Un deportista es aquel que sabe que el triunfo del otro es también una recompensa: la de haber encontrado alguien mejor

La Victoria de Samotracia

La estatuaria clásica ha representado el tormento, el esfuerzo o la victoria. Con alas, por cierto. Pero nunca la derrota, para la que sólo quedan las palabras de Brenno, aquel bárbaro que invadió Roma: ¡Vae victis!

Ay de los vencidos, sí… El Fútbol Club Barcelona naufragó ayer ante un rival que, ebrio de victoria, tenía alas. Atrás quedaron las dudas, que nunca pusieron de manifiesto: ningún equipo puede cerrar una liga con 38 exhibiciones y tampoco lo ha hecho el equipo de Schuster, abonado en muchos partidos al esfuerzo sin brillo y a la suerte. Ayer, completamente cosido, con cada jugador pisando el terreno que conoce y el subidón de adrenalina propio de los campeones, arrasó un Real Madrid excepcional. Hizo cuatro goles, que pudieron ser más, y encajó uno por una especie de justicia poética: el pase de Lionel Messi era la culminación de un segundo tiempo del crack argentino que merecía mejor recompensa que un helado 4-0. El toque de Henry hizo el resto, y fue impecable, como corresponde a un gran jugador, al que no termino de ver en declive.

Ahora hay que pensar. Todos los equipos tienen que pensar. En Chamartín pueden recordar que la estatua del Louvre no tiene cabeza y sería muy útil que ellos la conserven. En la Masía no pueden dejarse engañar por la derrota: apostaron por dos torneos coperos y han sido apeados de ellos muy cerca del final. Hay mucho material aprovechable: y lo que sobra, fuera… Cuanto antes: tipos como Ronaldinho deberían ceder todos sus ingresos a una ONG.

El Sevilla, que tiene mucho mejor plantilla que el Rácing, se dedicó a demostrarlo, y ya está ahí. Sería curioso que la debilidad mental del Atlético en los grandes momentos le sirviera al Espanyol para resucitar tan a destiempo. Hoy se verá.

Valencia y Betis ya se han salvado, y el Valladolid está muy cerca de hacerlo. Queda entre el mártir de esta Liga, Osasuna (ahí sí que hace falta pensar mucho y llorar poco en estos días), el Zaragoza y el Recreativo de Huelva la plaza que lleva a segunda división. No merecen el descenso ni la directiva de Osasuna ni la plantilla del Zaragoza ni nadie en Huelva: pero uno de los tres debe acompañar a Murcia y Levante. Habrá once jugadores llorando dentro de dos domingos, y otros veintidós bañados en champán. Es el rito de todos los años, y es bueno, aunque duela en algún sitio. Ya saben: Vae victis…

1 comentario

  1. Dice ser Histerias

    Ayer sentí algo que nunca antes me había pasado. Sentí lástima del Barcelona, no quería que el Madrid marcara otro, era como golpear a un niño, a un indefenso. No hubo orgullo de derbi, no hubo sangre por jugarse la segunda plaza, no hubo nada. Al Madrid le bastó con prolongar la jumera del título para borrar del campo al eterno rival. Pero así, sin jugarse nada, con el pasillo como aperitivo, el propio Laporta en plan humilde aguantando el tipo… no sé, no fue como otras victorias que sí saben a triunfo, tal vez porque el Madrid ya lo había ganado, tal vez porque el Barça nunca quiso ya jugar ese partido, ni hacer el maldito pasillo, con ojos de miedo, en lugar de estar aplaudiendo y al tiempo magullando, ahora veréis «campeones» la que se os viene encima. Pero nada, de nada, de nada. Y una lástima, porque a uno que le gusta el deporte, lo que significa, y le gusta el Madrid, pues lamento la ocasión perdida, los blaugrana simplemente se suicidaron. Que termine esto cuanto antes. Hasta el Real pareció no querer pisar el acelerador a fondo.

    08 mayo 2008 | 13:02

Los comentarios están cerrados.