Un deportista es aquel que sabe que el triunfo del otro es también una recompensa: la de haber encontrado alguien mejor

Fiebre del sábado noche

La jornada nocturna del uno de marzo, día del Ángel, ha restaurado muchas cosas. Para empezar ha servido para enderezar el rumbo de dos equipos que habían hecho una primera vuelta modélica y se habían dedicado después a dar tumbos: el Atlético de Madrid y el Espanyol de Barcelona. Cuando las ligas arrancan, en agosto, está previsto que haya un bache de juego, de intensidad físicay psíquica, en alguna zona del tiempo por venir. Parece que colchoneros y periquitos lo han superado. Porque se enfrentaron a dos miuras, Barça y Valencia, con intenciones muy distintas. Los blaugranas quieren ganarlo todo, y es legítimo; los valencianistas cifran toda su temporada en ganar la Copa del Rey.

Uno se preguntaba cuándo iba a explotar una delantera en la que juegan Agüero y Forlán, con dos servidores en las bandas de la categoría de Simao y Maxi. Al parecer esperaban al Barcelona de los tres mosqueteros, que también aquí son cuatro. El control del partido lo llevaron los catalanes de un modo casi agobiante en el primer tiempo. Curiosamente, y pese a que el balón no tenía más que un dueño porque los del Manzanares estaban perdidos en el centro del campo, hubo más ocasiones de los de Aguirre que de los de Rjkaard. Y de repente todo empezó a dibujarse según las pautas de un guión soñado por los indios. Había marcado un golazo Ronaldinho, de los que acreditan a un crack, de los que acaso le sirvan para dejar las urgencias en el banquillo y dejar de mandar golpes francos a la barrera o a la luna. Una apertura sobre el Kun, un regate lleno de fuerza y otro de calidad, de esos que no se aprenden, que se llevan en los genes, y un disparo que pegó en la bota de Puyol y despistó a Víctor. Era el empate y era algo más que un presagio; nadie iba a poder con el ratón atómico argentino. Unos minutos después y por la misma banda derecha dejó un balón primoroso a Maxi, que resolvió con calidad de un tiro cruzado.

Esta pepla tan española de juntar partidos a la misma hora me hizo cambiar el canal para irme a Huelva en el segundo tiempo. Así que tuve que esperar a los resúmenes para terminar de ver el festival del yerno de Maradona: un penalty cometido sobre su escasa y poderosa persona y otro gol de la marca de la casa, arrancando desde la izquierda, con recorte y tiro cruzado al hierro de Víctor, que hacía tiempo no recibía semejante paliza. El postrero gol de Eto´o se quedó en nada. Porque el Atlético de ayer presentó sus credenciales a casi todo. Las presentó de nuevo: ahora hace falta que sea verdad la salida del túnel y estemos ante un equipo cercano a su rendimiento óptimo. Que, con semejante material, es muy alto.

Así que me perdí la primera mitad del partido del Colombino. Un partido muy de Iturralde: y que conste que lo digo sin ironía, porque acertó en muchas ocasiones. Le pierde el temperamento, y más llevando de auxiliar al más guerrero de los arcángeles. Empezó marcando el Recre y empató Raúl, al parecer levemente adelantado: no puedo dar fe de ello. El segundo tiempo me pareció un ekercicio de paciencia del equipo blanco esperando la salida de Robinho. Pero entretanto hubo una expulsión, perfectamente justificada, de Beto. La fatiga de Ramos le mandó a la ducha a continuación: un salto con los brazos arriba que terminó en una carga con el codo totalmente innecesaria. Segunda amarilla, correcta, y a descansar un poc, que buena falta le hace. El siguiente en irse antes de tiempo fue Quique Álvárez, al que acaso su pasado culé le hizo extralimitarse en una entrada absurda y durísima en el centro del campo. A Robben, por cierto. Diez contra nueve: y el decano del fútbol español creando mucho peligro, y Casillas sacando balones muy comprometidos y el público razonablemente cabreado. ¿A qué eseraban los blancos?

A él. El niño del chupete salió, se encontró un balón en el borde del área y la puso en el hierro de Sorrentino. Y el Madrid empezó a jugar a lo campeón de nuevo. Hubo una conexión Gago – Robinho de las de limpiabotas, de las que firmaría Guti. Conviene decir que la definición la hubiera firmado Romario. Un tercer gol que cancelaba muchos temores. Por si acaso, y para hacer justicia al excelente trabajo dele equipo onubense, Martin sacó una falta al borde del área como apra estudiarla: un segundo gol de antología. Pero ya no quedaba tiempo para más.

Extraño oficio el de pronosticador. Se había comentado mucho que el Barcelona podría acostarse como líder y está a cinco puntos. Y esto seguirá dando vueltas, señores…

Parece que el Sevilla recula, una vez más, cuando se acerca a las alturas. Marcó pronto en Riazor, con Kanouté adelantado a la defensa, y acaso supuso que ya estaba todo hecho. Nunca es verdad si arbitra Muñiz, que acaso se equivocó concediendo el gol y que se equivocó de medio a medio dando un penalty al Deportivo. Tras el empate apareció uno de esos jugadores que uno nunca se ha explicado cómo no han triunfado: Lafita. Marcó el 2-1 y volvió loca a la defensa hispalense. Un balón de oxígeno que bien merecen Lotina y sus chicos.

Y volvió a aparecer ese fútbol bien armado atrás y con chavales listos como el hambre arriba que caracteriza al Espanyol. La mala noticia es que se lesionó Iván de la Peña: la buena, que a pesar del rifirrafe entre Valverde y Luis García el entrenador le concedió la titularidad al asturiano. No hay mejor modo de agradecerlo que marcar dos goles. El primero llegó demasiado pronto para las posibilades anímicas de un Valencia que venía de hacer los deberes con nota en el Camp Nou. Con el segundo se acabó el partido. Uno espera que también se hayan acabado los fantasmas del vestuario: con una plantilla tan corta están haciedo una campaña para enmarcar. Sobre todo si siguen volviendo los capos: se notó el retorno de Zabaleta y se espera al excelentísimo señor don Raúl Tamudo pronto. Que lo de Iván sea corto, please…

1 comentario

  1. Dice ser imparcial

    Anda,,,que curioso, o sea que si puedes dar fe de la expulsion de Beto..totalmente justa..pero no del fuera de juego de Raul..en el que se han puesto de acuerdo hasta el Marca y el As..que cosas tiene el que se nos vean los colores…

    02 marzo 2008 | 13:14

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