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¿Quo vadis, español?

Reproduzco otro de los artículos sobre el español que escribí para la revista Geo hace ya algunos años. Complementa al artículo que recuperé ayer, que os tuvo debatiendo todo el día (no siempre de lo que yo planteaba).

¿Quo vadis, español?

Arsenio Escolar

Escena inicial. Monasterio de San Millán de la Cogolla, en la actual La Rioja, hace unos mil años. Un monje que consulta homilías y un penitencial escritos en latín anota en los márgenes del documento la traducción de algunos términos a la lengua cotidiana que en esa época se empezaba a usar en la calle. Así crea lo que ahora conocemos como Glosas Emilianenses, el primer texto escrito donde se utiliza de manera consciente la lengua romance que hoy llamamos español. Al menos, el primer texto que nos ha llegado porque, según algunos expertos, aquel religioso utilizaba para sus anotaciones una especie de diccionario latín-romance que desgraciadamente no se ha encontrado.

Tengo las Glosas delante, editadas por Ramón Menéndez Pidal: «Quidam (qui en fot) mo nacus filius sacerdotis ydolorum…». A primera vista, todo parece latín. Pero no lo es: del latín vulgar, del sustrato de lenguas prerromanas, de la influencia de las lenguas germánicas traídas a la Península por los visigodos en el siglo V y de los préstamos del árabe ha nacido un idioma nuevo en las comarcas montañosas que hoy pertenecen a Burgos, La Rioja y Cantabria. Aunque apenas nos reconoceríamos en él, aunque tiene grafías que hoy no usamos –la doble ess (ss), la ce con cedilla (ç)…– y carece de otras que hoy nos parecen tan nuestras como la jota (j) o la eñe (ñ), es nuestra lengua. No hay duda alguna.

Escena final. Imaginemos que dentro de mil años, o sólo de 500, un periodista californiano escribe su crónica en español para un diario digital. ¿Tendrá eñes? ¿Tendrá haches? ¿Usará uves, o sólo bes? ¿Mantendrá el actual sistema de acentuación? ¿Habrá unificado la ce de cero y la zeta de zapato –que son el mismo fonema, el mismo sonido– a un solo signo gráfico, a una misma letra? ¿Estará aún más lleno de siglas y de acrónimos? ¿Incluirá signos gráficos hoy no inventados? ¿Cuántas de las palabras que el periodista use están hoy en el Diccionario de la Real Academia? ¿Se parecerá tanto ese idioma al inglés como las Glosas Emilianenses se parecían al latín? En definitiva, si hoy pudiéramos leer ese texto periodístico, ¿lo reconoceríamos como escrito en nuestra lengua, como español?

Conocida sobre todo como una disciplina aplicada a la política, la prospectiva ha mostrado que es cualquier cosa menos una ciencia exacta. A mediados de los años ochenta, ninguno de sus sacerdotes intuyó que en cortísimo espacio de tiempo iba a caerse el muro de Berlín y a derrumbarse los regímenes del llamado “socialismo real”.

Aplicada a la lingüística, es una ciencia aún más inexacta. Los vaticinios son prácticamente imposibles. ¿Alguien entrevió hace veinte años, o incluso hace diez, que una vieja palabra castellana, arroba, iba a tener una segunda vida con otra acepción? ¿Alguien nos auguró que en 1999 la Ortografía oficial de las academias de la lengua iba a recuperar un viejo signo, &, al que erróneamente muchos han creído anglosajón? ¿A alguien se le ocurrió cuando llegaron los teléfonos móviles que a su calor iban a crear los adolescentes una nueva forma de escritura, los emoticones, en el que :-) es sonrío (mírenlo girando esta página 90 grados); :-D, me carcajeo; y :-P, me muerdo la lengua? Cuando Gabriel García Márquez viró por broma la última e en la portada de la primera edición de Cien años de soledad, ¿alguien intuyó que un día esa e fruto de un nuevo bustrófedon sería frecuente en el nombre comercial de muchas marcas ligadas a la revolución tecnológica y que, seguida o precedida de un guión (e-, -e), iba a convertirse en un prefijo o un sufijo que significara «electrónico»?

Las lenguas son pujantes seres vivos. Siempre están cambiando. Lo hacen sonorizando consonantes sordas o ensordeciendo sonoras, inventando diptongos donde no los había o reduciéndolos donde los había, prescindiendo de vocales que caían justo detrás del acento de una palabra, tomando prestados vocablos de otras lenguas, creando neologismos, aplicando metáforas o eufemismos para alumbrar nuevos términos, desprendiéndose de elementos de su escritura, adoptando otros…

Nuestra lengua, el español, ha sido una de las más dinámicas en ese movimiento continuo de cambio. A aquel idioma recién nacido que usaba el monje de San Millán de la Cogolla le han pasado muchísimas cosas en estos mil años. Éstas son algunas de las más significativas:

-Ha inventado la eñe y la elle donde el latín tenía consonantes dobles, la nn (annu: año) y la elle (caballu: caballo).

-Ha sustituido la efe inicial latina por una hache, primero aspirada y luego muda (facer: hacer).

-Ha apostado por «haber» como verbo auxiliar tras dudar durante mucho tiempo si hacerlo por «ser».

-Ha sido objeto de diversos procesos de homogeneización o de normalización ortográfica: en el siglo XIII, por iniciativa, digamos política, del rey Alfonso X, que apuesta por el «castellano derecho» de Burgos, con algunas concesiones al de Toledo y al de León. En los Siglos de Oro, con la suma de iniciativas individuales de Antonio de Nebrija, Juan de Valdés, Cristóbal de Villalón, Bernardo Aldrete, Sebastián de Covarrubias y Gonzalo Correas. En el siglo XVIII y comienzos del XIX, por decisión de la Real Academia, creada en 1713, que saca adelante una tanda de reformas por las que el idioma queda fijado prácticamente como lo conocemos: distingue entre la u y la uve, suprime la c con cedilla y la doble ese; apuesta por la be para las palabras que en latín tuvieran be o pe y por la uve para las que tuvieran uve…

-En el siglo XVI se dividió prácticamente en dos variantes de pronunciación. Una es la dominante en todo el territorio peninsular, salvo Andalucía, y en Baleares; la otra lo es en Andalucía, Canarias y América.

-Ha importado palabras de Francia casi durante toda su historia. En los silos XI y XII, con el primer auge del Camino de Santiago y la llegada de peregrinos y la reforma cluniacense, tomó del francés o del provenzal vocablos como homenaje, vergel, doncella, manjar, pitanza, hostal o peaje. En el siglo XV trajo, entre otros, dama, paje, galán y corcel; en el XVI, ujier, damisela, frenesí, trinchera o coronel; y en el XVIII, detalle, intriga, modista, chaqueta, pantalón, hotel, aval, burocracia…

-También ha importado vocablos de Italia, sobre todo en el siglo XV (galera, avería, corsario, tramontana, belleza) y en el XVI (escopeta, piloto, escorzo, diseño, novela, modelo).

-Ha tomado muchos préstamos del inglés, la mayoría en el siglo XIX tras la revolución industrial (claxon, vagón, tranvía, túnel) y en el XX con las nuevas tecnologías, los avances científicos, el deporte y el ocio.

-Ha hecho suyos cientos, miles de arabismos, la mayor parte antes del siglo XV.

-Ha tomado vocablos de todas las lenguas americanas precolombinas, y los ha reexportado a las lenguas europeas (tabaco, patata, chocolate, tomate, canoa).

También ha exportado a otras lenguas muchos términos propios. Sobre todo en el siglo XVI y primeros años del XVII, cuando España era la principal potencia militar, política, económica y cultural del mundo. Numerosos vocablos nuestros (armada, flota, siesta, grandeza, pícaro, zarabanda, chacona, fanfarrón) están desde entonces en el francés, el inglés, el italiano, el portugués o el alemán. A los franceses, incluso les prestó la ce con cedilla (ç), hoy casi un símbolo de su idioma.

Desde las pequeñas comarcas en las que nació, se ha extendido con una fuerza imparable por todo el mundo, de modo que hoy hablan español unos 350 millones de personas.

Y ahora en tu segundo milenio de vida, ¿hacia dónde vas, idioma español? ¿Quo vadis? ¿A extenderte aún más gracias a las altas tasas de fertilidad de los actuales hispanohablantes, a las posibilidades de desarrollo de los países donde eres la lengua oficial y al renovado interés que despiertas como lengua de estudio? ¿A la fragmentación, dada la lejanía de los territorios en que te hablan y las variantes de pronunciación antes apuntadas? ¿A perder, por la revolución tecnológica, parte de la ventaja que le habías sacado al francés o al alemán? ¿A convertirte poco a poco en un satélite del inglés?

La hegemonía mundial de Estados Unidos, el liderazgo tecnológico y científico del mundo anglosajón y la globalización de la economía, la cultura y el deporte han convertido a este último idioma en la lengua franca de nuestros días y en la que más préstamos suministra a otras.

Algunas de las grandes lenguas (el chino, el árabe, el ruso) están de algún modo protegidas de la colonización del inglés gracias a que no usan el alfabeto latino. A otras (el francés, el portugués, el italiano, el alemán) las salva, aunque menos, la distancia geográfica entre las respectivas comunidades de hablantes. Y una, sólo una de las grandes lenguas, el español, está en contacto directo con el todopoderoso inglés, hasta el punto de que en varios estados de Estados Unidos (California, Nuevo México, Texas, Florida…) comparten decenas de millones de hablantes bilingües que usan uno u otro idioma según estén en casa, en el trabajo, en una discoteca o en un organismo público.

Un roce tan intenso ha hecho que algunos expertos hablen ya del nacimiento del spanglish, un español que no sólo castellaniza vocablos ingleses y llama a las provisiones «groserías» (de groceries); al mucho frío, «culismo» (de cool); a beber, «drinquear» (de drink); y al espectáculo, «cho» (de show), sino que incluso adopta estructuras sintácticas inglesas. «El spanglish no es todavía un idioma. Está en proceso de convertirse en dialecto», afirmaba recientemente Ilan Stavans, un filólogo nacido en México y radicado en Massachusetts que está elaborando el primer diccionario de spanglish, en el que recogerá unos 6.000 términos. Stavans sostiene que ya es el habla cotidiana de los 40 millones de hispanos de Estados Unidos (incluidos los indocumentados) y será «una lengua franca en todo el mundo hispánico» que transformará radicalmente el español.

Otros expertos creen, sin embargo, que muchos de los términos del spanglish son tan efímeros como la jerga en su conjunto, y que el fuerte crecimiento de la población hispana en Estados Unidos (por mayor fertilidad y por nuevas migraciones) y su mejora en la escala social reforzarán el español allí, aunque no sea el español que consideramos genuino en España.

La pugna entre el español de la Península y el de América será otro de los grandes fenómenos. ¿Prevalecerá coche o sobrevivirá carro? ¿Tipos de interés o tasas? ¿Chaqueta o saco? ¿Entrecot o churrasco? ¿Ordenador o computadora?

El mundo de los ordenadores y de las telecomunicaciones abre horizontes e incertidumbres a nuestro idioma. En Internet, el inglés acapara en torno al 70 por ciento de los contenidos de la World Wide Web (WWW) –castellanizada como Malla Máxima Mundial (MMM) con poco éxito–; el alemán, en torno al 3,3 por ciento; el francés, un 2, y el español, un 1,5 aproximadamente. Por tanto, dos lenguas con muchos menos hablantes que la nuestra nos han superado con creces en ese revolucionario medio de comunicación. En el medio plazo, recortaremos diferencias si los países de Hispanoamérica confirman su crecimiento económico y mejoran su nivel de vida. Mientras eso llega, no es extraño que la Red se haya convertido en un vehículo de la invasión de anglicismos, hasta el punto de que algunos sostienen que los hispanohablantes usan en Internet el ciberspanglish, una jerga en la que imprimir se dice «printear» y borrar, «deletear».

Donde el francés y el alemán quedan muy atrás y el español se acerca al inglés es en la enseñanza. El castellano es una de las lenguas más demandadas en colegios y universidades de Japón, Oriente Medio, Norte de África, Estados Unidos y Europa. La creación en 1991 del Instituto Cervantes, que va camino de los 40 centros en todo el mundo, ha espoleado ese interés. Y uno de los hijos del Instituto, el Centro Virtual Cervantes (http://cvc.cervantes.es), se ha convertido en un gigantesco lugar de encuentro del castellano en Internet. Una de sus secciones, El Oteador, ofrece acceso a mas de 2.000 páginas relacionadas con nuestra lengua.

La decisión de las autoridades de Brasil de convertir el español en asignatura obligatoria en toda la enseñanza secundaria del país trasciende lo meramente académico. Con sus 160 millones de habitantes, Brasil es la quinta nación más poblada del planeta. Rodeados de hispanohablantes por todas sus fronteras, es muy probable que los brasileños de las próximas generaciones también lo sean, sin abandonar su portugués materno.

Hace casi 500 años, el emperador Carlos V contestó así al obispo de Macôn, embajador francés, cuando éste le dijo que no entendía español: «Entiéndame si quiere, y no espere de mí otras palabras que de mi lengua española, la cual es tan noble que merece ser sabida y entendida de toda la gente cristiana». Hace unos meses, el pianista yugoslavo Ivo Pogorelich confesaba en una entrevista que había aprendido español porque era «un idioma estupendo para dudar y para decir lo que te da la gana».

Es curioso y ejemplar un amor tan grande a nuestro idioma pues ni Carlos V ni Pogorelich tuvieron el español como lengua materna.

21 comentarios

  1. Dice ser JJ

    «victorio» No has escrito ni un acento… ;)

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser inj

    Formidable. Lo copio y lo guardo.Gracias

    21 junio 2009 | 09:57

  3. Dice ser Irene

    Que pena, un texto tan bueno y solo un comentario. El de el otro dia hablando del tabique nasal de la Esteban tenia cientos…Me ha gustado mucho.

    21 junio 2009 | 10:29

  4. Dice ser JJ

    Se me ocurre un término mejor que «spanglish»: «panspanglish»Todas las versiones de español/castellano con todas las de inglés.No sólo el inglés británico y el estadounidense: en muchos países europeos tiene amplia difusión, pero con variantes, aunque éstas sean errores… lo sé porque los oigo casi a diario y a unos les entiendo y a otros no…Por cierto: sólo tengo un inglés limitado, mezcla de profesores españoles, británicos y norteamericanos, no soy ningún experto.

    21 junio 2009 | 10:29

  5. Dice ser fede

    muy buen texto. Luego podemos hablar del que militarmente se conoce como inlgés OTAN, un inglés básico, acompañado de jerga militar, con el que hablar de forma fluida con los militares de casi todas las naciones, menos y casualmente, con los británicos. Y no hablo de los americanos, pq esos directamente hablan ya español dado el origen de la mayoría de ellos.

    21 junio 2009 | 10:54

  6. Dice ser astur

    Lei su articulo de ayer y me gusto.Le iba a contestar lo que yo opino pero me parecio que no merecia la pena , pero como hoy tambien escribe del mismo tema le dire que a mi no me parece que este nuestro idioma sea tan abierto a los cambios como dice . Mas bien pienso que hay muchos intereses creados en torno a los sillones de la real academia como para plantear cambios asi como asi. esta semana mismo hablando con mi vecina que es rumana no supe explicarle por que los fonemas de la letra c suenan de dos formas diferentes segun la vocal que los lleva.Pero lo mas grcioso es que hay otras consonantes en nuestro idioma que suplirian perfectamente esos sonidos . tampoco pude explicar por que se sigue usando una letra que es muda(h) o por que teniendo la j y la g ,cada una no recibe los fonemas propios . Y como esos ejemplos ,que no se si me he explicado bien , muchos mas que harian nuestro idioma mas facil de hablar y escribir .Creo que sobran letras y que otras se les deberia de asignar sonidos diferentes para no usar dobles letras.Quizas yo sea muy burro pero , por que tengo que escribir ZICERONE y no ZIZERONE , o CIELO y no ZIELO

    21 junio 2009 | 10:56

  7. Dice ser Roger Marçal

    Soy catalán y por lo tanto conozco el castellano igual que cualquier otro ciudadano español. No os creáis a los que dicen que el castellano esta discriminado en Catalunya, no hay ni un solo catalanohablante que no sepa castellano… y mira que los de la COPE lo han buscado hasta con candiles…Lo que si es cierto es que el castellano o español (a mi me da igual como lo llamen) es una anomalía en Europa y no tomemos la palabra anomalía como peyorativa sino como singularidad.Somos el único país de Europa y de todo el mundo occidental que no se ha esforzado en absoluto en tener al inglés como segunda lengua a un niven proximo al bilingúismo. Tan solo una pequeña parte de los graduados superiores se defienden correctamente en inglés, especialmente los de ingenierías. Poco a poco se va extendiendo a otras especialidades como la medicina, arquitecura, etc…, pero aún estamos legisímos de la media Europea.Catalunya forma parte del Estado o Nación española y tenemos el castellano como segunda lengua al mismo nivel que la primera. Hasta tal punto es así que a los catalanohablantes nos resulta dificil recordar si una película la hemos visto en castellano o catalán… Si Catalunya no formara parte de España, nuestra segunda lengua sería el inglés porque nos ocurriría lo que a muchos pequeños países europeoa, que no hay dinero para hacer los libros que se estudian en las carreras en el idioma del propio país y la mayoría estan escritos en inglés y algunos en alemán y francés. Incluso las películas las pasan en versión original, las inglesas…, por el mismo motivo.Bueno sería que los españoles en general aprendieramos inglés aunque solo séa para poder comunicarnos con los europeos.No niego la potencia del español, todo lo contrario, cada día va a mas y es mi lengua de comunicación habitual, pero el ingles también va cada día a mas, especialmente en los grupos especializados. Esos grupos como el arte…, los negocios…, la tecnología…, la medicina…, la política…, etc…, usan el ingles como única lengua cada vez mas.No se puede publicar un articulo cientifico en cualquiera de sus especialidades, desde la arqueología o la panteología hasta la astrofísica pasando por la pintura o la informática de alcance mundial si no es en una revista en inglés.Todos los hombres de negocio o de la banca…, japoneses, indios, rusos…, etc. usan el inglés como idioma vehicular en sus transacciones.¿En que idioma hablarían un ecuatoriano y un alemán?¿Y un español y un chino?¿Y un japones y un ruso?Todos las tablas tecnicas para codificar elementos como los colores, las texturas, la dureza, el brillo, la radiación de cualquier tipo, o los parametros usados como patrones en medicina, quimica, metalurgia, o la lengua de la aviación comercial…, todo, absolutamente todo es en inglés.No quiero decir con eso de que debamos despreciar el español…, todo lo contrario, ojalá crezca mucho y se haga mas potente aún…, pero no debemos mirarnos el ombligo y pensar que no necesitamos el ingles porque somos muchos los que hablamos el español. También hay muchos indúes que hablan el indú, la segunda lengua mas hablada del mundo, o el chino mandarín, la primera y no pasarán nunca de ser un idioma local con el que no se puede salir de sus limites geograficoa.

    21 junio 2009 | 11:24

  8. Dice ser victorio

    Gracias por «desasnarnos» Arsenio, y perdona la expresion, tambien te agradezco por escribir haciendo escuela para ese gran numero de hispano hablantes en el que estoy incluido por haber nacido en Argentina. Castellano o Espanol identifican perfectamente nuestro idioma y debemos sentirnos orgullosos de ello usandolos indistintamente segun la situacion, lugar o contexto. Me siento incomodo como se lo desfigura con falsos «nuevos vocablos» muchos de ellos en los medios de comunicacion actual como internet, radio y hasta la no menos pretigiosa RTVE, sin mencionar a los «indocumentados» (Cervantes los perdone) El mantenimiento de nuestro idioma se consigue con una buena ensenanza, lectura de serios escitores o programas con buen nivel cultural, despreciando expresiones extranjerizantes o chabacanas. Prometo seguir leyendo tus articulos futuros.

    21 junio 2009 | 11:26

  9. Dice ser Josep

    Gracias por llamarle español. Así el catalán no es español y legitima los postulados independentistas. Viva el nacionalismo español excluyente.

    21 junio 2009 | 11:27

  10. Estupendo el artículo. Las palabras de Carlos V tienen una fuerza simbólica enorme.Saludos

    21 junio 2009 | 11:29

  11. Dice ser Manjo

    Reconozco que, como estudiante de Filología Hispánica, me han llamado la atención ambos artículos, y especialmente por el tema de las fluctuaciones y la evolución.De todas maneras, no concuerdo con que el español o castellano, como quiera llamarse, es excluyente. Cierto es que la política inicial y entre algunos gobiernos no precisamente democráticos fue la de imponer, la de una elite que hacía necesario el uso del idioma para una equiparación virtual con ellos, y que, por tanto, todo fue rodado.Igualmente pienso que el inglés tiene de lengua vehicular la expansión y la «fama», entrecomillada, que se ha ganado. Yo soy partidaria de lenguas alternativas e incluyentes -por este y por otros motivos aprendí Esperanto-, puesto que es cierto lo que indicaban en otro comentario, para tener un mínimo de nivel hay que hacer lo que se haga en inglés, y no me parece justo para aquellas personas cuya lengua materna no lo sea. ¡Bendita hegemonía -que nosotros, los que nos manejamos en español, antes tuvimos-!. De todas maneras, tampoco es que se elida absolutamente. Me parece una lengua correcta y bonita, y no veo por qué no ha de aprenderse, salvando las imposiciones, claro.Me reitero en que los artículos me han parecido de considerable interés, y que, si no los encuentro por la red en la revista o consigo que me manden esos números (imagino que, buscando, aparecerán), los guardaré de forma que pueda tenerlos cerca, puesto que pueden, quizá, ayudarme en algunos momentos de trabajos para mi carrera.Felicidades, nuevamente, por sus palabras.Un saludo desde este lado del mar.

    21 junio 2009 | 11:57

  12. Dice ser Pipo pescador

    #JJ: Quizás «victorio» escriba con un teclado «inglés-norteamericano» que suele ser común en toda América desde los inicios de la informática. Creo que teclados con «ñ» y acentos castellanos sólo se usan en España. No es que no se pueda teclear la «ñ» ni acentos con otros teclados, pero requiere una combinación de teclas que entorpecen el flujo normal de la escritura.

    21 junio 2009 | 13:13

  13. Dice ser JJ

    Hombre, que también le he puesto un guiño, no iba con mala intención…

    21 junio 2009 | 14:02

  14. Dice ser sherilff tejano

    ¿Donde vas? spagnol-leonés centurión de la legio VII residente en Iruña-Veleia donde se convirtió al cristianismo.No he visto gordo a ningún gudío!1024 jijas o1024 gigas?El idrojeno y el anidrido…A ver cuando dejan de decir los que venden ordenadores que estos tienen x memoria RAM, CPU, PIXELES y nos lo dicen en espanyol!Kilómetro, kilo, qilo, cilo, zilo

    21 junio 2009 | 16:08

  15. Dice ser Router812

    Lo que saco en claro:Cero = Zapatero.

    21 junio 2009 | 16:28

  16. Dice ser Doctor Sarcasmo

    Me ha encantado su artículo. Me ha hecho sentirme mas orgulloso (si cabe) de ser hispanoparlante.

    21 junio 2009 | 16:58

  17. Dice ser Lau

    soy italiana y tengo un gran amor al espanol, aunque creo que tratar de venderlo como el idioma mas dinamico del mundo me parece… muy espanol. Todos los idiomas son dinamicos, gracias a las guerras de antes y a los comercios de hoy, todos los idiomas europeos tienen influencias y palabras procedentes de los demas idiomas. Asi que venderlo como algo tipico solo del espanol lo veo como la tipica obsesion espanola de «Espana es lo mejor que le haya pasado al mundo». A mi me encanta el espanol, me encanta descubrir las diferencias entre los espanoles latinoamericanos (adoro el espanol del Rio de la Plata, con su cantinela que me suena familiar, su vos, sus palabras y ni hablar del mexicano o del colombiano, con todas las palabras que cada dia me permiten aprender). Me gustaria vivir tanto como para ver que pasara en USA con el encuentro entre el espanol latinoamericano (Espana no tiene nada que ver, todo hay que decirlo, no?) y el ingles estadounidense, los dos hijos de idomas europeos, que repiten de forma pacifica un choque que aqui en Europa vivimos hace siglos. Los idiomas son apasionantes, pero vender siempre eso del David espanol que gana al Goliath como si todo el mundo viviese para hacer dano a Espana… no se, no lo veo muy realista. De toda forma he aprendido muchas cosas de este articulo y del que pubico ayer, asi que muchisimas gracias.PS Pido disculpa por no escribir la ene con tilde, el teclado italiano no la tiene, sorry

    21 junio 2009 | 17:58

  18. Dice ser Nons

    Bueno Lau, el artículo dice «una de las más dinámicas», no «la más dinámica». La cosa cambia.Creo que sí que es una lengua muy dinámica. Del latín al español hay mucha más evolución que del latín al italiano, y el español suele ser el idioma romance con más palabras diferentes que el resto de idiomas romances. El fromage frances, formaggio italiano o formatge catalán, tiene en el español el término queso. La fenetre francesa, la finestra italiana, la finestra catalana, tiene en el español el término ventana, y así cientos de vocablos que simplemente no tienen nada que ver (aparentemente) con el latín. Al hablar yo misma catalán me doy cuenta que el español lleva mucha ventaja evolutiva respecto a las otras lenguas romances (eso no es ni bueno ni malo, pero es algo destacable).No se la explicación, quizás porque por este suelo han pasado pueblos MUY dispares, pasamos de «alemanes» como los visigodos a árabes de sopetón. Las diferentes fonéticas de todas las lenguas podrían haber ayudado, fonética de las lenguas mozárabes, similitudes fonéticas con el portugués (que se perdieron), la influencia italiana gracias a la Corona de Aragón (por lo tanto, muchos comerciantes italianos venían aquí), la inmigración masiva francesa para trabajar en el campo, la colonización alemana de pueblos de Andalucía en tiempos de Carlos III, muchas palabras en caló (que constituyen una buena parte de nuestra jerga habitual)… Eso sin mencionar el español del continente americano y el spanglish, que evoluciona rápidamente.Y en cultura escrita si que es una locura lo del español, de como llegaron a cambiar tanto los tipos de letra que no existe lugar en Europa donde hubieran escrito medianamente igual (me refiero a Castilla solamente, la Corona de Aragón, por influencia italiana, evolucionó a la par que Italia con la llegada del Humanismo). Una verdadera locura, la paleografía castellana. Extraña de verdad. En realidad, la famosa ñ no es más que una abreviatura paleografica de nn, como menciona el artículo.El italiano también es muy dinámico, aunque está mucho más cerca del latín todavía. Aunque es un país que es propenso al dinamismo, tiene dialectos extraños, como el barese (para mi eso no es un dialecto, ¡eso es un idioma!), y otras lenguas como el veneciano, el romañolo y el siciliano. Pero ¿que pasó con la influencia aragonesa? ¿Italia recibió muchos vocablos españoles o catalanes de esa época?Un idioma que no me parece tan dinámico, por ejemplo, es el francés. En realidad, me parece hasta poco práctico.

    21 junio 2009 | 23:13

  19. Dice ser pablo

    Estoy completamente de acuerdo con lo que expone Roger Marçal. (no soy catalán)Ojalá tuviera el mismo nivel de inglés que de español, castellano o como le guste a la gente llamarlo y ojalá tuviésen mis hijos una educación bilingüe, trilingüe o multilingüe y de calidad.Sin querer caer en la demagogia, quiero decir que un idioma es, para mí, simplemente un vehículo para la comunicación, un «contenedor» de información y una forma de cotacto con otros seres humanos.Y quiesiera pedir, por favor que se dejen de identificaciones politico-nacionalistas de la lengua, podridas y malsanas, y se ocupen más de la calidad de los contenidos de lo que se dice y se publica.

    22 junio 2009 | 11:09

  20. No hay nada como nuestra lengua espanola, y en todo el mundo se debe considerar el estudio de la misma como la del ingles en los de habla hispana, aunque considero que el aprendizaje de varios idiomas es escencial en nuestra epoca.

    29 junio 2009 | 16:14

  21. Dice ser tra

    astur mejor çielo no ves que se podrian quejar de tu nacione oh perdon todo seria malasi se acostumbro y si se equivocan bueno no es su lengua sino son dawn o no jo dan

    04 julio 2009 | 04:47

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