Cuando el Real Madrid anunció que había fichado a Danilo oí y leí muchos comentarios similares a «pero si el Madrid ya tiene a Carvajal, para que fichan a un lateral brasileño». En ese modo de pensar reside gran parte del fracaso de los madridistas esta temporada. Dividir los jugadores en titulares indiscutibles y suplentes que no aportan nada.
Haciendo balance de lo que ha sido la temporada, Ancelotti solo ha contado realmente con 13 jugadores. Porque él ha querido, por un lado, dado que había jugadores que merecieron más minutos durante la temporada, pero también porque la gran mayoría de suplentes no daba la talla. Cuando se lesionó Modric y hubo que recurrir a Ramos de mediocentro, lo cierto es que el italiano no tenía muchas mejores opciones, más aún a esas alturas de temporada. Pensar en Khedira e Illarra daba pánico, y Lucas Silva nadie sabe aún a qué ha venido.
Como decimos, 13 han sido los jugadores que han dispuesto de minutos en este Real Madrid: Casillas, Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo, Kroos, Modric, James, Bale, Cristiano y Benzema era el 11 tipo, mientras que Varane e Isco fantásticos suplentes, titulares incluso en muchos momentos de la temporada. La participación del resto del equipo ha sido testimonial, quizás con la excepción de un Arbeloa que dio buenos descansos en el lateral derecho.
Y claro, en cuanto se lesionaron un par de jugadores, llegó el drama. El equipo ha llegado físicamente mal al final de la temporada, al igual que sucedió la hace 12 meses, solo que esta vez no ha habido un cabezazo salvador de Sergio Ramos en el tiempo de descuento que llevara al equipo a la gloria. En Liga ha sido parecido, dos años seguidos dejando escapar una buena renta cuando todo parecía indicar que la competición doméstica sería blanca.
Ante tal gestión del equipo, surge la pregunta: ¿debe seguir Carlo Ancelotti? El italiano tenía lo que tenía, sí, pero en gran parte por elección suya. A él le gusta un 11 muy titular y realizar los menos cambios posibles, sin descanso alguno ni aun ganando 5-0 en el minuto 60, las rotaciones no se produjeron ni cuando el colista visitó el Bernabéu. Es difícil dejar en el banquillo a Benzema, Kroos o James, sí, y no digamos ya a Cristiano. Pero ese es el tipo de decisiones que debe tomar el entrenador del Real Madrid, la temporada pasada fue un aviso que no se tuvo en cuenta y nada se aprendió de ella.
Ahora toca reforzarse en el mercado de fichajes, y toca reforzar la parte más difícil: el banquillo. O al menos teóricos suplentes. Dejando un lado el debate de la portería, mejorar a cualquiera de los titulares del Real Madrid es casi imposible, pero es el momento de fichar con cabeza, jugadores que admitan que su rol no va a ser disputar de titulares 50 partidos pero que a la vez no se conformen con agitar toallas durante toda la temporada. Recuerdo a Isco y sus quejas ante alguna que otra suplencia y pienso que es el perfil perfecto.