Uno de los elementos que más problemas nos dan en los edificios son las cubiertas. Esa gotera pertinaz que nadie sabe de donde viene, pero que parece decidida a quedarse y obliga a actuaciones sin fin en su búsqueda, captura y eliminación.
De ésto se suele echar la culpa en gran medida a la proliferación de cubiertas planas que llegaron con los nuevos materiales que lo permitían y que son poco habituales en las arquitecturas vernáculas de nuestras latitudes, pero yo opino que tiene mucha más importancia el poco o nulo mantenimiento que le hacemos a nuestras edificaciones y la ausencia absoluta de un mantenimiento preventivo, amén de las chapuzas que como las meigas, haberlas las hay.
Traigo hoy un ejemplo de arquitectura tradicional que goza de la particularidad de que su sistema es específico de determinadas zonas y que conlleva un mantenimiento periódico, esa costumbre ancestral que hemos perdido como perdimos la cola prensil, y que tanta falta nos haría. El mantenimiento, claro.
Estoy hablando de la cubierta de teja a la segoviana, que tiene la particularidad de estar compuesta solo por las tejas canales (las puestas con la canal hacia arriba) y carecer de las tejas cobijas (las colocadas con la canal hacia abajo) y en las que de manera misteriosa, casi mágica, no entra el agua. Esto es así debido a que bajo la teja se extendía una capa de barro arcilloso de gran consistencia y capacidad impermeabilizante por donde el agua podía discurrir si se colaba entre las tejas.
Manolo, te has quedado corto con el pedido de tejas y mira lo que se me ha ocurrido para que no se note mucho
Un sistema tradicional de determinadas zonas de la península (hay algunos casos fuera de Segovia) que poseían terrenos arcillosos y que exigía un mantenimiento cuidadoso y una vigilancia de la cubierta para que las tejas permaneciesen en su lugar y que el barro inferior no recibiese torrentes que hiciesen que se llegase a saturar la arcilla y filtrar a la zona inferior. En aquellas épocas se era muy consciente de que la vida de la cubierta era la vida de la vivienda y cuidaban mucho el mantenimiento correcto de la misma.
Es cierto que hoy, con mejores materiales y medios la durabilidad de los elementos y sistemas es mayor. No olvidemos que el mito de las duraderas y confortables casas de mampostería era solo para los que, por dinero o por que en su zona había piedra a capazos, se lo podían permitir y son millones las casas tradicionales que cuando se quedan vacias se echan a perder en muy pocos años. Tan importante es el mantenimiento y cuidado periódico de nuestras casas como el hecho de que utilicen determinados sistemas modernos o tradicionales de construcción. Nada es eterno.
Nota del arquitectador: Siempre me ha gustado mucho este sistema de construcción, igual que otros que utilizan el barro incluso en cubiertas planas, como sucede en los pueblos de la Alpujarra.
Para eso pongo un barro arcilloso impermeable doble función y me ahorro poner ni una teja. Fítate tú qué cosas….
No, si al final las no son nada indispensables, al contrario, igual sobran todas.
09 julio 2013 | 19:59
Que gran artículo, respecto a esa técnica segoviana, siempre nos ha llamado mucho la atención.
09 julio 2013 | 20:02
Las tejas son como el espejo del alma, dicen mucho de una casa.
Clica sobre mi nombre
09 julio 2013 | 20:24
Las tejas son como el espejo del alma, dicen mucho de una gran casa.
Clica sobre mi nombre.
09 julio 2013 | 20:25
La teja es un adorno campestre pero el verdadero techo de la casa es el cemento donde está pegada la teja ¿o acaso la teja se va a sostener en el aire sin nada debajo?
09 julio 2013 | 20:37
Sicologo, es que hablas de dos funciones diferentes: la función resistente, que estará encargada a las vigas del tipo que sean (en esas casas antiguas se usa mucho la madera) y forjados, y la función de impermeabilización (que no pase el agua), que es para lo que está la teja (Bueno, para el sistema que describe aquí, la cubierta a la segoviana, esto está más encargado a la arcilla que a la teja)
09 julio 2013 | 22:07
Sicologo tu eres tonto
09 julio 2013 | 23:46
Fer,con unas vigas solamente no se pueden aguantar las tejas porque se caerian por entre el agujero que hay entre las vigas.tiene que haber una superficie continua entre viga y viga.
10 julio 2013 | 01:35
¿pero eso ya aguanta lluvia y vientos fuertes? http://xurl.es/9ik46
10 julio 2013 | 02:13
Ese tipo se cubiertas funciona bien si se usa como en este caso en segovia , valladolid y otras zonas castellanas donde llueve bastante poco.
ponlo tu en asturias y veras lo que dura.
10 julio 2013 | 09:13
Hola Javier, efectivamente cada cosa en su lugar. Por eso hemos de mirar la arquitectura tradicional de cada zona o vernácula con gran atención, que es en buena medida de lo que trata el post de hoy.
Saludos!!
10 julio 2013 | 10:24
ese tejao en asturias . dura 3 semanas
10 julio 2013 | 10:27
aun que tambien es verdad , que al final del dia , cuando trabajas retejando , solo cubres con canales , la zona que usas para pasar , y aun lloviendo mucho , es raro que se formen goteras , cuando voy a castilla me gusta ver en los pueblos como estan retejados y mas los bajantes del canalon , decorados con gargolas
10 julio 2013 | 10:30
sicologo, , presumes de ignorancia?? cemento? la mayoria de esas casas estaran retejadas sobre ripia de madera y pontones , ese sistema , sobre onduline rojo y pegadas con espuma , ,
10 julio 2013 | 10:33
Sicoloco, hay cubiertas de teja en las que estas se sustentan sobre unos rastreles de madera colocados en la medida de la teja que suele ser plana y estos a su vez se clavan a las vigas principales con lo que por debajo de la cubierta se ve la parte de abajo de la teja. Muchas se fabricaron en Ponferrada y se repartieron en toda Castilla en la construccion de naves y gallineros de los que tomo su nombre, teja de gallinero.
Hoy en dia se hace parecido pero con paneles y aislante por debajo pero la teja no va pegada, algunas veces clavada al rastrel pero esto en casos de mucha pendiente.
Me gusta esta pagina. No la conocia. La seguire mas a menudo. Gracias
10 julio 2013 | 13:44
Esta exposición me trae a la memoria una historia que me contaron.
Hace años, muchos años, … había una viejecita en una casa, de las antiguas, pero antiguas, donde convivían en distintas plantas animales y personas, con lo que se calentaban los segundos con el calor animal de los primeros …
A la pobre viejecita, viuda ella, le apareció una gotera en casa, y como no tenía a nadie en casa para arreglarla y ella tampoco podía, pues llamó al de turno (el Pepe Gotera y/o Otilio de toda la vida), para que le arreglara la gotera.
Después de verle la cubierta, y decirle que no estaba muy bien, le arregló la gotera en cuestión … pero claro, vinieron más lluvias, y una nueva gotera volvió a aparecer, claro está, en otro lugar de la cubierta.
A llamar otra vez al operario o contratista de turno, el cual, como había advertido, la cubierta no estaba muy bien, y así que tocaba lo que tocaba.
El caso, es que fuera de allí, los comentarios se fueron transformando en lo que se suelen transformar, y finalmente la viejecita, se terminó enterando, que el elemento en cuestión, si que le arreglaba, la gotera, si, pero al tiempo que le ponía la teja en su lugar o le ponía una nueva, ya se encargaba de que en otro lugar de la cubierta, apareciese otra en mal estado, para así garantizar otra visita y otro cobro …, hasta que claro está, lo pilló y este cuento o su cuento se terminó.
En recuerdo de la inocencia de esas viejecitas de pueblo.
10 julio 2013 | 16:59
Quijote-Barrantes, este pilla a mi abuela y lo desloma a garrotazos, ¡¡menudas eran las abuelarquitectadoras!!
Gracias por comentar, saludos
10 julio 2013 | 17:27
Sicologo, para eso están los forjados.
Por cierto, aunque dudo que lo leas ya, el segundo «Fer» no soy yo.
10 julio 2013 | 21:16