A veces no queda más remedio. Hay ocasiones en las que un animal que formaba parte de la familia no puede seguir perteneciendo a ella. Aunque pensándolo bien, dicho así no es del todo exacto. Por mucho que pase a vivir en otro hogar y depender de otras personas, siempre será parte de esa familia que nunca lo olvidará.
Hay pocos motivos que realmente justifiquen estas situaciones. Lo más habitual es que a perreras y protectoras llegue gente que habla de alergias insostenibles que no lo son o no lo son tanto, que disfrazan o mienten la verdadera causa para deshacerse de un ser vivo cuya responsabilidad para toda la vida asumieron, probablemente sin recapacitar demasiado. Abandonos camuflados con excusas de todo tipo. Injustificables.
Pero hay veces en las que sí es cierto que no puedes seguir teniendo a ese animal contigo, que motivos de salud o personales serios lo impiden. Y se te rompe el corazón pero tienes que decirle adiós.
Y no se puede hacer de cualquier manera. Hay que hacer un último esfuerzo por encontrar para ese miembro de nuestra familia un buen hogar, unos adoptantes que no respondan al capricho, que lo tengan en buenas condiciones, bien querido y atendido.
Unos que no busquen excusas para maquillar el abandono cuando la cosa se tuerza mínimamente. Es lo último que podemos hacer por ellos y se lo debemos.
Los hay que se creen que no abandonaron a un animal porque se lo soltaron al primero que pasaba por allí por un cambio de horario en el trabajo, una mudanza, el cansancio por tener que cuidarlo o ver las cortinas y el sofá siempre arañados. Se equivocan, si no cuidaron su futuro también es abandono.
Conviene esterilizar al animal si no lo estaba ya, sobre todo en animales de raza, para evitar aprovechados que quieren hacer negocio criando con ellos. Hay que decir que haremos seguimiento, que querremos tener noticias del animal en un futuro.
No hay que temer hacer preguntas sobre su experiencia previa con animales, su estilo de vida, cómo lo alimentarán o será el hogar en el que viva. A las protectoras van muchos mintiendo, fingiendo ser potenciales adoptantes perfectos y escondiendo los verdaderos motivos por los que lo quieren o sus inseguridades. Hay que extremar el cuidado.
Conviene también decir a esos adoptantes que si sucede cualquier cosa que le impida seguir teniéndolo o se arrepienten, nos lo digan para que el futuro del que fue nuestro animal vuelva a estar en nuestras manos. Sí, puede ser que nos encontremos con que ‘el marrón’ de encontrarle un hogar vuelva a nosotros, pero mejor eso a que un mal adoptante lo abandone o deje que acabe en malas (peores) manos.
No es ninguna tontería elaborar un contrato de adopción entre particulares. Se pueden encontrar en Internet modelos que emplean las protectoras y adaptarlos a nuestras necesidades, dentro del sentido común.
Por supuesto hay que llevar a cabo el cambio de titularidad del animal en el chip que debería siempre tener para estar identificado acudiendo a un veterinario.
Es laborioso y complica el proceso. Pero insisto en que se lo debemos.
La belleza color bruma que acompaña este texto se llama Silver y tiene once años. Es uno de esos casos en los que está justificado que tenga que dejar su hogar por un problema de salud y su familia está esforzándose en encontrar para él un buen futuro.
Está sano y es muy cariñoso y bueno. No está testada su convivencia con otros gatos y con perros. Está en Madrid.
Contacto: 653788232 Silvia.
No es casualidad que el artículo insista en la eterna tesis animalista de que son «miembros de la familia» .
En la misma línea, se habla de «adopción».
Familia y adopción son palabras dignisimas, que tienen que estar reservadas solamente a los seres humanos.
Lo contrario es parte de la esencia del animalismo, encaminado a degradar al ser humano igualandolo con los animales.
Pretenden que nuestra vida gire en torno a animales en vez de en torno a personas, que en vez de tener hijos tengamos perrhijos, pero sobre todo que abandonemos el amor, amor que es para seres humanos y no para animales.
Naturalmente esto es predicar en el enorme desierto de los tarados, dignos de lástima y de compasión porque sus vidas se convierten en una pura aberración. Pero solo con que uno reflexione ya vale la pena.
21 septiembre 2018 | 8:13
Estos animalistas, solo hablan de perros y de gatos.
¿Y los demás miembros de la familia?
Vale que algunos se buscan la vida por sí mismos si los abandonas; es el caso de los parásitos (nuestros amigos más cercanos). Pero… por ejemplo, un periquito, ¿no tiene derecho?
¡Nadie se acuerda de él!
Qué poca empatía, cuanta psicopatía…
21 septiembre 2018 | 11:47
Contigo no iva yo ni a recoger monedas por muy ser humano que seas prepotente🤮
21 septiembre 2018 | 18:18
Para ti , el lenguaje es importante , jamas te podras comparar con un animal por que con tus palabras demuestras tener menos celebro que ellos y si muchos animales vale mucho mas que muchas personas porque jamas te engañaran te robaran etc… cuanto nos queda por aprender de ellos sobretodo a gentuza como tu
21 septiembre 2018 | 18:22
El Ser Humano es demasiado pretencioso. Divide, clasifica, inventa conceptos, y juzga a su antojo. Es una pena, tan inteligente; tan manipulador y soberbio.
Y ahora, me dirán que no es lo mismo, que el Humano es diferente, que tiene consciencia, que tiene «alma» y los animales no… Lo dicho: divide el todo, lo clasifica a su conveniencia, inventa la realidad, juzga… Y se cree su propia mentira.
21 septiembre 2018 | 18:55
Al 3: Vale, no recogeremos monedas (¿?)
Al 4: Verás, un animal jamás jamás hará nada moralmente malo. Ningún animal. Porque no tienen libertad para elegir entre hacer el bien o el mal. Actúan por instinto. Por lo mismo, tampoco harán nada moralmente bueno.
Los seres humanos, que tenemos libertad, no actuamos por instinto; por ello, nada tenemos que “aprender” de los animales en ese terreno. Porque ahí, los animales, sencillamente no actúan.
Al 5: Precisamente. Como el ser humano tiene inteligencia, juzga, inventa conceptos, todo eso. Y ciertamente puede equivocarse sobre la realidad en la que vive (y a la que, por cierto, transforma y no, no la «inventa» al menos no por completo). Sin duda. La prueba es que hay diferencias de opinión, y –en consecuencia- no todo el mundo puede tener razón.
En esto –entre otras cosas- reside la grandeza del ser humano.
Lo del alma es muy opinable. No seré yo quien derive esto a cuestiones religiosas. Pero no pasa nada: hay animalistas firmemente convenciddos de que existe un cielo para sus mascotas, a lo Walt Disney. Incluso en eso el ser humano es variado al creer: porque tiene libertad.
Saludos sin insultos (es decir, saludos NO animalistas) para todos.
21 septiembre 2018 | 22:10
Yo no soy animalista, es que parece que todo el que defiende a un perro es animalista, que no, que me encanta la carne, yo soy de mi perro, pero llegó un momento que no pude tenerlo, por cosas de la vida acabé viviendo en la calle, tenía a mi mastín ibérico, lo dejé libre, le pegué, lo ignore, le grité, no le di agua ni comida. Yo dormía a las afueras en el campo, me sentía más seguro, a mi mastín lo despistaba y me iba al campo. Pues por la noche sentía su aliento en mi cara, lo veía con luna, dar vueltas por la zona, ladrar en todas direcciones, sentarse a un metro de mi, y no dormir en toda la noche, me decía a mi mismo [tiene cojones el perrito] dije a tomar por culo, tu conmigo a todos lados,Y las personas, muy allegadas a mi, tan cercanas que hemos salido por el mismo coño, me veían y aligeraban el paso, hay que opinar, viviendo y sintiendo, no desde tu seguridad donde nunca te ha pasado nada, como dijo el abogado americano :el único y verdadero amigo, que tiene un hombre en este mundo egoísta es su perro. En fin un saludo
22 septiembre 2018 | 14:47
Es lo que tiene el animalismo qué acaba cortando la relación entre los seres humanos, y así acaban diciendo que el único amigo de verdad que puedes tener es un perro.
A los que estéis sumidos en ese pozo negro mucho ánimo! porque se puede salir de é.. l hay mucha gente que vale la pena, no desesperéis.
23 septiembre 2018 | 23:27
Tengo un perro que no se puede aguantar la peste por los pedos que se tira.
Yo no sé a qué será debido pero ya hasta me han denunciado los de la Comunidad de Propietarios porque la verdad es que dejo todo el ascensor y la escalera oliendo fatal no para de tirarse pedos y huele como a muerto de varios días.
Le doy de comer lo normal o sea las cosas que me sobran a mí de mi comida.
A ver si alguien sabe de algún remedio por favor muchas gracias
24 septiembre 2018 | 14:42
Los que tenéis perrhijos sois unos hijos de perra.
24 septiembre 2018 | 21:12