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Carta al que busca un cachorro de raza rápido y barato

Quieres un perro, lo deseas con todas tus fuerzas. Pero quieres ese tipo de perro que te tiene enamorado: un yorkshire, un golden retriever, un chihuahua. Puede que lo que quieres sea un gato, un precioso maine coon, un exótico, un ragdoll. Da igual el tipo de animal; no importa la raza. La cuestión es que estás decidido a tenerlo.

Es posible que entiendas la enorme responsabilidad que implica tener un animal, ojalá sea así; también puede que no lo hayas meditado lo suficiente y te enfrentes a más retos de los previstos. Tal vez hayas tenido perros o gatos antes, tal vez seas nuevo en esto. Nadie dice que no vayas a ser un dueño maravilloso, preparado y sabedor de las necesidades de ese animal.

En las protectoras no tienen cachorros de raza. Así que ni siquiera intentaste la vía de la adopción. O es posible que lo intentaras y te aclarasen que lo que que buscas cuesta dinero y muy rara vez se encuentra abandonado. Así que toca comprar. Y lo más sencillo es ir a una web de clasificados, allí hay ofertas a montones. O buscar criadores en Google de esa raza y contactar con varios, a ver qué precios tienen, qué fotos te mandan y cuándo podrías tener a ese cachorro de gato persa o de border collie que estás deseando achuchar. Un compendio de velocidad, facilidades y precio, tal vez también las imágenes que veas, serán los factores que decidan dónde y a quién compras al futuro miembro de tu familia. Un cachorro que es posible que te manden por mensajero, que tengas que recoger en algún punto de encuentro o en un inmueble en el que no se ve a la madre por ningún lado.

(GTRES)

Tal vez hayas dado con un criador maravilloso, un profesional que sabe cómo criar, que cuida que sus animales no tengan enfermedades congénitas ni problemas de consanguinidad. Ojalá. Lo más fácil en un país en el que se cría tan mal como el nuestro es que no sea así, que en el mejor de los casos proceda de alguien sin muchos conocimientos que se saca un dinerito en negro teniendo camadas de vez en cuando con sus perros de casa y que en el peor hayas dado con personas a las que el bienestar animal les preocupa muy poco.

Hace algo más de una semana era noticia la intervención por parte de la Guardia Civil de 544 perros, 250 cachorros entre ellos, de razas pequeñas y de moda. Había bichones malteses, caniches, yorkshires, pomeranias, shih tzu, ratoneros valencianos y chihuahuas en las instalaciones en las que Guardia Civil entró el pasado miércoles. Hacinados, muchos de ellos en diminutas jaulas para conejos, en un lugar con «fuerte hedor» y «condiciones higiénico-sanitarias lamentables» según los agentes del Seprona que allí entraron y de cuya actuación han salido los dos propietarios investigados.

Noticias así no son nada infrecuentes, pero parece que se nos olvidan cuando queremos un perro de una determinada raza y lo queremos rápido, fácil y barato. La aparición recurrente en los medios de estas fábricas de cachorros en las que desaprensivos hacen negocio a costa del sufrimiento animal y sabedores de que las penas que puedan imponerles compensan el riesgo, debería ser motivo sobrado para que nos demos cuenta de que la adopción es la opción más ética en un país con 140.000 abandonos registrados (sin registrar son muchos más) de perros y gatos y cada año. ¿De verdad es tan importante que nuestro compañero sea de una raza determinada?.

Y si el empeño en tener un cachorro con pedigrí es insalvable, es importantísimo comprar con todas las garantías de no estar fomentando el maltrato animal: visitando las instalaciones del criador, que debe estar registrado y cumplir con toda la normativa. Es más que probable que ese cachorro sea más caro y que haya que esperar por él, pero lo contrario es hacerle el juego a gente sin escrúpulos.

Tal vez ya compraste un cachorro y no lo hiciste bien, lo encontraste por Internet baratito, te dio pena al verle tras una cristalera, te lo envió un criador del que apenas sabías nada… No pasa nada, dale una buena vida, aprende y procura que se conozca en tu entorno esta realidad. Por favor.

 

La Covid-19 no es excusa para abandonar a nuestros gatos, ellos no la transmiten a los seres humanos

Este viernes fue noticia la muerte del primer gato en España (el primero que sepamos) infectado con el virus SRS-Cov-2. Primera puntualización, no murió por tener coronavirus; murió teniendo el virus pero por otros motivos.


Es una noticia que a los amantes de los animales, sobre todo a aquellos mínimamente conocedores de la problemática en protección animal existente en nuestro país, nos hace temblar.

No tememos porque tengamos miedo a que el coronavirus acabe con la vida de los gatos, porque el virus no se ceba con ellos. Lo pasan de forma asintomática o como un resfriado carente de gravedad.

Tampoco porque nos contagien, porque a poco que tengamos un mínimo de compresión lectora expertos de toda índole aclaran que «la transmisión del virus se produce de las personas a los gatos, que son las víctimas colaterales de la enfermedad en los humanos». Esas palabras son de Joaquim Segalés, investigador del IRTA-CReSA y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona. Pero cualquier fuente de autoridad que consultemos se expresa de la misma manera. Los humanos podemos contagiar a los gatos, pero no ellos a nosotros.

Lo tememos porque sabemos que habrá gente que se va a dejar llevar por el miedo o va a usar esto como excusa para abandonar gatos, para ponerlos en la calle y sentenciarlos probablemente a muerte sin justificación ninguna.

La Covid-19 no es motivo para cometer un delito tan cruel como es el abandono de un animal doméstico. No nos podemos mover por el miedo, menos aún cuando es irracional, injustificado.

Por eso mismo es una noticia que hay que contar. He encontrado a amantes de los animales criticando a los medios de información por contar que los gatos pueden infectarse, que ha habido ya un caso registrado en España.

Tenemos que contarlo. Barrer las noticias bajo la alfombra no es la respuesta. Hay que contarlo de manera responsable, dejando claro cómo se produce esta transmisión, que es de los humanos hacia los animales, y que, si enfermamos, debemos limitar en lo posible el contacto temporalmente con nuestros gatos para no contagiarles, igual que lo limitamos con nuestros seres queridos. Pero no se puede esconder.

Para contrarrestar miedos así lo mejor es una buena información. Ayudadnos por favor, por las distintas vías que tengáis a que cale el mensaje: la Covid-19 no es razón para abandonar a nuestros gatos, ellos no la transmiten a los seres humanos.

Elva es una gata preciosa, tranquila y joven, rescatada de la calle. Necesita un poco de tiempo para confiar, pero si se le da lo hará.

Contacto: adopciones@madridfelina.org

Qué podemos hacer y qué no si tenemos perro durante la crisis por el coronavirus

¿Tienes gato? Pues no hay mucho que pensar al respecto de cómo pasar con él la crisis por el coronavirus. Basta con tener suficiente comida y arena (que nadie se lance a saquear la tienda de animales, porque los sitios de alimentación, veterinarios y muchas tiendas de animales seguirán abiertos) y seguir estimulándoles como hacías.

Los gatos son estupendos compañeros en época de encierro forzoso. Estarán a nuestro lado al leer, teletrabajar o disfrutar de una película haciéndonos sentir menos solos. De hecho, su compañía en esta situación, sobre todo para las personas que vivan solas, puede ser un auténtico bálsamo contra la soledad.

También lo pueden ser los perros. Su compañía aliviará que nos sintamos solos, su presencia llena de vida nuestro hogar y lo hace más acogedor. Pero ellos tienen unas necesidades que incluyen el salir a la calle y ejercitarse. ¿Cómo hacerlo en estos días en los que lo importante es permanecer en casa?

Bueno, lo primero es que se les puede sacar a la calle a que hagan sus necesidades. Incluso en Italia esto sigue siendo así. Pero salir a hacer sus necesidades no es ir al parque (que además en muchos casos estará cerrado), hacer los típicos corrillos de dueños que ven jugar juntos a sus perros o aprovechar que no se está yendo al trabajo para dar aún más paseos de lo normal.

Se baja a la calle cuando es realmente necesario para que se alivien, se recogen esos ‘alivios’ como ciudadanos civilizados y responsables que deberíamos ser siempre, y a casita de nuevo. En caso de que ese minipaseo sea en un lugar dónde podemos soltar a nuestro perro y tirarle unas cuantas veces la pelota para que se canse, pues a ello. Y rápido de vuelta.

Si nos encontramos con alguien, mantenemos la distancia recomendada de un metro. Y no debemos salir de nuestro municipio en ningún caso.

¿Tenemos que ir al veterinario? Pues hay una serie de recomendaciones de sentido común. La primera es solo ir si es imprescindible. Estas son las recomendaciones del Colegio de Veterinario de Madrid a sus colegiados, que interesa que calen entre todos los propietarios de mascotas:

  • Reiterar que no hay ninguna evidencia científica de que los animales de compañía transmitan o padezcan el coronavirus COVID-19.
  • Trasmitirles que sus mascotas en ningún caso van a estar desatendidas.
  • Informar de la necesidad de aplazar todas sus vistas rutinarias (vacunaciones, desparasitaciones…etc) y aquellas que no impliquen una urgencia, hasta que pase la fase crítica de esta emergencia sanitaria.
  • Permitir la atención sólo con cita previa, llamando antes por teléfono.
  • Mantener la puerta cerrada y abrir solo ante la llegada del cliente citado.
  • Usar un gel desinfectante al entrar y al salir del centro veterinario.
  • Hacer un uso muy restringido de la sala de espera, con el mínimo posible de personas.
  • A cada mascota le acompañará exclusivamente una persona.
  • Los propietarios que presenten síntomas no deben acudir con el animal enfermo, y comunicarán la situación por teléfono, para que otra persona puede llevarlo al centro veterinario.
  • En caso de duda por parte del propietario sobre si existe necesidad urgente de acudir al centro veterinario, aconsejarle que, antes de hacerlo, se ponga en contacto telefónico con su veterinario habitual, para que valore el caso.


Sobra decir que si tenemos síntomas debemos permanecer en casa y no salir bajo ningún concepto. Si nos pasa esto teniendo perro, es buena idea pedir ayuda a familiares o a otros amigos con o sin perro, para que se hagan cargo del nuestro y así podamos evitar salir.

En casa hay muchas maneras de estimular a nuestro perro
. Reservemos un rato para ello y así compensar la falta de ejercicio y la reducción de los paseos. Podemos dedicarle tiempo para jugar con él de muchas maneras:
– Tirándole un juguete por el pasillo varias veces.
– Jugando al tirar con fuerza de un juguete que no quiere soltar, si es que eso le gusta.
– Escondiéndole chuches por la casa y luego soltándole para que las encuentre.
– Practicando los trileros perrunos: dos o tres recipientes opacos con chuche escondida para que la encuentre.

Hay juguetes, cada vez más, pensados para su estimulación mental.

Están fenomenal, pero si no los tenemos podemos fabricar soluciones parecidas. No sé vosotros, pero yo no voy a hacer compras online, a menos que me encuentre en una necesidad de extrema necesidad. No quiero mensajeros por las calles pudiendo evitarlo.

A poquito que nos esforcemos, podremos tener a nuestros perros bien atendidos, tranquilos y contentos. Muchos probablemente sorprendidos agradablemente por contar con la presencia de su familia humana permanentemente en casa con ellos.

Y si tenemos coronavirus, si estamos enfermos, aquí están las recomendaciones:



Por último, un par de peticiones.

La primera está relacionada con las personas mayores, el colectivo de mayor riesgo. Muchos de estos ancianos tienen perros, compañeros en su día a día que siguen necesitando salir a hacer sus necesidades. Seamos solidarios. Si tenemos familiares, vecinos o amigos en esas circunstancias, ofrezcamos nuestra ayuda para bajar a ese animal a la calle y que esa persona se quede en casa sin exponerse a ningún riesgo.

La segunda es, en cierto modo semejante. Si tenéis la posibilidad de ser casa de acogida, no lo dudéis. Contactad con la protectora más cercana o que mejor os cuadre para echar una mano dando techo temporal a uno de sus animales. Para las protectoras vienen tiempos difíciles, la situación es incierta pero poco halagüeña, sin la ayuda habitual de los voluntarios, dependiendo solo de los pocos trabajadores que tienen contratados. Las casas de acogida pueden ser una gran ayuda, sobre todo para los cachorros, los animales ancianos o convalecientes.

Mucho me temo que se nos viene encima una época de incremento de los abandonos
por parte de gente a la que combinar la gestión de esta crisis con la responsabilidad asumida por tener un animal se le va a hacer cuesta arriba. Y eso va a coincidir con la imposibilidad de efectuar rescates, de salir a la calle a atender a las colonias de gatos, de una primavera adelantada que traerá muchas camadas sin hogar a las que atender y de caída de las adopciones.

Puede acabar formándose una tormenta perfecta ante la que, si podemos ayudar, debemos ponernos las pilas y hacerlo.

Demostremos lo mejor que podemos dar de nosotros individualmente por el bien de toda la sociedad. 

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Tercer miércoles de encierro. Aunque no será así con todas, las protectoras con las que yo he hablado ya no están entregando animales en adopción, solo reservándolos hasta que acabe el #estadodealarma. Tampoco están dando los en acogida a personas que no conocieran bien. Están también teniendo menos entradas. No es que no haya animales en la calle, es que no eran las personas que puedan encontrarse con ellos y ayudarlos. Están, eso sí, preparándose mentalmente para la tormenta perfecta que vendrá después, vinculada a la crisis económica que habrá. Siguen necesitando nuestro apoyo, pero temporalmente no podrá ser en forma de acogidas o adopciones. #buenosdías #adoptanocompres #perrosdeinstagram #gatos #gatosdeinstagram #protecciónanimal #Tula

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Los animales de compañía se podrán registrar como miembros de la familia en los servicios sociales de Madrid (esperemos que no quede solo en algo escrito en un papel)

Ha sido noticia esta semana. Una muy buena noticia, a la espera de ver cómo se ejecuta. Ojalá no se quede solamente en una declaración de buenas intenciones.

Los animales de compañía tendrán su propio campo en los documentos de servicios sociales como parte de la unidad familiar, para proteger el vínculo establecido con las personas en situación especialmente vulnerable: víctimas de violencia machista, personas mayores y personas sin hogar.

La idea es poder anticipar posibles necesidades y planificar respuestas adecuadas para proteger ese vínculo y posibilitar la activación de las medidas necesarias para asegurar también la protección de los animales en situaciones de emergencia o riesgo.

Cuando una mujer, tal vez con niños, necesita protección, es muy duro obligarla a desprenderse de su perro o su gato, que puede haber sido su sostén, para poder aceptar la protección que le brinda la administración. Hay mayores que acaban con el corazón roto cuando le dicen que se busque la vida pero que el que ha sido su consuelo no tiene cabida ya en su vida por no poder seguir valiéndose por sí mismo. Igual que hay personas sin hogar renunciando a dormir calientes por no dejar a su compañero a su suerte.

«Hay mayores en situación de dependencia y de gran dificultad para las actividades básicas que se niegan a ir a una residencia porque no admiten animales de compañía», ha explicado el concejal Javier Barbero.


Lo saben bien en las protectoras, que demasiadas veces tienen que dar respuesta a situaciones así, prestando a esas personas la ayuda que la administración les niega. Una ayudita a que pasa por desprenderse del animal, cuando en demasiadas ocasiones no debería ser así. Nuestros perros y gatos nos pueden ayudar a pasar por situaciones difíciles.

La iniciativa ha sido aprobado a propuesta de Más Madrid y con el apoyo de todos los partidos (PSOE, PP y CSIC) salvo Vox, que está posicionado como el demogorgon a batir políticamente para lograr avances en los derechos de los animales y sus propietarios.

En dos meses se creará una mesa de trabajo formada por los grupos municipales, personal técnico y entidades especializadas para crear protocolos específicos de actuación. Crucemos los dedos para Edu esos protocolos se cumplan y, sobre todo, se doten de recursos.


Titán se entrega en adopción
con seguimientos, contrato, pasaporte europeo, microchip, vacunas, analíticas, desparasitaciones, esterilización y revisión veterinaria. Está en Córdoba pero puede viajar a cualquier punto de España. Todo esto será a coste cero para el adoptante, nuestra Asociación asume tantos los gastos veterinarios como el traslado del animal.

Titán tiene displasia de cadera y artrosis, sin embargo puede llevar una vida normal, vida que ahora no lleva. Cada vez que vamos a la residencia, se muere por salir a pasear y nos parte el alma no poder ofrecerle un hogar con una familia que le proporcione todo lo que se merece. Es un perro estupendo, noble, tranquilo y sociable. Aún así, nadie pregunta por él.

Desde que nos hicimos cargo de este grandullón sabíamos que iba a ser muy difícil encontrarle un hogar. También sabíamos que desde que nos hiciéramos cargo pasaría a ser un perro desapercibido, porque al asumirlo una Asociación no despertaría interés. También sabíamos que todas las ayudas económicas que recibía antes hacernos cargo, desaparecerían. Y así sucedió.

Contacto: informacion@elamigofielcordoba.org

Arranca un San Antón mermado en Madrid, con solo una decena de protectoras en lugar de las 72 que hubo en 2019

Hoy es San Antón, la festividad que tiene el foco en los animales y que ya hace años superó la típica estampa de las bendiciones en la iglesia. Desde ayer y durante todo el fin de semana se aprovecha para crear conciencia, informar sobre la situación de maltrato animal en nuestro país y lograr adopciones en toda España.

(Juan M. Espinosa/EFE/ARCHIVO)

En Madrid esta fiesta se va a ver empañada por la reducción drástica y sorprendente del número de protectoras que participarán. 62 asociaciones no podrán tener su stand y explicar su labor a los vecinos de Madrid interesados, tampoco podrán presentarles a sus animales necesitados. No estarán algunas tan representativas y veteranas como la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid (SPAP), Proyecto Cañada o Madrid felina.

Ante esa situación la mayoría de las entidades damnificadas han escrito un comunicado conjunto denunciando esta situación:

Se acerca San Antón y como cada enero los animales de Madrid se preparan para celebrar su día grande. Pero 2020 será una excepción para los animales abandonados que esperan en entidades de protección animal a encontrar una familia. Ellos no disfrutarán de esta festividad. El Ayuntamiento de Madrid ha decidido excluir de las celebraciones a las asociaciones protectoras de animales de la ciudad, dejando una mínima representación de menos de diez asociaciones elegidas por el propio ayuntamiento sin dar explicaciones.

Para la festividad de 2020 se había elegido una ubicación con mayor extensión para dar más cabida a todas las asociaciones que día a día se desviven por recoger, recuperar y entregar en adopción a los animales abandonados de la capital. Sin embargo, el nuevo consistorio ha decidido que lo ideal es dejar una representación escasísima de estas organizaciones y ha reducido a seis las asociaciones para que representen mínimamente lo que es un grandísimo problema en la gran urbe: el abandono y maltrato animal. Se reduce así el número en más de 60 asociaciones respecto a 2019. 

Es necesario reseñar que, además, no se ha dado ninguna oportunidad a las entidades de protección animal a optar por formar parte de este importante evento, ya que no se ha abierto ningún tipo de concurso para que las asociaciones pudieran solicitar su participación. Sencillamente se ha elegido con algún tipo de criterio, desconocido para todos y del que queremos saber por qué sólo hay seis protectoras de animales que harán una pequeña representación de todo el trabajo de miles de voluntarios que diariamente dejan su vida en una tarea que corresponde a las administraciones. Son grandes olvidados también de este San Antón los gatos, las organizaciones CES (captura, esterilización, suelta), alimentadoras, los animales exóticos y los santuarios.

Un grupo de asociaciones ha decidido reunirse para luchar por los derechos de todos los animales abandonados y reclamar al consistorio que rectifique y que San Antón sea una fiesta abierta a todas las protectoras que deseen demostrar a los madrileños el gran trabajo que realizan, casi siempre en la sombra.

Cabe destacar que este grupo de asociaciones busca denunciar una situación que se viene repitiendo por parte de las administraciones cada vez que eliminan cualquier tipo de posibilidad de recibir ayuda para el desempeño de su labor y para dar visibilidad a los animales abandonados y la importancia de la adopción, la concienciación y la denuncia del maltrato animal. Estas asociaciones denuncian el desacierto del ayuntamiento con una decisión que deja fuera de esta gran celebración a miles de animales madrileños abandonados a su suerte. Este año, el nuevo alcalde les vuelve a abandonar. Por todo esto exigimos una explicación a los hechos acontecidos y una solución para los animales madrileños celebrando un evento para TODOS.

Y aquí todas las protectoras firmantes de este comunicado:

Mas Madrid se ha unido a esta petición, solicitando en una nota al Gobierno de coalición formado por PP y Ciudadanos que «mantenga el modelo abierto de participación a las entidades de protección animal».

También Pacma ha criticado que se «ningunee a las protectoras», «obviando a todos los santuarios y a las cuidadoras/ alimentadoras de colonias felinas de la ciudad. Además, algunas de las asociaciones que estarán representadas ni siquiera son de la Comunidad de Madrid». Según el partido animalista, «la organización se ha dejado en manos de personas afines al actual Ayuntamiento, que incluyen, incluso, hasta a criadores de perros. Es decir, aquellos que fomentan justamente lo contrario a lo que se intenta promover en una feria en la que se conciencia sobre la adopción».

Por su parte el Ayuntamiento de Madrid, después de que la noticia saltara a los medios, facilitó a EFE su postura al respecto. Aseguran que la reducción del número de colectivos se debe a problemas de espacio:

Según la Junta de Centro, que es la organizadora, además de las bendiciones en la iglesia de San Antón, las vueltas en su honor y la venta de panecillos, se va a hacer en la galería de Cristal del Palacio de Cibeles un homenaje a los perros que prestan un importante servicio a la sociedad, tanto desde el punto de vista de seguridad (Policía Municipal, Policía nacional y Guardia Civil), como a personas con discapacidad (ONCE y Roncescan).

«Esta actividad ocupa un espacio importante del Patio de Cristal, por lo que la presencia de expositores este año es menor», han añadido las mismas fuentes.

Entre las asociaciones y sectores invitados por la junta de distrito, se han seleccionado aquellas que son, a su juicio, más representativas y cuya actividad permite dar a conocer una amplia oferta de servicios vinculados al cuidado de las mascotas, como es el caso de Bichos Raros que atienden a animales con discapacidad, la mayoría en silla de ruedas, y trabajan en su rehabilitación y sus cuidados.

Una pena. Necesitamos que todas las asociaciones que le están resolviendo la papeleta a las administraciones públicas tengan voz. Es tristemente paradójico que los ayuntamientos le den la espalda a las protectoras, cuando estas asociaciones están asumiendo una responsabilidad que, en realidad, corresponde a los consistorios. La pelota difícilmente manejable de la protección animal están en el tejado de las administraciones municipales, que la dejan resbalar y cuyo rebote cogen, como buenamente pueden, estas organizaciones.

Lo mínimo que podrían hacer todos los alcaldes es prestarles su apoyo, y nunca adoptar decisiones tan desafortunadas como el del Ayuntamiento de Madrid este año.

Estados Unidos aprueba una ley federal que protege a los animales, lo mismo que España necesita

Se llama PACT Act (Preventing Animal Cruelty and Torture Act), y acaba de ser aprobada por unanimidad por la Cámara de Representantes de EE UU, una de las dos cámaras, junto con el Senado, que conforman el Congreso de ese país.


Se trata de una ley federal que legisla el maltrato animal y que prohíbe aplastar, quemar, ahogar, sofocar, empalar o ejercer cualquier otro tipo de violencia intencionada que «cause lesiones corporales graves» a los animales. Y las penas van desde simples multas hasta siete años de prisión.

No hay controversia en la aplicación de esta ley. Por eso la unanimidad en su aprobación y por eso la confianza de distintas asociaciones en defensa de los animales en que el Senado la ratifique. La población en general está en contra de causar sufrimiento a los animales. Allí no hay supuestas tradiciones que dividan y polemicen y hagan que estos necesarios avances se retrasen.

No es una ley perfecta, ninguna lo es. Pero es un gran avance y así se está celebrando en ese país. Su principal virtud es que permitirá perseguir todos esos delitos en los distintos estados, sin problemas de jurisdicciones y de diferencias en las legislaciones de los distintos estados.

Eso necesitamos en España, eso llevamos clamando muchos desde hace muchos años. Aquí hay legislaciones autonómicas, incluso municipales, y ninguna ley nacional, lo que redunda en el desamparo de los animales y la impotencia de aquellos que quieren luchar contra su maltrato.

Necesitamos una ley nacional de protección animal, una legislación que unifique y dé seguridad respecto a lo que es denunciable y perseguible y las penas a aplicar.

Debería llegar. Al igual que en los programas electorales de cara a las pasadas e infructuosas elecciones de primavera, de cara al próximo 10 de noviembre PSOE, Podemos y Ciudadanos han prometido impulsar una ley nacional de protección/bienestar animal. Más País no estaba, pero es lógico que lo incluyan.

Debería llegar, pero que nadie espere que se toque a la tauromaquia. Los primeros avances en protección animal, no nos engañemos, llegarán de la mano de los animales de compañía. Los perros y los gatos son los embajadores de todos los demás, los que abrirán camino al resto. No es la primera vez que lo afirmo y lo mantengo.

De momento habrá que alegrarse por el avance en proceso de ser alcanzado en Estados Unidos y esperar que ese país también sea embajador, sirva de ejemplo para el resto.


Aretha fue abandonada y rescatada hace seis meses en un severo estado de desnutrición y preñada. Acaba de cumplir el año y medio.

Con los humanos es un amor de gata, se deshace en mimos y ronroneos, super tranquila y cariñosa, siempre pidiendo amor. Es una gata a la que le cuesta adaptarse en casas donde convive con más animales, está asustada y no sale de debajo de la cama. ES urgente encontrar para ella una casa de acogida (por Murcia o alrededores) o adopción (en cualquier parte de España) que no tenga más animales, o que sólo tenga un gato o un perro.

Se entrega con chip, vacunas, cartilla, desparasitada y castrada.

Contacto: adopcionesbastet@gmail.com

La Uned, junto a Fundación Mascoteros, facilitará dos cursos sobre bienestar animal en 2020


La semana pasada tuvimos una muy buena noticia. En España es preciso que haya mucha más formación sobre lo que es bienestar animal, sobre tenencia responsable, maltrato y legislación relacionada.

Hace falta en la sociedad, empezando por los propietarios de animales. Con frecuencia también entre los profesionales que tratan con ellos. Por supuesto, entre los garantes de que se cumpla la ley y se respeten sus derechos y dentro del mundo de la protección animal.

Por eso es una buena noticia que la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y la Fundación Mascoteros vayan a programar dos cursos sobre bienestar animal, inscritos en el programa de Formación Permanente de la universidad.

Uno, bautizado como Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal, se centrará en el cuidado, educación canina y tenencia responsable. El otro Cualificación para profesionales de centros de atención animal, gestión, salud y bienestar, en atención animal, gestión y salud para los profesionales del sector.

“Somos la primera universidad pública que adquiere un compromiso real y diseña este programa doble de bienestar animal; uno destinado a los particulares que tienen inquietud por cuidar y conocer a los animales, y otro para aumentar la cualificación de las personas que trabajan en centros de atención animal, clínicas veterinarias, tiendas, refugios y centros municipales, donde hay mucha carencia de formación”, aseguran desde la universidad.

Como explican en el comunicado que lo ha hecho público, “supone la primera opción de formación superior para un sector de escasa regulación normativa y cuyo desarrollo depende en gran medida, según los responsables de la Fundación, del voluntarismo y la intuición de quienes se ocupan del cuidado de los animales”.

En ambos casos hablamos de 75 horas lectivas, están adscritos al programa de Desarrollo Profesional y Personal de la UNED y dotan a quienes los sigan del Certificado de Enseñanza Abierta. Los estudiantes obtendrán tres créditos ECT que pueden sumarse, tras la pertinente convalidación, a cualquier título oficial europeo. Los precios son de 180 y 201 euros, respectivamente. Se han planificado tres convocatorias, a partir de enero, que se realizarán a lo largo del 2020. La metodología es totalmente online, incluidas las pruebas finales que darán derecho al título final.

Macario y Alina, la pareja de rubios que acompaña este texto, están en la protectora madrileña PROA esperando un hogar.

Macario, el más peque, “es joven, alegre, se lleva bien con otros perros. Tiene un tamaño y peso ideales para una casa, viajar con él, compañero para todo”.

Alina es “muy sociable con todo el mundo, se lleva bien con perros. Es joven, activa y muy alegre”.

Todos los perros de Proa se entregan vacunados, desparasitados, esterilizados, con chip y con contrato de adopción. Solo en Madrid.

En las fichas de su página web se puede acceder al formulario de adopción.

¿Necesitamos en España inspectores de bienestar animal como en Australia?

Esta semana ha sido noticia la nueva normativa de protección animal aprobada en Australia.

Hay muchas medidas, todas ellas resultan envidiables desde esta España de los abandonos, las compras impulsivas, los criadores de medio (y de ningún) pelo, las camadas indeseadas y el maltrato.

Entre ellas se encuentra que implantarán la figura de los «inspectores de bienestar animal». Y es algo que no me parece ninguna tontería.

De hecho, por lo que he visto estos inspectores ya existían y lo que la modificación de la ley hará será actualizar y ampliar sus funciones.

En cualquier caso la ley aprobada en las antípodas es sin duda mejor y más completa que las que tenemos en España. Claro que en la pirámide de Maslow del bienestar social Australia está varios peldaños por encima. En un país sin apenas paro, por ejemplo, es normal que se arremanguen en estas cuestiones.

No obstante, aquí también tenemos bastantes normas. Leyes para castigar el abandono no nos faltan. Unas mejores que otras. ¡Será por leyes! Las tenemos autonómicas y locales de todos los pelajes.

Lo que no se hace es procurar su cumplimiento.
Por eso mi pregunta. ¿Necesitaríamos en España esos inspectores de bienestar animal? Personas que indagaran en los anuncios clasificados en internet que venden o regalan cachorros y que esconden con frecuencia irresponsabilidad, maltrato y fraude fiscal. Gente que recorriera criaderos, las instalaciones en las que albergan perros destinados a la caza, protectoras, zonas industriales y rurales.

Tendrían que hacerlo dotados de autoridad y contando con la colaboración de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de los diferentes estamentos judiciales.

No parece mala idea. Se me ocurre que podrían ser veterinarios formados en la legislación vigente. Es la profesión de la rama sanitaria con más paro. Y es un colectivo al que se presupone el interés por el bienestar animal.

Tal vez ni eso sería necesario si contásemos con que todos los policías y guardias civiles estuvieran bien formados en materia de protección animal, en las leyes que deben aplicarse, y fueran proactivos en la persecución de los infractores.

Pero no nos engañemos, aunque cada vez hacen más y están más sensibilizados, estamos lejos de lograr esa preparación e interés y, sobre todo, están desbordados de responsabilidades. No pueden ser paragüas de todos los chaparrones con sus actuales medios y estructuras.

Por otro lado, aunque es cierto que existen numerosas normativas y solo con su cumplimiento ya habríamos avanzado pasos de gigante, seguimos necesitando esa ley nacional de protección animal que estaba en los programas electorales de PSOE, Ciudadanos y Podemos (convencida estoy que el partido de Errejón, cuando termine de pulir el programa, también incluirá esta promesa).

Una ley de protección nacional que nos dé seguridad jurídica cuando viajamos por todo el territorio, que complete los agujeros de aquellas comunidades autónomas que han sido menos diligentes en la aprobación de medidas acordes con los tiempos que corren.

No puede ser más cierto, por muy gastado que suene, que el grado de civilización de una sociedad se mide por el trato a sus animales.


El perro que acompaña este texto se llama Teo, tiene apenas cuatro años y está buscando un hogar.

Teo vivía en el jardín de una casa desde cachorrito, no se preocuparon mucho de él, le consideraban poco más que un objeto, por lo que recibió poco cariño. Finalmente se aburrieron de él y le trajeron a la protectora.

Es un perrete activo. Vive con dos hembritas jóvenes sin problema. Es muy sociable con humanos y está esperando un verdadero hogar donde entiendan que el lugar de un perro es siempre cerca de los humanos.

Todos los perros de Proa se entregan vacunados, desparasitados, esterilizados, con chip y con contrato de adopción. Solo en Madrid.

¿Deberíamos los dueños de perros pagar impuestos por tenerlos? ¿Qué habría que exigir a cambio?

Zamora va a cobrar a los propietarios de perros. Serán 9 euros al año, poquito dinero, pero teniendo en cuenta que tienen unos 10.000 perros censados en el municipio se traduce en un piquito.

Dicen que dedican 200.000 euros al año en bienestar animal: censo, bolsas, zonas de esparcimientos, limpiezas y campañas de sensibilización. A sufragar eso irá destinado ese impuesto. La noticia tuvo mucho recorrido, aunque es de ley decir que no es ni mucho menos el primer municipio que propone o impone un impuesto así.

«En Barcelona se paga impuestos por tener perro de toda la vida… Es un impuesto anual… Pero como censarlo depende del dueño, la inmensa mayoría no lo paga… A mí me parece bien que se paguen esos impuestos, pero también estaría bien que se viera que sirven para algo», me contaba Anna. «En Puertollano se cobraba hasta el año pasado 8 euros. Al principio no nos parecia mal si se acondicionaban zonas para ellos, ponian bolsas, fuentes o era destinado a la protectora. Dinero que cogían se lo gastaban en otra cosa. Para los animales no iba nada. Este año ya no lo pagamos por tantas quejas que hubo», explicaba Rosana.

También que en otros países es la norma, Maike Bosselmann me explicaba que «en Alemania se pagan entre 40€ y 120€ anuales de impuestos por perro dependiendo de cada localidad. Un segundo o tercer perro sale más caro aun, he visto tarifas anuales de 160€ para un segundi perro y 180€ para un tercero».

Luca es un cruce de pastor alemán de ocho años que busca hogar. ageraaproyectohogar@gmail.com


Tener que pagar un impuesto puede no ser mala idea, si a cambio permite exigir que efectivamente se dispensen bolsas (siempre mejor biodegradables, hay que ir poniéndose las pilas, yo la primera), que haya espacios perrunos en condiciones, y sobre todo que efectivamente haya campañas que promuevan la adopción, la necesidad de esterilización y de tener en buenas condiciones a nuestros animales y un control humanitario de las colonias felinas urbanas.

Yo no estaría en contra de pagar impuestos por tener animales. El problema es que me veo ya escéptica respecto a que revirtiera en lo que aseguran. La confianza en la buena gestión por parte de las distintas administraciones públicas.

Y me da la impresión de que es una percepción generalizada. Cuando salió la noticia, hace un par de semanas, pregunté por redes sociales por esta medida y muchos propietarios de animales se manifestaban de semejante manera.

«Para nada de acuerdo, no se verán más zonas para ellos, pipicanes, zonas de juego, más ayudas a protectoras… Sólo es para que alguien se llene los bolsillos», decía Ana. Otra Ana añadía: «Para mí está claro. No puedo decidir si es bueno o malo sin tener claros los mecanismos de control del gasto de ese dinero, y a qué partidas se va a aplicar realmente. Sí me parece que la cantidad es asumible, no creo que nadie abandone a su animal por no pagar nueve euros al año…».

La confianza en nuestros políticos y las personas que designan no pasa precisamente por su mejor momento.

También muchos decían algo que yo también creo, que sería un impuesto que iría a recaer en la minoría que hace las cosas bien, en esos que tienen a sus animales chipados, vacunados y cansados en el ayuntamiento. La mayoría de los perros y gatos que llegan a las protectoras procedentes del abandono no lo están. Esos dueños irresponsables, esos maltratadores, no van a pagar impuestos.

«Creo que se recaudaría mucho, muchísimo más dinero si se multase a toda esa gente que maltrata a los animales, que mata camadas porque se niega a esterilizar, que deja morir de hambre o sed a los animales a su cargo, que les condenan a cadena o encerrados en zulos de por vida… ahí se sacarían miles de millones de euros y acabaría el abandono y maltrato animal», apuntaba Elsa.

Por supuesto, también los hay en contra. «Si es para limpiar las calles NO. El servicio de limpieza municipal es ilegal cobrarlo. Otro debate sería que estuviesen exentos los que han adoptado animales en protectoras municipales. Han realizado una labor que ahorra dinero a las arcas».

Termino con la aportación de Perfe Arias, que va en una línea semejante y muy razonada:

La pregunta sería otra distinta. Yo no utilizó polideportivos ni zonas deportivas municipales ¿Por que tengo que pagarlas? Yo no utilizo ninguna zona de ocio joven ni de tercera edad ¿Por que tengo que pagarlas? Podría poner ejemplos y no acabar, y tener un animal como miembro de la familia no es un capricho, mal vamos entrando en el juego de justificar una a tasa, por pequeña que sea, a cambio de que las administraciones hagan las cosas a las que ya están obligadas.

En un país que esta a la cabeza en cifras de abandono me parece contraproducente.

Voy a ceñirme a la Comunidad de Madrid, en la que existe Sacrificio Cero y, por tanto la obligación de la administración de mantener a los animales que son recogidos en óptimas condiciones de bienestar a todos los niveles. Eso supone un coste obligado para las administraciones.

Un coste que todas y cada una de las personas que adoptamos hacemos nuestro y ahorramos a la administración.

En concreto, la tasa diaria por mantenimiento de animal con propietario (recogido porque se ha escapado u otras causas) gira en torno a los Seis Euros, tasa que no debe suponer beneficio alguno a la administración. Multipliquen por 365 y verán en cuanto se cifra el ahorro que suponemos cada adoptantes a la administración.

Creo que la aportación que realizamos los adoptantes ya supone unos cuantos miles de euros por persona/animal/año.

Creo que la pregunta no debe ser si lo vemos o no acertado este impuesto sino si vemos acertado que eso se extienda y se cobre impuestos también por el uso de zonas infantiles en los parques, por el uso de aparatos de gimnasia para mayores, etcétera.

Sinceramente, creo que no todo se solventa vía impositiva para los usuarios específicos sino que hay cuestiones de interés general que deben ser sostenidas por todos l@s ciudadan@s.

Creo que los propietarios de animales aportamos con creces muchísimo más de lo que recibimos a cambio, y no valen argumentos sobre la limpieza, mantenimientos de Sanecan, etc., porque el civismo es cosa de tod@s y va mucho más allá de las cacas y micciónes, hay papeles, plásticos, y residuos que hacen que dicho problema solo se solvente con medidas preventivas, educativas, y en último lugar, coercitivas.

¿Debemos los dueños de los perros eliminar con agua los orines de nuestros perros?

Una de las noticias que más lectores tuvieron ayer en este periódico fue la decisión del Ayuntamiento de Almería de imponer la obligación a los dueños de perros de limpiar los pises de sus animales con una mezcla de agua y vinagre. Las multas por no hacerlo pueden llegar a los 750 euros, aunque habrá un plazo de adaptación.

Reconozco que tanto éxito me sorprendió, porque no es una iniciativa novedosa. Para nada. En los últimos años se han ido sucediendo multitud de ordenanzas municipales en este sentido. Palma, Mataró, Alboraya, Benalmádena…

Sería interesante saber cuántas multas ha puesto Mataró en estos dos años. Este tipo de normativas son de difícil gestión a la hora de multar. De hecho hay otras normativas importantísimas, como la obligatoriedad del chip de identificación o la vacuna, que mayoritariamente se incumplen y tampoco se persiguen desde la Administración.

Es este país somos expertos en poner normas que luego quedan en papel mojado o que solo se aplican de Pascuas a Ramos.

La cosa es que ir durante el paseo con una botella (una par de ellas de dos litros si se tiene un perro grande o más de uno) a cuestas para ir regando el asfalto es un tanto ridículo, la verdad. El orín de los perros no transmite enfermedades, se evapora o se lo lleva la lluvia, sin más.

Eso, si los perros lo han hecho dónde deben, claro. Y ahí está el meollo del asunto.

La cuestión es que estas medidas llegan porque los dueños de los perros lo hacemos con frecuencia entre mal y muy mal. No podemos exigir nuestros derechos como dueños de animales si no cumplimos con la parte que nos toca.

No podemos permitir que nuestros perros orinen en cualquier sitio.
Deberíamos impedir siempre que lo hagan en los escalones o laterales de los portales, en los cierres de las tiendas, en los sacos de obras que unos trabajadores tendrán luego que manejar, en los contenedores u otro tipo de mobiliario urbano.

Es comprensible que el señor que tiene que abrir a diario una tienda cuyo cierre está lleno de meados, el que puso un restaurante con una fachada decorada que ha quedado deslucida por los pises o la comunidad que tiene una esquina del mármol del portal hecha unos zorros, estén hasta el gorro y eleven sus quejas. Tienen todo el derecho a que sus propiedades sean respetadas.

Sobre todo con los machos, más dados a ir marcando, es algo que hay que controlar. No pasa nada por regar un poco un árbol o un parterre o por arrimarse a los setos de los parques, pero no todo vale.

Sobra decir que esa actitud es extrapolable a muchos otros aspectos de la tenencia de perros, que ha de ser responsable siempre. Hay que recoger siempre los excrementos, harta estoy de contarlo en este blog. Si la norma o las circunstancias indican que el perro debe ir atado, pues atado. Y si toca bozal, pues ajo y agua.

Respondiendo a la pregunta que planteo. Pues me temo que si la ordenanza municipal lo obliga, no nos queda más remedio que cumplir el mandato de la ley, por mucho que no comulguemos con él.

Pero para evitar que aquellos municipios en los que aún no está así estipulado decidan repetir la jugada, tenemos que ponernos las pilas y tener un comportamiento ejemplar para demostrar a todo el mundo, incluso a los más reacios, que podemos convivir cívicamente todos en sociedad.

Perla es una cruce de mastín de apenas tres años. La rescataron hace dos años.

Por casualidades de la vida (aunque yo creo más en la causalidad que en la casualidad), esta perrita que vagaba por las calles de un pueblo de Jaén, fue a parar a un sitio donde se impartía un curso de Protección Animal».

Cuando llegó el momento del descanso, se acercó a la gente a pedir comida. Evidentemente le dieron de comer y pasó ese rato rodeada de humanos amables que le daban comida y caricias. No mostró miedo, al contrario, era muy sociable.

Al final, terminó echándose una siesta en el salón de actos donde se daba la conferencia.

Y como era de esperarse, los humanos que organizaron el evento la rescataron. No consiguieron casa de acogida, por lo que tuvieron que llevarla a una residencia. Y aunque han hecho muchos esfuerzos para encontrarle un hogar, nadie se ha interesado en ella, nadie ha querido adoptarla. Lleva ya dos años esperando ese final feliz.

Es muy sociable y cariñosa. Se lleva bien con otros perros y gatos.

Contacto: ageraaproyectohogar@gmail.com y 670959688