¿Qué os parecería poder ir con el perro al trabajo?

Lunes, inicio de la semana laboral para los que trabajamos en turnos convencionales. Un día para reunir ánimos y enfrentar cinco días que luego pasarán más rápido de lo que habríamos jurado. Un día en el que las redes sociales se llenan de memes, lamentos y ánimos por igual.

Hace ya más de una década, cuando entraba a trabajar al periódico a media mañana y a veces salía a medianoche, solía ir todas las mañanas a un pinar cercano a mi casa y daba un paseo largo con Mina, un paseo de más de una hora. Allí me encontraba con frecuencia con un malamute y su dueño. Los perros jugaban y luego yo cogía el coche para volver a dejar a Mina en casa e irme a la redacción. Él montaba a Mushi en su coche y se iban juntos a trabajar. Lo hacía en una empresa en la que consentían que ambos compartieran despacho. Tan felices.

No os imagináis la envidia que me daba. Igual que ese par de tiendas de ropa en mi barrio en las que los perros acompañan a sus dueñas y propietarias del negocio. Igual que el taller que hay algo más lejos. Igual que cuando leía sobre molonas empresas de Silicon Valley que lo permitían.

Yo tuve la suerte un tiempo de trabajar acompañada de Mina. Era autónoma, periodista freelance escribiendo en mi casa todo aquello que me encargaban con ella tumbada en su cama, a mi espalda. Os aseguro que la soledad del profesional autónomo de la que tanto se habla y de la que hay incluso tesis y estudios, con tu perro al lado es mucho menos.

Nunca tuve la suerte de tener un trabajo fuera de casa en el que poder acudir con perro. Normal. Apenas existen. Sobre todo en modernos edificios de oficinas. En muchos casos es completamente lógico, en otros se podría si se quisiera, pero no se quiere. Pero si el día de mañana tuviera mi propio negocio y fuera posible, os aseguro que lo permitiría.

No hace mucho leía que Purina es una de esas pocas empresas grandes, en oficinas modernas que desde el 1 de mayo permite a los trabajadores de la compañía acudir a sus puestos de trabajo con sus perros, también con perros jóvenes que en el futuro trabajarán con personas con discapacidad. Han adaptado sus instalaciones, habilitando un rincón especialmente dedicado para los perros dentro de la oficina o una zona verde en el exterior del edificio de uso exclusivo para ellos.

Así lo justificaban:

Los animales de compañía tienen una influencia muy positiva sobre nuestro bienestar y nuestra salud física y mental. No sólo en el hogar, sino también en la oficina, este bienestar alcanza tanto a las mascotas, como a sus dueños y a sus compañeros de trabajo. Según un estudio realizado por la Universidad de Virginia en 2012, los empleados que tienen perros en la oficina tienden a acumular menos estrés a lo largo de la jornada que los que no tienen perros en su lugar de trabajo. La investigación demostró también que la presencia de los perros aumenta la moral y la productividad, independientemente de que el perro sea propio o de un compañero. Cuanto mejor se sienta un empleado a diario, más capacidad tendrá para permanecer atento y realizar un trabajo de calidad.

Además de estos beneficios ya conocidos para la salud, los animales de compañía en las oficinas también:

• Incrementan la productividad y sirven como inspiración: tener animales cerca ayuda al empleado a sentirse relajado y feliz, de modo que disfrutará más de su trabajo.
•  Facilita la interacción con los compañeros de trabajo: los animales de compañía constituyen otro motivo de interacción entre compañeros de trabajo; además, animan a participar a los más tímidos hablando con un compañero sobre sus mascotas.
• Favorecen un descanso saludable: los dueños de perros suelen aprovechar los descansos para pasear y jugar con ellos, lo que les obliga a permanecer de pie. Tan solo unos minutos de descanso jugando con una mascota ayuda a relajar la mente y a reducir el estrés.
• Equilibran saludablemente trabajo y vida privada: para muchas personas, los animales de compañía forman parte fundamental de sus vidas. Las empresas que admiten a las mascotas en el lugar de trabajo demuestran que se preocupan por sus empleados y por el equilibrio entre la vida laboral y la vida personal.

Jordi Bosch, Director General de Purina en España, anima a otras empresas a permitir el acceso a animales: “Venir juntos a la oficina supone un beneficio mutuo, para ella y para mí. Ella se siente acompañada, y se relaciona con gente diferente. En cuanto a mí, siempre que puedo, a la hora del almuerzo o durante algún descanso, me voy a dar una vuelta con ella. Me ayuda a desconectar, a relajarme, y luego vuelvo al trabajo con las pilas cargadas. En PURINA estamos profundamente convencidos de que la presencia de mascotas en las oficinas convierte una empresa en un lugar mejor y más agradable para trabajar. De hecho, nuestra experiencia en la sedes de la compañía en Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Italia lo demuestran. Por ello, animamos al resto de compañías a que sean Pet Friendly, que permitan a sus empleados acudir a trabajar con sus mascotas y habiliten zonas para que puedan pasar tiempo juntos.”

Que sí, que lo de Purina es en parte marketing porque es el mercado en el que se mueven, su sueldo procede de lo dueños de animales, pero no deja de ser un ejemplo público que agradecer para que, al menos, haya otras empresas que se lo planteen.

¿Qué os parecería?

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