Un deportista es aquel que sabe que el triunfo del otro es también una recompensa: la de haber encontrado alguien mejor

Refugium pecatorum

¡Qué cosa, la Copa! Ahí estaban los pezqueñines, a ver si la flota de Pescanova se había traído las redes grandes, como de costumbre, y podían escapar: el Alcoyano, el Alicante, el Burgos, el Denia, el Real Unión de Irún… Más raro fue aquel verano que no paró de nevar: pregunten en Toledo, donde le dieron un salto de caballo importante al venerable dios de las nieves (y del merengue).

Esta vez no: hasta el Valladolid le dio un zamacuco importante al Murcia, que estaba dispuesto a celebrar su centenario con brío, recordando tiempos mejores. ¡Pero cómo sufrieron, madre! El Alcoyano, cuyo presupuesto es menor que la ficha de Ezquerro, sufrió las iras del suplente por antonomasia (cosa que no es culpa del buen jugador riojano, digo yo), pero terminó empatando a dos en el Camp Nou (ya no tan nou, supongo); el Alicante estuvo empatando en el Bernabéu hasta el minuto noventa, sugiriendo que hay que rotar más a los chicos de arriba, porque se están oxidando; el Denia tuvo al vigente campeón a los pies de los caballos y sólo Burgos y Real Unión tuvieron la deferencia de permitir al primera de turno jugar cómodamente (debieron pensar que harto tienen con lo suyo, y no les falta razón).

Aparte de los murcianos había seis equipos de segunda con aspiraciones, en más de un caso justificadas. Todos cayeron. Muy honroso el papel de los jerezanos ante el equipo de la mercurial ciudad del Tinto y el Odiel, y nada que objetar al Granada 74, capaz de empatar en el Calderón dejando un muy buen sabor de boca. Bien los canarios ante el Villarreal: un duelo de amarillos en el que el submarino atómico sufrió para derrotar al otrora flamante y hoy desvencijado dragaminas del sur (¡ay, tiempos de Guedes y Germán…!). Algo más cómoda las victorias del impecable Rácing de Marcelino y del viejo aristócrata copero, el Athlétic, ante Málaga y Hércules, otros dos ex – primeras. La victoria más contundente se produjo en Sevilla: el Betis de Chaparro empieza a hacer algo más que resistir y le endosó tres al Elche. ¿Volverán las oscuras golondrinas al palmeral? Como no hagan una fotocopia de Marcial no lo veo…

Los dos duelos entre equipos de primera división parecían más equilibrados. Lo fue la eliminatoria entre el Déporry el Espanyol. Al final pudo más la pegada del equipo de Valverde, que siempre parece guardar algo para amargar los finales al pobre Lotina. Más sorprendente fue el 4 a 0 que el Mallorca de Goyo Manzano le atizó a otro equipo rojillo, el Osasuna, menos cuco que otras veces.

A expensas de lo que suceda hoy, queda una Copa del Rey niquelada. Sin invitados sorpresa, a cara de perro, grandes contra grandes. ¿Seguirán descuidándola los que se supone que van a estar arriba en la Liga en cualquier caso? ¿Tendrá ese tono de trofeo menor, de refugio de pecadores, de trono al que aspiran los de medio pelo para llegar a Europa por el camino más corto? Sería una pena: es una chica muy bonita que está pidiendo a gritos que los más guapos del guateque la saquen a bailar.

3 comentarios

  1. Dice ser Txema

    Analista, andas un poco despistado.El Murcia juega en Primera esta temporada y por tanto, el Murcia-Valladolid era un duelo de primeras.

    03 enero 2008 | 17:06

  2. Dice ser Cambiali

    Creo que el gran problema es que tal y como está planteada la Copa no es atractiva: la prueba son las escasas entradas en los estadios en la mayoría de los partidos de esta eliminatoria. Aunque cualquiera en estas fechas pueda hacerte un roto, sinceramente, ¿quién paga una entrada desorbitada para ver a un Segunda o algo más inferior? Eso sin contar con que hay saturación de partidos (liga, copa, uefa, champions, selecciones, amistosos, caritativos…) No me extraña que los jugadores caigan como moscas…

    04 enero 2008 | 15:58

  3. Dice ser Ornitomono

    Que no te comentemos no quiere decir q no te leamos 😉 sigue así

    04 enero 2008 | 20:32

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