julio 2011 | 12:36

  9. Dice ser Carlos

    No se puede jugar a dos bandas, ni en noruega ni en españa ni en ninguna parte. Estas cosas no pasan xq si, estas cosas pasan cuando, leyendo un poco x encima el nuevo despliegue de jóvenes españoles contra el sistema, elevan un grito de silencio y nadie les escucha, xq les hace una pedorreta cuando hay silencio no x otra cosa, vamos a acabar asi, y si seguimos jugando a dos bandas con los q nos la han jugado y empezamos a ser hipócritas con la vida de los demas para mantener LO ÚNICO q nos da de comer q es nuestra credibilidad q no le quepa a nadie la menor duda q los q hoy pueden ser considerados terroristas dentro de no mucho pueden ser considerados frente de liberación xq como tu mismo citas en tu argumentación periodista «el q pone el parné» fué fundado tras la II gran guerra x un grupo de antinazis q en su momento seguramente fueran considerados terrostas antisistema tb. Se pueden cambiar las tornas, pero no los ideales y los prinicipios, esos se mantienen intactos. Un saludo.

    PD: No soy vasco ni nacionalista ni nada q se le asemeje.

    23 julio 2011 | 13:28

  10. Dice ser J. Ruiz: Maestro de Fontanería y Patrón de Pesca.

    Lo lamentable es que se es complaciente con el terrorismo. Se es complaciente el terrorismo islámico, con el de ETA, con el de las FARC (Colombia).

    En los países nórdicos se es especialmente complaciente con el terrorismo de la narco guerrilla FARC. Ahora les toco una enorme tragedia humana y social que cambio a la gente por completo

    En España vemos la complacencia extrema cuando el bombazo islámico es fuera de nuestro país. Más aun se fue muy benevolente con el 11-M y dicen la mayoría de los periódicos del mundo, que España es el paraíso de los terroristas islamistas en Europa

    Lo mismo sucede con los piratas somalíes. Vi con mis propios ojos y escuche con mis propios oídos, al Dr. Gaspar Llamazares defendiendo a los piratas somalíes. Bien, el no es marino.

    Que los sujetos sean enajenados asesinos en serie o terroristas, da lo mismo. Lo importante es que no se debe buscar justificación, es un error aplaudir y financiar desde los países nórdicos a los narco terroristas de las FARC

    23 julio 2011 | 15:50

  11. Dice ser Juan M. Zafra

    Un fuerte abrazo de animo a quienes vivís tan cerca esta tragedia y mis condolencias con los ciudadanos noruegos en tan tristes circunstancias.
    Es espeluznante lo que puede llegar a hacer el fanatismo.
    Gracias Arsenio por tu personal y sincero relato.
    Un fuerte abrazo.

    23 julio 2011 | 18:11

  12. Dice ser J. Ruiz: Maestro de Fontanería y Patrón de Pesca.

    Probablemente parezca que no es el momento, pero lo es. En la tragedia de los nórdicos, es bueno recordarles que desde sus países se apoya con dinero y soportes propagandísticos, a los que instalan (FARC) minas “quiebra patas” en Colombia.

    Las “quiebra patas”, lisian y matan a campesinos. Tan humanos como los fallecidos en Noruega. Su única diferencia es que los nórdicos son blancos y ricos, los colombianos mestizos y pobres

    24 julio 2011 | 04:52

  13. Dice ser Fan de Antonio Larrosa

    Se busca a Antonio Larrosa vivo

    24 julio 2011 | 18:23

  14. Dice ser realmente

    En España lo que realmente nos importa es la crisis que padecemos y que ha hipotecado el futuro de varias generaciones. Humanamente da lástima lo sucedido en Noruega, más lástima da lo que está sucediendo en Somalia, según la Unicef morirán 800.000 niños de hambre, que es bastante peor que morir a tiros. A ver si estos grandes grupos de comunicación noruegos y españoles dedican titulares y sentidas palabras a ese casi millón de niños con la misma proporcionalidad que dedican titulares a la muerte de casi 100 personas noruegas.

    24 julio 2011 | 19:55

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