Hoy le cedo este espacio a Ana Prada, voluntaria de la protectora madrileña ACUNR, que ha elaborado un vídeo precioso que puede dar a entender los difíciles momentos por los que pasan todas las asociaciones protectoras, a las que les faltan voluntarios y adopciones y les sobra trabajo y abandonos que gestionar.
Somos como todos los perros del mundo: nos gusta dormir en los sillones, comer la comida de los humanos, dar paseítos por el campo, Nos gusta ser el centro de atención y que nos den masajitos.
Estamos hoy aquí para contaros nuestra situación con todo esto a lo que llaman coronavirus:
y es que aunque NO lo contagiamos, repetimos: NO contagiamos el coronavirus, también estamos sufriendo la paralización de todo el país. Uno pensaría que con todos los memes de que con perro SÍ se puede salir a la calle, habría más interés por adoptarnos, pero resulta que no ha funcionado así. Y es que nosotros creíamos que la cuarentena de los humanos haría empatizar con nosotros a más gente porque, al fin y al cabo, nosotros también encerrados sin saber cuando podremos salir de aquí.
Tampoco creáis que nosotros tenemos mucha idea de qué es todo eso del coronavirus, pero estamos notando cambios: lo primero es que nos hemos dado cuenta de que vienen a cuidarnos menos voluntarios y vienen con unas pintas muy raras (con mascarillas y guantes), y no nos pueden dar los mismos paseos que antes ni abrazarnos como a nosotros nos gusta.
Por otro lado, han tenido que ajustarse el cinturón con nuestros gastos como muuuuucha gente en todo el mundo. Nos han contado que la crisis está afectando gravemente a tantísimas personas que nosotros también la sufrimos. Así que os pedimos una vez más con muchísimas ganas que sigáis haciendo el enorme esfuerzo económico que siempre habéis hecho por nosotros.
También hemos notado que ya no se comparten tanto en las redes sociales nuestras búsquedas de adoptantes. Habíamos pensado que al estar tooooda esta gente en casa más conectado a internet que nunca, nos ayudarían un poquito más efusivamente a encontrar familia, pero no ha sido así, por lo que os pedimos con muuuuuucho amor y lametones que sigáis compartiendo esas publicaciones como antes, que nosotros estamos deseando ser adoptados!
Por último, somos conscientes de que hay gente que quiere abandonar a animales como nosotros por miedo al virus y NO queremos ese destino para ninguno, porque nosotros ya hemos pasado por eso y sabemos lo que es estar en la calle.
Para terminar, muchos voluntarios como los que nos cuidan se han unido para ofrecer ayuda con la compras o pasear a los perritos de los que no puedan salir de casa, así que comparte este vídeo para llegar a más gente necesitada.
Os mandamos muchos besos y un consejo: aprended a estar tan felices como nosotros de las pequeñas cosas de la vida como la compañía de quien nos quiere y nos da mimos.
¡Gracias por ayudarnos!
El perro de la imagen se llama Trio y está en ACUNR esperando un hogar. Lo tiene difícil, por ser negro y cruce de PPP, pese a ser un perro adorable con gente, perros y gatos.
Está acostumbrado a vivir en una casa, pero volvió al albergue, dónde cuentan que se desespera, encerrado y triste.
Los gatos del Retiro, pequeños habitantes del parque madrileño por excelencia a los que desde 2008 la Asociación Amigos de los Gatos del Retiro, AGAR, cuida con mimo. Los alimenta, los captura para esterilizarlos, se asegura de que la población no se descontrole y de que estén sanos y en buenas condiciones.
Cuando AGAR asumió su protección en 2008, había más de 400 gatos censados por el ayuntamiento. En estos momentos son unos 270 gatos censados, de los que 210 están esterilizados y un gran porcentaje también chipados. Los números hablan de una excelente gestión de estas colonias, con nueve puntos de alimentación establecidos. También que muchos de estos gatos sean ya mayores, incluso ancianos, es una buena pista de lo bien que lo hace AGAR.
«Tenemos muchos gatos que superan los diez años, algo que en la calle es inviable. El año pasado se nos murió el abuelito del Retiro, Lucifer, con 17 años», me cuenta Mercedes Hervás, presidenta Asociación AGAR.
Pero la vida de estos animales peligra por culpa del coronavirus. No porque puedan infectarse o transmitir la enfermedad. En absoluto, nunca está de más recordar que no hay evidencia científica alguna en este sentido. Tampoco porque el Real Decreto que regula el estado de alarma impida la alimentación de las colonias felinas, porque sí lo permite guardando las debidas precauciones. El problema es que las voluntarias no están pudiendo acceder al parque a alimentarlos desde que el sábado a las 16 de la tarde lo cerraron.
«Han pasado cinco días y no tienen comida. Estamos haciendo una alimentación periférica. Pasamos unas garrafas atadas con cuerdas por el perímetro del parque, que para quién no lo conozca es enorme, pero los municipales ya nos han amenazado con multarnos. Y de todas formas eso no es solución, porque las colonias de la periferia se acercarán, pero las del interior no. Entre los ejemplares ancianos, más de 50 gatos morirán pronto seguro. Habrá cadáveres por el parque. Y las colonias se van descontrolar, se van a mover de sitio y se van a reproducir«.
Gatos muriendo de hambre y el buen trabajo de doce años que se puede ir en poco tiempo al garete. Es primavera, es la época en la que aquellos animales que no están aún esterilizados se reproducirán.
Habrá quién piense que los gatos podrán buscarse la vida, que cazarán para alimentarse. «Trabajadores de allí o gente que escribe al facebook nos dicen que los gatos cazan. Sí, indudablemente. Pero son gatos ferales, no son salvajes al 100%, la mayoría no sabe cazar porque no son gatos que vivan en el campo, son gatos acostumbrados a que los alimenten y a dejar a las aves en paz. También los hay que no pueden por ser mayores o faltarles piezas dentales. Habrá algunos más espabilados que cacen y otros que aprenderán, pero muchos otros no serán capaces. Y que se alimenten de los pájaros es tampoco la solución«.
Mercedes no es capaz de entender la negativa a franquear el acceso a las voluntarias: «Desde 2008 tenemos un protocolo firmado con Medio Ambiente, Madrid Salud y el Retiro para poder alimentar esas colonias. Legalmente estamos autorizadas y tenemos puntos oficiales. Según el real decreto las colonias se pueden alimentar. Cuando el Retiro se ha cerrado por inclemencias, existe un protocolo por el que Madrid Salud nos permite dejar el pienso y que lo repartan los trabajadores, porque peligra nuestra integridad física. Pero en este caso corren más peligro los que trabajan en en los supermercados o van allí a comprar, que una voluntaria yendo sola al Retiro en el horario que digan, enseñando la autorización, dejando el pienso y marchándose».
La presidenta de AGAR explica que llevan desde el sábado peleando por lograr alimentar a los gatos. «El director general de protección animal nos ha echado un clave, pero no es su competencia. Tiene que ser la directora del parque, Caridad Melgarejo, la que nos permita entrar y es la que más pegas pone. Ya que ella no hace caso, hemos pedido también al concejal de la junta de distrito de Retiro que interfiriera, él a priori está a favor. En Medioambiente nos dicen también que sí, pero la autorización no llega y los gatos siguen sin comer«.
El protocolo de alertas meteorológica establece que los gatos no pueden estar 48 horas sin alimento. Ya llevan cinco días. Por eso AGAR necesita que se les deje acceder, por eso han lanzado una petición de firmas.Una petición justa.
Los veterinarios pueden seguir abiertos. Son profesionales sanitarios y está más que justificado que sigan trabajando. Pero entre todos debemos cooperar para que puedan ejercer su labor con toda seguridad.
Tal vez no lo hagan todos, porque hay muchas clínicas pequeñas, incluso atendidas por un único profesional, que no está libre de caer enfermo o verse obligado a recluirse. Pero si nuestro veterinario habitual está cerrado, siempre habrá otro abierto.
El Colegio de Veterinario de Madrid ha hecho una serie de recomendaciones a sus colegiados, compartidas con muchos colegios de otras comunidades autónomas, que interesa que calen entre todos los propietarios de mascotas. Entre las que más nos afectan están las siguientes:
En primer lugar, no debemos acudir a revisiones o actuaciones rutinarias. Eso incluye vacunaciones y desparasitaciones. Las visitas al veterinario quedan limitadas a causas de fuerza mayor.
Si tenemos dudas, siempre podemos llamar antes por teléfono para asegurarnos de si es una verdadera urgencia. De hecho debemos llamar antes por teléfono para concertar cita previa; el colegio de veterinarios recomienda que estos profesionales solo atiendan así.
De hecho también han recomendado «mantener la puerta cerrada y abrir solo ante la llegada del cliente citado; usar un gel desinfectante al entrar y al salir del centro veterinario y hacer un uso muy restringido de la sala de espera». Así que nos sorprendamos si nos encontramos ante situaciones así.
Solo debe ir una persona para llevar al animal. Nada más. Uno se basta y se sobra. Y si estamos enfermos debemos ayuda, para que sea otro el que lleve a nuestra mascota al veterinario. Es imperativo que protejamos la salud de los que protegen la nuestra y la de nuestros animales.
Ellos no van a dejar a nuestros animales sin la atención veterinaria que necesitan.
Y vuelvo a insistir en que no hay ninguna evidencia científica de que los animales de compañía transmitan o padezcan el coronavirus COVID-19 y que el abandono nunca es una opción, menos aún ahora.
Veo con estupor que hay unos cuantos espabilados dispuestos a hacer negocio a costa del coronavirus, una crisis de una magnitud aún desconocida pero gigante que solo podremos minimizar permaneciendo en casa salvo causa de fuerza mayor.
No podía creérmelo, pero es cierto. Hay zonas de España en la que propietarios de perros están ofreciendo a sus animales en alquiler para sacarlos a pasear. Me los puedo imaginar perfectamente pensando: «Habrá gente loca por salir a la calle y sin excusa, como se puede pasear al perro, que incluso lo dijo y repitió Pedro Sánchez en la tele, ofrezco al mío por un puñado de euros y, si alguno pica, eso que me llego».
Hay que ser miserable para, en una situación así, improvisar esas maneras de hacer negocio y de sortear las necesarias cuarentenas obligadas.
Espero sinceramente que los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado rastreen esas ofertas y sancionen a aquellos que las han puesto.
Si tenemos perro podemos bajarle a hacer sus necesidades. El mínimo tiempo imprescindible. Punto. Nada más. Luego a casa con él, que hay maneras de ejercitarle y tenerle feliz entre cuatro paredes a poco que nos lo tomemos en serio.
No debemos abusar de ese permiso que se nos ha concedido para bajarles a la calle a menos que queramos ver cómo nos lo merman. Lo último que necesitamos es que por cuatro espabilados a los que les dan la mano y se toman el brazo, la mayoría que lo estamos haciendo bien y nuestros animales acaben pagando en forma de restricciones más severas.
Si tenemos cerca vecinos, amigos o familia que necesitan que les echemos una mano con sus perros, por ser ancianos, estar enfermos o tener discapacidad por ejemplo, tiene todo el sentido que nos ofrezcamos a pasear a esos animales. En momentos así es cuando más necesario es ser solidarios.
Otra opción válida es ofrecernos a ser casa de acogida de algún perro de protectora. Esos animales se van a ver en una situación muy complicada. Ya os lo contaba ayer.
Contactad con la protectora más cercana o que mejor os cuadre para echar una mano dando techo temporal a uno de sus animales. Para las protectoras vienen tiempos difíciles, la situación es incierta pero poco halagüeña, sin la ayuda habitual de los voluntarios, dependiendo solo de los pocos trabajadores que tienen contratados. Las casas de acogida pueden ser una gran ayuda, sobre todo para los cachorros, los animales ancianos o convalecientes.
Mucho me temo que se nos viene encima una época de incremento de los abandonos por parte de gente a la que combinar la gestión de esta crisis con la responsabilidad asumida por tener un animal se le va a hacer cuesta arriba. Y eso va a coincidir con la imposibilidad de efectuar rescates, de salir a la calle a atender a las colonias de gatos, de una primavera adelantada que traerá muchas camadas sin hogar a las que atender y de caída de las adopciones.
Puede acabar formándose una tormenta perfecta ante la que, si podemos ayudar, debemos ponernos las pilas y hacerlo.
Pero insisto, en cualquier caso hablamos de paseos mínimos, lo justo para que hagan sus cosas, las recojamos, y de vuelta a casa.
Seamos responsables. Por el bien de todos.
Y, por favor, ahora más que nunca, no abandones, no se te ocurra hacer una canallada así.
La perra de la imagen se llama Turka y está en una casa de acogida esperando su hogar definitivo. Tiene un carácter extraordinario, se lleva fenomenal con otros perros, niños y gatos. Eso sí, me cuentan que «es un poco bruta porque está tan feliz que no para de saltar».
Es joven, no tiene ni dos años, está en Madrid y para su adopción es preciso contar con licencia para la tenencia de Perros Potencialmente Peligrosos.
Contacto: Proyecticanadareal@gmail.com
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ACTUALIZACIÓN
Esta mañana había anuncios. Ahora ya no aparecen. Tal vez @wallapop los haya eliminado. Desconozco el motivo pero me alegra mucho que hayan desaparecido.
Insisto: seamos responsables, paseos mínimos para que hagan sus cosas y a casa. Y no abandonar bajo ningún concepto. https://t.co/augpsvZpLj
¿Tienes gato? Pues no hay mucho que pensar al respecto de cómo pasar con él la crisis por el coronavirus. Basta con tener suficiente comida y arena (que nadie se lance a saquear la tienda de animales, porque los sitios de alimentación, veterinarios y muchas tiendas de animales seguirán abiertos) y seguir estimulándoles como hacías.
Los gatos son estupendos compañeros en época de encierro forzoso. Estarán a nuestro lado al leer, teletrabajar o disfrutar de una película haciéndonos sentir menos solos. De hecho, su compañía en esta situación, sobre todo para las personas que vivan solas, puede ser un auténtico bálsamo contra la soledad.
También lo pueden ser los perros. Su compañía aliviará que nos sintamos solos, su presencia llena de vida nuestro hogar y lo hace más acogedor. Pero ellos tienen unas necesidades que incluyen el salir a la calle y ejercitarse. ¿Cómo hacerlo en estos días en los que lo importante es permanecer en casa?
Bueno, lo primero es que se les puede sacar a la calle a que hagan sus necesidades. Incluso en Italia esto sigue siendo así. Pero salir a hacer sus necesidades no es ir al parque (que además en muchos casos estará cerrado), hacer los típicos corrillos de dueños que ven jugar juntos a sus perros o aprovechar que no se está yendo al trabajo para dar aún más paseos de lo normal.
Justo en este instante, en directo y en respuesta a un periodista, @sanchezcastejon acaba de mencionar sacar al perro como un ejemplo de lo que sí se puede hacer https://t.co/zH0bH0MOfD
Se baja a la calle cuando es realmente necesario para que se alivien, se recogen esos ‘alivios’ como ciudadanos civilizados y responsables que deberíamos ser siempre, y a casita de nuevo. En caso de que ese minipaseo sea en un lugar dónde podemos soltar a nuestro perro y tirarle unas cuantas veces la pelota para que se canse, pues a ello. Y rápido de vuelta.
Si nos encontramos con alguien, mantenemos la distancia recomendada de un metro. Y no debemos salir de nuestro municipio en ningún caso.
¡No abandones a tu mascota! No contagian el Coronavirus y pueden ser una gran compañía para la cuarentena.
¿Tenemos que ir al veterinario? Pues hay una serie de recomendaciones de sentido común. La primera es solo ir si es imprescindible. Estas son las recomendaciones del Colegio de Veterinario de Madrid a sus colegiados, que interesa que calen entre todos los propietarios de mascotas:
Reiterar que no hay ninguna evidencia científica de que los animales de compañía transmitan o padezcan el coronavirus COVID-19.
Trasmitirles que sus mascotas en ningún caso van a estar desatendidas.
Informar de la necesidad de aplazar todas sus vistas rutinarias (vacunaciones, desparasitaciones…etc) y aquellas que no impliquen una urgencia, hasta que pase la fase crítica de esta emergencia sanitaria.
Permitir la atención sólo con cita previa, llamando antes por teléfono.
Mantener la puerta cerrada y abrir solo ante la llegada del cliente citado.
Usar un gel desinfectante al entrar y al salir del centro veterinario.
Hacer un uso muy restringido de la sala de espera, con el mínimo posible de personas.
A cada mascota le acompañará exclusivamente una persona.
Los propietarios que presenten síntomas no deben acudir con el animal enfermo, y comunicarán la situación por teléfono, para que otra persona puede llevarlo al centro veterinario.
En caso de duda por parte del propietario sobre si existe necesidad urgente de acudir al centro veterinario, aconsejarle que, antes de hacerlo, se ponga en contacto telefónico con su veterinario habitual, para que valore el caso.
Sobra decir que si tenemos síntomas debemos permanecer en casa y no salir bajo ningún concepto. Si nos pasa esto teniendo perro, es buena idea pedir ayuda a familiares o a otros amigos con o sin perro, para que se hagan cargo del nuestro y así podamos evitar salir.
En casa hay muchas maneras de estimular a nuestro perro. Reservemos un rato para ello y así compensar la falta de ejercicio y la reducción de los paseos. Podemos dedicarle tiempo para jugar con él de muchas maneras:
– Tirándole un juguete por el pasillo varias veces.
– Jugando al tirar con fuerza de un juguete que no quiere soltar, si es que eso le gusta.
– Escondiéndole chuches por la casa y luego soltándole para que las encuentre.
– Practicando los trileros perrunos: dos o tres recipientes opacos con chuche escondida para que la encuentre.
Hay juguetes, cada vez más, pensados para su estimulación mental.
Están fenomenal, pero si no los tenemos podemos fabricar soluciones parecidas. No sé vosotros, pero yo no voy a hacer compras online, a menos que me encuentre en una necesidad de extrema necesidad. No quiero mensajeros por las calles pudiendo evitarlo.
Tutoriales para crear juguetes de estimulación mental y olfativa para perros https://t.co/87s8WxXsny
A poquito que nos esforcemos, podremos tener a nuestros perros bien atendidos, tranquilos y contentos. Muchos probablemente sorprendidos agradablemente por contar con la presencia de su familia humana permanentemente en casa con ellos.
Y si tenemos coronavirus, si estamos enfermos, aquí están las recomendaciones:
Por último, un par de peticiones.
La primera está relacionada con las personas mayores, el colectivo de mayor riesgo. Muchos de estos ancianos tienen perros, compañeros en su día a día que siguen necesitando salir a hacer sus necesidades. Seamos solidarios. Si tenemos familiares, vecinos o amigos en esas circunstancias, ofrezcamos nuestra ayuda para bajar a ese animal a la calle y que esa persona se quede en casa sin exponerse a ningún riesgo.
La segunda es, en cierto modo semejante. Si tenéis la posibilidad de ser casa de acogida, no lo dudéis. Contactad con la protectora más cercana o que mejor os cuadre para echar una mano dando techo temporal a uno de sus animales. Para las protectoras vienen tiempos difíciles, la situación es incierta pero poco halagüeña, sin la ayuda habitual de los voluntarios, dependiendo solo de los pocos trabajadores que tienen contratados. Las casas de acogida pueden ser una gran ayuda, sobre todo para los cachorros, los animales ancianos o convalecientes.
Mucho me temo que se nos viene encima una época de incremento de los abandonos por parte de gente a la que combinar la gestión de esta crisis con la responsabilidad asumida por tener un animal se le va a hacer cuesta arriba. Y eso va a coincidir con la imposibilidad de efectuar rescates, de salir a la calle a atender a las colonias de gatos, de una primavera adelantada que traerá muchas camadas sin hogar a las que atender y de caída de las adopciones.
Puede acabar formándose una tormenta perfecta ante la que, si podemos ayudar, debemos ponernos las pilas y hacerlo.
Demostremos lo mejor que podemos dar de nosotros individualmente por el bien de toda la sociedad.
Por eso han ideado los paseos online. Para mostrar por todas las redes posibles a los perretes. La idea es que la gente no se olvide de ellos, visibilizarlos por si alguien quiere adoptar
#CORONAVIRUS#CODVID19 y LAS MASCOTAS
Después de un comunicado oficial del Colegio de Veterinarios de Madrid, informamos a la gente que está preocupada que nuestras mascotas NI PADECEN LA ENFERMEDAD NI LA TRASMITEN.
Esperemos que esto ayude a disminuir la preocupación. pic.twitter.com/3RppXGlVqC
Todo empezó con este tuit que me pasó Carlos, un compañero de 20minutos:
Yo una vez lei q los perros no entiende el concepto de «sin querer» cuando los pisas sin querer los perros piensan que lo hiciste aproposito y te perdonan
Ojo al dato. Más de 185.000 me gusta para una afirmación sin sostén científico ninguno. Una afirmación de origen incierto que se ha hecho viral y calará en mucha gente, que repetirá con seguridad que esto es así aunque la ciencia no lo haya demostrado. ¿Cómo saber con tal grado de certeza lo que piensa un animal? Y para echar más leña al fuero, una de las respuestas a ese tuit viral era otra afirmación por el estilo que también tuvo un alcance tremendo.
Dudo que un post en este blog tenga el alcance suficiente para contrarrestar esas creencias, pero he querido intentarlo. ¿Cómo? Acudiendo a una fuente de autoridad.
Jorge López, coordinador de casos de EliteVeterinaria.org, me puso en contacto con Rosana Álvarez, consultora de etología para esta plataforma solidaria de veterinarios expertos y autora de dos libros sobre etología canina y felina.
Cada vez se conoce más la figura del veterinario etólogo, expertos en comportamiento animal y los profesionales sanitarios cualificados para ayudarnos en muchos problemas de conducta de nuestros animales, pero aún queda mucho terreno por recorrer, ojalá la entrevista ayude también a dar a difundir más su labor.
Estos días está calando la afirmación de que los perros, cuando se quedan sordos, piensan que han dejado de hablarles. Desde un punto de vista científico, etológico, ¿Qué puede haber de cierto en ella?
En primer lugar desconozco tal corriente o afirmación y en qué se basa. En el mundo de internet se pueden encontrar muchos comentarios, leyendas populares y otras creencias que evidentemente no tienen por qué ser ciertas y que en ocasiones corren como la pólvora cuando la gente comienza a compartirlas en redes sociales. Es muy importante certificar los argumentos y las fuentes antes de creerse algo y huir de teorías que no estén basadas sólidamente en argumentos científicos demostrables.
Por supuesto, no podemos conocer de manera certera lo que puede estar pensando un animal, como un perro, ya que todavía queda mucho por descubrir con respecto a cómo funciona su cerebro y su mente. Pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que un perro puede leer nuestro cuerpo y nuestra cara perfectamente y asociarlo con las emociones subyacentes, además de que posee un cerebro que no se aleja mucho del humano y que alberga información y experiencias pasadas asociadas a haber experimentado la percepción a través de sus sentidos y habiendo integrado esta información mediante un entramado de asociaciones. Por tanto, decir que un perro que se ha quedado sordo piensa que hemos dejado de hablarle es como decir que si se queda ciego piensa que ya no está en el mundo porque no lo ve. Es una interpretación antropomórfica y equivocada.
Otra creencia que ha calado gracias a las redes sociales consiste en que los perros no entienden la muerte y siempre esperan al ausente. ¿Aquí hay algo de verdad?
Como decía anteriormente, la mente del perro es un terreno muy inexplorado aún. En este momento no somos conscientes de que puedan conocer el concepto de la muerte y lo que ello conlleva. Lo que sí es cierto es que los animales, al igual que las personas, sufren de un periodo de duelo cuando falta un miembro del grupo. Por tanto, habría que considerar las diferentes fases de este para describir lo que padece un animal que ha visto fallecer a su propietario o a un compañero canino o felino del grupo.
¿Diría que los dueños de perros y gatos tienen en general los conocimientos mínimos necesarios de su etología?
Trabajamos diariamente para que esto pueda ser así, pero la realidad es que no los tienen. Si las personas se informaran adecuadamente sobre las necesidades -no solo etológicas, sino también higienicosanitarias- de los animales de compañía, seguramente las cifras de abandono serían mucho más bajas. Es por esto por lo que los veterinarios hacemos tanto hincapié en informar constantemente a los ya cuidadores o futuros compañeros de un animal de compañía mediante artículos, libros, publicaciones en redes sociales, planes de salud, etc.
Me da la impresión de que hay una tendencia creciente a ‘antropomorfizar’ el comportamiento animal, no sé si está de acuerdo.
Bueno, creo que el desconocimiento sobre algo nos hace atribuir en ocasiones características, percepciones o pensamientos que son impropios o inadecuados. El constante interés del ser humano por tener el control sobre lo que le rodea hace que caiga en una falta de interés por su conocimiento, y lo que es más, que carezca de la capacidad de empatizar con otros seres que están a su alrededor. Lo sufrimos constantemente entre nosotros y los de cuatro patas no iban a ser menos.
En el día a día con nuestros animales de compañía, cuales son los riesgos o, dicho de otra manera, los problemas más frecuentes derivados de esta antropomorfización.
En el aspecto etológico, la existencia de constantes problemas de comunicación con la otra especie y la utilización de métodos inadecuados que pretendemos que sean fáciles y efectivos, aunque sean inefectivos, inadecuados y atenten contra el bienestar del animal.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes por los que recurren a un veterinario etólogo?
Hoy en día sobre todo problemas de agresividad hacia las personas y otros perros, ansiedades y miedos. En el caso de los gatos agresividad hacia las personas y otros gatos y eliminación inadecuada (fuera del arenero).
¿El adiestramiento puede ayudar a encarar estos problemas?
Por supuesto, pero el adiestramiento es solo una muy pequeña parte del tratamiento de un problema de comportamiento. Primero es necesario un diagnóstico del problema llevado a cabo por un veterinario especialista en medicina del comportamiento. Este diagnóstico puede conllevar la realización de pruebas ya que la mayor parte de los problemas de conducta tienen una parte fundamental contribuyente o causante el el organismo del animal. Dentro del tratamiento, que es siempre multimodal, la parte fundamental es el protocolo de modificación de conducta, basado en la teoría del aprendizaje animal y siempre respetando su bienestar utilizando técnicas amables y en positivo.
Si nos lee alguna persona que tiene un problema de comportamiento con su animal de compañía, ¿qué consejo le daría para dar con un buen profesional que le ayude?
Consultar siempre con su veterinario.
El perro que aparece en la primera imagen y en el vídeo se llama Max. Un animal estupendo, pero que por ser un pitbull lleva prácticamente toda vida en la perrera de Jaén.
«Es tranquilo, bueno, cariñoso. Tiene una leve cojera en una de sus patas traseras, fruto de una vida durmiendo sobre el frío suelo de un chenil, y con los años, sus huesos se resienten. Pero puede hacer vida normal». Busca una buena familia.
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