Ya lo dijo Carles Puyol el pasado mes de mayo, cuando el Real Madrid ganó su cuarta Champions en cinco años. El Barça tiene que «priorizar» si quiere ponerse al nivel europeo de los blancos. Es difícil, pero no imposible. Por lo que Ernesto Valverde tiene que dosificar a sus jugadores (sobre todo a Leo Messi) e, incluso, si es necesario, elegir qué competiciones disputar al máximo nivel. En caso de que eso se de, está claro que la Copa del Rey es el torneo ‘menor’, por detrás de la Liga y el título continental.
Enhorabuena madridistas. 4 Champions en 5 años con uno de los mejores Barça de la historia… tenemos que reflexionar en las prioridades.
— Carles Puyol (@Carles5puyol) 26 de mayo de 2018
Y lo dijo ayer también Gerard Piqué después de caer ante el Sevilla en el Pizjuán (2-0): «Si remontamos bien, si no otra vez será«. Y este pensamiento lo tienen la mayoría de los culés. Porque está claro que (por unas cosas o por otras) los aficionados al fútbol hemos asumido eso de que la Copa no es una prioridad. Ya sea por el torneo en sí, que podría considerarse ‘más fácil’ o ‘menos sacrificado’ que Liga y Champions, o simplemente por que la presión mediática nos ha metido eso en la cabeza.
Está claro que es mucho mejor ganarlo todo, lo perfecto sería un triplete (o sextete). Algo que el Barça ya ha conseguido y, precisamente por ello, tendría que volver a intentar lograrlo. Pero en caso de que no haya opciones, que los jugadores estén KO, que el equipo no pase un mala racha… (cosa que ahora no pasa, todo sea dicho) sería lógico que, tanto jugadores como aficionados, prefieran ganar Liga y Champions —o solo una de las anteriores— que la Copa.
No solo le ocurre al Barça, también al Real Madrid, Atlético… Cuando un equipo que opta a todo gana exclusivamente esta competición en una temporada se habla de «fracaso». Esto no pasa si se gana la Champions o la Liga.
Con esto no quiero decir que los azulgranas hagan bien en ‘tirar’ la Copa, más bien todo lo contrario: un club que puede conseguir los títulos que se proponga, sobre todo con los muchos fichajes que está haciendo y la pasta que se está gastando en ellos, no puede rendirse nunca en una competición, ya sea continental, nacional o regional. Pero su obsesión por la Champions los lleva al punto en el que estamos: con un pie y medio fuera.