Quizá no sea hoy el mejor día para hablar bien del proyecto de Schuster. ¿O sí? Ví sólo el primer tiempo del partido del Olímpico romano por problemas de agenda: del segundo tengo, entre otras, las muy valiosas referencias de mis compañeros de deportes.
A mí el juego del Madrid me deslumbró. Hacía mucho tiempo que no veía jugar a este equipo tan bien, con algo que se parece mucho a mi concepto del fútbol, velocidad y engranaje, fantasía y rigor. Desde aquel malhadado entrenador llamado Carlos Queiroz no había visto nada parecido. (Por cierto: ¿para cuándo un homenaje de desagravio a un hombre obligado a jugar con Bravo y Pavón como centrales porque la vanidad infinita del presidente de entonces no le dejaba ver la realidad?) Desde entonces todo han sido experimentos, caros y luxemburgueses: incluyendo el del año pasado, cuando los solistas tenían que cantar a capella por falta de violines.
Bien: el Real Madrid perdió en Roma ante un equipo muy eficaz. No tuvo fortuna, cosa evidente. Pero eso no es grave, porque la fortuna va y viene. está pasando un siniestro idilio con el poste contrario, al modo en que ha disfrutado ese mismo idilio con el propio no hace tanto. Pero marcó fuera de casa, y eso es muy importante en estas eliminatorias. Las posibilidades de pasar a cuartos siguen intactas. ¿Y…?
El proyecto, laboriosamente construído, está ahí: fantasía y rigor, velocidad y engranaje… Y un montón de jugadores muy interesantes y comprometidos con las ideas del técnico. No sólo hay equipo para el encuentro de vuelta en el Bernabéu: hay equipo para unos años. Un equipo al nivel de la historia del club blanco. Y eso es mucho decir.
A ver como acaba esto, no se que pasara con schuster
20 febrero 2008 | 14:16