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«Hoy día el animal con leishmaniosis tratado tiene una buena calidad de vida»

El pasado 1 de junio fue el Día de la Lucha contra la Leishmaniosis, una enfermedad que conozco de cerca.

Una de mis perras, Troya, la entrañable abuelita canina de unos dieciocho años que conoceréis si me seguís, tiene leishmania desde que la adopté. Lo mas que le ha causado ha sido pelarle un poco la punta de las orejitas, pero mediante análisis y tratamientos cuando correspondía, hemos logrado mantenerla bajo control. La mayoría de las analíticas eran las de un perro sano, con la leishmania negativizada.

Me hubiera gustado hablar en su día de la leishmania, pero me fue imposible. Lo hago ahora no obstante y en profundidad gracias a la doctora Federica Burgio, directora técnica de animales de compañía de MSD Animal Health (compañía responsable de los famosos collares Scalibor), que ha tenido la amabilidad de contestarme algunas preguntas.

Se trata de una enfermedad que se transmite mediante la picadura de un mosquito, que afecta a miles de perros y puede ser potencialmente mortal, aunque con control veterinario no tiene que impedir que el animal llegue a una vejez saludable, como es el caso de mi perra.

Una enfermedad que tiene incidencia en humanos, «los expertos estiman que en España en los últimos años se detectan anualmente unos 700 nuevos casos, aunque todos relacionados con personas que tienen deficiencia en su sistema inmunitario».

Como informan desde MSD Animal Health, en España «las ciudades con una mayor tasa de incidencia de la enfermedad llegando casi al 35% son Málaga y Orense. Otras Comunidades Autónomas como Madrid, Barcelona, Valencia, Baleares y Extremadura tienen una incidencia de casi el 20%».

¿Diría que la leishmania está aumentando su prevalencia y efectos adversos o estamos logrando controlarlo?
La leishmaniosis canina está en aumento. Anteriormente había dos picos claros de riesgo de infección a lo largo del año, junio y septiembre. Actualmente debido al cambio climático al que estamos asistiendo y a las altas temperaturas que estamos registrando en épocas de otoño o justo a principio de la primavera hacen que la actividad del flebótomo permanezca casi inalterada durante casi todo el año, suponiendo un riesgo de infección para la mascota en épocas en las que el propietario baja la guardia, dando por hecho que los parásitos externos son un problema de primavera y verano. Además estos cambios climatológicos hacen que se registren casos de leishmaniosis en áreas en las que previamente no estaba descrita la actividad del flebótomo, ampliando así la distribución geográfica del riesgo de infección. A pesar de todo, los propietarios que protegen su mascota con un antiparasitario indicado que reduce el riesgo de picaduras durante todo el año tiene menos riesgo de infección.

Si acabo de sumar un perro a mi familia, ¿qué pautas debería seguir para que no contraiga leishmania?
Una mascota en casa se convierte muy rápidamente en un miembro más de la familia, como comentas. Por ello es importante protegerle frente a los riesgos que suponen las enfermedades infecciosas. Exactamente igual que nos preocupamos de la vacunación frente a enfermedades graves y acudimos al veterinario para que diseñe un protocolo de prevención para estas enfermedades, es importante que escuchemos sus recomendaciones en cuanto al riesgo que suponen los parásitos externos: pulgas, garrapatas mosquitos y los flebótomos transmisores de la leishmaniosis. A parte de usar un buen antiparasitario externo para pulgas y garrapatas que sea cómodo de recordar y rápido en eliminar estos parásitos, hay que tenerlo también bien protegido frente a las picaduras del flebótomo. Como hemos comentado previamente, el riesgo existe siempre, por lo tanto esta protección hay que mantenerla durante todo el año. También es importante evitar salir al anochecer durante las épocas de más calor, ya que es el momento del día de mayor actividad del flebótomo, y dejar que el perro duerma en casa o protegido por una mosquitera de malla fina, ya que durante la noche, un perro al exterior puede sufrir centenares de picaduras.

¿Qué fiabilidad tiene la vacuna de leishmania? ¿Merece la pena? ¿Merece la pena por igual en todas las regiones de España?
Actualmente existen en el mercado dos vacunas para la protección frente a la leishmaniosis. La leishmaniosis canina es una enfermedad estrictamente ligada a la respuesta inmune del animal, y lo que hacen estas vacunas es estimular estas respuesta para disminuir el riesgo de desarrollo de enfermedad en un animal que haya sufrido picaduras infectantes y haya contraído este protozoo, llamado Leishmania que produce esta grave y potencialmente mortal enfermedad llamada leishmaniosis. Por ello aunque se vacune el animal no hay que dejar de usar antiparasitarios repelentes para reducir el riesgo de picadura de flebotomos. La vacuna no tiene efecto repelente, y por lo tanto no evitará el contacto entre el flebótomo y el perro. Una buena combinación de ambas herramientas profilácticas es una buena forma de reducir los riesgos. En cuanto a las áreas en las que es más necesario o menos, siempre es bueno que un propietario pregunte a su veterinario que es quién mejor conoce sus pacientes y podrá recomendar lo mejor para las mascotas.

Supongamos que tengo un perro que ya tiene leishmania, pero bajo control. ¿Cómo mantenerla de esa manera? ¿Qué pautas debemos seguir?
Antes de nada tenemos que estar tranquilos, hoy en día la leishmaniosis es una enfermedad que gracias a las opciones terapéutica al alcance del veterinario clínico, permite que el animal tratado tenga una buena calidad de vida. Sin embargo tenemos que considerar que en estos casos las recaídas pueden ser peligrosas, y tenemos que tener protegido a nuestro perro incluso más que antes. Una reinfección podría ser un problema y además tenemos que considerar que un perro infectado es fuente de enfermedad para otros perros sanos, ya que si un flebótomo sano ingiere la sangre de este perro infectado, adquirirá el parásitos causante de la leishmaniosis y lo podrá transmitir a otros perros sanos. Por lo tanto hay que seguir protegiendo la mascota durante todo el año con un antiparasitario indicado como repelente de la picadura del flebótomo, como el collar Scalibor.

¿Hasta qué punto puede resultar contagioso para otros perros que convivan con él o para seres humanos?
Un perro no contagia a otro perro o a una persona de forma directa. El responsable de la transmisión es el flebótomo a través de la picadura. Por lo tanto no nos tenemos que preocupar si convivimos con un animal seropositivo.

Mi perra tiene 17/18 años y leishmania desde que la adopté. Con análisis anuales y tratamientos puntuales de glucantime los primeros años llegó incluso a negativizarla en los análisis. ¿Hasta qué punto son fiables las analíticas de sangre? ¿Conviene repetirlas?
Las analíticas de sangre son muy fiables, sin embargo son la “foto” de una situación puntual. Por eso es recomendable repetirlas a lo largo del año, ¿Cuándo? Generalmente dos veces al año es lo más adecuado, pero el veterinario que se encargue de tu perra será quién mejor determinará con qué frecuencia y en qué meses es más oportuno, ya que depende del área en la que vives del tipo de actividad de tu mascota y otros factores individuales que hagan que se requiera una frecuencia mayor.

Hay perros en los que la leishmania es como con mi perra y no les impide llegar a una vejez saludable y otros en los que se activa y causa muchos problemas. ¿Por qué pasa esto? ¿Qué favorece que se active?
Como comenté anteriormente, el desarrollo de la enfermedad depende mucho del estado inmunológico del animal, de sus defensas, y de cómo estas defensas se ponen en marcha para vencer la batalla. Existen incluso razas de perros que genéticamente son más resistentes y que no desarrollan síntomas a pesar de estar infectados. Por ello hay que mantener bien protegidos a los animales infectados, no solo de otras picaduras de flebótomos infectantes que podrían producir una recaída, si no también hay que cuidar el estado de salud general, ya que son enfermos crónicos. Cualquier alteración que produzca una bajada de defensas puede llevar a una “reactivación “ de la enfermedad. Otras enfermedades como por ejemplo las transmitidas por pulgas y garrapatas a menudo se encuentran asociada con un cuadro de leishmaniosis y hacen que un perro con leishmaniosis no se recupere o que le cueste más recuperarse. Es necesario mantener una buena protección frente a todos los parásitos externos, no solo el flebótomo, también frente a pulgas y garrapatas que aparte de ser bichos repulsivos, son muy peligrosos y pueden transmitir enfermedades muy graves a nuestras mascotas.

Por último. No solo hay leishmania, también hay filaria, erlichia… ¿Algún consejo rápido para ponerlas también freno?
Exactamente lo que estaba comentando antes. Pulgas, garrapatas, mosquitos, flebótomos: todos son parásitos externos que están muy presente en España y durante todo el año. No es un tema exclusivamente higiénico, la protección de nuestras mascotas frente a estos parásitos en una necesidad de “salud”. Estos parásitos son vectores de enfermedades muy serias, que además son zoonosis, que quiere decir que compartimos personas y animales. Las garrapatas transmiten enfermedades como la ehrlichiosis o la enfermedad de Lyme, mientras que las pulgas, pueden transmitir la bartonellosis o también llamada enfermedad del arañazo del gato entre otras. La dirofilariosis canina, producida por el llamado “gusano del corazón” es otra grave enfermedad transmitida por mosquitos que son diferentes a los flebótomos. Los parásitos externos son una amenaza para nuestras mascotas, tenemos que mantenerlas protegidas durante todo el año y tenemos que acudir a nuestra clínica veterinaria para que nos recomiende lo más adecuado para nuestro amigo a cuatro patas. Y ojo, el perro no es el único animal que puede sufrir infestaciones por parásitos. Si tenemos un gato, también lo tenemos que proteger, aunque no salga de casa. Es un error pensar que si no sale no está en riesgo, cuantos gatos se quedan en el alfeizar de la ventana o en el balcón de nuestro apartamento? Por lo tanto el único consejo es proteger a nuestras mascotas durante TODO EL AÑO, el riesgo existe siempre, y frente a todos los parásitos, ya que todos son peligrosos a todas nuestras mascotas, aunque no salgan de casa. Para ello lo mejor es acudir a la clínica veterinaria que os recomendará las pautas que más se adecuan a las necesidades de nuestros amigos a cuatro patas.

Bombón fue abandonada en la perrera, estuvo allí ocho meses hasta que una voluntaria que la paseaba decidió sacarla.

«Es bellísima , tiene dos años, sociable con personas y perros. Vital y alegre. Está esterilizada y vacunada».

Necesita acogía o adopción urgente. Es preciso tener la licencia de tenencia de perros potencialmente peligrosos. Se hará seguimiento.

Para acoger o adoptar a Bombón: Nuria 630776625 y Lorena 622880174