Recogí estas piñas hace catorce años, paseando con mi perra Mina, que ya hace mucho que no está conmigo. Las pinté de dorado en la terraza de la casa en la que ya no vivo, cuando ni siquiera tenía claro si tendría hijos. Mi suegro, abatido por el cáncer poco tiempo después, auguró que se pondrían negras y tendría que tirarlas en un año.
Cada año por estas fechas, en el puente de diciembre, sacamos los adornos de Navidad para decorar una casa diferente con la ayuda de mis hijos. Cada año estas piñas doradas me recuerdan aquellos paseos entre pinos con Mina, me recuerdan el buen humor y la generosidad de mi suegro, que en aquella ocasión se equivocó.
Este año nos ha costado encontrarlas, por unos momentos he temido que las habíamos tirado por error.
Por suerte no ha sido así y aquí están, cargadas de recuerdos.
Tal vez sea el momento de volver a aquel pinar acompañados de Troya y de los niños, para sumar más recuerdos a esa misma cesta.
Muy melalcólica entrada. Me recuerdas a mis recuerdos.
Perra, pinos, piñas, bosque, navidad, chimenea, viento, niños, estrellas, amor, calma, suerte, memoria.
Dibujo en el aire lo que quiero olvidar
y me recuerda que no sé dibujar.
Gracias Melisa.,
sacrifiqué hace unos días a mi queridísima perra a los pies de la chimenea donde vivía, con nosotros. muy triste.
ya pasó.
08 diciembre 2015 | 18:24