Un deportista es aquel que sabe que el triunfo del otro es también una recompensa: la de haber encontrado alguien mejor

De indios y periquitos

Pasan muchas cosas en esta Liga. Por ejemplo, no hay más que un equipo vasco en ella. Es un tema que da mucho de sí: pero hoy vamos a hablar de otros vascos: de los que se sientan en los banquillos de los segundos (por el número de socios, que nadie se enfade) equipos de Madrid y Barcelona. En este caso, por el puesto que ocupan en la tabla, de Barcelona y Madrid.

En el banquillo españolista se sienta Ernesto Valverde. El Txingurri. Un extremo hábil y rápido, que saltó a la fama en el Español de Clemente, aquel que jugó una final de la UEFA a doble partido y ganó en casa por tres a cero el partido de ida. Luego perdió la final, en una de las noches más tristes y más absurdas que recuerdo. Repasando los nombres de aquella plantilla, aquello fue una hazaña. Ernesto pasó la acera, se fue al Barcelona, con Soler, y volvió más tarde al Bocho. Allí se hizo entrenador: tuvo un paso brillante por el primer equipo y luego fue defenestrado. Cosas del fútbol.

En el Español está triunfando de modo clamoroso. Ahí está la campaña del año pasado, con una brillantísima presencia en Europa (a la tercera irá la vencida, digo yo). Y aquí está la campaña de este año. Su fútbol es orden y velocidad: ¿hay quién dé más? Lo dudo. Hay orden si cada uno ocupa su sitio, como en una orquesta, y hay velocidad si hay talento. Los que sostienen el equipo saben que el gol va a llegar si Iván conecta con Raúl o Luís, y los magos de las portadas saben muy bien que lo suyo vale porque la banda suena, porque la base rítmica la llevan como nadie Torrejón o Jarque, el viento es cosa de Zabaleta y en la cuerda está Moisés, por ejemplo. Hacer un equipo es la primera tarea de un entrenador. Bien, por lo visto hasta ahora, el Español es un espléndido equipo. Algo corto de repuesto, eso sí. Y la Liga es larga.

El Atlético de Madridestá en manos del vasco Aguirre: un mejicano por el que sólo se puede apostar en largo. Ya demostró en Osasuna sus calidades de corredor de fondo. Yo creo que se ha impuesto la cordura y se ha mantenido al técnico, a pesar de que en la campaña anterior el equipo anduvo por debajo de lo esperado. Los fichajes de este año han configurado un equipo temible, al menos sobre el papel. Ahora está demostrando serlo también en el campo. El equipo está bien trabajado y es muy armonioso, gracias al equilibrio que proporciona un chico fundamental llamado Raúl García. Arriba está el Kun. Pero la mejor demostración de esa armonía que tanto fruto va a dar no está en el gol del pequeño diablo argentino, sino en el primero, el de Forlán, en Riazor; una subida por la banda del exquisito Antonio López, un amago de Agüero y un delantero centro en su sitio, marcando a placer. Dado que hay profundidad de banquillo, que hay recambios de lujo para los lujos como Simao, estoy bastante convencido de que la segunda vuelta de este equipo va a ser fantástica.

Espero que todos lo veamos.

2 comentarios

  1. Dice ser Edu Casado

    ¡Dios te oiga, Tino! (Por lo del Atleti, claro)Saludios

    08 enero 2008 | 13:52

  2. Dice ser mintermesubyuga

    Espanyol por ser más ajustados. Animo y a seguir con el blog

    15 enero 2008 | 11:34

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