Los cachorros que se venden no se fabrican, nacen de otros seres vivos que sienten y no deberían padecer

Ya hay turrones en los supermercados y en los periódicos nos están llegando las notas de prensa con que se supone serán los productos estrella estas navidades. El consumirmo de diciembre empieza en octubre, incluso antes. También para aquellos que crían animales y que desean tener a sus cachorros, sus productos, disponibles para la venta en esas fechas. Sí, el animal de compañía sigue siendo un regalo navideño como el último iPhone, la Barbie, los pendientes o la caja gigante de Lego.

En estos momentos hay muchas perras, muchas gatas, que están preñadas o lo estarán pronto. Hay criadores que lo hacen bien, que tienen a sus animales bien cuidados y los tratan como miembros de su familia, pero hay muchos más (no solo de Europa del Este, también en España) que consideran esos seres vivos simples productos que les reportan beneficios, que los tienen en unas condiciones deplorables, que no respetan tiempos de descanso entre partos, que preñan a perras y gatas demasiado jóvenes, demasiado mayores, que separan a los cachorros de sus madres cuando son demasiado pequeños, que falsifican papeles, que no están especializados en la raza que crían y que van cambiando de animales según cambian las modas (¿ahora gustan los jack rusells? Pues adiós a los bulldogs franceses que tenía?), que no se preocupan de si se transmiten enfermedades o problemas de comportamiento, que incluso roban animales para criar con ellos.

Gente sin escrúpulos a los que estamos apoyando si compramos animales sin preocuparnos de dónde vienen, cómo han sido tratados sus progenitores.

Yo siempre defenderé la adopción, la defenderé porque soy consciente de que hay centenares de perreras y protectoras llenas de animales que envejecen y mueren encerrados sin conocer un hogar. Pero si hay que comprar, si por lo que sea estamos empeñados en tener un cachorro de bóxer, de golden retriever o de teckel miniatura, es vital seguir una regla de oro: tenemos que acudir a las instalaciones del criador, ver a la madre y en qué condiciones los mantienen. Si lo que vemos nos gusta, si la madre está bien y todo está en regla, entonces se puede comprar el cachorro.  En caso contrario somos partícipes de toda esa mierda.

No vale cerrar los ojos, no vale mirar a otro lado con tal de ahorrarse unos euros y algunas molestias y coger al primer cachorro que vemos tras una cristalera (una práctica deplorable, que perjudica la socialización de los animales y ya está prohibida en algunas comunidades autónomas, una pena que no en toda España) , no vale buscar en los clasificados de Internet (que ojalá también tuviera prohibida la venta de seres vivos) cachorros baratos, no vale con el no querer saber y ser cómplices de maltrato animal.

Tener un cachorro de pura raza, algo que no se va a encontrar en una protectora, es un capricho. Si pagarlo algo más caro se traduce en que los padres de ese animal, que ese mismo cachorro, han recibido un trato digno, es un dinero que toca abonar.

Comprar un cachorro de perro o gato sin ver a la madre y dónde lo han criado es dar alas al maltrato animal. Tal vez hay gente que me está leyendo y lo ha hecho así, sin mala intención, por puro desconocimiento, por no reflexionar que un animal no es un iPhone ni una Barbie, que no se fabrican, que nacen de otro ser vivo que siente y padece.

Pero espero que si lo vuelven a hacer, se lo planteen. Por una pura cuestión de ética y empatía básicas.

Este post nace tras la noticia de los veinticinco gatos de raza exótica con «desnutrición severa» que eran utilizados para criar de manera «ilegal» y que han sido rescatados en Madrid esta semana. Gatos con graves problemas de salud derivados de la desatención veterinaria, una de ellas ya ha muerto, se espera encontrar más cadáveres y se sabe que han estado vendiendo los ejemplares que estaban en mejor estado.

Todas estas perras que veis fueron máquinas rotas a base de criar sin tregua que han pasado por este blog:

Y aquí el tipo fábricas que ocupan muchas de ellas:

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