San Valentín: día perfecto para reconciliarse con el Real Madrid… o ruptura definitiva

Hace un par de sábados, me indigné un poco con un grupo de aficionados del Real Madrid. Corría el minuto 82 del partido ante el Levante, e Isco marcó el segundo gol de los blancos, el que se suponía que iba a dar la victoria. Lo celebraron por todo lo alto, como si fuera un tanto clave en la lucha por la Liga, como si enfrente estuviera el PSG y no un equipo de la zona baja de la clasificación.

Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo se mira la brecha en el móvil (EFE).

Me alegré de ese gol, que nadie lo dude, pero no me sale esbozar más allá de una sonrisa. Me parecía hasta insultante celebrar por todo lo alto que le íbamos a meter tres puntos más de ventaja al quinto clasificado, o que podíamos recortar la distancia con el tercero.

Viendo mi reacción, me ha dado por pensar qué pasaría si el Real Madrid, por un casual de la vida, elimina al Paris Saint-Germain en los octavos de la Champions. ¿Compensaría todos estos meses de disgustos, de derrotas sonrojantes, de momentos humillantes? Por triste que parezca, me parece que la respuesta es que no, que se necesita mucho más que una victoria ante un súper equipo para reconciliarnos con este equipo. No vale con un par de partidos buenos, porque encima nos dejaría con la sensación de que todo lo que ha pasado esta temporada es porque han elegido cuándo jugar bien, qué día mostrar su mejor versión.

En estos cinco meses, este equipo que nos ha dado tantas alegrías (dos Champions seguidas, me gusta recordarlo) también nos ha quitado la ilusión de verle, de celebrar con rabia sus goles. Y ese debe ser el objetivo de lo que queda de año y del proyecto que se hará este verano: no es solo volver a ganar, es volver a ilusionar. Enamorarnos de nuevo de este Real Madrid, poco a poco. Y qué mejor fecha que empezar a hacerlo que en San Valentín y ante el equipo parisino.

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