Archivo de agosto, 2017

El Real Madrid muestra sus debilidades: de los errores de Benzema al desastroso momento de Bale

Ya hemos hablado alguna vez en este blog de la tendencia de un amplio sector del madridismo al drama, al pesimismo desmedido después de un mal resultado. Y con el empate en casa ante el Valencia de ayer, volvió a salir esa vertiente en los aficionados blancos. Da igual que se hayan ganado dos Champions seguidas, se acaben de levantar dos títulos o se haya aplastado sin piedad al Barça hace una semana, las críticas son siempre feroces.

Sin caer en el victimismo barato, del empate ante el Valencia se intuyen varias debilidades en este Real Madrid que últimamente no se habían ni intuido:

  1. Dependencia de Cristiano. El tremendo rendimiento del luso en el final de la pasada temporada se debió a que, por fin, fue dosificado durante todo el curso. Esta campaña cumplirá 33 años, y Zidane debe seguir administrándole los minutos. Sin embargo, da la sensación de que en la actual plantilla, el único que tiene gol es él.

    Bale y Benzema en un entrenamiento

    Bale y Benzema en un entrenamiento (AFP)

  2. Bale, el físico no le da. Tiene mucha calidad, pero su juego se basa en la potencia, la explosividad. Hace un año, era el mejor jugador de la plantilla; ahora, es uno de los peores. Ya no tiene la titularidad garantizada, y no es solo que Asensio o Isco le hayan comido la tostada, es que hoy en día, no aporta prácticamente nada al equipo. La clave está en su condición física: o vuelve a ser el de hace un año, o su temporada apunta a dramática. El Bernabéu no tendrá piedad con él.
  3. Desesperación con Benzema. Su fútbol solo se justifica cuando tiene al lado un goleador, y sin Cristiano se queda huérfano. Por mucho que combine y que aporte, es el ‘9’ del Madrid, y no puede fallar ocasiones casi a puerta vacía como ante el Valencia.
  4. Carencias en defensa. Con la tendencia de Ramos a ser expulsado y los eternos problemas de lesiones de Varane, el centro de la zaga va corta. Casemiro lo hizo bien, pero el brasileño es más necesario en el medio del campo.
  5. ¿Por qué se han vendido a los dos ‘9’ suplentes? La gran carencia en la planificación blanca. El objetivo era Mbappé, pero el galo se va a ir al PSG. Mientras, el Madrid ha vendido a Morata y Mariano, lo que deja como únicos delanteros puros a Benzema, del que ya vimos ayer de lo que es capaz, y al inexperto Borja Mayoral. El Madrid ha perdido, y mucho, en gol saliendo desde el banquillo.
  6. Mucho talento, poco control. Curioso que con un centro del campo formado por Kroos, Modric, Isco y Asensio el control del partido nunca fuera del Madrid. Talento a raudales, pero sin organización. Se echó en falta en esa zona a Casemiro.
  7. ¿Hay confianza en Marcos Llorente? Me sorprendió que, con Casemiro jugando atrás, no jugará ni un minuto. Kovacic no tuvo su mejor día cuando salió en la segunda mitad y se le vio desbordado cuando le tocó defender.

 

 

 

 

¿Y si Neymar no es un pesetero y lo que busca es la gloria sin la sombra de Messi?

Llamar pesetero a un jugador cuando deja un club es el camino fácil. El irracional. Por algo el fútbol es el deporte que despierta los instintos más bajos del ser humano, porque nos permite soltar de golpe lo primero que nos pasa por la cabeza.

Y en el caso de Neymar, lo que pasa por la cabeza del aficionado culé es llamarle mercenario. Repetir que es un pesetero. Dejar un club como el Barça, que se ha llevado tres Champions en ocho años (desde 2009) por el PSG, el eterno aspirante que no llega a nada pese a confeccionar millonarias plantillas año tras año no suena demasiado inteligente.

Pero puede haber en esa decisión una razón más allá del dinero. El futbolista, recordemos, es egoísta por naturaleza, y lo que quiere es la gloria individual, no la colectiva. Más aún en un jugador al que muchos llevan años señalando como el sucesor de Pelé. Solo hay que mirar sus números con Brasil.

¿Recuerdan la remontada ante el PSG? Es una de esas noches que permanecen durante años en la mente de los aficionados por lo simbólica que fue, nada menos que dar la vuelta a un 4-0. ¿Cuál es la imagen que ha quedado registrada en nuestras cabezas de ese momento inolvidable? La foto de Messi con el puño levantado, aclamado por la afición del Camp Nou.

Messi, siempre Messi. El gran protagonista de esa remontada fue Neymar. Marcó el cuarto gol con una impresionante falta a la escuadra a poco del final, y forzó el penalti que supuso el quinto, preámbulo de la remontada. El brasileño fue el héroe de esa remontada, pero solo con una foto, Leo le eclipsó. Con el tiempo, esa será la remontada de Messi.

Messi celebra el 6-1 ante el PSG.

Messi celebra el 6-1 ante el PSG.

Sí, vale, quizás peco de inocente. Soy de los que pienso que no hay ninguna diferencia entre cobrar 15 millones de euros al año o 25, que ante tales cifras, lo mejor es estar en un sitio en el que se está a gusto. Y Neymar lo estaba, pero con un grandísimo pero, el de la alargada sombra de Messi, que tiene pinta de que además seguirá muy presente durante los próximos cuatro o cinco años, o quizás más.

Ney se va a un proyecto del que va a ser el líder indiscutible, y si por un casual consigue que el PSG reine en Europa, el mérito será suyo, la gloria deportiva sería absoluta, nadie le eclipsará. Solo en otro equipo puede hacer frente al poder de Messi, y al de Cristiano. Le espera una bonita aventura, el fútbol mundial tiene un atractivo más. Que empiece ya la próxima Champions, por favor.

El gran ridículo de Piqué y su «se queda» en el caso Neymar

Se cree el presidente del Barça, y aunque es probable que lo sea algún día, aún no lo es. Como se atreve con todo, también dio en su momento lecciones de periodismo. Anunció que crearía un medio «diferente, veraz, auténtico, de los jugadores». No quería medios que lo hicieran todo «para obtener más clicks».

Neymar y Piqué

Neymar y Piqué (TWITTER).

Muy poco después de su master class de periodismo, entró de lleno en la polémica Neymar. Como solo él sabe. Con un tuit que en minutos tenía miles de retuits. Se queda. Y punto. Palabra de Piqué.

Ese mismo día, todos los medios de comunicación iban (perdón, íbamos) con que Neymar estaba más cerca de irse que de quedarse, y un solo tuit del que se cree el que más manda en el Barça parecía echar por tierra todas las informaciones. Muchos se lo creyeron. No podía ser que lo dijera así, a la ligera. El futuro salvador del periodismo no podía estar dando una información falsa y sin fundamento, tenía que ponerlo por algo.

Apenas dos semanas después, Piqué queda totalmente desacreditado. Neymar dejará el Barça y su tuit, el que algunos citaron como el perfecto ejemplo de que una nueva era había llegado ya, queda como uno de los más ridículos de la historia. Deseoso estoy de leer ese nuevo medio de comunicación que creará.