Conviene empezar diciendo que hay pocos premios más subjetivos que el Balón de Oro. Es un galardón que premia, en teoría, al mejor jugador de un año. Pero, ¿qué es ser el mejor? ¿Liderar a tu equipo a los mayores logros colectivos o la mejor actuación personal?
Nunca nos pondremos de acuerdo. Según nos convenga, de hecho, será una cosa u otra. Si lo gana Cannavaro llevando a Italia a ganar el Mundial (2006), es injusto al no ser ni de lejos el mejor jugador del momento. Si no lo ganan Xavi, Iniesta o Casillas liderando a España a la victoria en el Mundial (2010) también es injusto, pues Messi no pasó de cuartos en Sudáfrica.
Siguiendo esos mismos razonamientos, cuando Messi se hinchó a marcar goles y ganó solo una Copa del Rey (2011) su premio fue inmerecido para todos los madridistas, igual que el de Cristiano (también ha marcado goles como si no hubiera mañana) es ahora injusto para los culés.
A la FIFA, por supuesto, no le conviene aclarar las reglas del juego. El debate se seguirá produciendo en cuanto que nadie tiene claro qué es exactamente lo que se premia más allá de ese ‘Mejor jugador de 2013’. Y eso al máximo organismo internacional le viene de perlas.
¿Es justo el premio para Cristiano Ronaldo? Mi opinión es que sí, aunque principalmente por la ausencia de un rival verdaderamente poderoso. Messi se ha pasado gran parte del 2013 lesionado y no fue decisivo en casi ninguno de los duelos importantes del pasado año. No ha sido, por tanto, el mejor individualmente ni tampoco colectivamente. Es posible que sea el mejor del mundo y que en este 2014 recupere su corona, pero en 2013 no fue así.
Por otro lado teníamos a Ribéry. El francés lo ha ganado prácticamente todo con su club. Liga, Champions, Mundialito y Supercopa de Europa están ya en sus vitrinas., pero es que ni siquiera está claro que haya sido el mejor de su equipo. Robben fue el mejor en el título más importante (Liga de Campeones) y además marcó el gol decisivo de la final, mientras que Lahm o Muller han sido al menos igual de destacados que el galo en el pasado 2013.
Cristiano se ha hinchado a marcar goles (69) y lo ha hecho en momentos importantes: contra el Barça en la Copa, en la final contra el Atlético (aunque al final se perdió), en la eliminatoria ante el Dortmund (en la que se cayó eliminado) y con su selección (con una repesca en Suecia para el recuerdo). Individualmente, ha sido el mejor en un año repleto de fracasos colectivos y se ha aprovechado de la ausencia de un rival realmente poderoso esta temporada. Ahí está la clave de su éxito.