Familia seriéfila, FALTA UN MES para el FINAL de ‘Juego de tronos‘ y estoy de los nervios.
El otro día me puse a pensar el tiempo que había pasado desde que me leí el primer libro de la saga. Todavía no había nacido mi hijo (que ahora tiene ocho años) y me lo había llevado a un viaje a Roma en barco.
Fue increíble. Durante el trayecto no pude dejar de leer. Estaba completamente enganchada al arranque de una de las aventuras más apasionantes que se han escrito y que, en aquel momento, ni soñaba ver por televisión.
El lanzamiento de mi blog en 2011 coincidió con la primera temporada de la serie. Qué emoción sentí la primera vez que vi la magnífica introducción, con sus mapas y engranajes, y escuché esa melodía que, hoy en día, ya es mítica.
También recuerdo lo fascinada que me quedé con la elección de Peter Dinklage para encarnar a Tyrion, un personaje repleto de contradicciones y matices, pero también con un físico muy particular.
Comentaba en estos primeros post de andadura de la bitácora la notable adaptación que se había realizado y también la necesidad de una inversión mayor en la producción para poder plasmar a nivel estético los portentosos escenarios imaginados por George R. R. Martin.
Tras un traspiés en la segunda temporada, la serie alzó el vuelo. Tanto en la dirección como en el cuidado de cada detalle, el título estaba logrando superar mis más locas expectativas.
Y el guion, pese a no ser completamente fiel al libro, encontró el ritmo perfecto entre acción y conspiraciones palaciegas que llevó a la serie a convertirse en un auténtico fenómeno global.
Además —y una de las cosas más importantes—, es que ‘Juego de tronos’ ha conseguido desterrar el estigma de la fantasía asociada a la calidad y arrasar en los grandes premios televisivos, donde los dramas siempre han tenido un componente realista.
Pese a que al dejar los libros atrás la serie perdió parte de su grandeza, que residía en esos diálogos memorables e ingeniosos, y se volvió menos sofisticada en los giros (con algunas elipsis un tanto desacertadas), ‘Juego de tronos’ ha seguido ofreciendo un derroche de deleite visual, entretenimiento y buen hacer televisivo.
Es un gran espectáculo. Cuando ves los making of te asombras del duro trabajo, del gran esfuerzo del equipo para levantar esta fantástica narración que tanto nos hace disfrutar.
Solo seis episodios nos separan de la resolución del historia que, como bien podemos intuir, hará que nos mesemos los cabellos y que vivamos al límite lo que van a ser algunas de las secuencias más épicas de la historia de la televisión.
Estamos a punto de vivir un hito televisivo. Quiero que llegue, pero no quiero que acabe. El 15 de abril comienza la fiesta.
Esperemos no quede nuestro gozo en un pozo. Por todos los dioses antiguos y nuevos.
13 marzo 2019 | 13:51