Un deportista es aquel que sabe que el triunfo del otro es también una recompensa: la de haber encontrado alguien mejor

Archivo de febrero, 2008

AC(opa)B(uena)

Se está jugando la Copa de baloncesto. Es un ejemplo a estudiar: acaso no valga la pena salir de España para copiar modelos de éxito, y éste lo es. Los mejores equipos a la conquista de un título, el primero del año, verdaderamente significativo.

Quizá pueda parecer decepcionante que se hayan clasificado para las semifinales los cuatro primeros equipos de la Liga, pero hay que contar con que eso supone la eliminación del campeón anterior, nada menos que el Barcelona. De las cuatro eliminatorias fue la del Barça la más reñida. Extraordinario el esfuerzo de Iurbentia Bilbao, y sumamente meritorio. Tal vez le falte banco para afrontar una competición tan corta y tan intensa. Esta tarde veremos, en el duelo vasco, qué sucede.

Tanto Akasvayu como Unicaja pudieron ser de la partida: cayeron al final porque Real Madrid y Tau siempre guardan un conejo en la chistera, un bombardero de lujo para los finales, cuando los brazos son de ceniza y las miras están sucias. Fueron Bullock y Rakocevic, como era de esperar. Y fueron dos grandes partidos, dicho en elogio de los cuatro equipos.

La única eliminatoria descafeinada fue la del Pamesa, que tuvo fuerzas hasta el tercer cuarto. No pudo llegar a la línea de susto (se quedó a dos puntos). El resto fue esa mezcla de desaliento propio y talento ajeno que deja los partidos infinitamente desnivelados. Disfrutemos de la doble R, Ricky y Rudy, Rudy y Ricky: nos queda poco. Son carne de América, y no son los únicos.

Además Pau se salió en el Amway Arena de Orlando. ¡Qué día y qué noche (la de aquel día)! Voy a ver si tiro unas canastas con mi hijo, que tanto sillón me va a matar.

Paxarinos

Paxarinos que vais cantando…decdle a Quini que se anime, que le admiramos infinitamente, que le queremos todos (acaso ha sido el jugador más querido que yo he visto), que hay que ganar también este partido, que saque del zurrón el disfraz de mago, que no se puede dejar secuestrar por otra desgracia, que ya lleva muchas.

Decidle que venga, que puxa, que tampoco es cosa de que se pongan a llorar todos los niños de El Mareo, que no nos haga esto.

Decídselo piando, con una vieja melodía de Víctor Manuel.

Partido francamente amistoso

Cinco días viajando por esos mundos y con el portátil estropeado han dejado a este bloguero en huelga técnica. Pido disculpas: pero ya estamos aquí, muy a gusto, sin tener que hacer juegos malabares con el puñadito de idiomas en los que me defiendo (más bien mal).

A lo que vamos. Que es a hablar un poco de deporte. De ayer hacia atrás, porque hay tela que cortar. Ganó la selección en un partido que se jugaba en su día exacto: miércoles de ceniza. Francia sin apretar demasiado, decidida a manejar el balón (tienen un centro del campo que nos duplica en potencia física, ¡qué barbaridad!, y que sabe lo que hay que hacer con el balón en las botas, y una defensa que aquí conocemos bien, con Sagnol y gallas acompañando a Thuram y Abidal) y a probar fortuna con los chispazos de Henry y de Anelka, otros dos viejos conocidos, bien acompañados por Benzema. España jugó con una defensa algo sospechosa (alguien va a dejarle el sitio al insustituible Puyol), con un centro de campo de exquisitos, con Albelda encargado de barrer el comedor y Riera al curro, y con un sólo hombre arriba. A Cesc se le nota incómodo sin la manija, deambula mucho y busca lo que ayer no existió: gente de banda y de desmarque. La soledad de Torres dejó paso a la soledad de Güiza, que es mucho más dura: no comparar. A Iniesta, como siempre, se le dio una libertad vigilada: es tanto como decir que se le puso a bailar con la coja pidiéndole, de paso, que ganara el campeonato mundial de chachachá. Habitual en la ladera norte del pase, se le puso a recibir, que no es lo suyo. Lo que pasa que el chico es tan creativo que carga con lo que le echen.

El público también. Fue un coñazo de partido, roto por una travesura de Andrés, de las suyas, de esas que parecen fáciles, como todo lo que hace. Capdevila, que siempre anda por ahí, remató la faena. Gol: una venganza inútil del Mundial de Alemania.

Y ahí despertó Francia. Sacó lo que tenía en el banquillo, que era mucho, y pegó un par de arreones que no acabaron dentro porque ayer emepzaba la Cuaresma y somos un país de mucha Semana Santa: y más en Andalucía.

No viene mal una victoria. Que Luis me parezca innecesariamente encastillado en fobias y filias (sobre todo en fobias) no quiere decir que no entienda su fidelidad a la gente con la que ha hecho la travesía (un detallazo lo de Albelda). El equipo de ayer se parece bastante al qeu va a jugar en Austria y Suiza, pero en los nombres: allí será otra cosa, a nada que Silva y Villa recuperen algo de lo mucho que atesoran. Ellos, más Puyol y (siento ser tan pesado) gente de banda, como Joaquín, Vicente (¿por qué no Cazorla, Munitis, Navas, Dieguito Capel…?); y Bojan, al que hay que rodar si se le quiere en la Eurocopa (¿por qué no, si es un mosntruo?) van a configurar un equipazo. Por lo demás, si tengo que elegir entre dos viejos internacionales, como Luis y Villar, la elección no es dudosa. Para mí al menos.

Gasol y los osos

Ha habido dos grandes noticias en el fin de semana de carnaval. Una es la derrota del Real Madrid en Almería; la otra, sin duda, el fichaje de Pau Gasol por los Lakers.

La primera ha devuelto su vigor a la Liga. No basta con decir que es larga, y que todos tienen que sufrir: tiene que demostrarse. Y Almería parecía el lugar más apropiado: un equipo emergente, sin complejos, sin refuerzos de relumbrón y en manos de un técnico joven que esta sacando brillo a jugadores olvidados. Unai Emery es uno de esos entrenadores cuya prueba de fuego pasa por dirigir un gran vestuario, y no es insuperable: ya lo han hecho, entre los humildes, Rafa Benítez y Juande Ramos. No todos la superan, por cierto. Es una de las estrellas de esta Liga, en la que ya brillaban Marcelino y Valverde, por ejemplo.

Mala cosa será, para el líder, recordar ahora que aún mantiene seis puntos: si se le ha acabado el hambre va a ser cazado. Su talón de Aquiles lo tiene arriba: la excesiva dependencia de Ruud Van Nistelrooy: el año pasado su época oscura coincidió con una primera vuelta en la que el holandés no vio puerta. Y, hasta ahora, Schuster no ha demostrado que tenga una sola alternativa a un tiempo, legítimo en cualquier goleador, de ceguera. O una lesión que nadie le desea.

En cualquier caso la noticia es buena (salvo para los madridistas, obviamente): una Liga con tantos equipos excelentes parecía entonar con desgana su funeral a finales de enero. De eso, nada: ahí está el Barcelona, a seis puntos y, lo que es más importante, ganando de medio churro. Como el Madrid.

Lo de Gasol es otra cosa. Empezábamos a creer que en América iba a desperdiciarse su talento infinito. Los ositos de Menfis son una franquicia trampolín o cementerio de elefantes: está a más de un punto de poder construir un equipo puntero. . Tras los escarceos del año pasado llegamos a pensar que Pau se quedaría de por vida en Tennessee, que no es su sitio.

¿Cuál es su sitio? Pau es un 2,13 sin kilos: le falta el peso de Shaq o el tamaño de Yao Ming. Pero es un fuera de serie y tiene, además, la costumbre de ganar. Es una tontería decir de alguien que es un ganador porque le guste ganar: nos gusta a todos. Pau, sencillamente, gana: desde que era junior. Es campeón del mundo, entre otras muchas cosas; comoce el triunfo en la durísima competición española y el subcampeonato de Europa lo ha tenido que digerir con bicarbonato. Su talento en la pintura, su versatilidad a la hora de encarar contrarios de muchas maneras distintas, su poder con el rebote, su facilidad a la hora de los tapones, su inteligencia para elegir el destino del último pase…: Pau lo tenía todo. Menos un equipo: algo sabe Nowistzky de eso cuando el gran jugador rubio se pone la elástica alemana.

Por su edad está en el mejor momento de una carrera deportiva que esperamos alrga. Y ya ha llegado a la aristocracia del baloncesto mundial: el equipo grande de los angelinos. Verle el otro día con los colores litúrgicos (amarillo sobre fondo azul) metiendo puntos como si llevara toda la vida jugando en los Lakers era una gozada. Ahí está, al lado de un chupón genial como Bryant, dispuesto a monopolizar otra década frente a los Celtics. Ya no estarán Kevin Mchale, Robert Parrish oLarry Bird enfrente, ni tendrá al lado a Magic Johnson o Karim. Pero estarán Kevin, y Kobe

Y Pau Gasol, el mejor jugador español de la historia. Enhorabuena, noi

Luis y la selección

Está claro que nadie dice la verdad, que nadie la va a decir y que nos quedaremos sin saber qué pasó en Alemania para que Raúl fuera degradado y expulsado del ejército. Pero hagan sus hipótesis: Luis es bien conocido por enfrentarse a cualquier ego con el suyo. Desmesurado, por cierto. Algo saben en Valencia, cuando perdieron a Romario, y algo saben en Mallorca: menos mal que Samuelito encajó la bronca como si fuera un niño y estuvo a muerte con el abuelo.

Es una manera de estar en el mundo del fútbol, sin duda. Luis necesita a «los suyos» y no puede soportar a los que relativizan su posición del mariscal de campo. Pudo costarnos caro: pero logró trabar un equipo y clasificarnos para la Eurocopa.

¿Qué jugadores deben ir? Los suyos, sin duda. Pero también los mejores, que deben incorporarse a su filosofía a base de diplomacia, de mano izquierda, de esa especial tolerancia que la edad otorga. Pero, como sabemos de sobra (basta mirar alrededor para ver ancianos enquistados en su infelicidad por no dar su brazo a torcer) no a todos. No a Luis Aragonés, por lo que estamos viendo.

Se podrá discutir si a uno le gusta más fulano o zutano para tal puesto. Pero no los datos. Los datos explican que el Real Madrid, sabiamente dirigido, lleva nueve puntos al segundo… De los demás ni hablamos. Pero sí hablamos de un estado de forma especialmente alto de sus jugadores. Entre los que destacan con luz propia dos seleccionables: Raúl y Guti.

Se pueden aprovechar ocasiones como los amistosos para tender puentes. Sobre todo a la vista de la baja forma de algún jugador indiscutible, como David Villa. Y se puede probar la capacidad de encaje de Guti entre chicos tan buenos como Cesc, Xavi o Iniesta. Fantástica, seguro. Al menos para hacerle un guiño a la justicia.

Pero va a ser que no. No conviene insultar a Luis, que es un gran entrenador: no es serio llamarle caduco, trasnochado y todas esas cosas que a uno le vienen a la garganta al leer ciertas noticias. Las noticias hablan de un ninguneo permanente, semipúblico, a ambos jugadores: de uno pregunta que qué ha ganado y del otro afirma que los suyos son mejores. Por lo menos nueve puntos mejores, por lo visto. Nadie en Europa ve el fútbol con tanta claridad como el rubio de Torrejón, que sólo admite comparación con Pirlo. Y sobre el palmarés de Raúl será mejor que no hablemos, señor Aragonés.

Pero Luis está demostrando, un avez más, una inmadurez que me preocupa mucho. Una suerte de malignidad senil que puede afectar profundamente a la navegación de su barco.

Y su barco es el mío.