En lo alto de la montaña se oye un chillido agudo e intermitente. La presencia de un ave rapaz sobrevolando la zona ha activado el complejo sistema de alarma de las marmotas. Estos mamíferos sociables han elaborado una defensa altamente eficaz. Un animal actúa como vigía y permanece siempre alerta y conectado a los demás a través de sus vocalizaciones. Así toda la familia puede comer con tranquilidad y sin temor a los depredadores.
El desafío del invierno en los Alpes
El fin de la primavera es el mejor período para observar marmotas en su medio natural en los Alpes franceses. Estos roedores alpinos pasan la mitad de su vida bajo tierra en nidos protegidos de las gélidas temperaturas de las altas montañas en las que viven. Durante los seis meses de hibernación deben reducir su actividad al mínimo para sobrevivir a semejantes condiciones. Su metabolismo se ralentiza hasta llegar a los cinco latidos y una única respiración por minuto. Con todo pierden un 40% de su peso corporal durante ese duro proceso.
Lo contrario a la operación bikini
En junio las praderas alpinas están verdes y floridas y las marmotas se dedican a comer de manera frenética. Su objetivo es el contrario al que persigue la operación bikini, duplicar el peso en solo cuatro meses para poder hacer frente a la crianza y sobrevivir a una nueva hibernación. Se trata de una carrera a contrarreloj en la que el trabajo en equipo es crucial, no pueden perder tiempo en amenazas poco serias. Este hecho se vuelve evidente en el parque nacional Mercantour en los Alpes franceses, donde las marmotas viven sin temor al ser humano y se puede observar su vida privada de cerca. Ahí he podido fotografiarlas sin que se quejen por mi presencia.
Un atractivo natural
Mucha gente se acerca a este enclave para encontrarse con estos peludos anfitriones y disfrutar del paisaje montañoso. Las marmotas demuestran que un ecosistema bien mantenido hace florecer entornos salvajes que atrae a amantes de la naturaleza, un turismo cada vez más demandado e importante para el desarrollo y sostenibilidad de los parajes alpinos, que han ido perdiendo sus medios de subsistencia y se están quedando sin opciones más allá de los deportes de invierno.
En España también se pueden encontrar marmotas, más concretamente en los Pirineos. Aunque se extinguieron durante la última glaciación, los cazadores franceses introdujeron este animal en los Pirineos franceses durante la década de los 40 del siglo pasado y no tardaron en colonizar toda la cordillera pirenaica donde existen mas de 10,000 ejemplares. Hoy sus gritos de alarma se pueden escuchar allí para todo el que quiera conectar con ellas.
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19 junio 2021 | 10:48 am
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19 junio 2021 | 10:58 am