La primera lista de Luis Enrique Martínez como seleccionador nacional de fútbol ha dejado, en mi opinión, menos sorpresas positivas de las esperadas y algunas decisiones difíciles de entender.
La lista del asturiano destaca más por sus ausencias que por sus presencias, en tanto ha dejado fuera a tres jugadores de importancia capital: Iago Aspas, Koke Resurrección y Jordi Alba.
Quiero pensar que se trata de una primera toma de contacto, pruebas de estreno, pero sinceramente, me deja mal sabor de boca.
Iago Aspas es, junto a Isco y Diego Costa, el jugador español que mejor nivel ha mostrado en los últimos tiempos. El de Moaña ha empezado bien la temporada y su presencia, bien sea como titular como revulsivo, me parece capital. Es un jugador que aporta cosas diferentes. Sinceramente, no creo que Suso mejore sus prestaciones.
Sobre Koke, es un jugador que ha sido muy discutido por la maquinaria propagandística, tanto la madridista como la purista azulgrana, pero es un futbolista que no tiene nada que demostrar: es un pilar insustituible en el mejor Atlético de Madrid de la historia, es trabajo los 90 minutos, no le quema el balón y es extraordinario en jugadas a balón parado. Es un perfil difícil de renunciar a él. Ceballos no tiene la continuidad necesaria para ocupar su hueco.
Finalmente, Jordi Alba. El de L’Hospitalet no es el jugador que mejor me cae del mundo, pero hoy por hoy, no tiene rival como lateral izquierdo titular. Gayá y Marcos Alonso, sobre todo este último, merecen estar en la selección, pero dejar fuera a Alba me parece arriesgado.
Ojalá que el tiempo y los resultados me quiten la razón.