Muchas veces no nos damos cuenta de que nuestros gatos están enfermos hasta que están realmente graves. Son animales muy discretos a la hora de mostrar sus dolencias.
Pero hay determinados comportamientos que no debemos pasar por alto.
Son motivo siempre de una visita al veterinario: si tu gato se limpia en exceso o deja de acicalarse, tiene estornudos, toses que no se van o respira con dificultad, duerme demasiado, se niega a comer, se esconde constantemente, bebe demasiado, apenas orina o lo hace en exceso, vomita a menudo, tiene diarrea o estreñimiento o ve sangre en sus heces.
Visitar periódicamente el veterinario para actualizar sus vacunas y que le haga una exploración es otra forma de curarse en salud.
Nino al igual que pasa con muchos gatos domésticos fue condenado a la calle a morirse de hambre y frío.
El primer día que le vieron estaba bien cuidado y limpio, como cualquier otro gato casero, pero el pobre estaba tan asustado que no se dejaba coger y se iba del parque.
El domingo por fin consiguieron acercarse a él con una lata y se dejó acariciar, quizás también porque necesitaba recordar el contacto humano que de repente le habían quitado.
Es un gato mansito y precioso, no ha tenido problemas con los otros gatos (en cuanto a dominancia se refiere).
Está en la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas (ASPAP).
Contacto: protectora_salmantina@hotmail.com