Archivo de mayo, 2021

Los pájaros bobos no son idiotas, viven en el paraíso

El pájaro bobo cae en picado desde 40 metros de altura golpeando el agua a una velocidad de 100 kilómetros por hora. Parecería una temeridad que sólo un animal tonto y sin cerebro podría ejecutar, pero en realidad su sesera está bien protegida con una región frontal fuerte y unos sacos aéreos para que no sufra daños ante el brutal impacto y la presión bajo el agua. Su diseño hidrodinámico le permite bucear ágilmente hasta los 25 metros de profundidad para capturar a los peces que componen su dieta.

Secuencia de inmersión de un piquero durante la caza. (Fotos: Borja Reh)

La estrategia de caza de los piqueros de patas azules (su otro nombre más digno) es un espectáculo natural que se puede observar de cerca en uno de los teatros naturales más importantes del mundo, el parque nacional de Galápagos.

Como en una peli de Disney

En 2015 tuve la oportunidad de observar a estas maravillosas aves muy de cerca. Aquel día la playa de Cerro Brujo en la isla de San Cristóbal estaba desierta y una pareja de piqueros cazaba cerca de la orilla. Realizaban vuelos muy cortos, no se elevaban más de cinco metros sobre el mar, y al zambullirse en el agua realizaban un buceo poco profundo. En ese momento me metí en el agua y entendí porqué los locales los llaman pájaros bobos. La pareja siguió actuando totalmente ajena a mi presencia. En una ocasión uno de ellos llegó a chocar con mi pierna, ¡era como si no existiera! Entonces volví a la orilla para coger la GoPro y pude filmar este momento.

De camino al hotel, todavía con el shock de haber vivido una experiencia tan increíble, apareció una hembra adulta en el camino. Se hallaba en lo alto de una pequeña duna. Me acerqué para observarla y al igual que los anteriores, no parecía preocupada por mi presencia, me sentí como si fuera el protagonista de una peli de Disney.

Un piquero en lo alto de una duna se muestra totalmente ajeno a mi presencia. (Foto: Cecilia Encinas)

A los pocos días viajamos a Isabela y nos dirigimos a ‘Los Túneles’, uno de los famosos lugares de anidamiento de piqueros. Era la época de cortejo y puesta por lo que esperaba encontrar un entorno hostil de aves amenazantes protegiendo su territorio. Nada más lejos de la realidad, una vez más los piqueros demostraban un pasotismo insultante. Hecho que nos permitió observar su vida privada de cerca, un lujo.

Cortejo de piqueros de patas azules. (Foto: Cecilia Encinas)

Cantos, bailes y reverencias

El cortejo de los piqueros es espectacular. Combina una danza lenta en la que elevan sus vistosas patas azules, con unos cantos singulares mientras despliegan las alas y hacen una reverencia.

Apostando por la protección de Galápagos

Este es sólo un ejemplo de los encuentros que tienen lugar en Galápagos, donde más del 50% de las especies son endémicas, o lo que es lo mismo, existen cerca de 2.000 especies de animales que no viven en ningún otro lugar del planeta. Galápagos es un enclave privilegiado para los amantes de la naturaleza y uno de los entornos salvajes más valiosos de la tierra. Esto no sólo lo pienso yo, también ha sido la conclusión de Leonardo DiCaprio tras su última visita al archipiélago ecuatoriano. DiCaprio ha decidido apostar por la protección y restauración de estas islas donando 35 millones de euros, y cediendo temporalmente sus cuentas de Instagram y Twitter a una investigadora para promover la conservación de este paraíso.

DiCaprio dice que los héroes ambientales existen y están entre nosotros trabajando día a día para salvar estos lugares tan valiosos. “Ahora todos debemos estar a la altura del desafío y unirnos a ellos», afirma el famoso actor y activista ambiental.

Los esfuerzos de conservación apoyados por DiCaprio y la plataforma Re:wild permitirán que los piqueros sigan viviendo ajenos a las amenazas en uno de los últimos paraísos del planeta.

Piquero de patas azules. (Foto: Piqsels)

Si quieres colaborar con el proyecto de restauración y conservación de Galápagos puedes hacerlo a través de la plataforma Re:wild, también puedes difundir su gran labor en redes sociales.

Cortejo de piqueros de patas azules. (Foto: Piqsels)

Referencias

Arañas más valiosas que zafiros

De las más de mil especies de tarántulas que existen, no me costo escoger mi favorita. Primero porque este animal viste una espectacular coloración azul, un color raro en la naturaleza. Y segundo por su nombre científico Poecilotheria metallica: el nombre significa “Bestia salvaje moteada” y el apellido es la banda más importante de heavy-metal de todos los tiempos, si se me permite. Pero lo que acabó de convencerme fue la precaria situación en la que su especie se encontraba en estado salvaje y la necesidad de protección que se vuelve tan complicada para animales peludos, pero de los que no generan ternura.

La tarántula zafiro metálica (Poecilotheria metallica) tiene una coloración espectacular. (Foto de Guy Degrande)

La tarántula que viaja en tren 

La historia que rodea el descubrimiento de la Poecilotheria metallica o tarántula zafiro metálica es apasionante. Un único ejemplar apareció en Gooty (India) en 1899 pero no se volvió a encontrar otro hasta 2003 a pesar de las múltiples expediciones que se llevaron a cabo para localizar más animales. Tardaron más de cien años en localizar su hábitat ya que éste se encontraba a más de 100 kilómetros de distancia de donde se encontró la primera. La razón era muy sencilla, el primer animal no se encontraba en su zona de distribución, había viajado en tren hasta allí. El ferrocarril que transportaba madera desde los bosques de los Ghats del Este portaba este inesperado pasajero.

La postura defensiva de la tarántula metálica es bastante clara. Las patas delanteras levantadas mostrando los vivos colores azul y amarillo, los quelíceros en movimiento y emitiendo un sonido parecido a un bufido. (Foto de Guy Degrande)

Precisamente el ferrocarril que transportaba madera fue una de las mayores amenazas para esta especie. La tala indiscriminada y extracción clandestina de los arboles más maduros del bosque estaban acabando con sus hogares.

Más valoradas que los zafiros 

La pérdida de hábitat no fue la última amenaza. Una vez descubierto el área donde se encontraba esta especie se puso en marcha la maquinaria del comercio ilegal de mascotas. A alguno le sorprenderá que pueda existir demanda de estos animales como mascotas, pero la realidad es que el tráfico es una de las mayores amenazas para muchas especies de arácnidos, incluida nuestra tarántula metálica. Y es que una tarántula tan colorida como un zafiro y tan rara de encontrar, se había convertido en el cáliz sagrado para los aficionados a las tarántulas. Así que no tardaron en aparecer en el mercado online a la par que desaparecían en su medio.

La tarántula metálica vive en los agujeros de los troncos de grandes árboles. La deforestación y la pérdida de los árboles más grandes es una de las mayores amenazas para esta especie. (Foto de Michael Haunold)

“Uno de los mayores obstáculos para contrarrestar el comercio ilegal e insostenible de vida silvestre es la falta de conciencia generalizada y aterradora entre los aficionados en general,” me comenta el Dr. Chris Shepherd, “la gente no es consciente de la escala masiva del comercio.”

Chris es posiblemente la persona que mejor conoce la problemática del tráfico de especies en Asia, ha trabajado durante más de 25 años como director regional para Traffic y ahora ha fundado su propia organización para luchar por las especies menos emblemáticas, que como hemos visto con las “metallicas,” también sufren de esta lacra.

El Dr. Shepherd afirma que muchos dueños de mascotas desconocen la amenaza que supone el comercio de animales exóticos como mascotas para gran cantidad de especies. Prueba de ello es que todavía existen muchas especies que se comercializan legalmente a pesar de estar muy amenazadas, independientemente del impacto dañino en muchas poblaciones silvestres. La razón es que estas especies «desvalidas» no han recibido la atención necesaria para garantizar que existan regulaciones para prevenir la sobreexplotación.

Un problema de márquetin 

Chris comenta que el problema inicial en torno al comercio de mascotas exóticas es el acceso a la información que afecta las decisiones en el momento de la compra. Se puede decir que el marketing pro-tenencia es mucho más efectivo que el pro-responsabilidad. La oferta en internet y sobre todo en redes sociales es enorme y el discurso convincente, al final una foto sosteniendo un animal es siempre más atractiva que un discurso paternalista. Sin embargo, se necesita mucho trabajo para concienciar a la gente de los efectos de la demanda sobre ciertas especies cuya extracción de su medio es frecuente, ilegal en muchos casos, e insostenible en la mayoría.

La solución está en nuestras manos

Los amantes de los animales debemos ser conscientes del horrible impacto que tiene la adquisición de vida silvestre sin conocimiento. Debemos hacer los deberes: aprender sobre las especies que se están considerando como mascotas y tomar la decisión correcta. También es nuestro deber amplificar este mensaje contándolo a otros, informando de casos de comercio ilegal a las autoridades y apoyando la ética y los esfuerzos de conservación.

El Dr. Shepherd concluye que no debemos mirar hacia otro lado, cuando se compran animales exóticos como mascotas, se está apoyando la caza furtiva, el tráfico y el crimen organizado. Está en nuestras manos cambiar el mensaje.

Ayuda a Monitor Conservation Research Society a continuar sus labores de investigación para frenar el comercio que también amenaza a especies poco emblemáticas, como las tarántulas zafiro metálicas, pero que igualmente necesitan nuestra ayuda.

Tarántula zafiro metálica. (Foto de Guy Degrande)

REFERENCIAS

  • M. B. Guptha, N. V. S. Prasad, P. V. C. Rao, y S. Kishore, «Rediscovery of the Critically Endangered Tarantula Poecilotheria metallica Pocock, 1899 from Seshachalam Biosphere Reserve, Eastern Ghats, Andhra Pradesh, India», p. 4, 2014.
  • M. B. Guptha, P. V. Rao, y N. V. Prasad, «Occurrence of Poecilotheria Metallica Pocock, 1899 from Seshachalam Hills, Eastern Ghats, Andhra Pradesh, India.», Universal Journal of Environmental Research & Technology, vol. 3, n.o 1, 2013.
  • K. Raman, S. Vimalraj, B. M. Krishnakumar, N. Balachandran, y A. Tomar, «Range extension of the Gooty Tarantula Poecilotheria metallica (Araneae: Theraphosidae) in the Eastern Ghats of Tamil Nadu, India», J. Threat. Taxa, vol. 11, n.o 10, pp. 14373-14376, ago. 2019, doi: 10.11609/jott.5266.11.10.14373-14376.

De la famosa isla Tortuga de los piratas a isla Gran Caimán y santuario de las últimas iguanas azules

Hoy es el primer día internacional de la iguana azul, considerada la iguana más rara del planeta, y no por su color sino porque en 2001 quedaban menos de 25 ejemplares en Gran Caimán, su isla natal. Hoy celebramos su espectacular recuperación como un hito del optimismo en conservación al tiempo que miramos con cautela su protección. A fin de cuentas, Gran Caimán tiene fama de perder a sus reptiles más famosos.

Iguana azul de Gran Caimán. (Foto: Blue Iguana Conservation)

El nombre maldito

En 1503, cuando Cristóbal Colón piso la isla por primera vez, decidió llamarla Isla Tortuga por la gran cantidad de tortugas que había en sus aguas. Estas tortugas sirvieron como alimento a los piratas del Caribe durante las siguientes décadas. Incluso el infame bucanero Barbanegra frecuentaba la isla para aprovisionarse. La alta resistencia de las tortugas las convertía en un alimento fresco que mantenían con vida en la bodega del barco cuando viajaban. Este consumo hizo que las tortugas no tardaran mucho en desaparecer de la isla y el nombre quedó obsoleto. Debían encontrar un nuevo nombre y se decidió optar por los siguientes animales más comunes: los cocodrilos. Así, la isla se bautizó con el nombre actual en honor a estos enormes reptiles. Curiosamente los cocodrilos tampoco tardaron en extinguirse. Parecía que el nombre se convertía en una maldición, así que no lo volvieron a cambiar, por si acaso.

¿Paraíso?

Gran Caimán tiene una extensión más pequeña que la isla del Hierro, pero su reducido tamaño no le impide ser un gigante de las finanzas. Aquí tienen base de operaciones más de 100,000 compañías y 600 bancos gracias a los beneficios fiscales, o lo que es lo mismo, ¡500 compañías por kilómetro cuadrado de isla! Pero Gran Caimán no es sólo un paraíso fiscal, también es un paraíso turístico. Más de dos millones de viajeros  visitan este lugar buscando relajarse en sus playas paradisíacas y bucear en sus aguas cristalinas.

Gran Caimán ofrece playas paradisiacas con aguas cristalinas. (Foto: Luke Harding)

Por supuesto el rápido desarrollo económico y turístico de la isla acabó con muchos animales y casi acaba con las iguanas azules. Fue necesaria una intervención de rescate sin precedentes. “Pasamos de 25 individuos en 2001, a liberar el ejemplar número 1,000 en 2018, consiguiendo que la especie pasara a un nivel menor de amenaza” comenta Luke Harding, director de operaciones de la Blue Iguana Conservation, la organización responsable de la conservación de esta especie en Gran Caimán.

Luke Harding sostiene un ejemplar durante una charla educativa. (Foto: Blue Iguana Conservation)

No podemos bajar la guardia

Aunque el número de iguanas liberadas ha sido extraordinario, hay evidencias que demuestran una tasa reducida de adaptación al medio salvaje. Esto es debido en parte a que las mismas amenazas que lanzaron a las iguanas azules al borde de la extinción en el pasado siguen presentes ahora y lo que es peor, han aparecido otras como especies invasoras y una nueva enfermedad emergente. Luke afirma que la especie sigue y seguirá dependiendo de la cría y liberación hasta que se reduzcan estas amenazas y se establezcan suficientes poblaciones estables.

Apostando por un ecoturismo de conservación

Un reciente estudio ha confirmado un incremento exponencial de los nidos de tortugas marinas en las islas caimán desde 2008. Estas tortugas junto con las rayas marinas son un gran atractivo para el turismo internacional de naturaleza. Este turismo también ofrece oportunidades positivas para la conservación de las iguanas. Aunque verlas en libertad es prácticamente imposible, el centro de cría está abierto al público y es el lugar ideal para los que quieran conocer a estos animales y colaborar en su conservación. Una razón más para visitar la isla. A mí, personalmente, me convence.

Centro de cría en Gran Caimán. (Foto: Blue Iguana Conservation)

Su color es único, su personalidad fascinante

Aunque los reptiles no suelen ocupar un lugar destacado en la percepción pública de un grupo de animales hermoso, todo el mundo se gira al ver un lagarto azul y no causa el temor habitual de este grupo de animales. Sin embargo, Luke me dice que lo más interesante es la variedad de comportamientos y su personalidad que los hacen carismáticos y agradables para cualquiera. “Nuestro objetivo es que en los próximos cinco años la iguana azul se convierta en la especie bandera de Gran Caimán” concluye Luke.

En cualquier caso, esperemos que la isla nunca se llame Isla Iguana Azul, por el bien de su conservación.

Si quieres colaborar en este proyecto, puedes hacer un donativo o apadrinar una iguana azul y cuando vayas a Gran Caimán no olvides visitar el centro.

El difícil camino para devolver la libertad al guacamayo rojo

La semana pasada el guacamayo rojo fue declarado monumento natural de Corrientes. Estas magníficas aves se extinguieron en Argentina hace más de 150 años, pero hoy gracias a los grandes esfuerzos de muchos profesionales de la conservación, vuelven a volar libres por los esteros del Iberá. Conseguirlo no ha sido un trabajo fácil y todavía queda mucho por hacer.

Dos guacamayos rojos vuelan libres en Argentina. (Foto: Matias Rebak, Fundación Rewilding Argentina)

Conservación transgresora

A principios de 2014 viajé a Argentina para conocer uno de los proyectos más ambiciosos de restauración de ecosistemas del mundo, la reserva del Parque Iberá. Aquí, la conservación más atrevida se ha unido al compromiso de un país entero por recuperar su patrimonio natural. El resultado es un experimento con el que quieren devolver el esplendor de siglos atrás a la región de Corrientes, al noreste de Argentina.

Los esteros del Iberá son el ecosistema ideal para uno de los roedores más grandes del planeta, el capibara, conocido localmente como carpincho. (Foto: Borja Reh)

El área nacional protegida se está fusionando con terrenos ganaderos adquiridos por la Fundación Rewilding Argentina para crear el mayor parque natural de Argentina, un paraíso de humedales y zonas boscosas. Ahora la basta extensión de terreno recuperada está siendo restaurada para poder albergar a las especies que se habían extinguido décadas atrás.

Dos ñandúes pasean por los esteros del Iberá al atardecer. El ñandú es el ave más grande de América. Foto: Borja Reh

Osos hormigueros, jaguares, tapires y nutrias son algunas de las especies que debían volver a este ecosistema renovado gracias a la mano del hombre (¡por una vez!). Pero todavía falta el más visible y ruidoso: el guacamayo rojo, uno de los animales más carismáticos del proyecto.

Estos enormes loros atraen el interés de turistas ávidos de experiencias de naturaleza, además de ser jardineros naturales, muy eficientes dispersando las semillas de los frutos que forman parte de su dieta. Pero como he mencionado al inicio, este proyecto es complejo y los animales pasan por varias fases antes de ser liberados. Elena Martín es responsable de rehabilitación del guacamayo rojo de la Fundación Rewilding Argentina y nos explica todas las fases: «Lo primero es conseguir aves que cumplan con unos requisitos. Trabajamos con animales incautados o nacidos en cautividad en instituciones zoológicas».

Guacamayo rojo en un parche de bosque en los esteros del Iberá. (Foto de Matias Rebak, Fundación Rewilding Argentina)

No todos valen

Los animales donados pasan una cuarentena donde se realiza un control veterinario exhaustivo. Iberá es un paraje delicado y deben evitar que se introduzcan patógenos nuevos. Tras esta cuarentena pasan a un gran recinto externo, donde se hace la primera preselección de animales para futuras reintroducciones. No todos pueden ser liberados.

«Los animales que llegan de cautividad no poseen la fuerza física para volar largas distancias, no reconocen los peligros de los depredadores, desconocen los alimentos que deben comer y en la mayoría de los casos, tampoco saben como interactuar con los de su especie», afirma Elena describiendo a estos animales como seres completamente inútiles para sobrevivir en estado salvaje, razón por la cual un buen entrenamiento es crítico para el éxito del proyecto.

Entrenamiento de loros

Antes de mudarse a Argentina en 2016, Elena era entrenadora de delfines en Zoo de Madrid. Hoy aplica sus conocimientos de entrenamiento para que la liberación de guacamayos se haga de forma segura.

Elena Martín entrenando guacamayos con un target. (Foto de Tomás Munita. Fundación Rewilding Argentina)

La primera etapa del entrenamiento consiste en que los animales aprendan a tocar un objetivo o target. Esta técnica permite dirigir a los animales con facilidad, lo cual es esencial para llevar el control de su peso o hacerles volar de una rama a otra. Luego deben conseguir volar un kilómetro al día, distancia que les permitirá volar de un parche de bosque al siguiente cuando sean liberados en los esteros.

Durante el periodo de entrenamiento se ofrecen frutos nativos para que se acostumbren a la dieta salvaje. Además, se utilizan las mismas bandejas durante la liberación para suplementar su dieta y poder examinarlos de cerca durante las primeras semanas.

El último paso es el entrenamiento antipredatorio que consiste en hacerles evitar el suelo y que aprendan a realizar vuelos verticales para poder huir de predadores terrestres. Los zorros y otros carnívoros no perderán la oportunidad de intentar cazar a una de estas “fresas gigantes” y los guacamayos, a pesar de su gran tamaño, son presa fácil ya que no disponen de armas para defenderse. Su mejor defensa, una buena huida.

Libertad

Una vez pasados todos los estadios del entrenamiento, se equipa a los animales con dispositivos de seguimiento y se abre la jaula permitiéndoles salir a explorar el exterior. Después de 150 años desaparecido, el guacamayo rojo vuelve a volar libre en Iberá.

Una vez finalizado el entrenamiento, la jaula se abre y les permite explorar el mundo exterior. Foto de Matias Rebak (Fundación Rewilding Argentina)

¿Te gustaría colaborar con este proyecto? puedes realizar una donación en el siguiente enlace.

Mas vídeos sobre la labor de Fundación Rewilding Argentina