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Se acercan las Fallas, ¿qué podemos hacer por los perros y gatos que tienen miedo a los petardos?

Me doy cuenta de que este año no he escrito sobre los petardos en torno a Nochevieja, que es cuando suelo hacerlo porque es época propicia para las explosiones que aterran a muchos animales, domésticos y silvestres, y también a bastantes seres humanos.

Caigo en la cuenta de que no lo he hecho al llegar a mis manos el teletipo que recoge la recomendación en forma de comunicado del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia (ICOVV), que aconseja iniciar cuanto antes los tratamientos en aquellos animales que lo pasan mal en las Fallas.

Más de 3.500 kilos en la mascletá aérea en el Jardín del Turia de Valencia. (EFE)

Como explica Marina Miralles, etóloga colegiada del ICOVV, «los animales no pueden entender que no hay peligro en los petardos, es como si una persona oye caer bombas«. La reacción fisiológica que se desencadena en las mascotas «activa el sistema nervioso simpático y provoca que se liberen grandes cantidades de neurotransmisores, como la adrenalina, u hormonas de estrés, como el cortisol».

Puedo asegurarlo, mi perra era así, temblaba como una hoja, tiraba desesperada si escuchaba petardos, aunque fueran tímidas bombetas, sufría terriblemente en definitiva, sin posibilidad de consuelo. Solo la pérdida de oído por su avanzada edad la ha liberado de ese terror ineludible.

Son demasiados como ella.

El comunicado de los veterinarios valencianos viene porque los tratamientos farmacológicos para intentar mitigarlo son efectivos si se toman con antelación. No vale darles la pastilla o el jarabe el mismo día que arrancan las fallas. Y tampoco es un medicamento que podamos gestionar por nuestra cuenta, hay que contar con un veterinario de cabecera.

Según el ICOVV, el veterinario pautará, en función del nivel de ansiedad, la medicación adecuada que debe administrarse, en algunos casos, «varias semanas antes de que comiencen los ruidos fuertes, ya que pueden tardar hasta tres semanas en hacer efecto».

La prescripción médica para casos de miedo moderado puede ser a base de nutracéuticos (tranquilizantes naturales). Para casos graves es necesario utilizar psicofármacos. Ambos tratamientos pueden combinarse con feromonas sintéticas, tanto para perros como para gatos, «que disminuyen la intensidad de los síntomas y carecen de efectos secundarios».

Pero los fármacos no son la única solución posible ni mucho menos. Lo más fácil es alejarse del origen del conflicto. Es decir, carretera y manta. Conozco algún caso de propietarios de animales que viajan fuera de Valencia en Fallas o que llevan a sus animales temporalmente a algún lugar alejado del follón.

Según ha informado la entidad colegial, antes de la administración de fármacos es «recomendable tomar medidas que incidan sobre el entorno para atenuar el miedo en nuestras mascotas». La más eficaz es alejar al perro o gato del ambiente que le provoca la fobia.

Cuando no hay opción de irse, una solución es reducir los paseos al mínimo y a las horas y lugares más tranquilos en el caso de los perros y procurar que la casa sea el mejor refugio posible.

Si no es posible trasladar al animal a un entorno seguro, libre de petardos, recomienda crear barreras sonoras en casa (cerrar ventanas y bajar persianas, poner radio o TV) y espacios en los que la mascota se sienta segura; permitir que el animal se proteja donde él elija, sin forzarlo a permanecer en un sitio determinado; procurar no dejar solas a las mascotas, especialmente en momentos de alta intensidad de petardos; no sujetar o bloquear al animal cuando intente evitar el estímulo fóbico y no castigarlo or sus síntomas ni intentar calmarle mientras evidencie malestar.

Mascletá en Alicante, que no solo en Valencia gustan del ruido de la pólvora por fallas. (Manuel Lorenzo/EFE)


Más cosas que podemos hacer: socializar al animal desde bien pequeño (aunque nunca es tarde para trabajar la socialización) para intentar prevenir estos miedos.

«Lo idóneo sería centrar los esfuerzos en la prevención», ha explicado María Vitoria, vocal del ICOVV y veterinaria clínica, que aconseja exponer al cachorro «a una variedad de sonidos durante el periodo de socialización, que abarca desde las tres semanas a los tres meses, asegurándonos de que es una experiencia positiva que le permite familiarizarse con ellos».

Pero que nadie se equivoque, socializar no es exponer al perro a los petardos a lo bruto, alegremente y sin paños calientes.

Los veterinarios advierten que una exposición «intensa» a los petardos y la falta de tratamiento puede provocar que el animal, lejos de habituarse, «se sensibilice más, aumentando su fobia año tras año». Fisiológicamente este estrés puede deprimir el sistema inmunológico, la capacidad de aprendizaje, la memoria y el ciclo sueño-vigilia. Así como otros signos que comprometen el bienestar animal, como anorexia o estereotipias.

Y es exigible el civismo en aquellos que se quieren divertir haciendo ruido. Deben respetar los horarios y las zonas establecidas y tener en cuenta los animales y gentes que les rodean cuando van a lanzar petardos.

Hay demasiado gañán, de todas las edades, que se lo pasa bien asustando al prójimo con petardos, esperando a lanzarlos por sorpresa para reírse del sobresalto ajeno. No tiene ninguna gracia y puede incluso ser peligroso.

Incluso antes de lanzar esas inofensivas bomberas que manejan niños que son poco más que bebés, es buena idea mirar alrededor y esperar un poquito o alejarnos si hay algún perro cerca.


Perla esta en la protectora valenciana Felcan, necesita un hogar definitivo, por supuesto, pero ahora urge encontrar para ella una acogida temporal porque es de las que lo pasa mal en fallas.

Necesitamos casa de acogida temporal para nuestra pequeña Perla. Del día 9 al 20 de Marzo. ¿Te animas? Es muy miedosa a las Fallas debido a los petardos, así que necesitamos que esté lo más alejada de zonas repletas de ambiente fallero. Es muy buena y se lleva genial con otros perros.

Se busca hogar de acogida en Madrid para un cachorro de gato al que ataron un petardo al cuello y ha perdido un pata

Precisamente hoy que os hablaba de los petardos, del sufrimiento que ocasionan a muchos animales (de compañía y silvestres) y que recordaba en ese texto el reciente caso de un gato que tuvo que ser sacrificado después de que varios gamberros sin bondad le introdujeran petardos en la boca en Almendralejo.

Siempre recuerdo ante estos casos a todos esos que dicen que los gatos saben apañárselas en la calle. Mentira. No saben. No llegan a viejos. Mueren enfermos, atropellados, a manos de seres sin alma con demasiado frecuencia los que menos suerte tienen.

Pues tenemos de nuevo un caso claro de maldad, pero en Madrid, en Alcalá de Henares. Otro gato torturado por monstruos, que se aprovecharon de su indefensión. Ha tenido un poquito más de suerte que el gato extremeño. Ha salvado la vida, aunque no una de las patas delanteras, y ahora necesita un hogar de acogida en el que recuperarse. Luego, también será preciso encontrar una buena familia para él

Así lo cuentan en Madrid Felina, la asociación que lo ha recogido y está atendiendo.

Al pequeño Holden parece ser que le ataron un petardo en el cuello y al explotar le amputó su pata delantera y la cuerda le rajó el cuello.

Ayer fue operado de urgencia por el equipo de rescate que lo auxilió, Los Cuatro de la Empanadilla, y ahora Madrid Felina en apoyo a este grupo de voluntarios y viendo el destrozo que ha sufrido Holden, nos hemos hecho cargo de su recuperación y adopción.

Estos días son muchos casos de petardos tirados hacia los animales y no podemos decir no a Holden, que con apenas 2 meses su vida se vea truncada y destrozada. Así que vamos a ponérselo un poco más fácil y vamos a intentar darle una vida alegre y llena de cariño.

¿Quieres acoger al pequeño Holden y darle todo el el amor que necesita? Escríbenos o llámanos a contacta@madridfelina.com o 628 111 239

No es ni mucho menos el único gato al que Madrid Felina intenta ayudar. Os invito a visitar su página de Facebook, pero os dejo aquí a otros dos cachorros que también buscan hogar.

El blanco y negro es Cookie, «es pizpireto y cariñoso, un gato todoterreno que se lleva bien con gatos, con perros y niños. Solo tiene cuatro meses. ¿Cuál es su falta? Ha dado positivo a Inmunodeficiencia felina y por eso sus posibilidades de adopción se derrumban».

Lullaby (también conocida como Pluma) tiene cinco meses
y fue recogida mal estado en las calles de Madrid. «Es buena y cariñosa. Le encanta jugar con sus juguetes y estar acurrucada encima de la gente. Es negativa a leucemia e inmuno, y ya está en proceso de vacunación».

Si quieres conocerles escribe adopciones@madridfelina.com o whatssap al 654 644 081.

No estamos exagerando, abrid los ojos al sufrimiento que hay tras la diversión con petardos y bombetas

(GTRES)

«¿No vas a escribir sobre los petardos?». Todos los años me lo preguntan por estas fechas. La pregunta ha arreciado tras el reciente (y terrible) suceso en el que un gato ha tenido que ser sacrificado después de que varios gamberros sin bondad le introdujeran petardos en la boca. Demasiadas veces los canallas la toman con los gatos de la calle.

«¿No vas a escribir sobre los petardos?» me preguntan, y lo cierto es que lo he hecho tantos años ya de los diez que lleva existiendo el blog, que no sé qué más puedo decir.

He contado en el pasado la experiencia personal con Troya, con la que era un dolor salir a la calle para verla sufrir. Incluso las bombetas, que muchos creen que apenas suenan, la hacían tirar de la correa aterrorizada queriendo huir. Lo he hecho pregúntandome si en serio es necesario tirar petardos para divertirse. Pidiendo por favor que si vais a jugar con niños y bombetas, os aseguréis que no haya perros alrededor.

Es oír un petardo, por lejano que suene, y Troya tiembla como un flan y tira de la correa buscando el refugio del hogar. Dentro de casa ya se siente tranquila, es en la calle cuando sufre. Y no sólo con el ruido, aunque sean simples bombetas, también con el olor de petardos tirados con anterioridad. Es así desde que la adopté.

Cuando la veo así temblando de pánico, la imagen del terror, os confieso que me acuerdo de la madre del que tiró el petardito de las narices. ¿En serio es necesario tirar petardos para divertirse? Tal vez muchos de ellos, con frecuencia niños, si vieran a un animal pasarlo tan mal por su culpa se lo replantearían. Los niños de mi familia, que la han visto pasarlo así de mal, tienen claro que “los petardos no molan nada”.

Y también me acuerdo de que Troya no es ni mucho menos un caso único. Es muy frecuente que a los perros les aterroricen los petardos, aunque cada uno reacciona de manera diferente. Alguno ha intentado morderlos con terribles resultados. Muchos se pierden por su culpa todos los años.

Lo único bueno de que mi perra de 17 años esté completamente sorda es que pasa las fiestas tranquila, ajena al ruido de los petardos que la tenían en un sin vivir.

Aunque no son solo los perros los que padecen los petardos ni mucho menos. También he recordado aquí, entrevistando a una veterinaria, quelos petardos son incluso más peligrosos para los pequeños animales que para perros y gatos.

Los petardos aterrorizan a muchos perros y gatos. En el caso de los perros, que tienen que salir varias veces a la calle, los peligros se multiplican. Además de afectar a su estado de salud propician que se escapen y pierdan. Pero los petardos también afectan a los pequeños animales (domésticos y fauna silvestre).

¿A qué riesgos se exponen?
Los riesgos son incluso mayores ya que en estas especies el estrés derivado de ruidos fuertes como los petardos pueden desembocar en alteraciones cardíacas graves conduciendo incluso al fallecimiento del animal.

¿Qué pequeños animales son más sensibles a los petardos?
Las aves, sin duda.

Me sumé a una campaña que se empleaba el hashtag #Noseaspetardo y que pretendía abrir los ojos al sufrimiento que hay tras la diversión con petardos y bombetas. Recordaba en ella, además, que no solo los animales se ven afectados por los petardos. También muchas personas los sufren.

Todos los años somos muchos, cada vez más, los que por estas fechas pedimos que se modere el uso de petardos o que directamente no se utilicen. Solemos apelar al terror que pasan muchos perros, que se pierden, infartan, tienen accidentes… Muchos gatos también los sufren, pero al no tener que salir a la calle y vivir en el interior de las casas no se les ve. Los perros son los embajadores visibles de un comportamiento humano que afecta a toda la fauna, doméstica o silvestre.

Pero no son únicamente los animales. También a muchas personas mayores, convalecientes, con discapacidad… les aterran los petardos. Conozco a un chico con autismo que no puede salir de casa estos días. También sé de otro con otra síndrome de Down que no los tolera, y su familia tuvo que aguantar a unos energúmenos lanzándolos justo bajo su ventana que no se atuvieron a razones cuando se les pidió de buenos modos que fueran a lanzarlos a otro lugar.

Estar de fiestas no lo justifica todo, el derecho de unos a disfrutar no puede pasar por encima del dolor y el sufrimiento de otros.

Por favor, tenedlo en cuenta si sois de los que gustan de la pirotecnia. Tenednos en cuenta a los demás. Si podéis prescindir de petardos y bombetas para pasarlo bien, muchos os lo agradeceremos. Pero si no sois capaces, al menos buscad sitios alejados, en los que no se moleste a perros ni humanos y que tampoco sean entornos ricos en fauna silvestre (es especialmente perturbador para las aves). En entornos urbanos, aunque sean pequeñas bombetas que se pisan, mirad a vuestro alrededor para comprobar si hay alguien pasándolo mal con vuestra actividad para detenerla.

No creáis que estamos exagerando, abrid los ojos al sufrimiento que hay tras vuestra diversión.

Hay municipios que ya han prohibido su uso en casco urbano, pero este problema de convivencia sigue lejos de solucionarse. Depende de la buena voluntad y la empatía más que de prohibiciones.

Los petardos son incluso más peligrosos para los pequeños animales que para perros y gatos

Petardos, la unión de peligro y ruido que jamás he entendido que divierta tanto. Precisamente esta semana ha sido noticia que un niño de doce años ha perdido dos dedos con un petardo, cuando además los menores de 14 años no pueden comprar ni usar material pirotécnico de ningún tipo.

Los petardos aterrorizan a muchos perros y gatos. En el caso de los perros, que tienen que salir varias veces a la calle, los peligros se multiplican. Además de afectar a su estado de salud propician que se escapen y pierdan.

Pero los petardos también afectan a los pequeños animales, no solo a perros y gatos (y personas, que también hay niños, enfermos, mayores y personas con discapacidad también lo pasan muy mal con ellos). Para hablar de los petardos y esos pequeños animales que comparten vida con nosotros, una de las veterinarias de Kiwoko ha accedido a contestar algunas preguntas.

Se suele hablar de cómo afectan los petardos a perros y gatos, pero compartimos hogar con muchos otros animales como aves o pequeños mamíferos. ¿A ellos también les puede causar algún perjuicio?
Por supuesto, cualquiera de estos animales son sensibles a padecer efectos similares a los que puedan padecer perros y gatos.

¿A qué riesgos se exponen?

Los riesgos son incluso mayores ya que en estas especies el estrés derivado de ruidos fuertes como los petardos pueden desembocar en alteraciones cardíacas graves conduciendo incluso al fallecimiento del animal.

¿Cuáles de las pequeñas mascotas más habituales son más sensibles a los petardos?

Las aves, sin duda.

¿Qué podemos hacer para evitarlo o minimizarlo?
Es complicado evitar estas situaciones porque dependerán de la frecuencia y cercanía de los ruidos causados por los petardos, será interesante buscar la habitación de la casa que esté más alejada de la calle y así crear un ambiente más tranquilo para nuestra mascota.

Y por último, algunos consejos para perros y gatos temerosos de los petardos, como es el caso de mi perra Troya, a la que por suerte la sordera de la edad ligada a sus 17 años le está evitando mucho sufrimiento.

  • Procura no dejarle solo, además de sufrir el estrés de la noche ruidosa sentirá que no tiene referentes afectivos cerca donde refugiarse.
  • Mantén la calma y trata de transmitirle esa misma sensación al peludo, pero sin exagerar, ya que la cuestión es no reforzar, sin querer, justo el comportamiento que buscamos evitar.
  • Cierra las puertas y ventanas para que puedas insonorizar el ruido lo máximo posible. Genera también ruidos que ‘oculten’ por ejemplo el sonido de los petardos, encendiendo la TV o la radio o poniendo música tranquila.
  • Crea su refugio. Prepárale un sitio acogedor aislado del ruido con su cama y su manta para que pueda refugiarse.
  • Dale un juguete que pueda distraerlo y disminuir su nivel de estrés.
  • Si se pone muy nervioso, procura no hacerle excesivo caso para que vea que no pasa nada. Aunque parezca contradictorio, si le acaricias, le coges en brazos y le hablas en un tono suave para calmarle, estarás confirmando sus temores y actitud.

La ninfa y las cobayas que ilustran este post están recogidas por la protectora de exóticos catalana APAEC, en su web hay más información sobre ellas y las condiciones de la adopción.

Contacto: tere.rodriguez@apaecatalunya.com

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Bien por el ayuntamiento de Córdoba, que ha prohibido el uso de petardos en sus calles

Ayer entró en el servicio de agencias del periódico un teletipo de la agencia EFE que contaba la decisión del ayuntamiento de Córdoba de prohibir la venta, manipulación y uso de petardos y otros artificios pirotécnicos en las vías públicas y privadas, con sanciones de 100 a 601.012,10 euros además de la incautación del material objeto del mismo, con el fin de «garantizar la seguridad ciudadana y otros derechos de la ciudadanía» en estas fechas próximas a la Navidad.

Córdoba, y cualquier ciudad que adopte esta medida, muestra una sensibilidad digna de aplaudir, porque la (peligrosa) diversión de unos pocos es una pesadilla para muchas personas con discapacidad, ancianos, enfermos y también para los animales, no sólo domésticos, también fauna silvestre.

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La viñeta es de Paco Catalán, cuya obra entera os recomiendo.

No me voy a repetir, ya en el pasado he dejado constancia de lo que opino respecto a los petardos, pero sí os pongo aquí un extracto del teletipo:

Según ha informado el Ayuntamiento en una nota, el Consistorio «será muy estricto» con los petardos como lo fue en las fiestas de 2015, cuando por infracciones se llegaron a requisar hasta 10.000 artificios pirotécnicos que se vendían o manipulaban incumpliendo absolutamente la normativa.

«No se puede dañar la convivencia y afectar a colectivos sensibles como personas mayores, infancia y personas enfermas, a lo que hay que añadir el terror que las explosiones causan en perros y otros animales domésticos».

Asimismo ha pedido «a las personas que indebidamente manipulan petardos y otros artefactos pirotécnicos que piensen en la seguridad, la tranquilidad y los derechos de todos, así como en las consecuencias personales que tiene hacer un mal uso de dichos elementos».

Ojalá cundiera el ejemplo en más ciudades. Ojalá más personas recapacitasen antes de divertirse de esa manera.

Por cierto, este domingo 11 de diciembre se celebran las primeras jornadas de adopción de FAPAC (Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Córdoba). Habrá durante todo el día más de 40 perros en adopción, talleres, photocall, concursos caninos, tómbola y animación infantil.

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#Noseaspetardo y abre los ojos al sufrimiento que hay tras la diversión con petardos y bombetas

Troya entra en pánico cuando suenan petardos. Tiembla como una hoja, tira de la correa con desesperación intentando alejarse del estruendo. Sus dieciséis años y la pérdida de oído por la edad han dado lugar a algo curioso: con frecuencia no se entera de los petardos más grandes, que retumban  graves, pero oye perfectamente las bombetas, esas que los niños pisan y muchos creen que es imposible que molesten. Con esas pequeñas bombetas entra en pánico.

Todos los años somos muchos, cada vez más, los que por estas fechas pedimos que se modere el uso de petardos o que directamente no se utilicen. Solemos apelar al terror que pasan muchos perros, que se pierden, infartan, tienen accidentes… Muchos gatos también los sufren, pero al no tener que salir a la calle y vivir en el interior de las casas no se les ve. Los perros son los embajadores visibles de un comportamiento humano que afecta a toda la fauna, doméstica o silvestre.

Pero no son únicamente los animales. También a muchas personas mayores, convalecientes, con discapacidad… les aterran los petardos. Conozco a un chico con autismo que no puede salir de casa estos días. También sé de otro con otra síndrome de Down que no los tolera, y su familia tuvo que aguantar a unos energúmenos lanzándolos justo bajo su ventana que no se atuvieron a razones cuando se les pidió de buenos modos que fueran a lanzarlos a otro lugar.

Estar de fiestas no lo justifica todo, el derecho de unos a disfrutar no puede pasar por encima del dolor y el sufrimiento de otros.

Por favor, tenedlo en cuenta si sois de los que gustan de la pirotecnia. Tenednos en cuenta a los demás. Si podéis prescindir de petardos y bombetas para pasarlo bien, muchos os lo agradeceremos. Pero si no sois capaces, al menos buscad sitios alejados, en los que no se moleste a perros ni humanos y que tampoco sean entornos ricos en fauna silvestre (es especialmente perturbador para las aves). En entornos urbanos, aunque sean pequeñas bombetas que se pisan, mirad a vuestro alrededor para comprobar si hay alguien pasándolo mal con vuestra actividad para detenerla.

No creáis que estamos exagerando, abrid los ojos al sufrimiento que hay tras vuestra diversión:

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¿En serio es necesario tirar petardos para divertirse?

En adopción en Córdoba: 638 840 055.

En adopción en Córdoba: 638 840 055.

Es oir un petardo, por lejano que suene, y Troya tiembla como un flan y tira de la correa buscando el refugio del hogar. Dentro de casa ya se siente tranquila, es en la calle cuando sufre. Y no sólo con el ruido, aunque sean simples bombetas, también con el olor de petardos tirados con anterioridad. Es así desde que la adopté.

Cuando la veo así temblando de pánico, la imagen del terror, os confieso que me acuerdo de la madre del que tiró el petardito de las narices. ¿En serio es necesario tirar petardos para divertirse? Tal vez muchos de ellos, con frecuencia niños, si vieran a un animal pasarlo tan mal por su culpa se lo replantearían. Los niños de mi familia, que la han visto pasarlo así de mal, tienen claro que «los petardos no molan nada».

Y también me acuerdo de que Troya no es ni mucho menos un caso único. Es muy frecuente que a los perros les aterroricen los petardos, aunque cada uno reacciona de manera diferente. Alguno ha intentado morderlos con terribles resultados. Muchos se pierden por su culpa todos los años.

Ayer pasó de nuevo. Son las fiestas de la ciudad en la que vivo y paseándola nos encontramos con los petardos de turno. Ya no quiso seguir, tiró con fuerza hacia casa.  Justo al volver escribí lo siguiente en mi muro de Facebook:

No les deseo ningún mal a los que tiran petardos más allá de una fobia que desate en ellos temblores y un pánico incontrolable cuando se encuentren casualmente con algo relativamente habitual como saltamontes, batidos de fresa o coches naranjas. Lo mismo que experimenta mi perra y otros muchos miles cuando alguien tira petardos cerca. Y que conste que los saltamontes, los batidos de fresa y los coches naranjas tienen mucha más razón de ser que los petardos.

Pronto serán las fiestas de San Juan, la noche más corta y más mágica del año y una pesadilla de petardos y tracas atronando en distintas partes de España. Os aseguro que no podría vivir en Valencia.

Si tenéis perros, llevadlos siempre bien cogidos por la correa para evitar fugas. Aquí algunos consejos sobre como intentar combatir este miedo:

Piensa en los demás y busca algo más divertido que la pirotecnia para celebrar las fiestas

Esta imagen que he visto en redes sociales, y con cuyo mensaje estoy completamente de acuerdo, me ha recordado uno de los primeros posts que escribí en este blog. Uno que fue especialmente polémico.

Y han pasado cinco años, pero sigo manteniéndolo. Y creo que, dadas las fechas y que ha pasado un lustro, tiene sentido recuperarlo, aún a riesgo de hacerme persona non grata para los valencianos:

No tiendo a desear mal a nadie. Pero en estas fechas tiendo a acordarme de las pobres madres de los que tiran petardos con mucha frecuencia.

¿Qué digo petardos? Son más bien bombas.

Y demasiados tienden a hacerlos explotar casi a los pies de la gente en las plazas y calles peatonales más atestadas.

Todos los años miles de animales domésticos, que tienen un oído mucho más sensible que el nuestro, sufren a causa de estos estallidos.

Todos los años se pierden cientos de perros asustados por esos petardos.

Mi perra es un descarte de caza, tiene media docena de perdigones bajo la piel. Vete a saber si quisieron dispararla a propósito o fue un accidente.

Ir con ella a las cenas familiares de Navidad y Nochevieja se convierte todos los años en un sufrir constante por ella, que camina hecha un manojo de temblores, y en un cabreo continuo por esos lanzabombas.

Dejarla sola en casa es peor. Y además, yo quiero disfrutar de estas fiestas con ella.

He visto el mismo miedo en perros sin ningún trauma.

POR FAVOR, si eres incapaz de disfrutar de estas fiestas sin pirotecnia, no uses los más ruidosos y procura explotarlos en los sitios que menos molesten.

Todos los dueños de perros y gatos te lo agradeceremos.

 

Y ahora algunos consejos para los dueños de perros y gatos que me han llegado por correo estos días:

Perros:

– Cuando lo saques a la calle elige la hora y la zona menos conflictiva

– Llévalo con correa aunque te obedezca mucho.

– Ponle una chapita identificativa con tu teléfono por si se escapa (esto debería se así siempre, aunque tenga chip).

– Mantenlo dentro de casa, sobre todo si no vas a estar.

– Déjalo en una habitación en la que se sienta seguro y cómodo con sus juguetes favoritos, algo de ropa con tu olor y abundante agua.

– Si está atado fuera, no lo pierdas de vista (puede ahorcarse)

– Procura que una hora antes del comienzo haga mucho ejercicio, y luego dale una cena sabrosa y abundante. Se quedará relajado.

Gatos:

– Déjalo en una habitación en la que se sienta seguro y cómodo con sus juguetes favoritos, algo de ropa con tu olor y abundante agua.

– Ponle una chapita identificativa con tu teléfono por si se escapa (esto debería se así siempre, aunque tenga chip).

Meteos los petardos por dónde os quepan

No tiendo a desear mal a nadie. Pero en estas fechas tiendo a acordarme de las pobres madres de los que tiran petardos con mucha frecuencia.

¿Qué digo petardos? Son más bien bombas.

Y demasiados tienden a hacerlos explotar casi a los pies de la gente en las plazas y calles peatonales más atestadas.

Todos los años miles de animales domésticos, que tienen un oído mucho más sensible que el nuestro, sufren a causa de estos estallidos.

Todos los años se pierden cientos de perros asustados por esos petardos.

Mi perra es un descarte de caza, tiene media docena de perdigones bajo la piel. Vete a saber si quisieron dispararla a propósito o fue un accidente.

Ir con ella a las cenas familiares de Navidad y Nochevieja se convierte todos los años en un sufrir constante por ella, que camina hecha un manojo de temblores, y en un cabreo continuo por esos lanzabombas.

Dejarla sola en casa es peor. Y además, yo quiero disfrutar de estas fiestas con ella.

He visto el mismo miedo en perros sin ningún trauma.

POR FAVOR, si eres incapaz de disfrutar de estas fiestas sin pirotecnia, no uses los más ruidosos y procura explotarlos en los sitios que menos molesten.

Todos los dueños de perros y gatos te lo agradeceremos.

Y ahora algunos consejos para los dueños de perros y gatos que me han llegado por correo estos días:

Perros:

– Cuando lo saques a la calle elige la hora y la zona menos conflictiva

– Llévalo con correa aunque te obedezca mucho.

– Ponle una chapita identificativa con tu teléfono por si se escapa (esto debería se así siempre, aunque tenga chip).

– Mantenlo dentro de casa, sobre todo si no vas a estar.

– Déjalo en una habitación en la que se sienta seguro y cómodo con sus juguetes favoritos, algo de ropa con tu olor y abundante agua.

– Si está atado fuera, no lo pierdas de vista (puede ahorcarse)

– Procura que una hora antes del comienzo haga mucho ejercicio, y luego dale una cena sabrosa y abundante. Se quedará relajado.

Gatos:

– Déjalo en una habitación en la que se sienta seguro y cómodo con sus juguetes favoritos, algo de ropa con tu olor y abundante agua.

– Ponle una chapita identificativa con tu teléfono por si se escapa (esto debería se así siempre, aunque tenga chip).