Archivo de agosto, 2019

Tristón, un perro de peluche que también fue una exitosa campaña a favor de la adopción de animales sin hogar

Si tenéis cierta edad seguro que lo recordaréis. Era adulto, algo feúcho, no tenía ninguna raza definida, le habían echado de su casa y buscaba un hogar.

Puede que incluso podáis cantar la canción del anuncio que se emitió en los ochenta de principio a fin. ‪“Le han echado, no le hieren, pobrecito, ¿qué va a hacer? Busca alguien que lo cuide y lo sepa comprender. Tristón solo busca un amiguito, un hogar y mucho amor‬“.

Tristón fue un peluche que se convirtió en un juguete estrella en ventas. Y con ello, tal vez involuntariamente, también fue una estupenda campaña a favor de la adopción de animales y no primar su aspecto o edad.

Puede que haya sido (pagando el pequeño peaje del chantaje emocional a la infancia y del ánimo de lucro) uno de los puntales de muchas actuales conciencias a favor de los derechos de los animales.

Me gustaría mucho conocer al que concibió este juguete y esa campaña, intuyo que sí había buena voluntad detrás, amor por los animales.

Hoy me he reencontrado en Twitter con Tristón:

Hace seis años me pasó lo mismo, me lo encontré en casa de mis padres con su sonrisa mellada y unas orejas mucho más pequeñitas, desconozco si es que cada peluche venía con variantes, aunque sí recuerdo que los hubo más tarde blancos y más chiquititos, igual que me acuerdo que el mío fue ‘una primera edición’. El primer año que asomó el anuncio ya le quise dar un hogar.
triston

Encontré a mi Tristón en 2013 y os lo conté desde este mismo blog. Entonces os decía que prefería con mucho este juguete a ese otro estilo de peluches y muñecos que priman razas y caprichos, el tratar a los animales como bolsos de moda, sujetos a las nuevas tendencias y a ponerles accesorios más que discutibles (collares, perfumes, distintos tipos de ropa…).

No sé si conocéis a los chihuahuas Chi Chi Love, un éxito los últimos años. Lo ejemplifica bastante bien. Prefiero mil veces al nada glamuroso Tristón.

Ojalá alguna juguetera se animase a lanzar para la próxima campaña navideña un perro de peluche que fuera digno heredero de Tristón. Y si donase parte de los beneficios a una o varias protectoras, aún mejor.

50 denuncias, 140 perros, cinco años criando y vendiendo y una petición para detener esta situación

Que en España hay demasiada gente criando muy mal es algo que estoy cansada ya de repetir desde este blog y mis redes sociales. Necesitamos frenar esos lugares, demasiados, en los que el ánimo de lucro impera sobre la salud y el bienestar de los animales.

Podemos hacerlo no comprando, adoptando. Y si estamos empeñados en comprar, haciéndolo en un buen criador y acercándonos a sus instalaciones para concoer a la madre y en qué condiciones crían. Si no nos encaja, si lo que vemos nos chirría, que no nos pueda la pena por el cachorro o las ganas de ahorrarnos unos euros y molestas. No fomentemos esos negocios fundados sobre el sufrimiento.

Y las administraciones públicas también tienen mucho por hacer. En cada vez más comunidades autónomas y ayuntamientos se están aprobando leyes de sacrificio cero, pero sin apuntalar los cimientos, sin controlar la cría y la venta sin garantías, sin fomentar de verdad las adopciones y la esterilización. En definitiva, empezando la casa por el tejado.

No se puede permitir que negocios como este criadero sigan operando. No es razonable que de 50 denuncias interpuestas por la Guardia Civil, 47 hayan caducado. No es de recibo tanta laxitud. No son solo animales, son seres humanos dañando a otros seres vivos y estafando a sus congéneres.

Por eso desde Change se están recabando firmas para terminar con esta situación. Aquí podéis firmar la petición en Change dirigida a la Junta de Castilla y León, que ya va camino de los 80.000 apoyos.

En el 2013 D.O.U. valló un terreno en un pueblo de Burgos, Melgar de Fernamental, y metió allí perros para iniciar un negocio de cría. Sin agua potable, sin zona de cuarentena, sin un suelo que pueda ser higienizado, sin una caseta por animal, sin sombra en ninguna de las jaulas, con los animales sin identificar, sin la rabia, con parásitos visibles, sarna, pulgas, heridas, cojos… pero aún así le dieron la licencia de actividad y la de núcleo zoológico.

Cinco años lleva D.O.U. vendiendo animales, alguno por 400 euros, a través de mil anuncios y cinco años lleva el SEPRONA denunciándole por no cumplir con la normativa. De las 50 denuncias interpuestas por el SEPRONA ante el departamento de ganadería de la Junta de Burgos, han caducado 47 y en 3 se le ha permitido «subsanar» la infracción.

Lo que han final ha ocurrido es que el SEPRONA realizó el día 11 de julio de 2019 una inspección con una veterinaria y ha tenido que incautar 4 animales por riesgo inminente de muerte. Uno de ellos solo sobrevivió dos días. Tres perros están a salvo, pero quedan 140 (cuando solo está autorizado para tener 75), 90 adultos y 50 cachorros que malviven comiendo pan duro bajo el sol. DOU está pendiente de juicio el día 29 de octubre, y piden para él 1 año de prisión y 3 de inhabilitación por un delito continuado de maltrato animal. Pero, ¿y qué pasa con los más de 140 perros que siguen allí? ¿Qué pasa con los perros que está vendiendo enfermos?

Pedimos a la Junta de Castilla y León la clausura inmediata del criadero y la intervención administrativa urgente de todos los animales que allí se encuentran. Que tramiten la denuncia contra DOU y que está vez SI, POR FIN, actúen y protejan a los animales que ellos mismos han puesto en peligro, al no haber evitado que estuvieran en esas condiciones.