De las 12 especies endémicas de caracoles terrestres de Bermudas que han existido sobre la faz de la Tierra sólo dos han sobrevivido hasta nuestro tiempo. Sin embargo la introducción de caracoles invasores pronto hizo que estas especies también se extinguieran. Afortunadamente, no del todo.
La peor amenaza para un caracol es otro caracol
La introducción de caracoles predadores fue en el pasado un mecanismo habitual para eliminar a otros caracoles invasores. Pero el resultado no solía ser el deseado: los caracoles preferían alimentarse de las especies locales de estos gasterópodos en vez de las invasoras, que sabían defenderse mejor y eran más grandes. Así, este intento fallido de control biológico de caracoles invasores causó la extinción masiva de los caracoles endémicos de múltiples islas alrededor del mundo.
Bermudas vivió una debacle de este tipo entre sus caracoles. En este caso se introdujo un caracol carnívoro para erradicar a otra especie invasora que provocaba estragos en los cultivos. Y no, la cosa no salió bien. Este nuevo caracol predador fue reduciendo las poblaciones de los caracoles endémicos hasta causar su extinción, y todo en menos de 20 años.
Salvados por deshechos de plástico y aire acondicionado
Tras más de 40 años desaparecido, en 2014, un pequeño grupo de caracoles endémicos fueron descubiertos en un patio rodeado por cuatro edificios, en pleno centro de la ciudad de Hamilton. Esta ubicación podría no ser el lugar más adecuado para los caracoles, pero las paredes que rodeaban al patio habían conformado una fortaleza infranqueable para los caracoles invasores. La combinación de bolsas de plástico y los desagües de los aires acondicionados ofrecieron un entorno suficientemente húmedo y cubierto de algas para que estos resilientes moradores sobrevivieran. ¡Podría ser la primera vez que el plástico salva a una especie!
El Arca de Noe de los caracoles
El redescubrimiento de esta especie activó rápidamente un equipo de rescate. No tardaron en colocarles en un avión para trasladarles a su nuevo hogar temporal en Inglaterra. Allí dos instituciones inglesas se encargan de su protección y reproducción.
El doctor Gerardo García es uno de los artífices de este peculiar Arca de Noe para caracoles. Como conservador de ectotermos (reptiles, anfibios, invertebrados y peces) del Zoo de Chester, se encargó de su importación a las instalaciones de cría en el zoo donde, en tan solo tres años, han conseguido criar más de 38,000 caracoles. Muchos de ellos ya han sido devueltos a su archipiélago natal dentro de un ambicioso programa de reintroducción.
Hoy Gerardo me cuenta que algunas poblaciones reintroducidas no solo se han reproducido ya en la naturaleza si no que también han expandido su area de distribución de manera significativa.
«La estrategia a seguir es continuar con la monitorización, pero iremos mas allá, queremos introducir otra especie más sensible en areas donde el caracol mayor se esté adaptando favorablemente»
El menor también fue rescatado
El caracol mayor de Bermudas no ha sido la única especie salvada. Pocos años antes, el caracol menor de Bermudas también fue rescatado tras hallarse algunos ejemplares aislados. Los diminutos caracoles fueron enviados a la Sociedad Zoológica de Londres para su conservación y reproducción. Esta especie más pequeña vive cerca de sus primos los caracoles mayores.
Hoy ambos caracoles, mayor y menor, empiezan a colonizar su distribución original.
«Este año se enviará otro grupo criado en el Zoo de Chester y a primeros del 2022 se harán muestreos completos de las poblaciones para desarrollar un plan a largo plazo de la especie.»
En una isla solo cabe un caracol
La clave para el éxito de este programa es la eliminación de las amenazas de estos gasterópodos, especialmente los caracoles invasores. Se ha optado por reintroducirlos en islas e islotes del archipiélago libres de esos temidos intrusos porque erradicar su presencia es imposible. Y no vamos a usar otro caracol para intentarlo… ya hemos aprendido las consecuencias.